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domingo, 29 de septiembre de 2013

Secreto de Fátima.


Otra reconstrucción todavía ha salido a luz acerca de la tercer parte del Secreto de Fátima revelada por la Madre de Dios a la Hermana Lucía en Julio de 1917. La Santísima Virgen deseó que se hiciera público en 1960 a más tardar, pero los pérfidos hombres de Iglesia que controlan Roma pretendieron que Ella meramente permitió que él sea publicado desde 1960 en adelante, y así ha estado encerrado bajo llave desde entonces. Por indicios de su contenido revelados por los pocos hombres de Iglesia que han podido leerlo, varios intentos se han realizado para reconstruirlo. Este último de esos intentos tiene mucho a su favor. Aquí está su historia.
El Cardenal Ottaviani (1890-1979) fue un hombre de Iglesia de alto rango bajo los Papas Pío XII, Juan XXIII y Pablo VI, y principal protector de la Fe desde 1959 hasta 1968. Habiéndosele dado a leer el Secreto, pero atado por el secreto, encontró una manera de hacerlo público sin revelarlo. Agregando material para hacer que el Secreto original fuera dos o tres veces más largo, permitió que esta versión alargada fuera publicada, notablemente en la revista alemana llamada Neues Europa. Pero las autoridades del Vaticano pudieron fácilmente desecharla como una falsificación, tal como ahora es considerada, porque era sabido que el Secreto original es solamente de 25 líneas manuscritas.
Sin embargo, el Cardenal tenía un amigo, Don Luigi Villa (1918-2012), un valiente sacerdote y defensor de la verdadera Iglesia especialmente contra la Masonería. En algún momento, el Cardenal le reveló al Padre Villa exactamente cuáles eran las partes de la versión alargada que provenían del Secreto original y Don Villa, a su vez, le dijo lo mismo a su fiel colaborador laico, el Dr. Franco Adessa, quien ha puesto justo ahora la misma información en el periódico italiano, Chiesa Viva #462, Julio-Agosto, 2013. Aquí entonces sería el original del “Tercer Secreto”:--

“Un gran castigo caerá sobre la totalidad de la humanidad ni hoy ni mañana, sino en la segunda mitad del siglo 20. En ningún lugar del mundo hay orden y Satanás gobierna en los puestos más elevados determinando el curso de los acontecimientos. El, incluso, se las ingeniará para su escalada hasta la cima de la Iglesia. Para la Iglesia también vendrá el tiempo de sus mayores juicios. Cardenales se opondrán a Cardenales, Obispos se opondrán a Obispos. Satanás marchará en su seno y en Roma habrá cambios. Lo que está podrido caerá, lo que caerá no se levantará de nuevo. La Iglesia será oscurecida y el mundo sumergido en terror. Una gran guerra se desatará en la segunda mitad del siglo 20. Fuego y humo caerán del Cielo, las aguas de los océanos se transformarán en vapor, la espuma del mar se levantará sumergiendo e inundando todo. Millones y millones de hombres morirán de una hora a la siguiente, mientras que aquellos que sobrevivan envidiarán a los muertos. La muerte estará por todos lados a causa de los errores cometidos por los dementes y secuaces de Satanás, quien entonces y sólo entonces gobernará sobre el mundo. Finalmente mientras aquellos que sobrevivan estos acontecimientos estén todavía vivos, ellos proclamarán una vez más a Dios y a la gloria de Dios y ellos le servirán a Él como los hombres acostumbraban a hacerlo cuando el mundo no había todavía devenido tan perverso”.

El Padre Nicolás Gruner, un experto sobre Fátima, piensa que esta versión del Secreto puede ser incompleta, faltándole mención al Apocalipsis y a acciones recomendadas. Uno también puede objetar que la segunda mitad del siglo 20 vino y se fue sin Guerra Mundial. Pero, ¿no es que los dementes han estado provocando guerra en el Medio Oriente continuamente desde bien antes del 2000 hasta hoy en día? Y, vale la pena notar que cada frase en esta versión del Secreto está realmente en la versión de Neues Europa (accesible en el Internet) en medio de material extraído o imitado de otras fuentes piadosas.
De cualquier manera, pueda Dios verdaderamente tener piedad de todos nosotros, y recemos el Rosario sin cesar.

Kyrie eleison.


Mons. Richard Williamson, “Comentarios Eleison” N° 324, 28 de Septiembre de 2013.

sábado, 28 de septiembre de 2013

El problema de la Concelebración. Conferencia del R.P. Jesús Mestre Roc.


Conferencia en mp3 para descargar:

R.P. Jesús Mestre Roc

En el marco del ciclo de conferencia organizado por la Legio Macabea Christi, el 27 de septiembre del 2013, en la capilla “Nuestra Señora Mediadora de todas las Gracias”.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Carta al Papa Francisco por Lucrecia Rego de Planas.


En varios blogs y sitios católicos, anda circulando una carta abierta escrita al Papa Francisco por la ex directora de Catholic.net Lucrecia Rego de Planas. Como es de importancia la autora, por haber sido la directora (hasta hace poco tiempo) de una de las más grandes redes católicas en Internet, gracias a su cantidad de material y de sus visitas. La señora Lucrecia, como otros católicos del sector “conservador” (que venimos divisando) han comenzado a mostrar su preocupación por lo que -podemos llamar- la desfiguración paulatina del papado, que viene promoviendo el mismo Francisco con sus gestos y palabras a los medios de comunicación.
Como ya verán nuestros lectores, no estamos de acuerdo con varias de las afirmaciones de la Sra. Rego de Planas, pero vemos interesante y valiente de su parte -en algunos aspectos- esta carta que le dirige a Francisco y que a continuación reproducimos.


“CARTA AL PAPA FRANCISCO”
POR LUCRECIA REGO DE PLANAS

Huixquilucan, México, a 23 de septiembre del 2013

Muy querido Papa Francisco:

Me da mucho gusto tener esta oportunidad para saludarte.

