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miércoles, 22 de enero de 2014

Cardenal Maradiaga a Müller: “deberías ser más flexible”.


Ya habíamos hablado y demostrado, con sus propias palabras, el modernismo del cardenal Maradiaga, coordinador del G8 de Francisco y defensor de la comunión a los divorciados vueltos a casar. Ahora, Maradiaga,  va a acusar de inflexible y conservador al ahora cardenal Gehrard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Con el pretexto de que se necesita más “pastoral” y “menos doctrina”, según Maradiaga, se han venido justificando cambios realmente graves en la doctrina. Se dice que es solo “pastoral” pero, la “nueva pastoral” ha demostrado que debajo de ella misma hay una nueva doctrina distinta a la doctrina católica. En definitiva, con el pretexto de usar una nueva pastoral, se termina reemplazando la doctrina católica por otra.

Artículo aparecido en Vatican Insider, 21-Ene-2014.

Maradiaga a Müller: «Deberías ser más flexible»

ANDREA TORNIELLI
CIUDAD DEL VATICANO

El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe Gehrard Müller «es un profesor de teología alemán, en su mentalidad solo hay verdadero y falso... Pero, hermano mío, el mundo no es así, tú deberías ser un poco flexible cuando escuchas otras voces. Por ahora escucha sólo a su grupo de consejeros». Es un fragmento de la larga entrevista que el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa y coordinador del grupo de los ocho consejeros cardenales del Papa, concedió al periódico alemán «Koelner Stadt-Anzeiger».

En la conversación, Maradiaga habló sobre diferentes argumentos. «Estoy profundamente convencido –dijo– de que estamos al principio de una nueva era en la Iglesia, como hace cincuenta años cuando Juan XXIII abrió la ventana para que entrara aire nuevo». Francisco, explicó, «está cerca de las personas, sin vivir en un trono sobre ellas sino viviendo entre ellas». La Iglesia, añadió, «no está en manos del hombre, sino que es obra de Dios. Estoy seguro de que en marzo de 2013 Dios puso en juego su mano, puesto que, según los criterios humanos, otro se habría convertido en el Papa».

Al hablar sobre el enfoque de Francisco, de su invitación a salir para evangelizar, Maradiaga dijo: «Esto significa más pastoral que doctrina». Y, al responder a una pregunta sobre los sacramentos a los divorciados que han contraido segundas nupcias, aclaró: «La Iglesia debe seguir los mandamientos de Dios» y lo que Jesús «dice sobre el matrimonio: lo que Dios ha unido no puede ser separado por el hombre. Pero hay diferentes enfoques para aclarar esto. Después del fracaso de un matrimonio podríamos, por ejemplo, preguntarnos: ¿los esposos estaban verdaderamente unidos en Dios? Allí hay mucho espacio todavía para un examen profundo. Pero no se va hacia esa dirección en la que mañana es blanco lo que hoy es negro».

Al hablar sobre el próximo Sínodo, el cardenal afirmó: «Le pregunté al Papa por qué un nuevo Sínodo sobre la familia», después del de 1980 y después de la exhortación de Juan Pablo II “Familiaris consortio”. «El Papa respondió: eso sucedía hace treinta años; hoy, para la mayor parte de las personas, la familia de entonces casi no existe. Tenemos separaciones, familias extendidas, muchas personas que crecen solas a sus hijos, maternidad en alquiler, matrimonios sin hijos, sin olvidar las uniones entre personas del mismo sexo. En 1980 estas cosas ni siquiera se veían en el horizonte».

«Todo esto exige respuestas para el mundo de hoy –continuó Maradiaga– y no es suficiente decir: para esto tenemos la doctrina tradicional. Obviamente la doctrina tradicional será mantenida», pero hay «desafíos pastorales» en cada época a los que no se puede responder con «el autoritarismo y el moralismo», porque esta «no es nueva evangelización».

Al hablar específicamente sobre el prefecto Müller (todo surgió del artículo con el que el neo-cardenal, en vista de la discusión sobre la familia, cerraba la vía a cualquier apertura en relación con los sacramentos a los divorciados que se han vuelto a casar), Maradiaga dijo: «Creo que lo entiendo. Es un alemán, hay que decirlo, es sobre todo un profesor de teología alemán, en su mentalidad sólo existe lo verdadero y lo falso. Pero yo digo: mi hermano, el mundo no es así, tú deberías ser un poco más flexible, cuando escuchas otras voces. Y no solo escuchar y decir no». El purpurado hondureño se dijo seguro de que Müller «llegará a comprender también otras posiciones», aunque ahora solo escuche «al grupo de sus consejeros».

