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viernes, 18 de octubre de 2013

Compendio de la conferencia de Mons. Fellay durante el congreso de Angelus Press, en los Estados Unidos.


Habíamos publicado una parte de la conferencia “polémica” del Superior General de la FSSPX Mons. Bernard Fellay, en una traducción no oficial proporcionada por Panorama Católico Internacional, 15-10-2013. Ahora, aparece la traducción en forma de compendiada realizada por el órgano oficial de noticias de la FSSPX.

[Catholic Family News/sspx.org – Traducción castallena DICI n°283 del 18-10-2013) – publicado en el sitio oficial de la FSSPX Distrito de América del Sur]


Durante el congreso de Angelus Press llevado a cabo los días 11 y 12 de octubre de 2013, Mons. Bernard Fellay, Superior General de la Fraternidad San Pío X, dio una conferencia y un sermón el día domingo. En esta ocasión habló de la situación de la Iglesia y del Papa Francisco. En Catholic Family News John Vennari hizo un resumen de estas intervenciones, con el siguiente título: “Mons. Fellay habla del Papa Francisco: «¡Tenemos ante nosotros un verdadero modernista!»” 
Presentamos a continuación la traducción en castellano de esta síntesis de la conferencia del 12 de octubre, cuya grabación integral está disponible en inglés sobre el sitio DICI


Mons. Bernard Fellay advirtió el 12 de octubre: “La situación de la Iglesia es una verdadera catástrofe, y el Papa actual hace que su estado sea diez mil veces peor.” 

Declaró esto en una alocución durante el Congreso de Angelus Press, el cual se llevó a cabo los días 11 y 12 de octubre pasado, en Kansas City. 

Mons. Fellay, Superior General de la Fraternidad San Pío X, dio una larga conferencia el sábado por la tarde, dedicada al Tercer Secreto de Fátima y a la predicción que parece encontrarse en él, relativa a un castigo material y una gran crisis en la Iglesia. 

Nuestro sumario retomará algunos de los aspectos más impresionantes de su conferencia del sábado 12.

Monseñor Fellay citó detalladamente a Sor Lucía, a los que leyeron el Tercer Secreto y a los que conocieron dicho secreto. Observó que Sor Lucía había dicho que si quisiéramos conocer el contenido del Tercer Secreto, bastaba leer los capítulos 8 a 13 del Apocalipsis. (Detalles relativos el Tercer Secreto serán publicados en la entrega de noviembre de “Catholic Family News”). 

La referencia de Sor Lucía a los capítulos 8 a 13 del Apocalipsis causa escalofríos de una manera particular, puesto que el final del capítulo 13 habla de la venida del Antecristo. 

Mons. Fellay recordó, que el Papa San Pío X había dicho en los comienzos de su pontificado que el “hijo de perdición” ya podía estar sobre la tierra. Notó, asimismo, que la oración original a San Miguel del Papa León XIII menciona que Satanás busca establecer su sede en Roma. 

El Superior General citó al Cardenal Luigi Ciapi, teólogo de todos los papas desde Pío XII hasta Juan Pablo II, el cual dijo: “En el Tercer Secreto leemos, entre otras cosas, que la gran apostasía en la Iglesia comienza por la cumbre”.

Comentó asimismo la famosa y espectacular entrevista del Padre Fuentes con Sor Lucía en 1957, durante la cual ella reafirmó que “las diversas naciones desaparecerán de la faz de la tierra”, y que “el diablo hará todo lo posible para vencer las almas consagradas a Dios”. 

Puesto que esta confusión y desorden afecta a los ministros de Dios, los fieles están abandonados a sí mismos por lo que respecta su salvación. La ayuda que normalmente debe ser proporcionada por eclesiásticos no está. Es “la mayor tragedia que se pueda imaginar para la Iglesia”. 

Los tiempos son muy graves. Debemos realmente preocuparnos por nuestra salvación “y, para alcanzarla, estamos privados de un elemento muy importante, que es el apoyo de las autoridades [de la Iglesia].¡Qué tragedia!”

Habló de las palabras reconfortantes de Sor Lucía que decía que Dios nos dio los dos últimos remedios: el Santo Rosario y la devoción al Corazón Inmaculado. 