Seguramente no te acordarás de mí y lo comprendo, pues, viendo a tanta gente cada día, debe ser muy difícil para ti recordar a todas las personas con las que has dialogado y convivido en algún momento de tu vida.
A lo largo de los últimos 12 años, coincidimos, tú y yo, varias veces, en algunas reuniones, encuentros y congresos eclesiales que se llevaron a cabo en ciudades de Centro y Sudamérica con distintos temas (comunicación, catequesis, educación), lo cual me dio la oportunidad de convivir contigo durante varios días, durmiendo bajo el mismo techo, compartiendo el mismo comedor y hasta la misma mesa de trabajo.
En aquel entonces, tú eras el Arzobispo de Buenos Aires y yo era la directora de un importante medio de comunicación católico. Ahora, tú eres nada más y nada menos que el Papa y yo soy… sólo una madre de familia, cristiana, con un esposo muy bueno y nueve hijos, que da clases de Matemáticas en la Universidad y que trata de colaborar lo mejor que puede con la Iglesia, desde el lugar en que Dios le ha puesto.
De aquellas reuniones en las que coincidimos hace ya varios años, recuerdo que en más de una ocasión te dirigiste a mí diciéndome:

– “Niña, decime Jorge Mario, que somos amigos”, a lo que yo respondía asustada:
– “De ninguna manera, Sr. Cardenal! ¡Dios me libre de tutear a uno de sus príncipes en la Tierra!”

Ahora, en cambio, sí me atrevo a tutearte, pues ya no eres el Card. Bergoglio, sino el Papa, mi Papa, el dulce Cristo en la tierra, a quien tengo la confianza de dirigirme como a mi propio padre.
Me he decidido a escribirte porque estoy sufriendo y necesito que me consueles.
Te explicaré lo que me sucede, tratando de ser lo más breve posible. Sé que te gusta consolar a los que sufren y ahora, yo soy uno de ellos.
Cuando te conocí por primera vez, siendo el cardenal Bergoglio, y durante esas convivencias cercanas, me llamaba la atención y me desconcertaba que nunca hacías las cosas como los demás cardenales y obispos. Por poner algunos ejemplos: eras el único entre ellos que no hacía la genuflexión frente al sagrario ni durante la Consagración; si todos los obispos se presentaban con su sotana o traje talar, porque así lo requerían las normas de la reunión, tú te presentabas con traje de calle y alzacuellos. Si todos se sentaban en los lugares reservados para los obispos y cardenales, tú dejabas vacío el sitio del cardenal Bergoglio y te sentabas hasta atrás, diciendo “aquí estoy bien, así me siento más a gusto”. Si los demás llegaban en un coche correspondiente a la dignidad de un obispo, tú llegabas, más tarde que los demás, ajetreado y presuroso, contando en voz alta tus encuentros en el transporte público que habías elegido para llegar a la reunión.
Al ver esas cosas, ¡qué vergüenza contártelo!, yo decía para mis adentros:

– “Uf… ¡qué ganas de llamar la atención! ¿por qué no, si quiere ser de verdad humilde y sencillo, mejor se comporta como los demás obispos para pasar desapercibido?”.
Mis amigos argentinos que también asistían a esas reuniones, notaban de alguna manera mi desconcierto, y me decían:
“No – “No eres la única. A todos nos desconcierta siempre, pues sabemos que tiene los criterios claros, ya que en sus discursos formales muestra unas convicciones y certezas siempre fieles al Magisterio y a la Tradición de la Iglesia; es un valiente y fiel defensor de la recta doctrina. Pero… al parecer, le gusta caerle bien a todos y estar bien con todos, así que puede un día decir un discurso en la TV en contra del aborto y, al día siguiente, en la misma TV, aparecer bendiciendo a las feministas pro-aborto en la Plaza de Mayo; puede decir un discurso maravilloso contra los masones y, unas horas después, estar cenando y brindando con ellos en el Club de Rotarios.”

Mi querido Papa Francisco, ése fue el Card. Bergoglio que conocí de cerca: un día charlando animadamente con Mons. Duarte y Mons. Aguer acerca de la defensa de la vida y de la Liturgia y, ese mismo día, en la cena, charlando, igual de animadamente, con Mons. Ysern y Mons. Rosa Chávez acerca de las comunidades de base y las terribles barreras que significan “las enseñanzas dogmáticas” de la Iglesia. Un día, amigo del Card. Cipriani y del Card. Rodríguez Maradiaga, hablando de la ética empresarial y en contra de las ideologías de la Nueva Era y, un rato después, amigo de Casaldáliga y Boff hablando de lucha de clases y de "la riqueza" que las técnicas orientales pueden aportar a la Iglesia.
Con estos antecedentes, comprenderás que abrí unos ojos enormes en el momento que escuché tu nombre después del “Habemus Papam” y, desde ese momento (antes de que tú lo pidieras) recé por ti y por mi querida Iglesia. Y no he dejado de hacerlo ni un solo día, desde entonces.
Cuando te vi salir al balcón, sin mitra y sin muceta, rompiendo el protocolo del saludo y la lectura del texto en latín, buscando con ello diferenciarte del resto de los Papas de la historia, dije sonriendo preocupada para mis adentros:

– “Sí, no cabe duda. Se trata del cardenal Bergoglio”.

