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miércoles, 28 de octubre de 2015

Francisco: “El mundo nos mira (…) nos llama a colaborar entre nosotros”.


Foto ©EFE

Palabras de Francisco en la Audiencia General interreligiosa, 28-Oct-2015.

Queridos hermanos y hermanas:

Doy la bienvenida y agradezco a todas las personas y grupos de diversas religiones presentes en este encuentro para recordar juntos el 50 aniversario de la Declaración del Concilio Vaticano II Nostra aetate sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. Con este importante documento, la Iglesia manifestaba su aprecio y estima por los creyentes de todas las religiones y todo lo que de bueno y de hermoso hay en ellas. En estos últimos años han sido numerosas las iniciativas, las relaciones institucionales o personales con las religiones no cristianas, encaminadas a promover la amistad y la unión entre los hombres. El Señor desea que todos los hombres se reconozcan hermanos y vivan como tales, formando la gran familia humana en la armonía de la diversidad.

El mundo nos mira a nosotros los creyentes, nos llama a colaborar entre nosotros y con los hombres y las mujeres de buena voluntad que no profesan alguna religión. Es importante continuar con un diálogo interreligioso abierto y respetuoso, que ayude a conocerse más y afrontar juntos muchos de los problemas que afligen a la humanidad, como el servicio a los pobres, a los excluidos, a los ancianos, la acogida a los emigrantes, el cuidado de la creación, así como asegurar a todas las personas una vida más digna. Debemos dejar un mundo mejor de cómo lo hemos encontrado. Y para favorecer este diálogo lo más importante que hacer es rezar, la oración. Cada religión según su propia tradición. Con el Señor todo es posible.

El llamado “diálogo interreligioso” no es para buscar la conversión del que anda en el error, como son quienes se encuentran en las falsas religiones a las cuales Francisco les dirige la palabra, sino para “conocerse más y afrontar juntos muchos de los problemas que afligen a la humanidad, como el servicio a los pobres, a los excluidos, a los ancianos, la acogida a los emigrantes, el cuidado de la creación, así como asegurar a todas las personas una vida más digna.” Palabras de corte totalmente masónico donde Cristo brilla por su ausencia. Las palabras de San Pedro en los Hechos 4, 12 parecen no tener importancia dogmática.

Y la repercusión mediática e ideológica de esta audiencia interreligiosa, por ejemplo, en ABC, 28-Oct-2015.

Papa Francisco: «La prioridad del diálogo entre religiones es rezar unos por otros»

Judíos y musulmanes en la audiencia general del 50 aniversario de la declaración «Nostra aetate»

JUAN VICENTE BOO Corresponsal En El Vaticano

Ante líderes religiosos sobre todo judíos y musulmanes, pero también budistas, hindúes, jainistas y sijs, el Papa Francisco ha afirmado este miércoles que: «la prioridad del diálogo entre religiones es rezar unos por otros: ¡Somos hermanos!». La audiencia general en la plaza de San Pedro ha incluido, un extraordinario momento de oración conjunta en silencio, «cada uno según su propia tradición», terminado espontáneamente en un gran aplauso.

Los líderes de las principales religiones del mundo participan en uncongreso internacional que se está celebrando en la Pontifica Universidad Gregoriana con motivo del 50 aniversario de la declaración «Nostra aetate» del Concilio Vaticano II, que dio un cambio radical hacia el diálogo y la actitud positiva respecto a las demás religiones.

La lluvia de la mañana dio una magnÍfica tregua durante el encuentro en la plaza de San Pedro, donde se veían las más variadas vestimentas tradicionales de todo el mundo y un buen grupo de personas que agitabanramos de olivo a cada referencia a rezar por la paz.

Después de las palabras del cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Dialogo Interreligioso, tomó la palabra el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, que se ocupa también de las relaciones con el judaísmo debido a la raíz común de ambas religiones.

El cardenal Koch dirigió un saludo especial en nombre de la delegación de 150 personas del Congreso Mundial Judío, presidido por Ronald S. Lauder, que celebra en Roma la reunión de su consejo de gobierno.

«Una familia humana»

Entre los fieles se notaba, por las banderas, la presencia de judíos argentinos, en una delegación presidida por el rabino Claudio Epelman, director del Congreso Judío Latinoamericano y buen amigo de Jorge Bergoglio desde hace muchos años en Buenos Aires.

En su discurso, el Santo Padre recordó que «el Concilio Vaticano II fue un momento extraordinario de reflexión, diálogo y plegaria para renovar la mirada de la Iglesia sobre sí misma y el mundo». Añadió que el mensaje de la declaración «Nostra aetate» es absolutamente actual pues subraya «la creciente interdependencia de los pueblos», el «origen y destino común de la humanidad», la «unicidad de la familia humana» y «el aprecio de la Iglesia por los creyentes de todas las religiones, pues no rechaza nada de lo bueno y verdadero que en ellas hay».

A los encuentros interreligiosos para rezar por la paz, iniciados por san Juan Pablo II en 1986 en Asís y continuados por Benedicto XVI, el Papa Francisco ha añadido reuniones en el Vaticano para abordar problemas de la humanidad, como la realizada el año pasado para hacer frente juntos a la esclavitud contemporánea y el tráfico de seres humanos.

Francisco insistió en que «el mundo nos mira a los creyentes, y nos exhorta a colaborar entre nosotros y también con las personas que no profesan ninguna religión para dar respuestas eficaces en numerosos terrenos: la paz, el hambre, la miseria, la crisis medioambiental, la violencia cometida en nombre de la religión, la corrupción, el deterioro moral y la crisis de la familia, la economía, la finanza y, sobre todo, la esperanza».

El Papa reconoció que «a causa de la violencia y el terrorismo se ha difundido una actitud de sospecha o incluso de condena de la religión», y recordó que cada una tiene que hacer frente a los fanáticos de sus propias filas, como ya dijo en varios grandes discursos, especialmente en sus viajes a Turquía y Estados Unidos.