Roma y la Fraternidad San Pío X

Mons. Fellay aludió a la situación difícil de 2012, cuando las relaciones entre la Fraternidad San Pío X y el Vaticano: “Cuando vemos lo que sucede ahora [con el Papa Francisco], damos gracias a Dios, damos gracias a Dios de que hayamos sido preservados de cualquier género de acuerdo el año pasado. Podemos decir que uno de los frutos de la cruzada [del Rosario] que hemos hecho, es haber sido preservados de semejante desgracia. A Dios gracias. Por supuesto no se trata de que nosotros no queramos ser católicos; queremos ser católicos y somos católicos, tenemos el derecho de ser reconocidos como católicos. Pero no vamos a arriesgar nuestros tesoros por eso. Por supuesto que no.”

Prosiguió: “¡Cómo imaginar que algunas personas sigan pretendiendo que tengamos la intención de lograr un acuerdo con Roma! ¡Pobre de ellos! Les hago un reto: ¡que me lo demuestren! Pretenden que pienso diferente de lo que hago. No están en mi cabeza.” 

Respecto de las discusiones con Roma: “Cualquier género de procedimiento con vistas a un reconocimiento se acabó cuando las autoridades romanas me entregaron el documento para firmar, el 13 de junio de 2012. Ese día les dije: «No puedo aceptar este documento». Les dije desde el comienzo, en septiembre del año anterior, que no podíamos aceptar aquella «hermenéutica de la continuidad», puesto que no es verdad, no corresponde con la realidad. Va en contra de la realidad. Por eso no la aceptamos. El Concilio no está en continuidad con la Tradición. Es así. Entonces cuando el Papa Benedicto XVI pidió que reconociésemos que el Concilio es parte integrante de la Tradición, hemos dicho: «Disculpe, pero no es así, por lo tanto no vamos a firmar. No vamos a reconocer eso».” 

“Lo mismo respecto de la misa. Quieren que reconozcamos no sólo que la [nueva] misa es válida con la condición de que sea celebrada correctamente, etc., sino también que es lícita. Yo les dije: no usamos esta palabra. Es un poco confusa, nuestros feligreses ya están un poco confundidos en lo relativo a la validez, por eso les decimos: «La misa nueva es mala, es mala; y eso lo comprenden bien. ¡Punto final!» Por supuesto las autoridades romanas no estaban muy contentas.” 

Añadió: “Jamás, asimismo, fue nuestra intención pretender que el Concilio sea considerado como bueno, o que la misa nueva sea «legítima». 

“El texto [del 15 de abril de 2012] que hemos presentado a Roma era, digamos, un texto delicado que debía ser comprendido bien, se lo debía leer a la luz de un gran principio que lo dirigía todo. Ese gran principio no era para nada nuevo en la Iglesia: «no fue prometido a los sucesores de Pedro el Espíritu Santo para que por revelación suya manifestaran una nueva doctrina, sino para que, con su asistencia, santamente custodiaran y fielmente expusieran la revelación trasmitida por los Apóstoles, es decir el depósito de la fe». Es un extracto de la definición de la infalibilidad [definida por Vaticano I]. Éste era el principio, la base de todo el documento, el cual excluye desde el principio cualquier género de novedad. 

“De este modo, tomar cualquier oración del texto, excluyendo este principio, corresponde a tomar frases que nunca fueron nuestro pensamiento ni nuestra vida. Estas frases, en sí mismas, son ambiguas, y por esta razón, a fin de disipar esa ambigüedad, queríamos introducir este principio. Lamentablemente quizás era demasiado sutil y por eso hemos retirado ese texto, porque tal como estaba escrito no era suficientemente claro.

“Por consiguiente está muy claro que nuestro principio sigue siendo el mismo: ¡permanecer fieles! Hemos recibido un tesoro. Este tesoro no nos ‘pertenece’. Lo hemos recibido y debemos entregarlo a la generación siguiente. Lo que se nos pide, es la fidelidad. No tenemos el derecho de poner en peligro estos tesoros. Son tesoros que tenemos en nuestras manos y no vamos a ponerlos en peligro.” 

El Papa Francisco

Luego Mons. Fellay volvió a hablar de la declaración de Sor Lucía, en 1957, recordando que el Rosario y la devoción al Corazón Inmaculado son los dos últimos remedios entregados por Dios a la humanidad.