Durante los días que siguieron a tu elección, me diste varias oportunidades para confirmar que eras el mismo a quien yo había conocido de cerca, siempre buscando ser diferente, pues pediste zapatos distintos, anillo distinto, cruz distinta, silla distinta y hasta habitación y casa distinta al resto de los Papas, que siempre se habían acomodado humildemente a lo ya existente, sin requerir de cosas “especiales” para ellos.
En esos días estaba yo tratando de recuperarme del dolor inmenso que sentía por la renuncia de mi queridísimo y admiradísimo Papa Benedicto XVI, con quien me identifiqué desde el inicio de manera extrema, por su claridad en sus enseñanzas (es el mejor profesor del mundo), por su fidelidad a la Sagrada Liturgia, por su valentía en defender la recta doctrina en medio de los enemigos de la Iglesia y por mil cosas más que no enumeraré. Con él en el timón de la Barca de Pedro, yo sentía que pisaba sobre tierra firme. Y con su renuncia, sentí que la tierra desaparecía bajo mis pies, pero la entendí, pues realmente los vientos estaban demasiado tempestuosos y el papado significaba algo demasiado rudo para sus fuerzas disminuidas por la edad, en la terrible y violenta guerra cultural que estaba librando.
Me sentía como abandonada en medio de la guerra, en pleno terremoto, en lo más feroz de un huracán y fue cuando llegaste tú a sustituirlo en el timón. ¡Tenemos capitán de nuevo, demos gracias a Dios! Confié plenamente (sin ninguna duda de por medio) en que, con la asistencia del Espíritu Santo, con la oración de todos los fieles, con el peso de la responsabilidad, con la asesoría del equipo de trabajo en el Vaticano y con la consciencia de estar siendo observado por todo el mundo, el Papa Francisco dejaría atrás las cosas especiales y las ambivalencias del Card. Bergoglio y tomaría de inmediato el mando del ejército, para, con fuerzas renovadas, continuar los pasos en la lucha intensa que su predecesor venía librando.
Pero, para mi sorpresa y desconcierto, mi nuevo general, en lugar de tomar las armas al llegar, comenzó su mandato utilizando el tiempo del Papa para telefonearle a su peluquero, a su dentista, a su casero y a su periodiquero, atrayendo las miradas hacia su propia persona y no hacia los asuntos relevantes del papado.
Han pasado seis meses desde entonces y reconozco, con cariño y emoción, que has hecho trillones de cosas buenas. Me gustan mucho (muchísimo) tus discursos formales (a los políticos, a los ginecólogos, a los comunicadores, en la Jornada de la Paz, etcétera) y tus homilías en las Fiestas Solemnes, porque en ellas se nota una minuciosa preparación y una profunda meditación de cada palabra empleada. Tus palabras, en esos discursos y homilías, han sido un verdadero alimento para mi espíritu. Me gusta mucho que la gente te quiera y te aplauda. ¡Eres mi Papa, el Jefe Supremo de mi Iglesia, de la Iglesia de Cristo!
Sin embargo, y esta es la razón de mi carta, debo decirte que también he sufrido (y sufro) con muchas de tus palabras, porque has dicho cosas que las he sentido como estocadas en el bajo vientre a mis intentos sinceros de fidelidad al Papa y al Magisterio.
Me siento triste, sí, pero la mejor palabra para expresar mis sentimientos actuales es la perplejidad. No sé, de verdad, qué debo hacer, no sé qué debo decir y qué callar, no sé hacia dónde tirar ni hacia dónde aflojar. Necesito que me orientes, querido Papa Francisco. De verdad estoy sufriendo, y mucho, por esa perplejidad que me tiene inmóvil.
Mi grave problema es que he dedicado gran parte de mi vida al estudio de la Sagrada Escritura, de la Tradición y el Magisterio, con el objetivo de tener razones firmes para defender mi fe. Y ahora, muchas de esas bases firmes resultan contradictorias con lo que mi querido Papa hace y dice. Estoy perpleja, de verdad, y necesito que me digas qué debo hacer.

Me explico con algunos ejemplos:

