jueves, 24 de diciembre de 2015

G.K. Chesterton: Navidad.


La Navidad, que en el siglo XVII tuvo que ser rescatada de la tristeza, tiene que ser rescatada en el siglo XX de la frivolidad. La Navidad, como tantas otras creaciones cristianas y católicas, es una boda. Es la boda del más indómito espíritu de gozo humano con el más elevado espíritu de humildad y sentido místico. Y el paralelo de una boda es bien válido en más de una manera; porque este nuevo peligro que amenaza la Navidad es el mismo que hace tiempo ha vulgarizado y viciado las bodas. Es lógico que haya pompa y gozo popular en una boda; de ninguna manera estoy de acuerdo con los que querrían que fuera algo privado y personal, como la declaración de amor o el compromiso de matrimonio. Si una persona no está orgullosa de casarse, ¿de qué podrá enorgullecerse?, ¿y por qué se empeña entonces en casarse? Pero en casos normales todo este jolgorio que se organiza está subordinado al matrimonio porque existe “en honor” del matrimonio. Fueron a ese lugar a casarse, no a alegrarse; y se alegran porque se han casado. Sin embargo, en tantas bodas de famosos se pierden de vista por completo este serio objetivo y no queda nada más que la frivolidad. Porque la frivolidad es el intento de alegrarse sin nada sobre lo que alegrarse. El resultado es que al final hasta la frivolidad como  frivolidad empieza a desvanecerse. Quienes empezaron a juntarse sólo por diversión acaban haciéndolo sólo porque está de moda; y no queda ni siquiera la más débil sugestión de regocijo, sino tan sólo de ruido y alboroto.
De manera parecida, la gente está perdiendo la capacidad de disfrutar la Navidad porque la ha identificado con el regocijo. Una vez que han perdido de vista la antigua sugestión de que es por alguna cosa que ocurre, caen naturalmente en pausas en las que se preguntan con asombro si es que ocurre algo de verdad. Que se nos diga que nos alegremos el día de Navidad es razonable e inteligente, pero sólo si se entiende lo que el mismo nombre de la fiesta significa. Que se nos diga que nos alegremos el 25 de diciembre es como si alguien nos dice que nos alegremos a las once y cuarto de un jueves por la mañana. Uno no puede ser frívolo así, de repente, a no ser que crea que existe una razón seria para ser frívolo. Un hombre podría organizar una fiesta si hubiera heredado una fortuna; incluso podría hacer bromas sobre la fortuna. Pero no haría nada de eso si la fortuna fuera una broma. No sería tan bullicioso, le hubiera dejado puñados de billetes bancarios falsos o un talonario de cheques sin fondos. Por divertida que fuera la acción del testador, no sería durante mucho tiempo ocasión de festividades sociales y celebraciones de todo tipo. No se puede empezar ni siquiera una francachela por una herencia que es sólo ficticia. No se puede empezar una francachela para celebrar un milagro del que se sabe que no es más que un engaño de milagro. Al desechar el aspecto divino de la Navidad y exigir sólo el humano, se está pidiendo demasiado a la naturaleza humana. Se está pidiendo a los ciudadanos que iluminen la ciudad por una victoria que no ha tenido lugar.
Hoy nuestra tarea consiste en rescatar la festividad de la frivolidad. Es la única manera de que vuelva a ser festiva. Los niños todavía entienden la fiesta de Navidad: algunas veces festejan con exceso en lo que se refiere a comer una tarta o un pavo, pero no hay nunca nada frívolo en su actitud hacia la tarta o el pavo. Y tampoco hay la más mínima frivolidad en su actitud con respecto al árbol de Navidad o a los Reyes Magos. Poseen el sentido serio y hasta solemne de la gran verdad: que la Navidad es un momento del año en el que pasan cosas de verdad, cosas que no pasan siempre. Pero aun en los niños esa sensatez se encuentra de alguna manera en guerra con la sociedad. La vívida magia de esa noche y de ese día está siendo asesinada por la vulgar veleidad de los otros trescientos sesenta y cuatro días.


G. K. Chesterton, tomado de “La mujer y la familia”, Ed. Styria, 2006.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Saludo navideño.


