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viernes, 30 de noviembre de 2012

De un valiente testimonio.



A principios de 1848 vive en París un periodista que tiene ya dos hijas y espera el nacimiento de un varón. Se lo participa así a un amigo: “el próximo mes tenemos que preparar una tercera cuna. Ruegue usted a Dios que ponga un varón en ella, y sobre todo que le conceda la más alta de las vocaciones humanas. Que sea un sacerdote , y si es posible un religioso, y si es posible un misionero, y si es posible un mártir. Dios hará de él lo que quiera. y cuanto haga estará bien, pero nuestro primer varón ya le está ofrecido y consagrado en nuestros corazones, pues lo dedicamos a la cruz que salvó al mundo. Se llamará Pedro, para que crea, para que ame, para que su alma quede preservada de toda ponzoña herética”.
En vez de un varón nació una tercera niña, y luego una cuarta y una quinta, aunque los padres seguían rogando por el nacimiento de Pedro. Cuatro años después, en julio de 1852, pierde la menor de las hijas, y en Diciembre a la esposa, que acaba de darle una más. En mayo de 1855 muere la mayor, en julio otra, y un mes más tarde una más. Ante una sucesión tan impacable de desgracias, los hombres, por firme que sea su fe, suelen a veces blasfemar de Dios. Este hombre, que ayer no era más feliz del todo, escribe a un amigo médico esta carta que os voy a leer:

“Mi querido Enrique. Agradezco tus palabras. Dios me envió una prueba terrible, mas lo hizo a la manera de un padre, misericordiosamente. Han penetrado en mi corazón más luces y consuelos que las lágrimas que lloré. La fe me enseña que mis hijas viven, y yo lo creo. Hasta me atrevo a decir que yo lo sé. Las contemplo en el cielo. Tengo la certidumbre que me ayudarán en lo que debo hacer para reunirme con ellas. Ante sus tumbas niego la muerte, niego hasta la separación. Sólo el pecado es muerte. Dolores como estos encienden en el alma un fuego que la purifica, consumiendo al pecado. Jamás sufrí tanto, y jámas, también, sentí en mi serenidad más celestial. Dios obra con nosotros como tú procedes con tus enfermos. Les suministras amargos menjurjes; tajas, cortas, quemas para curarlos. La ciencia del Señor no es limitada ni falible. Acércate, mi querido amigo, a estas verdades divinas. Lo son todo, y el hombre no es nada sino por ellas. Purifican la alegría, santifican el dolor, dan la solución de todos los enigmas. Si no las tuviera, arrojaría mi fardo, o quedaría aplastado bajo su peso. Con ellas, lo cargo. Si estuvieras aquí con nosotros comprenderías lo que es la religión, viendo a mi hermana. Verías el colmo del dolor y el colmo del valor. Amaba a mis hijas como una madre. Tuvo que sepultarlas, y sus lágrimas corren desde entonces, pero no muestra al mundo sino un rostro sereno y sonriente. No estamos aplastados, sino de rodillas, pues no tenemos que hacer ningún esfuerzo para someternos a la voluntad de Dios, bendiciéndola y amándola.

“Adiós, mi querido amigo. Saludo fraternalmente a tu mujer, y te abrazo con toda la ternura de mi vieja amistad”.

Yo no conozco en cuanto leí en mis años una página de igual sublimidad. Resplandece de la grandeza desmesurada y humilde que Dios presta a las almas que arden de amor por El. Es el grito de un corazón que sufre el mayor dolor de los dolores, mas lo profiere con serenidad casi sobrenatural.
La suya es una tremenda voz sonora que clama en Francia, desde hace años, sin miedo de los grandes ni de los fuertes, contra los enemigos de Dios, contra los ofensores de la Iglesia de Dios, contra los negadores de la verdad de Dios. Sus palabras suscitan el odio de unos y el amor de otros, porque es terrible en la polémica, ardiente en el combate, tesonero en el propósito, duro en el desprecio, mordaz en el sarcasmo, absoluto en la afirmación, gallardo en la apostura, tajante en la embestida, impávido ante el ataque, siendo además un magnífico escritor en cuya prosa el estilo brilla como un infalible instrumento de eficacia, belleza y persuasión.
Se llama Louis Veuillot.

Juan P. Ramos, “Louis Veillot”, Bs. As. Adsum. 1938.

Engañapichanga.