No puedo aplaudirle a un Papa que no hace la genuflexión frente al Sagrario ni en la Consagración como lo marca el ritual de la Misa, pero tampoco puedo criticarlo, pues ¡Es el Papa!
Benedicto XVI nos pidió, en la Redemptionis Sacramentum, que informáramos al obispo del lugar de las infidelidades y abusos litúrgicos que viéramos. Pero… ¿debo informar al Papa, o a quién, por encima de él, que el Papa no respeta la liturgia? ¿O al Papa no se le reporta? No sé qué debo hacer. ¿Desobedezco las indicaciones de nuestro Papa emérito?
No puedo sentirme feliz de que hayas eliminado el uso de la patena y los reclinatorios para los comulgantes; y menos me puede encantar que no bajes nunca a dar la comunión a los fieles, que no te llames a ti mismo “el Papa” sino sólo “el obispo de Roma”, que no uses ya el anillo de pescador, pero tampoco puedo quejarme, pues ¡eres el Papa!
No puedo sentirme orgullosa de que le hayas lavado los pies a una mujer musulmana en el Jueves Santo, pues es una violación a las normas litúrgicas, pero no puedo decir ni pío, pues ¡Eres el Papa, a quien respeto y le debo ser fiel!
Me dolió terriblemente cuando castigaste a los frailes franciscanos de la Inmaculada porque celebraban la Misa en el rito antiguo, pues tenían el permiso expreso de tu predecesor en la Summorum Pontificum. Y castigarlos, significa ir en contra de las enseñanzas de los Papas anteriores. Pero ¿a quién le puedo contar mi dolor? ¡Eres el Papa!
No supe qué pensar ni qué decir, cuando te burlaste públicamente del grupo que te mandó un ramillete espiritual, llamándoles “ésos que cuentan las oraciones”. Siendo el ramillete espiritual una tradición hermosísima en la Iglesia, ¿qué debo pensar yo, si a mi Papa no le gusta y se burla de quienes los ofrecen?
Tengo mil amigos “pro-vida” que, siendo católicos de primera, los derrumbaste hace unos días al llamarles obsesionados y obsesivos. ¿Qué debo hacer yo? ¿Consolarlos, suavizando falsamente tus palabras o herirlos más, repitiendo lo que tú dijiste de ellos, por querer ser fiel al Papa y a sus enseñanzas?
En la JMJ llamaste a los jóvenes a que “armaran lío en las calles”. La palabra “lío”, hasta donde yo sé, es sinónimo de “desorden”, “caos”, “confusión”. ¿De verdad eso es lo que quieres que armen los jóvenes cristianos en las calles? ¿No hay ya bastante confusión y desorden como para incrementarlo?
Conozco a muchas mujeres solteras mayores (solteronas), que son muy alegres, muy simpáticas y muy generosas y que se sintieron verdaderas piltrafas cuando tú le dijiste a las religiosas que no debían tener cara de solteronas. Hiciste sentir muy mal a mis amigas y a mí me dolió en el alma por ellas, pues no tiene nada de malo haberse quedado soltera y dedicar la vida a las buenas obras (de hecho, la soltería viene especificada como una vocación en el Catecismo). ¿Qué les debo decir yo a mis amigas “solteronas”? ¿Que el Papa no hablaba en serio (cosa que no puede hacer un Papa) o mejor les digo que apoyo al Papa en que todas las solteronas tienen cara de religiosas amargadas?
Hace un par de semanas dijiste que “éste, que estamos viviendo, es uno de los mejores tiempos de la Iglesia”. ¿Cómo puede decir eso el Papa, cuando todos sabemos que hay millones de jóvenes católicos viviendo en concubinato y otros tantos millones de matrimonios católicos tomando anticonceptivos; cuando el divorcio es “nuestro pan de cada día” y millones de madres católicas matan a sus hijos no nacidos con la ayuda de médicos católicos; cuando hay millones de empresarios católicos que no se guían por la doctrina social de la Iglesia, sino por la ambición y la avaricia; cuando hay miles de sacerdotes que cometen abusos litúrgicos; cuando hay cientos de millones de católicos que jamás han tenido un encuentro con Cristo y no conocen ni lo más esencial de la doctrina; cuando la educación y los gobiernos están en manos de la masonería y la economía mundial en manos del sionismo? ¿Es éste el mejor tiempo de la Iglesia?
Cuando lo dijiste, querido Papa, me aterré pensando si lo decías en serio. Si el capitán no está viendo el iceberg que tenemos enfrente, es muy probable que nos estrellemos contra él. ¿Lo decías en serio porque así lo crees sinceramente o fue “sólo un decir”?
Muchos grandes predicadores se han sentido desolados al saber que dijiste que ya no hay que hablar más de los temas de los cuales la Iglesia ya ha hablado y que están escritos en el Catecismo. Dime, querido Papa Francisco, ¿qué debemos hacer, entonces, los cristianos que queremos ser fieles al Papa y también al Magisterio y a la Tradición? ¿Dejamos de predicar aunque San Pablo nos haya dicho que hay que hacerlo a tiempo y destiempo? ¿Acabamos con los predicadores valientes, los forzamos a enmudecer, mientras apapachamos a los pecadores y con dulzura les decimos que, si pueden y quieren, lean el Catecismo para que sepan lo que la Iglesia dice?
Cada vez que hablas de “los pastores con olor a oveja”, pienso en todos aquellos sacerdotes que se han dejado contaminar por las cosas del mundo y que han perdido su aroma sacerdotal para adquirir cierto olor a podredumbre. Yo no quiero pastores con olor a oveja, sino ovejas que no huelen a estiércol porque su pastor las cuida y las mantiene siempre limpias.
Hace unos días hablaste de la vocación de Mateo con estas palabras: “Me impresiona el gesto de Mateo. Se aferra a su dinero, como diciendo: ‘¡No, no a mí! No, ¡este dinero es mío!”No pude evitar comparar tus palabras con el Evangelio (Mt 9, 9), contra lo que el mismo Mateo dice de su vocación: “Y saliendo Jesús de allí, vio a un hombre que estaba sentado frente al telonio, el cual se llamaba Mateo, y le dijo: Sígueme. Y éste se levantó y le siguió.”
No puedo ver en dónde está el aferramiento al dinero (tampoco lo veo en el cuadro de Caravaggio). Veo dos narraciones distintas y una exégesis equivocada. ¿A quién debo creer, al Evangelio o al Papa, si quiero (como de verdad quiero) ser fiel al Evangelio y al Papa?
Cuando hablaste de la mujer que vive en concubinato después de un divorcio y un aborto, dijiste que “ahora vive en paz”. Me pregunto: ¿Puede vivir en paz una mujer que está voluntariamente alejada de la gracia de Dios?
Los Papas anteriores, desde San Pedro hasta Benedicto XVI, han dicho que no es posible encontrar la paz lejos de Dios, pero el Papa Francisco lo ha afirmado. ¿Qué debo apoyar, el magisterio de siempre o esta novedad? ¿Debo afirmar, a partir de hoy, para ser fiel al Papa, que la paz se puede encontrar en una vida de pecado?
Después, soltaste la pregunta pero dejaste sin respuesta lo que debe hacer el confesor, como si quisieras abrir la caja de Pandora, sabiendo que hay cientos de sacerdotes que, equivocadamente, aconsejan seguir en concubinato. ¿Por qué mi Papa, mi querido Papa, no nos dijo en pocas palabras lo que se debe aconsejar en casos como éste, en lugar de abrir la duda en los corazones sinceros?
Conocí al cardenal Bergoglio en plan casi familiar y soy testigo fiel de que es un hombre inteligente, simpático, espontáneo, muy dicharachero y muy ocurrente. Pero, no me gusta que la prensa esté publicando todos tus dichos y ocurrencias, porque no eres un párroco de pueblo; no eres ya el arzobispo de Buenos Aires; ahora eres ¡el Papa! y cada palabra que dices como Papa, adquiere valor de magisterio ordinario para muchos de los que te leemos y escuchamos.
En fin, ya escribí demasiado abusando de tu tiempo, mi buen Papa. Con los ejemplos que te he dado (aunque hay muchos otros) creo que he dejado claro el dolor por la incertidumbre y perplejidad que estoy viviendo.
Sólo tú puedes ayudarme. Necesito un guía que ilumine mis pasos con base en lo que siempre ha dicho la Iglesia, que hable con valentía y claridad, que no ofenda a quienes trabajamos por ser fieles al mandato de Jesús; que le llame “al pan, pan y al vino, vino”, ‘pecado’ al pecado y ‘virtud’ a la virtud, aunque con ello arriesgue su popularidad. Necesito de tu sabiduría, de tu firmeza y claridad. Te pido ayuda, por favor, pues estoy sufriendo mucho.
Sé que Dios te ha dotado de una inteligencia muy aguda, así que, tratando de consolarme a mí misma, he podido imaginar que todo lo que haces y dices es parte de una estrategia para desconcertar al enemigo, presentándote ante él con bandera blanca y logrando así que baje la guardia. Pero me gustaría que nos compartieras tu estrategia a los que luchamos de tu lado, pues, además de desconcertar al enemigo, también nos estás desconcertando a nosotros y ya no sabemos hacia dónde está nuestro cuartel y hacia dónde está el frente enemigo.
Te agradezco, una vez más, todo lo bueno que has hecho y dicho en las fiestas grandes, cuando tus homilías y discursos han sido hermosos, porque de verdad me han servido muchísimo. Tus palabras me han animado e impulsado a amar más, a amar siempre, a amar mejor y a enseñarle al mundo entero el rostro amoroso de Jesús.
Te mando un abrazo filial muy cariñoso, mi querido Papa, con la seguridad de mis oraciones. Te pido también las tuyas, por mí y por mi familia, de la cual te anexo una fotografía, para que puedas rezar por nosotros, con caras y cuerpos conocidos.