“Cristo quiso nacer en la mayor pobreza, quiso hacernos ese obsequio a los pobres. La piedad cristiana se enternece sobre ese rasgo y hace muy bien; pero ese rasgo no es lo esencial de este misterio: no es “el misterio”. El misterio inconmensurable es que Dios “haya nacido”. Aunque hubiese nacido en el Palatino, en local de mármoles y cuna de seda, con la guardia pretoriana rindiendo honores, y Augusto postrado ante El, el misterio era el mismo. El Dios invisible e incorpóreo, que no cabe en el universo, tomó cuerpo y alma de hombre, y apareció entre los hombres, lleno de gracia y de verdad: ése es el misterio de la Encarnación, la suma de todos los misterios de la fe”.
Leonardo Castellani

STAT VERITAS LE DESEA A SUS LECTORES
UNA SANTA Y FELIZ NAVIDAD

martes, 22 de diciembre de 2015

Obispo conservador invitado por el Rotary Club de Buenos Aires.


Información en La Nación, 22-Dic-2015.

EL ROTARY CLUB DE BUENOS AIRES, que preside el Dr. Norberto Palacios Bacqué, invitó especialmente a monseñor Antonio Baseotto a ofrecer el “Mensaje de la Navidad”, durante la reunión del miércoles 23 de diciembre, a las 12.45, en el Plaza hotel.

Lectura para meditar la Venida del Divino Redentor.


Ama totalmente a Aquel que por tu amor se entregó todo entero, cuya hermosura admiran el sol y la luna, cuyas recompensas y su precio y grandeza no tienen límite; hablo de aquel Hijo del Altísimo a quien la Virgen dio a luz, y después de cuyo parto permaneció Virgen. Adhiérete a su Madre dulcísima, que engendró tal Hijo, a quien los cielos no podían contener, y Ella, sin embargo, lo acogió en el pequeño claustro de su sagrado útero y lo llevó en su seno de doncella.
¿Quién no aborrecerá las insidias del enemigo del género humano, el cual, mediante el fausto de glorias momentáneas y falaces, trata de reducir a la nada lo que es mayor que el cielo? En efecto, resulta evidente que, por la gracia de Dios, la más digna de las criaturas, el alma del hombre fiel, es mayor que el cielo, ya que los cielos y las demás criaturas no pueden contener al Creador, y sola el alma fiel es su morada y su sede, y esto solamente por la caridad, de la que carecen los impíos, como dice la Verdad: “El que me ama, será amado por mi Padre, y yo lo amaré, y vendremos a Él, y moraremos en él” (Jn 14,21.23).
Por consiguiente, así como la gloriosa Virgen de las vírgenes lo llevó materialmente, así también tú, siguiendo sus huellas, ante todo las de la humildad y pobreza, siempre puedes, sin duda alguna, llevarlo espiritualmente en tu cuerpo casto y virginal, conteniendo a Aquel que os contiene a ti y a todas las cosas, poseyendo aquello que, incluso en comparación con las demás posesiones de este mundo, que son pasajeras, poseerás más fuertemente. En esto se engañan algunos reyes y reinas del mundo, pues aunque su soberbia se eleve hasta el cielo y su cabeza toque las nubes, al fin se reducen, por así decir, a basura.

Extracto tomado de la III Carta de la Seráfica Madre Santa Clara de Asís a Santa Inés de Praga.

Altar de la capilla Santiago Apóstol.


La asimetría que engloba a la obra finalizada, a diferencia de la simetría que se utilizaba antiguamente para referir a lo estable, ahora nos evoca a la inestabilidad y a la pérdida del equilibrio.

Hugues Losfeld es el artista encargado de realizar lo que debería ser el arte litúrgico que rodeará al altar del santo sacrificio de la misa en la capilla Santiago Apóstol en Madrid, España. Técnicamente es un buen dibujante y decorador, pero como todo artista decorador, parece desconocer totalmente lo que es el arte vinculado a lo litúrgico, y los símbolos que le rodean (basta con contemplar el plateado final de fondo que nada tiene que ver con el dorado de la beatitud en las imágenes tradicionales). Aquí publicamos el video de realización (compaginado y musicalizado con música acorde a su estilo moderno) de su obra en el altar mayor de la capilla.


Cuando el artista se impone sobre los cánones del arte sacro y la tradición litúrgica.

La Basílica de San Pedro profanada.

Sobre la profanación de la Basílica de San Pedro. Artículo visto en Wanderer, 15-Dic-2015.

