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sábado, 6 de abril de 2013

Nicolás Gómez Dávila y el Concilio Vaticano II.



“Colocar al ‘prójimo’ en lugar de Dios ha sido el propósito del protestantismo liberal del siglo pasado y del progresismo católico post conciliar”. 
“La Iglesia post conciliar pretende atraer hacia el redil, traduciendo en el lenguaje insípido de la cancillería vaticana los lugares comunes del periodismo contemporáneo”. 
“El segundo concilio Vaticano parece menos una asamblea episcopal que un conciliábulo de manufactureros asustados porque perdieron la clientela”.
 
“En el segundo Concilio Vaticano no han surgido lenguas de Fuego sino un ardiente Riachuelo”.
 
“El cristiano progresista se halla tan listo a pactar con el adversario, que el adversario no halla con quien pactar”. 
“El cristiano moderno se siente obligado profesionalmente a mostrarse jovial y jocoso, a exhibir los dientes en benévola sonrisa, a profesar cordialidad babosa, para probarle al incrédulo que el cristianismo no es religión ‘sombría’, doctrina ‘pesimista’, moral ‘ascética’. El cristianismo progresista nos sacude la mano con ancha risa electoral”. 
“El católico progresista sólo tiene el afán de buscar qué más entrega”. 
“Hablar de manera que el auditorio entienda no consiste en predicarle lo que quiere oír. El cristianismo liberal de ayer, el cristianismo progresista de hoy, para convertir al mundo, en lugar de adoptar un lenguaje que el mundo entienda, adaptan el cristianismo al mundo”. 
“El clero progresista no decepciona nunca al aficionado a lo ridículo”.
“El católico progresista recolecta su teología en el basurero de la teología protestante”. 
“El clérigo progresista, en tiempos revolucionarios, puede acabar muerto pero nunca mártir”. 
“Si se trata meramente de organizar un paraíso terrenal, los curas sobran. El diablo basta”.

Nicolás Gómez Dávila, visto en Syllabus.