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viernes, 10 de febrero de 2012

El padre Pío y la Misa de San Pío V.


“Antes mismo del fin del Concilio, en febrero de 1965, se le anunció que pronto habría que celebrar la Misa con un nuevo rito ad experimentum en lengua vernácula, y elaborada por una comisión litúrgica conciliar para responder a las aspiraciones del hombre moderno. Antes mismo de tener el texto ante sus ojos, le escribió inmediatamente a Pablo VI para pedirle dispensa de esta experiencia litúrgica y poder seguir celebrando la Misa de San Pío V.
Ante el Cardenal Bacci, el enviado del Papa que se había desplazado personalmente para traerle esa autorización, el Padre Pío dejó escapar una queja: “Por piedad, terminen rápidamente el Concilio”. El mismo año, en medio de la euforia conciliar que prometía “una nueva primavera” para la Iglesia y para el mundo, el Padre le confió a uno de sus hijos espirituales: “Recemos en esta época de tinieblas. Hagamos penitencia por los elegidos”.
Y, sobre todo, por aquel que debe ser su pastor de aquí abajo. Toda su vida se iba a “inmolar” por el Papa reinante, cuya foto se encontraba siempre entre las pocas imágenes de su celda”.

Tomado de “El Bienaventurado Padre Pío”, Hermano Juan, tomado de la “Carta a los amigos de San Francisco” del Convento San Francisco de Morgon, Francia. Reproducido en Revista Iesus Christus nº 64, Julio/Agosto 1999, FSSPX).