Hemos recibido una revista italiana Alfa & Omega (Bimestral de análisis políticos y de orientaciones culturales, fundada en 2004, Ediciones Segno, via E. Fermi 80, Feletto Umberto, 33010 Tavagnacco, Italia, Tel. 0432-575:179; www.edizionise-gno.it).
Hemos tomado del nº 6, un artículo de 21 páginas intitulado “Santo
Padre Pío y la Masonería, una batalla del espíritu que continua”. He aquí el resumen:
En la época del Papa Pablo VI, el Padre Pío, se reunió con
Luigi Villa, sacerdote al que impuso la tarea de dedicar su vida a combatir la
Masonería Eclesiástica. Le dijo: “Coraje, coraje, porque la iglesia ya
está invadida por la Masonería. La Masonería ha llegado ya hasta las pantuflas
del Papa”.
Don Luigi Villa, doctor en teología dogmática, devino agente secreto del
cardenal Ottaviani, jefe del Santo Oficio. En 1971, fundó su revista Chiesa
Viva [1]. Para acallarla, intentaron varias veces asesinarlo, pero la
revista sigue más combativa que nunca. El autor de este artículo, Franco
Adessa, colabora allí desde hace muchos años.
Hace unos 12 años, fue encargado de un estudio concerniente al monumento a
Pablo VI edificado sobre el Sacro Monte de Varese, y publicó en 2000 el libro: A
Pablo VI un monumento masónico, un monumento que glorifica la victoria
de la Masonería sobre el Catolicismo. El mismo se eleva frente a la estatua de
la Santa Virgen Coronada, símbolo de la victoria de la Iglesia sobre el
protestantismo y muralla contra la herejía. Representa a Pablo VI con una mitra
idéntica a la del faraón Akhenaton y el mismo monograma de éste: “Dios, Pontífice
y Rey". El Papa está vestido con el ephod, como el gran sacerdote Caifas,
en oportunidad de la condenación de Cristo.
Al descifrar numerosos símbolos masónicos del monumento, Franco Adessa
concluye que Pablo VI está representado como un ‘Pontífice hebraico’ del grado
18 de la Masonería del Rito Escocés, el grande de los Caballeros Rosa-Cruz,
cuyo secreto es ¡“borrar el sacrificio de Cristo sobre la Cruz”!
Luego F. Adessa fue encargado por Don Luigi Villa de estudiar la “Nueva
Iglesia” dedicada al padre Pío en San Giovanni Rotondo, inaugurada enjulio de
2004. Si la idea directriz del monumento a Pablo VI representa el símbolo
de ¡la victoria de la Masonería sobre la Iglesia Católica y sobre María,
muralla contra esta “madre de todas las herejías” que enfrenta la doctrina de
siempre de la Iglesia de Cristo!; en esta “Nueva Iglesia” la idea directriz es
la glorificación de la Masonería y de su dios Lucifer. Un Lucifer que triunfe
sobre Cristo y la Trinidad, que es reemplazada por la satánica trinidad
masónica. En esta representación geométrica, Lucifer substituye al Cristo sobre
la Cruz (ritual del grado 25), como “Redentor del hombre” (ver el Tabernáculo)
y él fue representado como el “Rey del universo” (ver la cruz de piedra de 40 m
de alto y su geometría, en medio de una creación y de una humanidad divinizada
centro de una estrella de 5 puntas y de una estrella de 6 puntas). La humanidad compuesta de 70
piedras (recordando los 70 pueblos que Dios dispersó en la Torre de Babel), se
eleva con orgullo para construir su segunda “Torre de Babel”.
Estamos en el centro del combate del Apocalipsis en que se sustituye el
culto rendido a Dios por el culto rendido a Lucifer, lo que no es posible sino
con la destrucción de la Iglesia Católica y de la Civilización Cristiana. Es el
objetivo del gobierno mundial según los masones Giuseppe Mazzini y Albert Pike: “Los
ciudadanos recibirán la verdadera luz a través de la manifestación universal de
la pura doctrina de Lucifer, revelada al público luego de la destrucción de la
Cristiandad”.
Aquella que el Padre Pío llamaba la “infame secta de la Masonería”
quiso así vengarse de él. Franco Adessa recuerda el discurso pronunciado en una
logia de París: “A fuerza de ultrajar a Cristo, aboliremos su gloria. Un día el Príncipe
de este mundo, Satán, nuestro Maestro, triunfará sobre Cristo y será adorado
como el verdadero Dios”, y esta estrategia bien conocida: “Corromperemos
al pueblo a través de los sacerdotes y a los sacerdotes a través de nosotros”,
“hagan que el clero marche bajo nuestras banderas pensando que lo hace bajo
la de las llaves apostólicas”.
¿Quién es el verdadero autor del proyecto de construcción de esta “Nueva
Iglesia”, en la que la presencia de la simbología masónica y las
significaciones ocultas son de una importancia capital?