Un simio en San Pedro


El 8 de diciembre pasado tuvo lugar en Roma un detestable sacrilegio a la basílica de San Pedro, el que fue placenteramente contemplado por el papa Francisco desde la ventana de sus aposentos, y al que en nuestro país no le dimos, me parece, la importancia simbólica que tuvo. Pueden ver el espectáculo aquí
Todas las profecías sobre los últimos tiempos y sobre los falsos profetas que lo poblarán hablan de las asombrosas magias que éstos serán capaces de hacer a fin de encandilar a las multitudes. Y el espectáculo de luz y sonido que se vio era mágico: parecía que realmente la basílica se poblaba de enormes bestias salvajes y se inundaba por oceánicas corrientes de agua.
Nuestros amigos italianos, particularmente dotados de sensibilidad para estos temas, han reaccionado con firmeza y claridad frente a tamaña profanación. Les dejo la traducción de los párrafos más sobresalientes de los artículos de Roberto De Mattei, Antonio Socci y Alessandro Gnochi:


Durante el show, pagado por el Banco Mundial, las imágenes de gigantescos leones, tigres y leopardos se superpusieron a San Pedro, que se levanta justamente sobre las ruinas del circo de Nerón, donde las bestias salvajes devoraban a los cristianos. Gracias al juego de luces, la basílica parecía derrumbarse, disolverse y sumergirse en el agua, mientras sobre su fachada aparecían peces payaso y tortugas marinas, casi evocando la liquefacción de las estructuras de la Iglesia, privadas de cualquier elemento sólido. Una enorme lechuza y extraños pájaros volaban sobre la cúpula, mientras monjes budistas marchando parecían indicar un camino de salvación alternativo al cristianismo. Ningún símbolo religioso, ninguna referencia al cristianismo, la Iglesia cedía el paso a la naturaleza soberana.
Cuando hace cincuenta años se concluía el Concilio Vaticano II, el tema dominante de ese hecho histórico parecía ser un cierto “culto del hombre”, encerrado en la fórmulahumanismo integral de Jacques Maritain. El libro del filósofo francés que lleva ese título es de 1936, pero su influencia se da sobre todo cuando uno de sus más entusiastas lectores, Juan Bautista Montini, convertido en Papa con el nombre de Pablo VI, quiso hacerlo una brújula de su pontificado. El 7 de diciembre de 1965, en el homilía de la Misa, Pablo VI recordó que en el Vaticano II se había producido el encuentro “entre la religión del Dios que se ha hecho hombre” y la “religión (porque eso es) del hombre que se hace Dios”.
Cincuenta años después, asistimos al pasaje del humanismo integral a la ecología integral, de la Carta de los derechos del hombre a la de los derechos de la Naturaleza. En el siglo XVI, el humanismo había rechazado la civilización cristiana medieval en nombre del antropocentrismo. El intento de construir la ciudad del hombre sobre las ruinas de la ciudad de Dios falló trágicamente en el Novecientos, y de nada sirvieron los intentos de cristianizar el antropocentrismo bajo el nombre de humanismo integral. A la religión del hombre se la sustituye por la de la tierra; al antropocentrismo, criticado por sus “desvíos”, se lo sustituye por una nueva visión eco-céntrica. La teoría del género, que disuelve toda identidad y toda esencia, se inserta en esta perspectiva panteísta e igualitaria. (Roberto de Mattei).


“Un espectáculo inconcebible en la plaza de San Pedro; una afrenta a la basílica símbolo de la catolicidad”, escribía Riccardo Cascioli, director del diario católico online Nueva brújula cotidiana.
El show había sido presentado, por parte del Vaticano, como una especie de alabanza a la Creación que recordaba a la encíclica Laudato sii y a la Conferencia de París sobre el cambio climático, por lo que alimentaba muchas dudas, ya que no tenía nada que ver con la fiesta de la Inmaculada que se celebraba ese mismo día, ni tampoco con la apertura de la Puerta Santa ni con la Navidad.
Así, en San Pedro, en la fiesta de la Inmaculada Concepción, se ha preferido la celebración de la Madre Tierra a la celebración de la Madre de Dios, a fin de propagar la ideología dominante, la “religión climática y ecologista”, neopagana y neomalthusiana que es sostenida por los poderes del mundo.
Una profanación espiritual (ese lugar fue un lugar de mártirio cristiano) y una profanación cultural.
El mensaje del espectáculo se sintetiza en el título: “Fiat lux”, que suena como una burla y como parodia de la Sagrada Escritura en la cual la expresión “Fiat lux” indica el gesto creador de Dios y, después, la Luz que es Cristo, venido a iluminar las tinieblas del mundo.
Pero este espectáculo representaba lo contrario: el “mundo” que proyecta luz sobre la Iglesia sumergida en las tinieblas. Es la Iglesia la que recibe la luz del mundo. Se trata, por tanto, de una simbólica y humillante inversión de la fe católica.
Demuestra lo que ya el pontífice había dicho en una entrevista a Antonio Spadaro: “El Vaticano II fue una re-lectura del Evangelio a la luz de la cultura contemporánea”. Para Bergoglio es el mundo (la cultura contemporánea) el que ilumina y juzga el Evangelio. La Iglesia, en cambio, siempre afirmó lo contrario: es Cristo la verdadera luz que resplandece en el rostro de la Iglesia y así ilumina al mundo. 
La noche del 8 de diciembre, además de la basílica, también el gran pesebre de la plaza de San Pedro había sido apagado para la ocasión, no fuera que la luz del Niño Jesús molestara a la puesta en escena ritual de la nueva religión neopagana. (Antonio Socci)