Destaco este artículo de Marcelo González aparecido en página web, en el cual, hace una muy sintética pero real descripción de uno de los cuantiosos  “chamuyeros” de turno promovidos por los medios de comunicación. En este caso, el comerciante y rústico pastor protestante Bernardo Stamateas y su mujer (aunque el articulista no los nombre). Ambos se dedican a la prédica de la religión light que tan en boga se encuentra. En el fondo de su prédica, se encuentra la base de la falsa religión que podemos llamar como “new age”, con algunos resabios del cristianismo más light y progresista. La religión del Hombre llevada a su máxima consecuencia.
Estos “falsos profetas” al decir de San Pablo, que predican doctrinas fáciles acomodadas al gusto de la época, y venden sus libros como pan caliente, no hacen más que recordarme la cita de San Pablo en su Carta a Timoteo cuando decía: “Porque vendrá el tiempo en que no soportarán más la sana doctrina, antes bien con prurito de oír se amontonarán maestros con arreglo a sus concupiscencias. Apartarán de la verdad el oído, pero se volverán a las fábulas” . (II Timoteo; IV, 3-4).



Engañapichanga

Cualquier semejanza no es casual

Días atrás tuve la fortaleza de ver una entrevista del conductor Santo Biasatti a dos “pastores” de denominación indefinida, matrimonio ellos, que tienen gran éxito como conferencistas, autores de libros de “autoayuda” y consejeros espirituales. El se dedica más bien a los libros y ella a los medios televisivos. Ambos recorren América ofreciendo conferencias sobre los más variados temas.
La primera impresión, antes de reconocerlos, aunque me latía en el corazón la sospecha de que eran “pastores” fue la de ser un producto comercial dirigido a la clase media. Segunda: que bajo una apariencia “conservadora” y con esa típica amoralidad que exhiben ciertos personajes que se intitulan “pastores”, proclamaban más o menos abiertamente el auge de la religiosidad y la caída de las religiones, principalmente la Iglesia, sin que les faltara algo de razón.
Y verá el lector por que digo “amoralidad”. Según estos personajes, que si el televidente no está preparado o carece de cierto entrenamiento en la materia, resultan nos solo simpáticos, sino por momentos sorprenden por los consejossensatos que dan sobre algunas materias, según estos representantes de un pensamiento religioso que ellos niegan representar, “hay que matar al Dios de nuestra infancia”, que nos creaba culpas. Un Dios malo, que castiga. Liberarse para llegar al “dios” que cada  uno necesita (sic) y así a la felicidad.
Esta es la línea argumentativa del “pastor”, principalmente, marcado por una fuerte impronta psicologista. Matar al Dios de nuestra infancia y descubrir al dios que necesitamos es el dogma que postula esta particular mini-religión.
Claro que ellos nunca admitirán ser una religión, porque las religiones son obstáculos para conocer a Dios. Tema nada novedoso, pero que hace ruido en la cabeza de nuestra espiritualmente desastrada clase media.
La parte esencial de su mensaje es esa: fabrícate un dios a tu medida, “el dios que necesitas”.  Notable calidad plástica y hasta casi proteica de este “dios” que siendo uno en apariencia es muchos, tantos como necesidades hay, y no digo como creyentes, porque los creyentes, en esta concepción de Dios, mutan y con ellos sus “necesidades” por lo cual el “dios” a medida de hoy puede ser muy diferente del “dios” a medida de mañana.
Esto es el plato principal, pero sale con fritas y toda clase de acompañamientos. La mayor parte de la conversación versó sobre consejos prácticos y experiencias de vida, simpáticamente presentados. Todos ellos a favor de la familia, pero rigurosamente escindidos de un código moral que de sustento a la unidad y virtud de la familia. Apenas si algunos consejitos biensonantes a los oídos liberales que buscan encontrar una vía trascendente sin abandonar las ventajas de la inmanencia.
Es decir, no hay moral objetiva, pero no se privan de dar consejos que solo pueden ser fundamentados en una moral objetiva. Esto para la gilada. Consejos de revista del hogar, si es que alguna queda con tal pretensión hoy en día. “Ponga límites a sus hijos”, “compréndalos en la crisis de la adolescencia”, “procure que sean felices”. De hecho, después de dar una ristra de consejitos, concluyeron en el siguiente apotegma: “lo más importante es ver a nuestro hijos felices”, Como si esto quisiera decir algo objetivo y concreto y no implicara en la práctica la tolerancia de todo tipo de transgresiones morales, desde el concubinato y el amor libre hasta la homosexualidad.
Para esta simpática parejita que chapea con sus 24 años de casados, no hay un Dios que SEA, sino tantos dioses como nos hagan falta. Ese dios que Ud. necesita nunca entrará en su vida si no mata al Dios de su infancia (es decir, principalmente, la noción católica de Dios). El gran obstáculo para alcanzar la vida espiritual es la religión, que por cierto, nos impone normas ajenas a nosotros mismos y cuya trasgresión nos genera “culpa”. ¡Salud viejo Freud! Nunca seremos felices si no nos liberamos de la “culpa”, así que, muchachos, haced lo que os venga en gana y a no sentir remordimientos.
Claro, esto suena un poco fuerte para la clase media, entonces no se lo plantea con tanta crudeza. Se lo almibara con los consejitos insustanciales en general, sobre todo porque carecen de un marco moral objetivo, como queda dicho, pero el veneno de fondo está igual.
Bien, nada nuevo bajo el sol, esto es en lo que ha devenido el protestantismo sea en sus versiones “religiosas” como en las “políticas”.  Haz lo que quieras. Cree lo que quieras, y cambia tus creencias todas las veces que quieras, porque Dios es tan grande y bueno que acepta convertirse en un ser informe, en una masa para ser despedazada y moldeada a gusto, cuantas veces se nos ocurra.
Pero algún día, y esto no lo dicen los amables pastores de este cuento, Dios nos pondrá ante hechos que no serán tan fáciles de superar. Frustraciones, muertes, enfermedades, el mero paso del tiempo, o la inevitable decrepitud del cuerpo, más sentida y vivida cuando más vanas ilusiones se tenían en la vida presente.
Entonces la culpa será de Dios, que, si existe, es un ser malvado. Esta vez sí encontrarán un personaje objetivo a quien maldecir porque han vivido en una nube de ilusiones y la nube se disipó. Extraña y demoníaca objetivación de ese dios subjetivo en el que se han empeñado en creer para adornar una vida de viva la pepa.
Algún amable lector dirá, a esta altura, que para qué tanto apuntar la escopeta a un par de pajarones vivillos. No, amigo lector, no son estos pajarones vivillos los que más me preocupan. Sino que su “doctrina” se parece tanto, TANTO, tanto a lo que se predica en las iglesias católicas dominicalmente, que el espanto hiela la sangre.

