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viernes, 6 de junio de 2014

¿Dios no castiga?


En un Decreto, el Papa Benedicto XV afirma:

“Su Santidad el Papa Benedicto XV, afligido ante el torbellino de la guerra que troncha vidas juveniles, sume en la desolación familias y ciudades y trastorna las naciones más florecientes; considerando que el Señor, el cual castigando sanat et ignoscendo conservat, se conmueve por las oraciones de los corazones contritos y humillados; deseando que más fuerte que el fragor de las armas sea la voz de la fe, de la esperanza y de la caridad, que son las únicas que tienen virtud divina para unir á los hombres en un solo corazón y en una sola alma, mientras invita y exhorta al clero y al pueblo á hacer alguna obra de mortificación expiatoria por los pecados que provocan el justo castigo de Dios, ha dispuesto que en todo el mundo católico sean dirigidos al Señor humildes ruegos para alcanzar de su Misericordia la suspirada paz. A este fin ordena que en todas las iglesias Metropolitanas, Catedrales, Parroquiales y Regulares de Europa, el próximo día siete de febrero, Domingo de Sexagésima, y en las Diócesis de fuera de Europa el ventiuno de Marzo, Domingo de Pasión, sean celebradas especiales funciones según el orden siguiente...”

Benedicto XV, AAS 07 (1915) pp. 16-17.