sábado, 24 de diciembre de 2011

Necesario Niño.


Constantemente en las noticias de hoy aparece la crisis mundial financiera y económica, especialmente en Eurolandia. Un comentarista Holandés (Court Fool.info) propone una solución clásica: sacarle el dinero del Estado de las manos a los banksters. La Navidad puede parecer un momento extraño para considerar tales problemas de dinero, pero toda la cuestión es saber si las soluciones aparentes son realmente soluciones.
A menos que el Euro haya sido positivamente diseñado como un medio para forzar una unidad política por encima de la variedad de las naciones europeas, estuvo, como moneda común para una docena de economías nacionales muy diferentes, condenado desde el vamos. Para empezar permitió realmente a las naciones miembros más pobres pedir prestado y gastar, pedir prestado y gastar, mientras ayudó a las naciones más ricas a exportar y prestar, exportar y prestar, pero el proceso no podía seguir por siempre. Cuando los países más pobres ya no pueden pagar ni siquiera el interés de sus deudas, los países mas ricos están también amenazados con la parálisis de sus economías por la quiebra de sus mayores bancos que han hecho los disparatados préstamos.
En ese momento la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, cooperan para proveer financiamiento de emergencia, en otras palabras, para resolver el problema de la deuda con mas deuda! Sin embargo, una condición para recibir estos fondos es que los países que están endeudados mas allá de toda esperanza, deben someterse a una tutela internacional la cual impondrá recortes de gastos que harán a los gobiernos nacionales cada vez menos capaces de gobernar. En cuanto a los gobiernos más ricos, ellos también tendrán que hacerse impopulares recortando sus gastos, con el objeto de cubrir las pérdidas provocadas por los disparatados préstamos de sus mayores bancos, dice el Sr. de Ruijter.
Ahora viene su solución. El dice que es sencillo. En lugar de inyectar docenas de billones mas en un Euro que está condenado a desaparecer tarde o temprano, y en lugar de que las agencias internacionales impongan recortes de gastos, “podemos establecer el dinero de Estado”. Un banco central Estatal reemplazará al actual banco central el cual, como en la mayoría de los Estados del mundo, está ahora bajo control privado. Únicamente el banco Estatal estará autorizado a crear moneda. Todos los préstamos se entregarán como dinero Estatal. A todos los bancos privados o no-Estatales se les prohibirá inflar sus balances artificialmente, en otras palabras el sistema bancario de reserva fraccional será prohibido (ver EC 224). Estos bancos no-Estatales recibirán una retribución por sus servicios, pero no estarán autorizados a cobrar intereses.
¿Y quién controlará al banco Estatal? El Sr. de Ruijter escribe, “esto caerá bajo la responsabilidad del Ministro de Economía y será controlado por el parlamento. Una comisión de gente bien formada controlará la salud a largo plazo del sistema monetario”.
Bien y bueno. Pero, Sr. de Ruijter, ¿Quién se ocupará de la formación de esta gente “bien formada”? ¿En qué escuela ellos aprenderán verdaderamente a cuidar el bien común? ¿Y qué motivación lo suficientemente fuerte les será dada a ellos para evitarles ser astutamente comprados por los banksters? ¿La democracia? ¡Es la democracia la que ha empantanado a Europa en este lío actual!
No existe más que una sola y completa solución: el divino Niño en el Pesebre de Belén. ¡Feliz Navidad, queridos lectores, y gracias a todos vosotros que me han enviado una tarjeta de Navidad, así como a aquellos que no lo han hecho!

Kyrie eleison.

Mons. Richard Williamson,Comentarios Eleison” Nº 232, 24 de diciembre del 2011.