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lunes, 4 de julio de 2011

¡No pida prestado!


El último rescate financiero de Grecia, si se realiza, va a aplazar una vez más el día desastroso para la Unión Europea y tal vez para el sistema financiero mundial, pero el día únicamente se pospuso, no se canceló. El problema es sistémico. Si los políticos demócratas quieren ser re-elegidos, deben de pedir prestado para pagar la asistencia social gratuita a la que ellos mismos han acostumbrado a la gente a exigir, pero la locura para individuos, familias o naciones de sacar préstamos sobre préstamos no puede durar por siempre, y un día se suscita un paro estrepitoso. Esos pueblos y políticos han estado por un largo tiempo en el camino incorrecto, pues la decisión de acumular los préstamos es normalmente estúpida o criminal.
Es estúpido si se ha olvidado la sabiduría básica de estas tres líneas de Shakespeare, que superan muchísimos volúmenes escritos por “economistas” profesionales: -“Procura no dar ni pedir prestado a nadie / Porque el que presta suele perder a un tiempo el dinero y al amigo / Y el que se acostumbra a pedir prestado falta al espíritu de economía y buen orden”. En otras palabras el hábito de pedir prestado nos acostumbra a no utilizar racionalmente los recursos a los que tenemos acceso. Por ejemplo, el dinero prestado se obtiene fácilmente, por lo menos para empezar, y así disminuye el sentido del valor del dinero y el sentido de la realidad, por ejemplo lo difícil que puede ser ganar el dinero o eventualmente pagar la deuda. En cuanto a prestar, dice Polonio (Hamlet, I, 3), no solamente a menudo no se pagan las deudas, sino que también si he prestado a un amigo, quien no puede pagarme, puede tener demasiado miedo o estar avergonzado como para volver a acercarse a mí.
Sin embargo, no todos los prestamistas son estúpidos. Varios de ellos son criminales, porque saben que al prestar dinero a tasas de interés usurarias pueden someter a los individuos, a las familias y a las naciones a la pobreza y a la esclavitud -  “El que toma prestado es siervo” (o esclavo) “del que presta” (Prov. XXII, 7). Algunas tarjetas de crédito hoy en día pagan tasas de entre el 20 y el 30% de interés, sin embargo la Iglesia Católica siempre ha condenado severamente la usura. Los usureros son criminales que destruyen la estructura de la sociedad empobreciendo y esclavizando a los hombres o a naciones enteras.
En los tiempos modernos la usura toma diferentes formas, dicen los Papas, y esta es la razón por la cual el mundo entero debería hoy en día darse cuenta de que él mismo se ha dejado esclavizar por los astutos maestros del dinero, que utilizan su riqueza para dominar a los medios y a los políticos en particular, así comprando el control de la sociedad entera que se entrega a Mamón. La pregunta entonces surge, ¿cómo pudo Dios permitir que se diera esa problemática y cómo es que puede ahora proponerse permitir el sufrimiento inmenso que vendrá con el inminente colapso financiero y/o la Guerra Mundial, ambos maquinados por sus enemigos para obtener, como esperan, la totalidad del poder mundial?
La respuesta es que les ha dado tanto poder a sus enemigos porque la crueldad e inhumanidad de los mismos le sirven como el azote que caerá sobre las espaldas de un mundo que se ha apartado de Él y que ha preferido tomar a Mamón como su maestro - no podéis servir a Dios y a Mamón, dice Nuestro Señor (Mateo VI, 24). Y Dios permitirá mucho más sufrimiento en el futuro inmediato, porque “En el sufrimiento se aprende” (Esquilo), y de hecho únicamente el sufrimiento severo será suficiente hoy en día para permitirle a un número significativo de almas alrededor del mundo aprender que su materialismo y adoración de Mamón son enemigos traicioneros de su único verdadero interés, la salvación de sus almas eternas.

Madre de Dios, ¡Obtén misericordia para nosotros, pobres pecadores!

Kyrie eleison.

Mons. Richard Williamson, “Comentarios Eleison” nº 207, 2 de julio del 2011.