Tu hija que te quiere y reza todos los días por ti,

Lucrecia Rego de Planas

Conferencia: “Meinvielle, Theilard de Chardin y la religión de la evolución”. Dr. Horario Boló.


Presentamos una nueva conferencia para descargar en mp3:

Dr. Horario Boló.

Dada en el Instituto de Filosofía Práctica el 24 de septiembre del 2013.

Presentación del libro: “Educadores Católicos”. Dr. Antonio Caponnetto.


Audio para descargar en mp3, presentación del libro:

Dr. Antonio Caponnetto

Dada en el Instituto de Filosofía Práctica el 4 de septiembre del 2013.

Hoy, viernes 27, conferencia: “El problema de la Concelebración”.


“EL PROBLEMA DE LA CONCELEBRACIÓN”
R.P. Jesús Mestre

Viernes 27 de septiembre, 20hs.

Capilla “Nuestra Señora Mediadora de todas las Gracias”

Calle Venezuela 1318, Montserrat, Ciudad Autónoma de Buenos Aires

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Los Nidos de Antaño.


Como hemos visto, la prensa ha festejado algunas de las declaraciones de Francisco realizadas a la revista Civiltà Cattolica. En cambio, por dichas declaraciones, algunos periodistas católicos que, bien podemos afirmar no son lo que llamaríamos “lefebvristas”, se están comenzando a preocupar. Tal es el ejemplo del ya conocido Juan Manuel De Prada. Acá su artículo:

Los Nidos de Antaño

Ignoro si en otro tiempo estuve loco; pero hoy, leyendo cierta entrevista, he sentido que he hecho el canelo durante todos estos años
LA democracia, nos instruía Somerset Maugham, es una fiesta a la que se invita a todo el mundo, pero en la que luego sólo puedes entrar si agasajas al portero. A agasajar al portero lo llamaba la vieja teología «halagar al mundo». Que la sentencia de Somerset Maugham es una verdad como un templo lo comprobamos, por ejemplo, en el modo en que los políticos demócratas confiesan su filiación: un político de izquierdas se confiesa de izquierdas tan campante y orgulloso de serlo; un político de derechas, en cambio, se presenta acomplejadamente como «centrista», o «reformista·, o cualquier otra mamarrachada al uso, pero no dirá ni aunque lo torturen pellizcándole las tetillas que es de derechas. Cuando alguien se declara de derechas se convierte, ipso facto, en un aguafiestas de la democracia; y lo que la democracia necesita son animadores, no aguafiestas. Sospecho que ahora mismo no hay en el mundo un solo demócrata, del Papa abajo, que se atreva a decir que es de derechas.
Otra forma de animar la democracia consiste en no hablar de las cuestiones que la democracia juzga escabrosas y como de lumpen católico, como por ejemplo el aborto. En España, por ejemplo, hubo un tiempo en que la derecha aguafiestas, para rascar votos entre el lumpen católico, se puso a dar la tabarra con estas cuestiones, interpuso recursos de inconstitucionalidad contra su práctica y hasta prometió que una vez que alcanzase el poder cambiaría las leyes que las amparan. Pero, una vez alcanzado el poder, la derecha decidió que había que animar la democracia; y, desde entonces, decidió aparcar estas cuestiones escabrosas. Un verdadero demócrata no debe hablar de ciertos temas escabrosos, pues le dirán que está obsesionado (como si denunciar las miles de vidas gestantes que cada día son arrojadas al vertedero fuese «obsesión»); y, si es un demócrata en pugna con sus creencias, deberá en todo caso ver, oír y callar, so pena de ser considerado lumpen católico.
Yo no he nacido para ver, oír y callar; así que, para mi salud personal, opto desde hoy por no ver ni oír ciertas cosas, para no tener que callar como hago hoy. En cierta ocasión, una lectora me escribió una carta pidiéndome que, si algún día perdía la fe, no lo dejase traslucir en mis artículos, pues infligiría una herida muy profunda a personas como ella, que alimentaban la suya leyéndome. Hay cosas que, aun queriéndolo, no puede uno desembarazarse de ellas: así le ocurría a Jonás con la encomienda de predicar en Nínive; y así me ocurre a mí con la fe. Pero San Agustín nos enseñaba que, si bien nunca hemos de rehuir el martirio, no debemos tampoco entregarnos a él insensatamente. Yo, que soy el hombre más insensato del mundo, estuve durante muchos años entregándome alegremente al martirio, en un combate con el mundo que me ha dejado hecho jirones, con mi carrera literaria tirada en la papelera y convertido en el hazmerreír de todos mis colegas; y este diario ejercicio de inmolación lo hacía con alegría, porque consideraba que mi obligación no era complacer al mundo, sino combatirlo hasta el último aliento.
Donde hubo nidos antaño no hay pájaros hogaño, nos dice don Quijote, cuando recobra la cordura. Ignoro si en otro tiempo estuve loco; pero hoy, leyendo cierta entrevista que ha levantado mucha polvareda, he sentido que he hecho el canelo durante todos estos años. Y, siguiendo el ejemplo del ilustre entrevistado, me dedicaré desde hoy a complacer y halagar al mundo, para evitar su condena.


Juan Manuel De Prada, 21-09-2013, ABC.es.

La prensa de EEUU contenta con Francisco.


Como dice un artículo publicado en el periódico Perfil, 25-09-2013, la prensa Norteamericana está contenta con las declaraciones del “Papa liberal” realizadas en la entrevista a La Civiltà Cattolica.