Explicó que “seguramente nos espera un castigo «material» del mundo. Estamos ante algo grave. ¿Cómo? ¿Cuándo? No sé. Pero si reunimos todos los elementos, está claro que Dios está cansado de los pecados cometidos por el hombre.” 

Hizo alusión en ese momento a los pecados que claman al cielo, como el aborto y los pecados contra naturaleza, lo cual se refería a la “re-definición” contra naturaleza del matrimonio y de los pecados originados por ello. Habló asimismo de la persecución de los cristianos que parece acercarse. 

“¿Qué debemos hacer? No entren en pánico, puesto que el pánico no sirve para nada. Uds. deben hacer su trabajo –su deber cotidiano–. Esta es la mejor manera de prepararse.” 

Continuó diciendo que atravesamos “tiempos muy espantosos”, pero que algo podemos hacer. Observó que “la situación de la Iglesia es una verdadera catástrofe. Y el Papa actual hace que su estado sea diez mil veces peor.”

“Al comienzo del pontificado de Benedicto XVI, yo dije: «la crisis de la Iglesia va a continuar, pero el Papa trata de apretar los frenos». En otros términos, la Iglesia va a seguir cayendo, pero con un paracaídas. Y desde el inicio del presente pontificado [el del Papa Francisco], digo: «él corta los cordones, y le ata un cohete [orientado hacia abajo]».” 

“Si el Papa actual conserva la misma dirección que adoptó, va a dividir la Iglesia. Hace volar todo. Entonces algunos dirán: es imposible que sea papa, no lo aceptamos. Otros dirán [esta es la posición de Mons. Fellay]: «Esperen, considérenlo como papa, pero no lo sigan. Él provoca enojo. Mucha gente se va a desalentar por todo lo que se hace en la Iglesia» y serán tentados de «colgar la toalla».” 

Pero Dios, recordó él, es “mucho, mucho más grande que nosotros. Dios es capaz de permitir a la Iglesia de continuar” y puede obrar aun por medio de estos ministros imperfectos. “Pero nuevamente”,repitió, “no los sigan. Síganlos cuando dicen la verdad, pero cuando les digan tonterías, no los sigan en esos puntos. La obediencia, para ser verdadera, debe ser ligada a Dios. Cuando decimos que obedecemos a una persona, ella debe ser un «espejo de Dios». Pero cuando el espejo me dice lo contrario de lo que Dios dice, ya no es espejo y entonces no lo sigo más.” 

Mons. Fellay notó que no podemos obedecer simple y ciegamente a los papas actuales, puesto que eso sería destruirnos, sería poner en peligro nuestra fe. 

Siguiendo a Sor Lucía, a los Papas León XIII y a San Pío X, Mons. Fellay advirtió con más fuerza todavía que “tal vez estamos entrando en el tiempo del Anticristo, pero que no podemos conocer con precisión el lugar, ni dentro de cuánto tiempo esto pueda suceder.” 

(Fuente: “Catholic Family News” – Traducción castellana DICI n°283 del 18/10/13) 


Extractos del sermón de Mons. Fellay en Kansas City, el 13 de octubre de 2013

Presentamos los extractos más significativos del sermón dado por Mons. Bernard Fellay, Superior General de la Fraternidad San Pío X, durante la Misa pontifical celebrada el domingo 13 de octubre en la iglesia San Vicente de Paul, en Kansas City, durante el Congreso de Angelus Press. Agradecemos vivamente la ayuda de John Vennari.

La grabación integral de este sermón está disponible en inglés en el sitio DICI
 


Mons. Fellay desarrolló ciertos puntos relativos a Fátima, al secreto, a las relaciones entre la Fraternidad y Roma en 2012, y luego mencionó algunos de los numerosos problemas relacionados con el Papa Francisco.

“Desde el comienzo”, dijo, “tenemos la impresión de que algo no va con este papa. Desde el inicio quiso distinguirse, ser diferente de los demás.” 

“Debemos mirar”, declaró Mons. Fellay, “cuál es su visión de la Iglesia, su visión del Concilio, y cuáles son sus perspectivas.”

En el momento de las Jornadas mundiales de la juventud, hacia fines de julio de este año, Francisco inició una serie impresionante de discusiones, entrevistas, llamadas telefónicas, etc. “Por ahora no podemos tener una idea precisa, pero tenemos de que aterrorizarnos.” 