En la entrevista realizada al director del espectáculo, éste dijo: “No me encontré con el Papa, pero alguien me dijo que Francisco miró el show que transcurría en San Pedro desde la ventana de su cuarto y que le gustó mucho”. Dado que no había ninguna imagen de Nuestro Señor que lo fastidiara, y dado que con este evento se iniciaba de modo triunfalista el jubileo de su canonización mundana, se entiende que haya obrado de este modo. 
No fue el Isis el que profanó el corazón de la cristiandad ni tampoco los extremistas del credo laico los que han simplificado el credo católico, ni tampoco los conocidos artistas blasfemos y afectos a las obscenidades los que ensuciaron la fe de tantos cristianos. No había necesidad de controles de seguridad y de detectores de metales para impedir el ingreso a los vándalos en la ciudadela de Dios: ya estaba adentro y ya habían activado su bomba multicolor y en mundovisión.
El tiempo de las ilusiones ha terminado. Ya no hay tierra donde refugiarse en una agujero esperando que las bombas caigan en otro lugar. Ya no es posible ilusionarse que haya todavía algo que salvar en el obsceno magisterio de estos pastores de almas muertas, de estos clérigos de la duda y de la nada que nombran a Dios en vano y se ensañan como perros rabiosos sobre el Cuerpo Místico y profanan el Cuerpo Eucarístico.
Tigres, leones, leopardos y osos fueron entronizados como becerros de oro sobre la fachada del lugar en que está sepultado el Príncipe de los Apóstoles; fueron presentados al éxtasis de una multitud estupidizada e ignorante, que esperaba que él descendiera sobre la plaza e hiciera estragos con las almas de quienes lo invocan sin saberlo, como en una especie de Bataclan tremendo y potente, mucho más grave que el de París. Y después de entrar en el templo de Cristo, hacerse adorar sobre su altar.
No pertenece a los hombres el establecer cómo y cuándo la Providencia decidirá que la medida fue colmada. Pero es de estúpidos buscar el bien allí no no puede estar, solamente porque es demasiado doloroso admitir que en aquel lugar ya no está. Lo que no quiere decir que la Iglesia católica desaparezca; quiere decir que la Iglesia católica ha sido ocupada por falsos profetas que están buscando estropearla, de hacerla un falso oráculo invertido que lleve a los hombres a la perdición.
Ya está todo claro, estimados amigos que todavía se ilusionan con que se trate de una sutil estrategia para conquistar el mundo para Cristo, pensada por estos pastores de almas muertas. No serán los degolladores musulmanes o de otra religión los protagonistas del acto final. No serán los fanáticos del apocalipsis laico quienes nos harán arrodillar delante de las divinidades de los nuevos tiempos y de la nueva tierra. Serán aquellos que se profesan católicos, en nombre de una Nueva y Tremenda Evangelización, los ejecutores de las condenas surgidas del mundo y de su amo contra aquellos que no aceptan postrarse ante la Bestia. 
Entonces, ciertamente que todo se habrá cumplido en los planes de los adversarios de Cristo. La Iglesia, que en un tiempo tenía en el poder civil su brazo secular, se habrá convertido en el brazo espiritual del poder laico. La inversión habrá satisfecho los deseos del adversario de Cristo. Pero será en ese momento, si es que alguno habrá continuado a esperar contra toda desesperación, que la Providencia habrá ganado. (Alessandro Gnocchi)

viernes, 18 de diciembre de 2015

Sacerdotes de la denominada “Opción por los pobres” escriben carta a la ex Primer Mandataria Cristina Kirchner.


El entonces Cardneal Bergoglio con los sacerdotes de “Opción por los pobres”.