Marcelo González, tomado de Panorama Católico Internacional.

martes, 27 de noviembre de 2012

Fue profanada la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.


Los actos que reflejan un espíritu totalmente acomodado con las máximas del poder mundial, de la globalización y de toda esta ideología masónica del “fraternal” igualitarismo a ultranza (ecumenismo), son actos claros de la perdida de la fe de quiénes presiden y oirganizan dichas ceremonias. Tal es el caso del Arzobispo Primado de Buenos Aires, quién, vaya a saber si por el temor de lo “políticamente correcto” o por simpatizar con las ideología masónicas, ha concedido a una logia de la masonería judía, la realización de un acto litúrgico dentro mismo de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, ahora transformada en galería de nuevos cultos ajenos a la Iglesia católica.
Reproducimos una triste noticia del Blog Página Católica, quién ha cubierto y documentado todo el sacrílego evento.


FUE PROFANADA LA CATEDRAL DE BUENOS AIRES


Se celebró en su presbiterio una liturgia espuria
para conmemorar la Kristallnacht

La B’nai B’rith es una asociación de estructura masónica que, habiendo sido fundada en los EEUU en 1843, hace adeptos exclusivamente entre personas de religión judía.
Los rabinos ortodoxos actuales, una de las tres ramas en que en líneas generales se pueden dividir (liberales, conservadores y ortodoxos), no aceptan que sus fieles se afilien a esa entidad, más o menos por la misma razón que un católico no puede unirse a la masonería.
Son ellos los que, entre otras cosas, difunden la falsedad de que Pío XII tiene culpa por no haber denunciado públicamente la persecución nazi, oponiéndose tenazmente a su beatificación (no le perdonan la conversión del Gran Rabino de Roma Eugenio Zolli).
Los mismos que se rasgan las vestiduras ante la posibilidad de que la FSSPX arregle con Roma; los que pusieron el grito en el cielo porque al ser liberada la Misa Tradicional (Summorum Pontificum), fue  rehabilitada la oración del Viernes Santo que reza por ellos; y, finalmente, son  los que le hicieron la guerra a Mel Gibson por La Pasión, donde tan bien se retrata el rol cumplido por el fariseísmo, enemigo mortal de Jesucristo.
A pesar de estos antecedentes, el Arzobispado de Buenos Aires se asoció a la B’nai B’rith para invitar a una Liturgia de Conmemoración de la Kristallnacht (la Noche de los Cristales Rotos), celebrada en la Catedral Metropolitana el pasado 12 de Noviembre.