Declaraciones contradictorias del Papa

Según es característico del modernista, sobre lo cual San Pío X nos avisa en la Pascendi, el modernista hablará a veces en forma herética, y después de manera ortodoxa. Mons. Fellay dio un ejemplo de una de esas contradicciones. Mencionó la entrevista de inicio de octubre que el Papa concedió al periodista ateo, Eugenio Scalfari, en el diario romano La Repubblica. Francisco parece promover allí un peligroso relativismo.

Scalfari: Santidad, ¿existe una visión del Bien única? ¿Y quién la establece? 

Papa Francisco: Cada uno de nosotros tiene una visión del Bien y también del Mal. Nosotros debemos incitarlo a proceder hacia lo que él piensa que es el Bien. 

Scalfari: Usted, Santidad, ya lo había escrito en la carta que me dirigió. La conciencia es autónoma, dijo, y cada uno debe obedecer a la propia conciencia. Pienso que ese es uno de los pasajes más valientes dichos por un Papa. 

Papa Francisco: Y aquí lo repito. Cada uno tiene su idea del Bien y del Mal y debe elegir seguir el Bien y combatir el Mal como él los concibe. Bastaría esto para mejorar el mundo. 

Con bastante emoción, Mons. Fellay declaró al respecto de la respuesta del Papa: “¡Esto no es para nada católico! Porque lo que pienso no tiene ningún valor si no corresponde con la realidad. La primera realidad, ¡es Dios!... ¡Dios es la única bondad y la referencia para todo lo que es bueno!...” 

Tenemos una conciencia, pero nos dirigimos hacia el cielo sólo si nuestra conciencia es un espejo de Dios. La conciencia debe ser formada según la ley de Dios. “Por consiguiente”, afirmó, “pretender que cada uno pueda seguir su propias ideas, es una necedad. No tiene nada que ver con la enseñanza católica. Es un relativismo absoluto.”

Sin embargo, algunos días después, el Papa Francisco habló de la necesidad de combatir el diablo, de la batalla final contra el diablo, que nadie puede luchar a medias contra el demonio y que debemos combatir el relativismo.

“Francisco declaró lo contrario de lo que dijo a La Repubblica.” 

¿Cuál es la visión del Papa Francisco sobre Vaticano II? 

Mons. Fellay afirma que el Papa Francisco “está convencido de que el Concilio fue un éxito completo. ¿Cuál era la finalidad principal del Concilio?: releer la fe a la luz de la cultura moderna.” Se podría decir:“Encarnar el Evangelio en el mundo moderno.” Francisco “se alegra mucho de eso…” y estima que “el Concilio dio muchos buenos frutos. El primero ejemplo que proporciona es la liturgia –la liturgia reformada–. Es el hermoso fruto del Concilio. Esto es lo que dice. Y está muy satisfecho de eso.” 

Francisco nos afirma que “aquella re-lectura del Evangelio en la cultura moderna es irreversible, y por eso no vamos a volver hacia atrás. ¿Cómo quieren que estemos en acuerdo con él? Estamos ante un combate mayor.”

El Papa Francisco y la Misa

Respecto de la liturgia y de la Misa antigua, Francisco habla del “Vetus Ordo” (el antiguo orden). Estima que Benedicto probablemente contribuyó a restaurar la Misa antigua, como una medida prudencial para aquellos que todavía están aficionados a ella. “Pero no esperen que Francisco vuelva a la Misa antigua. Quizás permita que se la celebre en paz. Sólo Dios sabe.” 

Pero Francisco “ve que hay un problema con esta Misa antigua. Porque hay gente que ideologiza esta Misa. Adivinen a quiénes se refiere… no es necesario aclararlo. Entonces, ¿qué será de nosotros?…”Lo que veo, es que en él hay una obsesión por la gente que se orienta hacia el pasado. Escuchen las palabras del Papa:

Papa Francisco (en su entrevista con los jesuitas): “Lo que considero preocupante, es el peligro de ideologización, de instrumentalización del Vetus Ordo… Un cristiano restauracionista, legalista, que lo quiere todo claro y seguro, no va a encontrar nada. La tradición y la memoria del pasado tienen que ayudarnos a reunir el valor necesario para abrir espacios nuevos a Dios. Aquel que hoy buscase siempre soluciones disciplinares, el que tienda a la «seguridad» doctrinal de modo exagerado, el que busca obstinadamente recuperar el pasado perdido, posee una visión estática e involutiva. Y así la fe se convierte en una ideología entre tantas otras. Por mi parte, tengo una certeza dogmática: Dios está en la vida de toda persona.”

