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jueves, 3 de enero de 2013

Un show digno de Broadway.



Misa con globos del Cardenal Schönborn

Para quiénes han perdido la fe y la han transformado en otra fe, la liturgia se ha convertido literalmente en un “show”. Podríamos decir que en un “Show de Broadway”, sin exageraciones. El padre Terzio, en su Blog Ex Orbe, nos muestra que el “show” realmente existe. Nada más ni nada menos que en la Catedral de San Esteban, en la diócesis Viena en “plena comunión”. 
¿Qué resta preguntarnos al ver estos actos que tocan lo sacrílego? Es obvio que alguien que realiza un show de la liturgia, no puede estar convencido de que la santa Misa es el mismo Sacrificio de Cristo en la cruz renovado de manera incruenta. ¡Dónde ha quedado la gravedad y el misterio de la cruz! Y estos personajes que, sin ningún escrúpulo y sacrílegamente, -intencional o no intencionalmente, no lo sé- se burlan de la cruz y de la Misa, difundendo con estas aberraciones, otra fe completamente alejada del Evangelio y de la Tradición apostólica que la Iglesia católica siempre enseñó durante dos mil años.


No es una inocentada retrasada




En la Catedral de San Esteban, en Viena, en el presbiterio, ante el Altar Mayor, con un cura (el párroco de la Catedral, al parecer) revestido con una casulla decorada con dos franjas del arcoiris gay-lesbi del mariconerío militante, asistido por una ‛acólita’ con sotana y roquete, montaron esta secuencia del musical Sister Act.
Ya han pasado los días del bochorno y el escándalo, ya nadie se lleva las manos a la cabeza, ya parece que hasta gusta e incluso se espera que el cura ocurrente de turno se invente algo y añada la aberración de cada día a la Sagrada Liturgia, cada vez más descralizada y menos litúrgica.
Abochorna ver en la cúspide jerárquica a obispos que se resisten a la recuperación de la Misa tradicional, que jamás consentirán una Misa en sus catedrales, que prohíben a sus sacerdotes celebrar la Misa, pero que se prestan gustosos a bailar en la raya de la profanación y el sacrilegio, como si lo Sagrado que tienen gravemente encomendado fuera una broma, una ocasión para el chiste vulgar y la frivolidad de un vodevil.
Hoy en Viena, mañana en París, y otro día en Madrid, y en Sevilla, en Buenos Aires, en México, en New York, en London...por todo el mundo.

En Roma también.

Y la gente mira, apláude, sonríe, participa...

...Pero la fe se va.


+T.

Visto en Ex Orbe.