La masonería, por esencia, es una sociedad secreta, con altos iniciados. El
escultor Floriano Badini, autor del monumento a Pablo VI en el Sacro Monte, hizo
también la puerta del Tabernáculo de esta nueva iglesia.
Todos los símbolos no aparecen a los ojos del profano. ¡Pero para los altos
iniciados, son suficientes algunos indicios para descubrir lo que deben
encontrar allí! “Los profesionales que trabajan para el 3o milenio”, tales como
el arquitecto Renzo Piano, obedientes a las órdenes precisas de los “hermanos”,
decían “alegrarse al recibir indicaciones precisas de parte de los
especialistas del Vaticano”, sobre todo de Monseñor Crispino Valenziano que
recibía directrices de su superior, el Cardenal Virgilio Noé, masón notorio.
El Observatorio Romano del 1 de octubre de 1893 dice: “La
Masonería es satánica en todo: en su origen, en su organización, en su acción,
en su fin, en sus medios, en sus códigos y en su gobierno, porque ella ha
llegado a ser una sola y misma cosa con el judaísmo”. Satánica, sí; ¡pero
no estúpida!
F. Adessa publicó su trabajo sobre la “Nueva Iglesia” dedicada al Santo
Padre Pío, pero el mismo no provocó ninguna reacción oficial de parte de los
eclesiásticos que colaboraron en el proyecto; “quien calla, otorga”...
A la pregunta: “¿Cómo es posible que el Vaticano haya podido hacer
construir un templo satánico a expensas de millones de fieles católicos del
mundo entero que han colaborado de buena fe?”. La respuesta es inquietante: ¡o
se trata de personas que se dejaron engañar de manera colosal; o se trata de
personas que sabían lo que hacían! Preste atención a las advertencias dadas por
el Padre Pío en los años 60.
Al final este artículo presenta elementos de la correspondencia entre el
Venerable gran Maestro del Gran Oriente de Italia y el Cardenal Baggio, donde
son nombrados el Vicario general del Vaticano, el Cardenal Francesco
Marchisano, el secretario personal de Pablo VI, Pasquale Macchi, el abate
Marsili Salvatores, Monseñor Aníbal Bugnini [2], el rector del Letrán, Franco
Biffi, el Cardenal Virgilio Noé, y otros, en calidad de “hermanos”, respecto al
tema de la muerte de Pablo VI y la elección de su sucesor.
Estos textos dan lamentablemente razón a las acusaciones del Padre Pío y de
su ‘‘delegado”: Don Luigi Villa, como, también de nuestro autor Franco Adessa.
Fueron asimismo publicadas tres cartas de 1961 del Cardenal Marchisano al
Gran Maestro que detallan el plan de demolición de los seminarios italianos,
piden la participación de la Masonería, y terminan con una “salutación de
afecto servicial” al Gran Maestro. La publicación de esta correspondencia,
difundida entre el clero italiano, no provocó protestas ni desmentidas.
Don Luigi Villa publicó en 1992 la “lista Pecorelli” conteniendo los
nombres de más de una centena de prelados con la fecha de su inscripción en la
Masonería, su número de matrícula y su apodo. También publicó dos libros: “Pablo
VI, ¿Bienaventurado?” y “Pablo VI, proceso a un Papa”, que hablan de “su apertura a la Masonería”
y de sus documentos secretos recuperados por su secretario, luego de su deceso,
que se encontraban en su escritorio.
Nuestro autor concluye que, de todo esto, resulta que “quien manda en
el Vaticano es la Masonería”.
Recuerda las palabras de la Virgen de La Salette: “Roma perderá la Fe
y llegará a ser la sede del Anticristo”, y también de sor Lucía de
Fátima: “Cardenal contra cardenal, obispo contra obispo, y Satán marchará
en medio de ellos...Satán se introducirá finalmente en la cima de la
Iglesia...Lo que se pudrió en Roma caerá y lo que baya caído no se levantará
más... ”
Finalmente, se recuerda la advertencia del Santo Padre Pío, antes de morir:
“Yo armaré más jaleo muerto que vivo”
Notas:
[1] Aparece hasta hoy: Via G. Galilei 121,1- 25123 Brescia (Italia)
[2] Monseñor Aníbal Bugnini, por entonces sólo padre Bugnini fue el
responsable hacedor de la “misa nueva”, como presidente de la comisión que la
dio a luz. Más tarde, cuando trascendió su filiación masónica al público, fue
apartado y enviado a Irán; donde dicen que murió de “muerte natural provocada”.
Es sabido que los masones se comen a sus hijos.
Jacques Villemonais, publicado en “Patria
Argentina” Nº 232, 11 de abril de 2007. Tomado de “Lectures Françaises”,
Nro598, febrero de 2007, Págs. 11, 12 y 13. Visto en Syllabus.