Habrá novedades en octubre.
Dice el VIS
de la fecha:
“Tampoco ha eludido el Papa el tema de los
sacramentos a los divorciados que se han vuelto a casar. “Creo -ha dicho- que
este sea el momento de la misericordia...Los divorciados pueden acceder a
los sacramentos... El problema atañe a los que han celebrado una
segunda unión..que no pueden recibir la comunión.. Pero, aquí abro un
paréntesis, los ortodoxos tienen una praxis diferente. Siguen la teología de la
economía, como la llaman y dan una segunda posibilidad; lo permiten. Pero
creo que este problema, cierro el paréntesis, se deba estudiar en el
cuadro de la pastoral matrimonial. Uno de los temas de consultar con el
Consejo de cardenales con el que nos reuniremos en ..octubre es como proseguir
en la pastoral matrimonial... También ha estado conmigo hace unos días el
Secretario del Sínodo de los Obispos, para el tema del próximo sínodo y...
hablando... hemos visto este tema antropológico: cómo ayuda la fe a la
planificación de la persona, de la familia y llegar a la pastoral
matrimonial... Estamos en camino hacia una pastoral matrimonial más profunda...
Es un problema de muchos”.
En numerosos pasajes evangélicos
se dice claramente que quien deja a su mujer y se casa (junta) con otra, comete
adulterio. Y más aún, quien mira a mujer ajena con malos deseos, ya adulteró en
su corazón. Sin contar la enseñanza apostólica en las epístolas.
Nadie puede recibir el sacramento
de la Eucaristía en pecado mortal sin comer y beber su propia condenación.
¿Cuál puede ser la “pastoral
matrimonial más profunda”? ¿Por qué la mención de los ortodoxos que aceptan el
divorcio?
Seguramente no pasará de generar
una expectativa, en el mismo sentido que con los homosexuales. La sugerencia de
que se puede alterar la ley divina como si fuese mera disciplina eclesiástica,
cuando aún esta es muchas veces de muy improbable modificación.
Otra vez resulta difícil no ver
un acto de demagogia erosionando la disciplina moral y confundiendo a los
fieles.