Información aparecida en TeleSUR, 13-Dic-2015.

Querida Cristina:

Ante todo perdón por tratarte así, tan desenfadadamente, pero así te llaman muchos. Y así elegimos llamarte.

Estás terminando tu segundo mandato constitucional como presidenta de todos los argentinos, y no quisiéramos que te vayas sin nuestro abrazo y nuestra memoria agradecida.

Podríamos mencionar decenas y decenas de motivos y razones para darte gracias, pero sería tedioso. Simplemente, entonces, queremos resumirlo en uno: gracias porque fuiste responsable excluyente de que los pobres, las víctimas de las exclusiones varias, las víctimas de tantas violencias (desde las violencias genocidas hasta las familiares) hoy estén mejor. ¡Mucho mejor! Hasta el último día enfrentaste a sectores poderosos desde empresarios a judiciales, internacionales y mediáticos.

Y suponemos – o mejor, creemos – que te has sentido acompañada. Y esperamos que nos hayas sentido cerca en ese acompañamiento.

Pronto todos comenzaremos una nueva etapa. Etapa que muchos vislumbramos dura y triste.

Y no quisiéramos que la comiences sin nuestro abrazo. Y que sepas que no está en nuestro ADN bajar los brazos en la lucha en favor de los pobres… para que haya cada vez menos pobres y que los que lo son sean menos pobres en justicia y dignidad.

Esperamos, en este tiempo, seguir encontrándonos en los caminos del pueblo mientras seguimos “andando, nomás” como decía el querido obispo Angelelli.

Hasta siempre, querida Cristina. ¡Hasta pronto! Y que Jesús y la Virgen de Luján te sigan acompañando.

Siguen las firmas

1. Marcelo A. Ciaramella (Quilmes)
2. Roberto Angeli (Quilmes)
3. Ignacio Blanco (Quilmes)
4. Francisco Olveira (Avellaneda-Lanús)
5. Ricardo Carrizo (Quilmes)
6. Félix Gibbs (Quilmes)
7. Pablo Agüero (Quilmes)
8. Eduardo Rodríguez (Quilmes)
9. Roberto Ferrari (San Isidro)
10. Nestor D. Cruz García (San Isidro)
11. Eduardo de la Serna (Quilmes)
12. Carlos Gómez La Plata)
13. Daniel Echeverría (San Justo)
14. Rodolfo Viano (Bahía blanca)
15. Juan Damico (Bahía Blanca)
16. Javier Buere (Quilmes)
17. Alfredo Torqui (Chaco)
18. Carlos Baigorrí (La Rioja)
19. Raul E. Vera (Río Cuarto)
20. Oscar Miñarro (Merlo-Moreno)
21. Adolfo González (Quilmes)
22. Jorge Cloro (Quilmes)
23. Jorge Torres (Quilmes)
24. Fermín Gauna (Quilmes)
25. Carlos Guerrera (Quilmes)
26. Marcelo Eyheramendy (Quilmes)
27. José Luis Calcagno (Quilmes)
28. Nelson Barrios (Quilmes)
29. Enio Cargnello (Quilmes)
30. Lucio Carvalho Rodrigues
31. Eduardo Brites (Quilmes)
32. Roberto Murall (La Rioja)
33. Marcelo Margni (Quilmes)
34. Carlos M. Vázquez (Quilmes)
35. Luis Pereyra (Quilmes)
36. Horacio Gallo (Quilmes)
37. Damián Burghardt (Quilmes)
38. Gustavo Módica (Quilmes)
39. Sergio Agüero (Quilmes)
40. Daniel Viera (Quilmes)
41. Rubén Biendell (Quilmes)
42. Miguel Hrymacz (Quilmes)
43. Sergio Ortiz (Quilmes)
44. Ariel Aguilera (Quilmes)
45. Germán Pravia (Quilmes)
46. José I. Stillante (Quilmes)
47. Ricardo Orozco (Quilmes)
48. Ricardo Modarelli (S. C. de Bariloche)
49. Basilicio Britez (San Justo)
50. Raúl Gabrielli (C.A.B.A. – Centroamérica)
51. Gonzalo Llorente (La Rioja)
52. Sergio Gómez Tey (Merlo-Moreno)
53. Carlos Ponce de León (Córdoba)
54. Sergio Raffaelli (Santiago del Estero)
55. Rubén Lassaga (Santiago del Estero)
56. Marcelo Trejo (Santiago del Estero)
57. Rubén Cruz (Humahuaca)
58. José Piguillem (Merlo Moreno)
59. Alberto Cruz (San Justo)
60. Gustavo R. Varela (Neuquén)
61. Eduardo Farrell (Merlo-Moreno)
62. Gustavo Rey (San Miguel)
63. Juan Carlos Di Sanzo (Chascomús)

Fallece tras practicarse un aborto legalmente.


