Reproducimos unas
interesantes cartas, publicadas en otro Blog, en defensa de este gran escritor
católico que fué Hugo Wast, quien, hoy día, sufre ataques y calumnias de parte
los ideólogos de turno.
Nuevo
atentado a la memoria de Hugo Wast.
A
través de amigos y correligionarios santafesinos nos enteramos hace un tiempo
de la intención de quitar el nombre de don Gustavo Martínez Zuviría, mejor
conocido por su seudónimo “Hugo Wast”, a la calle de la ciudad de Santa Fé de
la Vera Cruz que lo recuerda. Es ésta una nueva afrenta contra el gran autor
católico argentino, como la acontecida en la ciudad de Buenos Aires cuando le
retiraron el nombre a la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional por él
creada y al intento de su Córdoba natal.
Traemos
a continuación dos cartas enviadas a los diarios santafesinos por dos de los
numerosos nietos que tuvo Martínez Zuviría, donde se explican bien los
turbios manejos de los “democráticos” y anti-discriminadores para borrar a Hugo
Wast de la historia de las letras argentinas que supo honrar. A los carlistas la
figura del gran escritor nos es muy cara, no sólo por sus indudables dotes
literarias y ortodoxia doctrinal, sino por sus vínculos con el tradicionalismo
hispánico en estas tierras (con Oller, de Mas, Alcaraz, el P. Marzal,
Carbia, el P. Vizcarra, entre otros) y en Europa (incluso con Don Jaime y Don Alfonso
Carlos).
Como
decía hace tiempo el presidente del comité ejecutivo de la Exposición del Libro
Católico, Manuel Outeda Blanco, hablando de lo acontecido en la Hemeroteca
Nacional, “en la Divina
Comedia, en los pasajes sobre el infierno, el Dante coloca en el lugar más
abismal y tenebroso a los desagradecidos”. Por eso y por lo dicho antes, desde
aquí, sumamos nuestras voces al justo reclamo de los santafesinos
honrados y rechazamos esta nueva afrenta a la memoria de un gran católico
argentino.
¿Homenaje o
lapidación? Otra vez con Hugo Wast
Me acerco
a este diario con la intención de hacer conocer a la opinión pública lo
heterogéneo del pensamiento en las instituciones de nuestro país. Los días 17 y
18 de agosto de 2012 se llevó a cabo el Primer Congreso Nacional sobre
escritores argentinos, en homenaje a Hugo Wast -en el cincuentenario
de su fallecimiento (1883-1962)-, organizado por el Instituto de
Formación Católica ‘Alfredo Bufano‘de San Rafael de Mendoza.
Gustavo
Martínez Zuviría,
-conocido mundialmente como Hugo Wast- fue un novelista cordobés
considerado en su tiempo el escritor argentino que más libros vendió en el
mundo. Traducido a casi todos los idiomas e incluso a varios dialectos, fue
premiado por la Real Academia Española de la Lengua que lo
distinguió en 1918 con supremio Quinquenal, diploma de honor, medalla
de oro ymembrecía, por la publicación de Valle negro.
Entre sus numerosos premios y distinciones, fue merecedor en 1926, del Gran
Premio Nacional de Literatura Argentina por Desierto de
piedra.
El
congreso realizado en la provincia de Mendoza tuvo amplia
cobertura en numerosos medios periodísticos, con gran repercusión y contó con
la participación de grandes figuras del mundo literario de nuestro tiempo. Los
que defendemos la obra de este gran escritor, difundiendo su maravilloso
trabajo y negando a rajatabla las calumnias que le dedican, sentimos que de
alguna manera eventos como éste pueden considerarse como los esperados y
merecidos ‘propósitos de enmienda’ en desagravio de las perversas injurias que
pretenden mancillar la imagen de esta figura literaria que llenara de gloria
las letras argentinas.
Al día
siguiente de clausurado el congreso, el domingo 19 de agosto ppdo., desde la
oficina del Distrito Noroeste del Municipio de la
Ciudad de Santa Fe, se organizó una volanteada casa por casa con un grupo
de vecinos para ‘informar‘ al barrio sobre la iniciativa del INADIpara
rebautizar una vez más una calle que lleva el nombre del escritor, accionando
con el falaz pretexto del supuesto ‘antisemitismo’ del novelista, y ocultando
así sus verdaderos y obscuros motivos. Siete días después obligaron a los
vecinos a concurrir a mesas de votación en la esquina formada por las calles Hugo
Wast y 12 de Octubre, entre las 9 y las 13 del domingo 26
de agosto de 2012, para que optaran en entre tres nombres para el cambio: Rodolfo
Walsh, Pocho Lepratti y Octavio Duarte. Nombres
‘propuestos por los estudiantes’ del lugar, sin que existiera la opción de
mantener la vigencia del nombre actual.