[Perfil – 25-09-2013]

La prensa de EEUU, conmovida por la entrevista de Francisco
Los medios de ese país destacaron las “revolucionarias” frases del “Papa liberal”.

Las declaraciones que el Papa Francisco dio a La Civiltà Cattolica causaron conmoción en todo el mundo, no sólo entre los católicos. Varios medios de Estados Unidos recogieron sus frases, a las que calificaron de “revolucionarias”, y elogiaron su “bienvenido nuevo tono”.

“Aleluya”, proclamó un escritor del New York Times sobre las opiniones del Sumo Pontífice. Destacó además “la dulzura de su timbre” y “el refrescante ejemplo de humildad en un mundo que tiene muy poca”.

El Papa Francisco es un liberal”, tituló la revista Slate, que analizó varios puntos del discurso del sacerdote. “Evidentemente estuvo pensando en lo que necesita cambiarse y cómo hacerlo. Llevará a la iglesia a la izquierda, no sólo con la sexualidad, sino también con cada tema que enfrente a la tradición contra la libertad o el progreso”.

Los medios se hicieron eco de las opiniones de Bergoglio sobre la postura que debe tener la iglesia sobre los homosexuales, las parejas divorciadas, y otros asuntos sobre los cuales el catolicismo ha sido rígido en los últimos años.

Arianna Huffington, fundadora del Huffington Post, escribió en ese sitio que el Papa “tomó un paso en la dirección de más compasión, menos división, y el reconocimiento de que la humanidad tiene más puntos en común que diferencias”.

“El nuevo tono bienvenido del Papa Francisco”, publicó Bloomberg, que sostuvo que el cura habló con “ambieguedad, incertidumbre y duda, el lenguaje de la realidad” y “se mostró cómodo con el cambio”.
Por su parte, el New York Daily News mencionó la “revolucionaria visión” del santo padre, que argumentó que “la conversación de la Iglesia con el mundo debe cambiar radicalmente”. En cambio, CNN se preguntó si las opiniones pertenecen sólo a Francisco “¿o es capaz de convencer al resto de la Iglesia?”

Por último, USA Today, el Washington Post, el Chicago Tribune y el sitio de noticias Politico recopilaron diversas reacciones, en su mayoría favorables, de los católicos a las frases del Papa.


















El odio anticatólico aparece en ataques a la Iglesia más antigua de Buenos Aires.


Nuevamente, el odio anticatólico se hace presente, como indica un artículo en La Nación, 25-09-2013, se ha atacado a la Iglesia de San Ignacio de Loyola, la Iglesia más antigua de Buenos Aires.

Acusan a alumnos del Nacional Buenos Aires de realizar pintadas en una iglesia y quemar un banco
“La única iglesia que ilumina es la que arde”, escribieron; además, el sacristán brindó detalles sobre los incidentes


La parroquia de San Ignacio de Loyola, la iglesia más antigua de la Ciudad de Buenos Aires, amaneció con pintadas por un ataque de vándalos que dejaron mensajes anarquistas e intentaron prender fuego un sillón.

Según denunció el sacristán Alberto, los responsables del hecho serían algunos alumnos del Nacional Buenos Aires, ya que un túnel conecta a la iglesia con el colegio.

“La única iglesia que ilumina es la que arde” e “Hipócritas: ni Dios ni amo”, fueron las pintadas que dejaron adentro de la iglesia, con pintura blanca, sobre el piso.

El sillón sacerdotal quemado fue arrojado sobre un banco. Pasadas las 9 no se podía ingresar a la iglesia, ubicada al lado del Colegio Nacional Buenos Aires.

“Cuando bajamos a abrir la iglesia encontramos humo y daños”, indicó el sacristán a Crónica TV. También dijo que los agresores habrían entrado “por un túnel que hay del colegio para la iglesia”.

“Ayer pusimos un candado nuevo y lo rompieron”, sostuvo y agregó que el mismo día vieron “a dos chicos que salieron corriendo” en dirección al establecimiento educativo.

Esta mañana estuvieron el vicario general de Buenos Aires, monseñor Joaquín Sucunza, y el rector de la catedral, sacerdote Alejandro Russo, para evaluar los daños junto al párroco del templo, Francisco Baigorria.

La Iglesia más antigua de la ciudad

La iglesia de San Ignacio se remonta a la llegada de los primeros jesuitas a Buenos Aires, en época del gobierno de Hernandarias. La primera construcción estuvo emplazada en la hoy Plaza de Mayo y bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto, pero en 1610, al ser beatificado el fundador de la Compañía de Jesús, fue rebautizada como San Ignacio de Loyola.

En 1661, por razones de seguridad y defensa del fuerte de la ciudad, los jesuitas abandonaron la construcción de Plaza de Mayo y se trasladaron al solar delimitado por las actuales calles Perú, Bolívar, Alsina y Moreno, propiedad de una hacendada mujer que había enviudado sin hijos.


El templo actual data de 1675, cuando se inauguró la segunda iglesia, también de adobe. El templo hoy afectado tiene más de 300 años de antigüedad. En 1942 fue declarado Monumento Histórico Nacional. El 16 de junio de 1955, el edificio fue atacado por simpatizantes del presidente Juan Domingo Perón, quienes también incendiaron la Curia Eclesiástica y otras nueve iglesias de Buenos Aires.

 Las pintadas realizadas en los pisos

El sillón presbiteral insendiado 

 Pintadas cercanas al altar

Los alumnos que han tomado el colegio

lunes, 23 de septiembre de 2013

Fetichismo africano.


Publicamos un texto del p. Castellani que ha resultado profético. También vale la pena el artículo de Juan Manuel de Prada. Por cierto, ¿cómo entender que un hombre que se queja de que cada una de sus palabras son malinterpretadas piense que una entrevista de 12 mil palabras es una buena idea? 

