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martes, 9 de noviembre de 2010

La importancia de la Santa Misa según San Vicente Ferrer.

San Vicente Ferrer, santo que ha obrado muchos milagros y por los cuales se ganó el término de “taumaturgo”, nos habla de la importancia que tiene el santo sacrificio de la Misa. La reflexión, se nos hace muy actual, debido a que el santo hace alusión de la persecución que sufrirá la Misa por el enemigo infernal.
La liturgia, hoy día, ha sido casi destruida por los errores modernos. Desde la reforma litúrgica de 1969, golpe inicial y fundante del desastre litúrgico en que vivimos los católicos, no han cesado las novedades y las deformaciones graves en torno a la celebración, al significado y al dogma de la santa Misa; ni tampoco no ha cesado la pérdida de la fe: lex orandi, lex credendi. Por eso, esta breve cita del santo, que traemos a colación, es tan actual, ya que el espíritu del mundo no hace otra cosa que atacar constantemente a la fe católica desde sus mismos cimientos. Y por eso, como legionarios, no podemos dejar de advertirá estas cosas, pues nos compete el defender a “nuestra Santa religión”.
(El resaltado en letra negrita sobre el escrito del santo, es nuestro).


“San Agustín escribe en el libro De civitate Dei que a la persona que oye misa devotamente nuestro Señor le dará en ese día las cosas necesarias. La segunda gracia que tendrá es que sus palabras vanas le serán perdonadas. Tercera, que aquel día no perderá ningún pleito. Cuarta, que mientras oye la misa no envejece ni se debilita su cuerpo. Quinta, que si muere en ese día la misa le valdrá tanto como si hubiese comulgado. Sexta, que los pasos que da yendo y viniendo a la misa, son contados por los santos ángeles y remunerados por Dios nuestro Señor. Además, más vale una misa que se oye en vida devotamente, que si después de la muerte oyera otro mil. Se lee que oír misa con devoción aprovecha para remisión de los pecados y crecimiento de gracia más que otras oraciones que el hombre pueda decir o hacer, pues toda la misa es oración de nuestro Señor y Redentor Jesucristo, infinitamente dulce y piadoso, que es cabeza nuestra y todos los fieles sus miembros. Dice San Gregorio que mientras se celebra la misa se perdonan los pecados de los muertos y de los vivos. Y San Crisóstomo escribe que vale tanto la celebración de la misa como la muerte de Jesucristo, por la que nos redimió de todos nuestros, pecados. Finalmente, la salvación de la humanidad está cifrada en la celebración del santo sacrificio de la misa, porque todo el esfuerzo del malvado anticristo se orientará a quitar de la santa Madre Iglesia este santo misterio, en el que se maneja el precioso cuerpo de Jesucristo, en memoria de su santa pasión, por medio de la cual los fieles cristianos de buena vida, aunque sean ignorantes y sin ciencia, podrán ver las astucias y malicias del mal vado anticristo y de sus seguidores”.

San Vicente Ferrer
Tomado de “Biografía y escritos de San Vicente Ferrer”, B.A.C., Madrid 1956.