¿Cómo
podrían estos estudiantes ‘escrachar’ la obra de Hugo Wast, que
obviamente no conocen, si es más fácil conseguir sus libros enParís que
en Buenos Aires? ¿se sabe que en nuestro país Hugo Wastestá
‘de hecho’ proscripto? Ahora que se han cumplido 50 años de su muerte y la
reedición de sus libros es por tanto de libre albedrío, sus obras abarrotan las
estanterías de las grandes librerías del mundo que ven el fantástico resurgir
de este escritor y novelista que enalteciera a las letras argentinas y
sudamericanas.
Sólo
pretendo con estas líneas poner de manifiesto la ambigüedad del accionar de
distintas instituciones de nuestro país, ya que en una franca superposición de
los tiempos, por un lado se organiza el Primer Congreso Argentino de
Escritores en homenaje a Hugo Wast y, por el otro, en simultáneo, a
través de un proceder solapado y muy bien orquestado, pretenden una vez más
cambiar el nombre de una calle identificada con su seudónimo. Algo parecido
había ocurrido en diciembre de 2010 en en barrio Cerro de las Rosas en
la ciudad de Córdoba, a instancias de grupos afines a los que ahora
impulsan la propuesta en Santa Fe, pero no pasó de un intento
fallido y sin mayores consecuencias.
Gustavo Zenón Sonzini
Astudillo. El autor de
este comentario es arquitecto y nieto de Gustavo Martínez Zuviría (Hugo Wast).
Para juzgar a
Hugo Wast hay que conocerlo.
Con
asombro he tomado conocimiento que gente del Inadi, junto a
miembros de la Daia, intentan cambiar el nombre de la calle
Hugo Wast de esa ciudad [Santa Fe], seudónimo del Dr. Gustavo
Martínez Zuviría, mi abuelo.
El año
pasado vivimos en las ciudad de Córdoba una historia parecida
y con los mismos protagonistas. Tal vez ahora cambien los nombres pero no los
grupos. En aquella oportunidad no tuvieron éxito, ya que se pudieron aportar
fundamentos que dieron por tierra con las mentiras dichas contra el querido
novelista. Lamentablemente esta gente ataca y demoniza la figura de Hugo
Wast sin, por lo general, haber leído su obra ni conocer su persona.
Nuestra
familia siente y vive a Santa Fe como algo propio, ya que
llevamos en nuestras venas sangre de antiguas familias que protagonizaron la
historia vieja de Santa Fe. Vayan pues algunos datos.
Gustavo
Martínez Zuviría nació
en la ciudad de Córdoba el 23 de Octubre de 1883, siendo su
padre el prestigioso jurisconsulto Zenón Martínez Cabanillas, de
larga trayectoria en su querida provincia mediterránea y que de niño estudiara
en el prestigioso colegio jesuítico de la Inmaculada Concepción, en
la ciudad de Santa Fe. Allí trabará amistad con otros jóvenes
estudiantes que luego alcanzarán notoriedad como escritores y políticos; entre
ellos, Juan Zorrilla de San Martín,Miguel Ángel Cárcano y José
Gálvez, quien siendo gobernador deSanta Fe invitará a don Zenón a
su provincia para que se incorpore a la flamante Universidad de Santa
Fe. Martínez aceptará el convite; llegará a viudo y con
dos pequeños hijos, y se afincará allí hasta su muerte.
Durante
esos años, el conocido jurisconsulto ejercerá tres veces el rectorado de la
universidad provincial, y será decano de su Facultad de Derecho.
También ocupará los cargos de Defensor de Menores en Rosario y Santa
Fe, juez del Crimen, juez en lo Civil y Comercial,
camarista, convencional constituyente, diputado, senador y presidente del Superior
Tribunal de Justicia de Santa Fe. En ese tramo de su vida,
volverá a contraer nupcias con la joven santafesina Margarita Gálvez,
hermana de su viejo amigo.
A su vez,
la madre de Hugo Wast era doña Carolina de Zuviría,
nieta de un ilustre abogado y tribuno salteño, el Dr. Facundo de
Zuviría, bisabuelo de Hugo Wast, redactor de la primera
Constitución de Salta, senador, canciller, ministro de
Justicia e Instrucción Pública y presidente del Congreso
General Constituyente que en 1853 sancionó la Constitución
Nacional en la ciudad de Santa Fe.
El joven Hugo
Wast ingresó al Colegio de la Inmaculada Concepción, como
antes lo había hecho su padre. Allí se educó y formó, recibiéndose de bachiller
en 1901. Fue designado primer bibliotecario de la Universidad de Santa
Fe y, al año siguiente, inició en esa casa la carrera de Derecho.
Se recibió de abogado en 1907 y ese mismo año actuó como secretario de la Asamblea
Constituyente de Santa Fe. Al año siguiente contrajo matrimonio con la
joven santafesina Matilde de Iriondo Iturraspe, y también obtuvo
una plaza de profesor en el Colegio Nacional Simón de Iriondo de Santa
Fe. Más adelante enseñará la asignatura de Sociología, de
reciente creación, en la Universidad de Santa Fe.