Se da el título de Iglesia a los protestantes
Hay historiadores que objetan la versión conocida de la Kristallnacht pero, aún si hubiera sido como dice el Judaísmo y hasta el mismo Papa, no deja de ser una persecución política del Estado Alemán que veía en los hebreos un enemigo nacional, pero no a causa de su religión.
Cabe preguntarse entonces la razón por la cual el Cardenal Bergoglio ha cedido la Catedral para recordar un hecho de esas características, cuando jamás se han conmemorado las luchas y persecuciones sufridas por los cristianos a causa del nombre de Cristo.
¿Cuándo se han recordado allí a los mártires de la masonería en México, o las matanzas provocadas por el marxismo internacional y apátrida, que tiene entre sus fundadores y ejecutores innúmeros apellidos judaicos, en España, o en los países de la Europa Oriental?
¿Se ha dicho algo de nuestros mártires Genta y Sacheri, como no sea impedir el inicio de sus causa de beatificación?

Guión de la liturgia - Página 1

Pero la cosa es más grave aún, porque no ha sido un simple recuerdo el acto de la Catedral, sino una verdadera LITURGIA DE CONMEMORACIÓN, creada por la Comisión de Diálogo Interconfesional de la B’nai B’rith, en base a unos escritos del rabino León Klenicki y del teólogo católico Eugene Fischer, denominada (Liturgia) “De la muerte a la esperanza”.
Queda claro entonces que la ceremonia desarrollada sobre el presbiterio de la Catedral y presidida por el Cardenal Bergoglio, fue aportada por una organización masónica integrada por judíos liberales. Nótese que en la gran mayoría de los casos, son los rabinos progresistas los que asisten a reuniones interreligiosas.
Pero, si aún pudiera agravarse más lo acontecido, esta liturgia tiene el claro objetivo de reemplazar el Sacrifico de Cristo por el Holocausto (etimológicamente: quemar por completo una víctima ofrecida a Dios) del pueblo judío perseguido por los Nazis. Así el judaísmo laicista da por cumplidas las profecías del Siervo Sufriente, no en Cristo naturalmente, sino en el pueblo de Israel convertido en víctima.
¿Será por eso que insisten en denominar Shoá-Holocausto a lo que se debe llamar genocidio? ¿Por qué se llama Holocausto a la muerte de los judíos por razones políticas y Genocidio al martirio de los armenios por su fidelidad a Cristo? Guerra semántica que se llama.
Al final de esta entrada publicamos un video (dividido en dos partes) de la ceremonia a que nos estamos refiriendo (que incluye breves comentarios nuestros).

Ahí se verá al padre Fernando Giannetti intentando analogar la Shoá con el Seder (Pascua judía) y la Santa Misa. Ahí se verá también a la pastora Mariel Pons asimilar la persecución Nazi a la Shoá bíblica. Ahí, se podrá contemplar como, luego de hacer litúrgicamente presente esa persecución por su recuerdo y por el encendido de velas (líturgicas), la asamblea toda recita el Salmo 21/22 que Jesucristo dijo desde la Cruz en su agonía. ¡Más claro imposible!

El Cardenal, ayudado por el rabino Avruj, enciende la sexta vela litúrgica
representativa del último millón de víctimas. 

La Catedral ha quedado más que profanada, execrada, porque un culto herético fue celebrado en el presbiterio que sólo admite el Verdadero y Perpetuo Holocausto de Nuestro Señor Jesucristo.
¿Qué podrá llevar a un cardenal de la Iglesia Católica, cuya púrpura es símbolo de su disposición a derrarmar su sangre por fidelidad a Cristo, a estos extremos propios de un apóstata?

Años atrás, el Dr. Caponnetto en una conferencia sobre Cristo Rey que se puede oír Aquí dijo:

“Hoy los apóstatas, peores que los laicistas, están dentro de la Iglesia. Estamos padeciendo la gravísima situación de templos profanados ya no por las hordas rojas o por las hordas bolcheviques o por las manadas de socialistas o de masones, sino con la anuencia y complicidad de nuestros pastores que permiten que ciertos templos sean profanados... son desertores de la eternidad, sirven al reino de Satanás y la potestad de las tinieblas”.