Ya que estamos con Satán y sus cositas, veamos lo que siguió en seguida de la Confesión de Pedro. Les predijo después Cristo por primera vez su Pasión e ignominiosa Muerte. Pedro protestó y comenzó muy acalorado a disuadirlo (“no digas macanas”) a la manera de los criados viejos cuando reprenden al patrón mozo. Cristo le reprendió a su vez con una violencia increíble: lo llamó “¡Satán!” ¿Ayer no más era “bienaventurado” e “inspirado por el Padre” y hoy es Satán?, se asombra san Agustín. Así es. La razón la dio antes Cristo: “No es la carne y la sangre, Simón Pedro, quien te ha dictado esta palabra, sino mi Padre que está en los cielos”: quien te ha dictado AYER; pero HOY (distingue témpora et concordabis jura), es el afecto natural de Pedro a Cristo quien dicta y habla; y su ambición, y sus ilusiones acerca del Reino Mesiánico, tan pertinaces. Y el evangelista o Cristo mismo quiso marcar este contraste y enseñar esto: que no es necesario para el gobierno de la Iglesia, y la guarda de la Revelación, que el hombre Pedro, o el hombre Pío, o el hombre Juan, sean puros e inmaculados; aunque sea deseable. Pedro representa a Cristo y está en lugar de Cristo; y cuando reconoce, confiesa, profesa y proclama a Cristo, habla con la voz de Dios; pero el mismo Pedro como persona privada, hablando por sus fuerzas naturales y con su entendimiento humano... puede decir y hacer en efecto cosas indignas, escandalosas e incluso satánicas. Existen entre nosotros fulanos que piensan es devoción al Sumo Pontificado decir que el Papa “gloriosamente reinante” en cualquier tiempo “es un santo y un sabio”, “ese santazo que tenemos de Papa”, aunque no sepan un comino de su persona. Eso es fetichismo africano, es mentir sencillamente a veces, es ridículo; y nos vuelve la irrisión de los infieles. Lo que cumple es obedecer lo que manda el Papa (como estos no siempre hacen) y respetarlo en cualquier caso, como Pontífice; y amarlo como persona, cuando merece ser amado. 
Los defectos y los pecados personales son pasajeros; la función social del Monarca Eclesiástico es permanente. “Satán” desapareció de allí al grito de Cristo: “¡Atrás, Satanás!”, y quedó Pedro el Primado. El Papa como Papa está en lugar de Cristo; como hombre será juzgado (gravemente) por Cristo; y no necesita ni que nosotros lo juzguemos ni que lo andemos alabando a lo bobo

Tomado de:

Castellani, L. Las Parábolas de Cristo. pp. 130-131. Visto en el Blog InfoCaótica, 22-09-2013.

Mons. Richard Williamson deberá pagar multa por cargo de “negacionismo” del Holocausto.


Con respecto a poseer una opinión distinta de ciertos hechos históricos que difieren con las versiones oficiales, es algo imposible. Hay pena para el que, como Mons. R. Williamson, hable o cite fuentes del revisionismo histórico que contradigan las versiones oficiales y aceptadas por el Nuevo Orden Mundial.

[SMM – 23-09-2013]

Al paso que van las cosas vamos a salirle a deber.

Una información más del caso por negacionismo que se le sigue a Richard Williamson en un tribunal de Regensburg (Ratisbona), Alemania, por la conocida entrevista de 2009 en la cual hizo un reduccionismo del Holocausto.

Despacho de agencia EFE, Sep-23-2013.

Berlín, 23 sep (EFE).- Richard Williamson, el antiguo obispo británico lefebvriano acusado de negar en una entrevista a un canal sueco el Holocausto de los judíos europeos por los nazis, deberá pagar la multa de 1.800 euros que se le impuso en Alemania por sus controvertidas declaraciones.

La Audiencia Provincial de Ratisbona (sur de Alemania) rechazó el recurso presentado por el religioso y ratificó la sentencia dictada en enero por el juzgado de primera instancia de esta misma localidad.

[...]

El presidente de la Audiencia Provincial de Ratisbona, Walter Boeckh, dictaminó hoy que el asesinato planificado de los judíos está históricamente probado y que “esta realidad ha sido no solo negada por el acusado, sino también trivializada”, enturbiando con ello considerablemente la paz en Alemania.

[...]

En descargo de Williamson, su abogado, Andreas Geipel, esgrimió que las polémicas declaraciones no constituyen delito ni en Suecia ni en Reino Unido y que su posterior difusión por internet al resto del mundo no puede ser achacada a su defendido, estrategia que no le ha servido para evitar la multa.

Se trataba de la quinta vez que un tribunal alemán se ocupaba del caso ya que en 2011 el religioso fue condenado por los tribunales de Ratisbona al pago de una multa por valor de 6.500 euros, aunque el Tribunal Superior de Nuremberg anuló la sentencia por errores procesales.


En enero la Audiencia de Ratisbona le volvió a condenar y, tras la apelación, Williamson finalmente ha visto ratificada la sentencia en su contra.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Francisco: “El Vaticano II supuso una relectura del Evangelio a la luz de la cultura contemporánea”.


El Blog Secretum Meum Mihi, 19-09-2013, transcribe una de las respuestas del Papa Francisco hecha en su entrevista con el P. Antonio Spadaro. Es preocupante, más allá del “peligro” de “ideologización” que ve el Papa con respecto al Vetus Ordo, aquí vemos su verdadero pensamiento sobre el Evangelio y su relación con el Concilio Vaticano II y la nueva liturgia.

Papa Francisco: “Es preocupante el peligro de ideologización del Vetus Ordo

El P. Antonio Spadaro S.J., director de La Civiltà Cattolica, realizó una entrevista con el Papa Francisco de más de seis horas durante tres sesiones los días 19, 23 y 29 de Agosto de 2013. La entrevista es publicada hoy por varias revistas jesuitas de Europa y América. Transcribimos una respuesta de Francisco.

[P. Antonio Spadaro:] “¿Qué hizo el Concilio Vaticano II? ¿Qué fue, en realidad?”. Le dirijo esta pregunta a la luz de las afirmaciones que acaba de hacer, imaginando una respuesta larga y organizada. Y, sin embargo, me da la impresión de que el Papa considerase el Concilio un hecho tan incontestable que apenas valiera la pena dedicarle mucho tiempo corroborando su importancia.