Fue uno
de los fundadores del Partido Demócrata Progresista en 1914 y
al año siguiente integró la fórmula Thedy-Martínez Zuviría que
perdió las elecciones provinciales.
En 1916
obtuvo por oposición la cátedra de Economía Política en laUniversidad
de Santa Fe y fue elegido diputado nacional por esta
provincia. Ese mismo año su novela “La Casa de los Cuervos”, que
habla de la historia santafesina, ganó el primer premio del Ateneo
Nacional.
En 1922
renunció al partido Demócrata Progresista por el carácter
anticatólico que había tomado la agrupación, pero manteniendo la gran amistad
que lo unió siempre a don Lisandro de la Torre.
En 1923
la Real Academia Española premió con medalla de oro (el máximo
premio en lengua española) a su obra “Valle Negro”. Y tres años
después el gobierno argentino le otorgó el Gran Premio Nacional de
Literatura por su obra “Desierto de Piedra”. Un lustro
más tarde, laReal Academia Española lo designó académico
correspondiente. También fue nombrado miembro de número de la Academia
Argentina de Letras.
Su vasta
obra literaria lo convierte en uno de los escritores argentinos más premiados,
como asimismo el que más libros escribió y vendió en la historia de las letras
argentinas. Sólo en nuestro país vendió más de 3 millones de ejemplares, y otro
tanto en los 15 idiomas a los que fue traducido, además de haber sido en su
tiempo el escritor más leído en el mundo de habla hispana.
Este
abogado católico, que tenía dos doctorados y hablaba varios idiomas, integró
muchas instituciones, entre ellas la Academia Colombiana de Letras,
fue miembro de número del prestigiosoInstituto de Investigaciones
Científicas de Madrid, presidente de laComisión
Nacional de Cultura, director de la Biblioteca Nacionaldurante
24 años (1931-1955). Durante su dirección -que fue la segunda más larga después
de la de Paul Groussac-, el acervo literario y documental creció de
poco más de 200.000 libros a más de 700.000, con las mejores colecciones. Fue
el creador de su hemeroteca.
La gente
del Inadi y la Daia lo ataca diciendo que Hugo
Wast fue antisemita y nazi por dos de sus novelas: “El Kahal”
y “Oro”. Nada más lejos de la verdad y tan próximo a la mentira.
Dichas
novelas fueron “prohibidas en la Alemania nazi”, por que sus
autoridades no aceptaban que Hugo Wast tratase en sus obras la
cuestión judía desde una óptica católica. Es decir, desde un punto de vista
bíblico y no racial, como ellos pretendían. La consecuencia de su rotunda
negación como católico a aceptar ese planteo, fue su prohibición por los nazis
bajo la acusación de que mentía en sus obras. Esto es importante saberlo y
decirlo.
Desde Berlín se
le informaba el día 3 de Mayo de 1939 lo siguiente (textual): “La obra del Sr. G.
Martínez Zuviría 'Oro' traducida por el Dr.Wurschmith ha
sido objetada por las autoridades. En consecuencia es imposible editar el libro
en Alemania con su actual redacción. Sobre todo la última
parte del libro, es contraria a las formas alemanas del problema del judaísmo,
que únicamente ha sido contemplado desde el punto de vista de las razas”.
Ante esa
situación, el escritor les escribió diciéndoles que no aceptaba bajo ningún
concepto que el tema de los judíos fuera tratado como algo racial, ya que él
como católico jamás lo podría aceptar de esa forma.
Las
autoridades nazis le contestaron otra carta. Allí, entre otras cosas, le
decían, (textual): “Berlín, 27 de junio de 1939. Hemos recibido su carta
del 3 de junio... Como hilo rojo corre a través de todo el libro la cuestión
judía tratada como un problema religioso. Este modo de ver se lo considera
actualmente en Alemania como una ‘falsificación’. Nos veríamos
obligados a cambiar el libro en todos esos lugares en que se considera al
judaísmo una secta religiosa y no como una raza con características
indelebles...”.
Gustavo
Martínez Zuviría fue
condenado y perseguido por haber escrito “El Kahal” y “Oro”
bajo el pseudónimo de Hugo Wast, pero lo realmente imperdonable en Hugo
Wast a los ojos de sus perseguidores consiste en que el protagonista
de esta novela, de origen judío, se convierte al catolicismo.
Hugo
Wast no profesaba
enemistad hacia los judíos -como sus detractores señalan-, porque eso era
inaceptable para un católico practicante como él, sino que combatió a los
enemigos de la Iglesia sin temer las consecuencias, porque su fe era fuerte, su
amor grande y su coraje admirable.
Lo
llamativo es que los que pretenden quitar su nombre de la calle Hugo
Wast no mencionan su inmensa obra literaria, ni todo lo que hizo y dio
por ésta su querida Santa Fe, ciudad a la que amó y en donde
encontró su primer y único amor, una santafesina que le daría trece hijos y
casi sesenta nietos.
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Hugo Wast, en Flor de durazno, Córdoba, con parte de sus nietos mayores.
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