Al hablar sobre las reformas, Maradiaga citó la del Sínodo de los obispos, la de la Secretaría de Estado y habló sobre la necesidad de crear una Congregación para los Laicos, que son «mayoría en el pueblo de Dios». En cuanto a las resistencias internas contra la reforma, el cardenal explicó: «La Curia no es un bloque monolítico». El entrevistador entonces preguntó si un Papa de 77 años tiene tiempo suficiente para sacar adelante la reforma de la Iglesia. «Creo, sobre todo –respondió el cardenal– que estamos en un punto del que no podemos volver. Por otra parte el Papa tiene una energía que me sorprende siempre. Antes del Cónclave hablábamos entre nosotros y me dijo: “ya presenté mi renuncia”». como obispo de Buenos Aires. «Después fue elegido Papa y desde entonces está como transformado...».

A partir de una pregunta sobre el estado de salud de Bergoglio y los problemas que tiene en los pulmones Maradiaga contó una anécdota del Cóncalve: «Esta era la propaganda negativa con la que algunos del “inner circle” antes del Cónclave trataban de dañarlo». Por ello el cardenal contó que había hablado sobre la cuestión con Bergoglio durante una comida: «Le pregunté si era cierto que solo tenía un pulmón y que estuviera delicado de salud. Él se empezó a reír y dijo: “tuve un quiste en la parte alta del pulmón izquierdo, me lo quitaron y salió bien”» (el Papa se refería a la operación a la que se sometió en los años cincuenta). «Entonces –continuó Maradiaga– me levanté y fui de mesa en mesa diciendo: los que dicen que Bergoglio tiene solo un pulmón van por camino equivocado...».

Después el cardenal habló sobre la «masiva» oposición en su contra y en contra del Papa. «Tal vez masiva –comentó–, pero no numerosa. La mayor parte de los católicos siguen al Papa, sus adversarios son quersonas que no conocen la realidad. Por ejemplo, hay círculos ecoómicos estadounidenses que demuestran malhumor por las críticas al capitalismo» que aparecen en la “Evangelii gaudium”. «Pero, ¿quién dijo que el capitalismo es perfecto? ¿Quién provocó las recientes crisis del mercado financiero? De seguro no fueron los pobres, sino la rica América rica y la rica Europa. Esta crisis no es un invento de la Teología de la liberación ni una consecuencia de la opción por los pobres. Los que no critican el capitalismo se equivocan. No es el Papa quien se equivoca. Por favor, dejen que lo critiquen y que se irriten... yo trato de seguir mi consciencia».

Maradiaga, al responder sobre la riqueza de la Iglesia alemana, dijo que «ayudar a los pobres no significa ser pobre». El purpurado hondureño elogió a la Iglesia alemana por esto: «No hay una Iglesia local en todo el mundo que ofrezca tanta ayuda, ¡ninguna!». Al final, el cardenal habló sobre el obispo de Limburgo, Franz-Peter Tebartz-van Elst, acusado de gastos faraónicos (alrededor de 30 millones de euros) para la remodelación del obispado y de su residencia. «Sufro por los católicos alemanes por el problema que hay ahí... Pero de este caso puede surgir incluso algo positivo». Y dijo esperar que en la «gestión eclesiástica se afirme esta consciencia: deberíamos cambiar un par de cosas entre nosotros, no solo en Limburgo».

Maradiaga dijo que cree que el obispo Tebartz-van Elst no debería volver a la diócesis: «Quien ha cometido un error debería reconocerlo para pedir perdón y buscarse otro lugar. Muchos fieles están heridos...». Y, con respecto al estilo de vida de Papa Francisco, añadió: «Es evidente que su llamado para una Iglesia pobre y su estilo de vida han sido siempre coherentes, tanto cuando era un jesuita, como cuando era arzobispo y ahora que es Papa». Para concluir, siempre en relación con el obispo de Limburgo, Maradiaga subrayó: «A las personas como el Papa o como yo que venimos de América Latina, les resulta difícil comprender. Obviamente sus estándares de vida son diferentes con respecto a los nuestros. Pero, a pesar de ello, mucho de lo que he escuchado no era necesario: una ducha y un inodoro. Con esto basta. De cualquier manera, es suficiente para la mayor parte de las personas. Y es suficiente para el Papa».

Hay que recordar que hace apenas dos días, en una entrevista con la edición digital de la «Mittelbayerischen Zeitung», el prefecto de la Casa Pontificia (además de secretario particular de Benedicto XVI), mons. Georg Gänswein, se dijo convencido de que el obispo de Limburgo será perdonado: «Creo que la investigación para esclarecer las acusaciones de despilfarro de dinero, no-comunicación y ausencia de órganos de control, concluirá a favor del obispo».