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viernes, 15 de mayo de 2015

Más efecto Francisco: “No sabemos si hubo algún ‘mariconcito’ en la compañia de Jesús”.


Aunque ya conocíamos su postura opuesta a la ortodoxia católica en temas neurálgicos de doctrina y disciplina, del antiguo secretario de la Conferencia Episcopal Colombiana, constatamos que Mons. Juan Vicente Córdoba Villota, S.J., es otro de los varios obispos que están saliendo del closet gracias a la apertura (de hecho) francisquista hacia los invertidos.
Acá van unas declaraciones a los medios de comunicación que no dejan de sorprender por parte de alguien que ostenta la autoridad episcopal. Y lo más lamentable de todo esto, es que a pesar de sus débiles y políticamente correctas “retractaciones”, lo dicho ya está dicho, y nadie con autoridad va a sancionar a este hereje público.

Visto en Secretum Meum Mihi, 25-May-2015.

No sabemos si hubo algún ‘mariconcito’ en la compañia de Jesús

Perdonarán el lenguaje tan florido utilizado en el titular, pero lo hemos compuesto inspirados en las expresiones de Mons. Juan Vicente Córdoba Villota, S.J., antiguo secretario de la Conferencia Episcopal Colombiana, actual obispo de Fontibón y presidente de la Comisión Episcopal de Promoción y Defensa de la Vida del episcopado colombiano, quien en el día de ayer participando en el foro “Matrimonio y Adopción igualitarios: un camino incluso”, convocado por la Fundación Buen Gobierno, y realizado en la Universidad de los Andes de Bogotá, usó las expresiones —en las cuales nos inspiramos para el título— sintetizadas en esta cita...:

“No sabemos si alguno de los discípulos de Jesucristo era ‘marinconcito’, no sabemos. Tampoco si María Magdalena era lesbiana. Parece que no porque bastantes pasaron por sus piernas, pero no sabemos. Jesús nunca les dijo no caminen así, o no se vistan de una forma. Tampoco les dijo machitos los quiero”

...y que se pueden escuchar en el siguiente video tomado de Noticias Caracol de Colombia.


Bueno, eso fue ayer, porque ya hoy, consultando diferentes medios en Colombia, Mons. Córdoba ha moderado —para no decir retractado— sus expresiones.
“En diálogo posterior con LA F.m. monseñor Córdoba se arrepintió de algunas de sus declaraciones”, señala la estación LA FM.
“Reversazo de monseñor Juan Vicente Córdoba sobre matrimonio homosexual”, titúla BLU Radio.
“Yo soy consciente de que no debía haber utilizado ciertas palabras como "mariconcito", pero lo hice para generar empatía con el auditorio. La iglesia no nos permite ese tipo de "calificativos"”, declaró Mons. Córdoba a W Radio Colombia.
“Son frases desafortunadas que Yo no las diría nunca...”, se escucha decir a Mons. Córdoba en otra entrevista que proporcionaRCN Radio.
“Dije una frasecita que se oye feito en un obispo y que tal vez no debí decir”, señala Mons. Córdoba en una entrevista más concedida a Caracol Radio.
Y no sabemos en qué otros medios de comunicación se habrá disculpado/retractado/echadoreversa.
Mons. Juan Vicente Córdoba Villota, S.J., no es desconocido en este blog, en el pasado hemos registrado otras expresiones suyas polémicas como que para él sí existe la confesión vía internet, o que para la Iglesia es posible aceptar sacerdotisas.
En fin, así que basados en las expresiones de Mons. Juan Vicente Córdoba Villota, S.J., nos quedó la duda de si hubo algún ‘mariconcito’ en la compañia de Jesús.


Actualización May-15-2015 (16:50 UTC): Mons. Juan Vicente Córdoba Villota, S. J., ha emitido una “nota aclaratoria”, la cual tomamos de la página de Facebook del P. Ramón Zambrano, director de Cristovisión, el canal de televisión oficial de la Iglesia en Colombia (bueno, eso es lo que ellos mismos dicen, lo explicamso anteriormente aquí):

NOTA ACLARATORIA DE MONS. JUAN VICENTE CÓRDOBA VILLOTA, OBISPO DE FONTIBON

Fontibón, 15 de mayo de 2015

Los medios de comunicación, nacionales e internacionales, han reproducido ampliamente algunos apartes de mi reciente intervención en un foro convocado por la Fundación Buen Gobierno, la Universidad de Los Andes y la Fundación Colombia Diversa.
Con el fin de evitar interpretaciones erróneas, quiero manifestar a los fieles católicos y a la opinión pública lo siguiente:

1. Acojo plenamente, con firme y plena convicción, la doctrina moral de la Iglesia Católica sobre la homosexualidad que, aunque como mera inclinación sexual no constituye pecado, es justamente considerada como una tendencia “objetivamente desordenada” (cfr. Catecismo, n. 2358).

2. De igual modo, como he repetido en diversas ocasiones, considero “que los actos homosexuales son también intrínsecamente desordenados y contrarios a la ley natural. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso” (cfr. Catecismo, n. 2357). En efecto, “las personas homosexuales están llamadas a vivir la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana” (cfr. Catecismo, n. 2359).

3. Reitero, por tanto, que las afirmaciones realizadas durante el mencionado foro académico no han tenido la intención de controvertir o modificar esta sólida e inamovible posición moral de nuestra Iglesia. La intención de mis afirmaciones no era otra que la de expresar al público asistente, en su mayoría formado por líderes y miembros de la comunidad LGBTI, el respeto que la Iglesia Católica tiene por toda persona humana. Con amor de madre, la Iglesia acoge a todos los hombre y mujeres sea cual sea su condición, consciente de que más allá de sus inclinaciones sexuales e incluso de su comportamiento sexual- toda persona tiene la misma dignidad fundamental ante Dios y ante el Estado. Los hombres y mujeres con tendencias homosexuales “deben ser acogidos siempre con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta” (cfr. Catecismo, n. 2358).

4. Para ilustrar a los asistentes sobre dicha realidad -desconociendo la presencia de medios de comunicación en la sala- me permití utilizar algunas expresiones coloquiales que, fuera del contexto del encuentro académico y del diálogo establecido con los asistentes, resultan claramente desafortunadas. Pido sinceras disculpas a quienes pudieron sentirse escandalizados o heridos por estan lamentables expresiones a las que no puede dárseles ningún valor teológico o moral.

5. A pesar de la polémica suscitada, algo importante hay que resaltar en este acontecimiento. Este primer encuentro oficial y público de un Obispo colombiano con la comunidad LGBTI, demuestra que sí es posible acercarse a quien piensa distinto para estableces un diálogo sincero y franco que nos lleve a derribar los muros ya descubrirnos mutuamente como hermanos. En ese sentido, como Obispo y como sacerdote, me siento satisfecho de haber cumplido este importante paso de acercamiento que, espero, abra el camino para otros encuentros futuros.

6. Quiero agradecer, por último, la comprensión y la oración de mis fieles, de mis sacerdotes y de mis hermanos Obispos, que han sabido interpretar la finalidad pastoral de mis afirmaciones y han valorado mi esfuerzo por llevar a los hijos de Dios, en ocasiones alejados de la Iglesia, el rostro de la misericordia y del amor divinos. Dios los bendiga a todos,

Juan Vicente Córdoba Villota
Obispo de Fontibón


Actualización May-15-2015 (17:52 UTC): La copia facsimilar de la “nota aclaratoria” aparece publicada en el sitio de internet del periódico El Catolicismo.