Pensar que hace pocos días un grupo de valientes arriesgó el cuero para impedir que los abortistas pintaran el edificio de la Catedral...
Durante la Liturgia de Conmemoración de la Kristallnacht, una condena pasó de boca en boca incluyendo la del Cardenal: si el Holocausto tuvo lugar fue por el silencio de los que pudiendo hablar no hablaron. Inclusive el Arzobispo pidió perdón por las faltas de sus mayores: ¿Pío XII incluido según la versión del judaísmo sionista?
Es fácil hacer declaraciones de valentía ahora que los nazis no existen y Hitler está muerto. Pero, qué han dicho o qué dicen todos los que allí se rasgaron las vestiduras por el supuesto silencio de gentes quizá más santas que ellos, frente a las monstruosidades del presente: el genocidio del aborto, las crueldades de Israel con los palestinos, las persecuciones de los cristianos en el mundo entero, la desaparición provocada por los EEUU del catoliscismo en Irak luego de 2000 años de presencia ininterrumpida, el sistema vigente en China, o, más cerca, los 200 presos políticos muertos recientemente en Argentina víctimas de una justicia de doble estandar.
Disculpen nuestros lectores el fuerte calificativo, pero parecen simples hipócritas que cuidad su propio interés.

Dos menciones finales:

El rector de la Catedral, Pbro. Alejandro Russo, no estuvo presente, siendo suplantado en esa función por el padre Fernando Giannetti. ¿Casualidad o causalidad?

Por otro lado, el rabino Alejandro Avruj, quien apoyó en su momento la legalización de las uniones homosexuales, dijo en su discurso que se puede oír completo abajo, que el Judaísmo no es una religión ¿?.
Pasando luego a referirse al presente conflicto militar de la zona de Gaza, y mencionando específicamente a Irán (con quien la Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas desde hace seis décadas), como enemigo de Israel.
Es decir, aprovechó el presbiterio de la Catedral para mezclar a la Iglesia en los asuntos políticos de un estado extranjero. ¿Le habrá dicho algo el cardenal sobre los asesinatos selectivos en curso, o habrá preferido guardar el mismo SILENCIO que él denostó?
Los que tenemos que acabar con nuestro silencio somos los escandalizados católicos que vemos instalarse la abominación en el lugar santo. Dios nos dé las gracias y los medios necesarios para intentar que esto no se repita.

(*) En el presbiterio de la Catedral, desde el cual se dirigió la profanación, fueron colocados 7 asientos (el número perfecto) centímetros por delante del altar. De izquierda a derecha se sentaron Padre Fernando Giannetti, Comisión de Ecumenismo del Arzobispado; Mariel Pons, pastora metodista;  Julio López, pastor prebiteriano; el Cardenal Bergoglio presidiendo la ceremonia, el rabino Alejandro Avruj de la Comunidad NCI-Emanu El; padre Rubén Bergliaffa, SSP; y David Calvo, pastor luterano.


PROFANACIÓN DE LA CATEDRAL DE BUENOS AIRES

Desde los servidores de Gloria TV

Primera Parte


Segunda Parte


Desde los servidores de YouTube:

Primera Parte


Segunda Parte



Para completar el Guión de la liturgia:

Guión de la Liturgia - Página 2.

Guión de la Liturgia - Página 3.


lunes, 26 de noviembre de 2012

No demos pie al error.

“No pongamos el pie en el campo adversario porque le daríamos al enemigo una prueba de nuestra debilidad y ellos tratarían de interpretarlo como un signo y una señal de complicidad”. 
San Pío X, 16 de abril de 1910.

Cita: convencer con la verdad.



“No se hace aceptar la verdad minimizándola, sino presentándola en toda su magnífica intransigencia. Sólo es conquistadora si es total”.
Monseñor Ernest Jouin.

Dictadura inminente.