[Francisco:]
 “El Vaticano II supuso una relectura del Evangelio a la luz de la cultura contemporánea. Produjo un movimiento de renovación que viene sencillamente del mismo Evangelio. Los frutos son enormes. Basta recordar la liturgia. El trabajo de reforma litúrgica hizo un servicio al pueblo, releyendo el Evangelio a partir de una situación histórica completa. Sí, hay líneas de continuidad y de discontinuidad, pero una cosa es clara: la dinámica de lectura del Evangelio actualizada para hoy, propia del Concilio, es absolutamente irreversible. Luego están algunas cuestiones concretas, como la liturgia según el Vetus Ordo. Pienso que la decisión del papa Benedicto estuvo dictada por la prudencia, procurando ayudar a algunas personas que tienen esa sensibilidad particular. Lo que considero preocupante es el peligro de ideologización, de instrumentalización del Vetus Ordo”.

¿Debemos suponer que los Franciscanos de la Inmaculada estaban ideologizando el Vetus Ordo y es por ello que se tomaron las (represivas) medidas del caso?

jueves, 19 de septiembre de 2013

¿Respuesta de Francisco a Mons. Thomas J. Tobin?: “No podemos seguir insistiendo sólo en cuestiones referentes al aborto...”.

Anteriormente habíamos publicado las declaraciones del obispo de Providence, Rhode Island, Estados Unidos, Mons. Thomas J. Tobin, quién decía estar decepcionado con Francisco por sus silencios con “los niños no nacidos, acerca del aborto”.

En una entrevista concedida a la revista La Civiltà Cattolica (de la cual publicamos una nota de ABCSevilla aquí y podemos descargar la versión completa desde aquí) Francisco parece responderle a Mons. Thomas J. Tobin de la siguiente manera (el resaltado es nuestro):

No podemos seguir insistiendo sólo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo he hablado mucho de estas cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas cosas hay que hacerlo en un contexto. Por lo demás, ya conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar”.

El Papa Francisco aclara: “Jamás he sido de derechas”.

El Papa Francisco concede una entrevista a la revista jesuita «La Civiltà Cattolica». Aquí un resumen de la misma publicada por el periódico español ABC de Sevilla, 19-09-2013.

El Papa Francisco: “Jamás he sido de derechas”



El Papa Francisco durante una audiencia con el jesuita Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica, en junio de este año

El Gobierno de la Iglesia, el papel de las mujeres, las posibles reformas, la homosexualidad son algunos de los temas que el Papa Francisco aborda en en una entrevista concedida este verano a la revista jesuita «La Civiltà Cattolica» y que ha sido publicada este martes simultáneamente en otros 16 semanarios de la Compañía de Jesús en todo el mundo.
El diálogo con el director de esta revista, el padre Antonio Spadaro, se desarrolló durante tres sesiones los días 19, 23 y 29 de agosto en la habitación que el Santo Padre ocupa en la Casa Santa Marta. Durante los encuentros, el Pontífice ofrece su visión sobre todo tipo de cuestiones, pese a reconocer su renuencia a conceder entrevistas porque prefiere pensarse “las cosas más que improvisar respuestas”.

Durante las seis horas de entrevista, el Papa se define como una “persona despierta”, pero también “bastante ingenua”, que prefiere “el contacto personal”. “No estoy hecho a las masas”, asegura. Entre sus defectos, reconoce ser “un indisciplinado”. Esa fue una de las razones por la que entró en la Compañía de Jesús. “De la Compañía me impresionaron tres cosas: su carácter misionero, la comunidad y la disciplina. Y esto es curioso porque soy un indisciplinado nato, nato nato. Pero su disciplina, su modo de ordenar el tiempo, me ha impresionado mucho”.

Francisco también aclara que su decisión de vivir en Santa Marta no tiene nada que ver con el supuesto lujo del Palacio Apostólico. “Es antiguo, grande y puesto con buen gusto, no lujoso”, afirma el Pontífice, quien reconoce que prefiere su habitación 201 de la residencia porque “no me veía como sacerdote solo, tengo necesidad de comunidad”. El apartamento apostólico “es como un embudo al revés. Grande espacioso, pero con una entrada de verdad muy angosta. No es posible entrar sino con cuentagotas, y yo, sin gente no puedo vivir. Necesito vivir mi vida junto a los demás”.

El Santo Padre, quien fue designado provincial de los jesuitas con apenas 36 años, explica que su experiencia en puestos de decisión han cambiado mucho su punto de vista sobre cómo debe ser su estilo al frente del gobierno de la Iglesia universal. Al respecto, admite que el camino para elegir lo mejor en cada momento es el “discernimiento” y “hacer las consultas necesarias”.

“Mi forma autoritaria y rápida de tomar decisiones me ha llevado a tener poblemas serios y a ser acusado de ultraconservador. Tuve un momento de gran crisis interior estando en Córdoba. No habré sido ciertamente como la beata Imelda, pero jamás he sido de derechas. Fue mi forma autoritaria de tomar decisiones la que me creó problemas”.

No condenar a los homosexuales

Sobre las reformas que necesita la Iglesia, el Papa prioriza "la de las actitudes" a las "organizativas o estructurales". “Veo con claridad que lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía y proximidad”. Para ello, urge a “acompañar a las personas a partir de su condición”, y eso también incluye a los homosexuales.

“En Buenos Aires recibía cartas de personas homosexuales que son verdaderos 'heridos sociales', porque me dicen que sienten que la Iglesia le ha condenado. Pero la Iglesia no quiere eso”, recuerda Francisco, quien señala que el rol de la Iglesia no es transmitir un “conjunto de doctrinas”.

“No podemos seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es «No podemos seguir insistiendo solo en el aborto o el uso de anticonceptivos» imposible (...) Tenemos, por tanto, que encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra manera el edificio moral de la Iglesia corre peligro de caer como un castillo de naipes, de perder la frescura y el perfume del Evangelio. La propuesta evangélica debe ser más sencilla, más profunda e irradiante. Solo de esta propuesta surgen luego las consecuencias morales”.

El rol de las mujeres dentro de la Iglesia es otro de los temas que vuelve a abordar el Santo Padre. Al respecto señala que “es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia”. Pero no solo es una cuestión de estar o no estar. Francisco señala que en los lugares donde se toman las decisiones importantes es necesario el genio femenino”.