Mons. Fellay prosigue: “La impresión que tenemos con el Papa actual, es que le agradan las expresiones mitigadas, aproximadas: quiere a toda costa evitar lo que es demasiado claro y cierto. Pero la fe es así, porque Dios es así. Ahora bien, no es lo que él piensa.” 

Otra cita inquietante del Papa Francisco (en la entrevista con los jesuitas): 

“Si una persona dice que ha encontrado a Dios con certeza total y ni le roza un margen de incertidumbre, algo no va bien. Yo tengo esto por una clave importante. Si uno tiene respuestas a todas las preguntas, estamos ante una prueba de que Dios no está con él. Quiere decir que es un falso profeta que usa la religión en bien propio. Los grandes guías del pueblo de Dios, como Moisés, siempre han dado espacio a la duda.”

Como respuesta, Mons. Fellay exclama: “¿Cuál es su Evangelio, pues? ¿Qué Biblia tiene para decir semejantes cosas? Es espantoso. ¿Qué tiene que ver con el Evangelio? ¿Con la fe católica? Es puro modernismo, queridos fieles. Estamos ante un verdadero modernista.”… 

“Cuánto tiempo será necesario para que las personas investidas de autoridad en la Iglesia se levanten y digan: «¡No podemos aceptar!» [esta nueva enseñanza]. Espero que eso ocurra, y rezo por esta intención. Pero significa que habrá una inmensa división en la Iglesia.” 

Francisco nos dice igualmente que es un gran admirador del cardenal jesuita ultraliberal Martini (ya fallecido). Martini escribió un libro llamando a una revolución total en la Iglesia. “Esto es lo que quiere Francisco. ¡Y comentó que los ocho cardenales que eligió para ayudarle a reformar la Iglesia piensan como él!”

Mencionando como último ejemplo el ecumenismo, Mons. Fellay dijo que el Papa Francisco sostiene que“muy pocas cosas fueron hechas en esta dirección.” Es increíble, estima el Superior de la Fraternidad, puesto que el ecumenismo originó una catástrofe indecible en la Iglesia, llevando las naciones cristianas a la apostasía. “Sin embargo el Papa actual dice que ‘muy poco, casa nada se hizo en este sentido’… y añade: «¡pero tengo la humildad y la ambición de hacer algo!»” 

¡Aferrarse a la Tradición y al Rosario! 

A modo de conclusión Mons. Fellay declaró: “El misterio del eclipse de la Iglesia nunca fue mayor. Se presentan para nosotros momentos durísimos. No tenemos que ilusionarnos. Está claro que la única solución es mantener fuertemente lo que tenemos, conservarlo, no dejar que se pierda de ninguna manera…

“El Papa San Pío X dijo que la esencia de todo católico era aferrarse firmemente al pasado, y que en este sentido todo católico es tradicional. El Papa actual dice exactamente lo contrario: «olvídense del pasado, marchen hacia la incertidumbre del futuro…» 


“Ciertamente necesitamos al Corazón Inmaculado de María. Estamos viviendo el Secreto de Fátima. Sabemos lo que debemos hacer: rezar, rezar, rezar y penitencia, penitencia, penitencia. Rogar al Corazón Inmaculado de María, medio que nos ha sido dado precisamente para estos momentos difíciles… y rezar el rosario.”

“Pueden estar seguros”,
 dijo Mons. Fellay, 
“que se acerca una nueva Cruzada del Rosario. Acudamos al Rosario. Recémoslo todos los días. Vivimos en una época muy peligrosa para la fe y necesitamos esta protección celestial que se nos prometió y otorgó. ¡A nosotros nos corresponde usarla!... Debemos progresar en la intimidad con la Virgen María y Dios.”

Nota de Stat Veritas: La interna de la FSSPX, luego de estas declaraciones sigue vigente, y le responde con algunas sólidas objeciones con respecto a sus vacilaciones de gobierno a la hora de un acuerdo doctrinal con las autoridades romanas aquíaquí y aquí.