Un retrato notable de nuestro mundo contemporáneo apareció hace unos meses en el sitio de internet 321gold. El título es intimidatorio: “Decadencia, Descomposición, Denegación y Desesperación”, pero el contenido es ciertamente bien realista. Comenzando con una escena de la calle que puede encontrarse sin duda en todo el este de Estados Unidos, el autor concluye que dentro de unos 15 años una dictadura Orwelliana (cf. Rebelión en la Granja) descenderá sobre su país como resultado de efectos indeseados a partir de causas deseadas. Pero los Estados Unidos, ¿no son típicos de todo el mundo? ¿El mundo entero no está comprando la forma de vida norteamericana? “¡Que el comprador tenga cuidado!”
Este otoño en Wildwood, New Jersey, el autor observó calles llenas de una hueste de hombres y mujeres menores de 50 años, con extraordinario sobrepeso, paseándose por la ciudad en sillas motorizadas subsidiadas por el gobierno, visitando un sitio de comida rápida tras otro para hartarse con golosinas cargadas de azúcar que darían a sus vehiculitos último modelo más trabajo que nunca. ¿Y cuál es la graciosa descripción que él da a este fenómeno? – “El desafío del peso vencido por sillas motorizadas de movilidad superior”. Tal es hoy día el lenguaje de lo “políticamente correcto”, que busca disfrazar la realidad fea con palabras bellas, para fingir que todos los hombres son gentiles, bellos, iguales, jóvenes – ¡fuera los neo-Nazis!
El autor busca causas para este efecto tragicómico: ¿como pudo el pueblo americano que alguna vez ahorraba el 12% de sus ingresos, haber sido persuadido al extremo de hacer explotar las estadísticas de obesidad, la curva saliéndose por fuera del gráfico, con una deuda abrumadora, una forma de vida saturada de comodidades, incapaces de ahorrar nada para ellos mismos, y agobiando a sus hijos y nietos con una insoportable carga de deuda e intereses? Ciertamente hay carencia de temperancia de parte de ellos, dice el autor, pero debe haber algo más siniestro, alguna mente entre bambalinas detrás de tan insensata realidad. El dice que la masa de ciudadanos está siendo manipulada por un gobierno invisible que ha dominado las técnicas modernas de manipulación de masas.
Cita a un pionero de estos amos de los años 1920, Edward Bernays: “La manipulación consciente e inteligente de las masas es un elemento importante de la sociedad democrática...Vastos números de seres humanos deben cooperar de esta manera si es que van a vivir juntos como una sociedad que funcione sin enfrentamiento...Sea en política, negocios, conducta social o pensamiento ético, estamos dominados por un número relativamente pequeño de personas...que comprenden los procesos mentales y los patrones sociales de las masas”. Ellos son “el verdadero poder gobernante del país” y ellos “manejan los hilos que controlan la mente pública”. ¿Con que propósito? Para su propia riqueza y poder.
Son ellos los que han organizado la crisis económica y financiera para su propio beneficio. Ellos han “demolido la economía mundial...han cargado su deuda sin respaldo sobre los hombros de los contribuyentes y de las generaciones venideras, tirando bajo las ruedas del tren a los ancianos y a los ahorristas, robándoles US$400 billones por año en intereses para enriquecerse a sí mismos con ganancias a nivel de burbuja y con bonificaciones fraudulentas”. Y cuando el tapón tenga que ponerse finalmente sobre esta forma de vida insostenible, cuando se derrumbe el castillo de naipes, entonces nuestros amos invisibles ya tienen preparado para nosotros un 1984 Orwelliano, una “dictadura de lágrimas” con policía militarizada equipada con millones de balas, cámaras de vigilancia y aviones teledirigidos por todos lados, encarcelamientos sin cargos, y así sucesivamente. Con todo, dice el autor, es la propia culpa de los ciudadanos que han preferido la ignorancia voluntaria a la verdad, la enfermedad a la salud, las mentiras de los medios al pensamiento crítico, la seguridad a la libertad.
Una sola cosa falta en este admirable análisis: ¿Acaso nuestra elite gobernante podría haber tenido tanta rienda suelta, y/o nuestras masas haberse vuelto tan tontas, si cualquiera de las dos hubiera retenido el mínimo sentido de un Dios que nos juzga a todos a la hora de la muerte, según Sus Diez Mandamientos? Por supuesto que no. Católicos, ¡despierten!

Kyrie Eleison

Mons. Richard Williamson, “Comentarios Eleison” nº 280, 24 de Noviembre de 2012.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Consecuencias de una política conciliadora.



“Para practicar la política de la conciliación cueste lo que costare con los adversarios y a veces con los peores enemigos, los conciliadores recurren a métodos muy amplios, a exposiciones complacientes. Es conocida su terminología: tregua a las divisiones (...) comprensiva flexibilidad, silencio sobre los puntos discutibles (...). Y nada corrige sus ingenuas ilusiones, ni las mofas ni los chascos ni los fracasos. Casi han perdido el sentido de la afirmación y del hablar francamente, y el miedo de chocar y de desagradar al adversario (...) les impide decir un no categórico”.

Monseñor Harscouët