Notivida18-Dic-2015.

FALLECIÓ TRAS UNA “INTERRUPCIÓN LEGAL DEL EMBARAZO”

Una adolescente de 17 años murió en el Hospital de Esquel, tras ser derivada desde el centro asistencial de El Maitén donde había sido sometida a una “Interrupción Legal del Embarazo” (“ILE”).

Los índices de mortalidad materna por aborto son considerablemente más altos que aquellos asociados con los nacimientos y la fiscalía investiga porqué practicaron una “ILE” con una gestación avanzada. Se secuestró la historia clínica e indagan a todos los profesionales intervinientes.

El 1 de diciembre le habían hecho una “ILE” (“Interrupción Legal del Embarazo”) en El Maitén y el 6 de diciembre la derivaron con un cuadro infeccioso al Hospital de Esquel donde falleció. El hecho tomó estado público al iniciarse las actuaciones judiciales.


Los padres de la menor, que se enteraron de que le habían practicado un aborto tras su fallecimiento, afirman que de haberlo sabido hubieran aceptado al nieto y resaltan con tristeza que ahora no tienen ni nieto, ni hija.

Lenguaje, ideología y poder.


Será preciso encender la llama del celo en favor de las palabras auténticas, peligrosas, fruto de la vehemencia del amor a la verdad”.
Padre Alfredo Sáenz, Prólogo al libro.

El autor ha sabido abrevar en el universo de los grandes poetas y literatos, tanto de las letras castellanas como del idioma universal de la belleza. Se ha dejado llevar por el ritmo y la cadencia –por esa música interior que solía mentar Maurras–, por el entramado de metáforas y de imágenes transidas de vuelo y de esplendor que nos otorgan los artistas”.
Antonio Caponnetto, palabras preliminares al libro.


Reseña

Por Matías Navós Iglesias, Profesor de Filosofía.

Las presentes líneas son una invitación a dejarnos llevar por los diversos capítulos de este placentero libro, donde el autor –con penetrante lenguaje y valentía– se atreve a escudriñar hasta las profundidades, intentando acercarnos a las causas de los asuntos vinculados al poder, la ideología y el lenguaje, para así recuperar todo lo que haya de verdadero y, consiguientemente, sanar lo enfermo.
Llamar a las cosas por su nombre es una de las misiones encomendadas por Dios al ser humano. ¡Qué mejor que tener a la mano este compendio, donde se sintetizan principios capaces de prometer un futuro para esta Argentina donde reina el vicio, pudiendo primar la virtud!
Las páginas de Lenguaje, Ideología y Poder conforman un enjundioso trabajo de investigación. Se puede observar una paciente y sostenida labor de recopilar nutritivas citas, capaces de alimentar nuestras mentes, atiborradas de equívocos, imprecisiones y mentiras. Así, el autor logra sorprendernos por la profundidad y agudeza con la que aborda cuestiones de acuciante actualidad.
Pero veamos más de cerca su contenido. El libro aborda la álgida cuestión de la palabra humana, al mismo tiempo que estudia la realidad por ella significada. Tanta tinta gastada por pensadores de innumerables escuelas y todavía ellos no logran dilucidar la esencia de la palabra. Quienes visiten estas páginas agradecerán su sencillez y hondura, resolviendo muchas dudas y robusteciendo sus certezas. Inseparable del asunto lingüístico es el asunto metafísico: lo que las cosas son. El orden que anida en las cosas, el orden presente en ellas, clave de bóveda que permite entender todo lo demás. Casi todo está subvertido, como escribiera el gran Petit de Murat. Lenguaje, Ideología y Poder es un alegato en favor de ese orden que tenemos que respetar. De allí derivan las normas, que no coartan mi libertad, sino todo lo contrario: la hacen posible. También el presente trabajo nos ilustra al respecto.
Juan Carlos Monedero va enhebrando sustanciosas citas y poesías, verdadero refresco para el lector. Y la verdad, cual semilla, fecunda agradablemente nuestro entendimiento y –por qué no– nuestro corazón.
Desposorio de la inteligencia humana con la verdad de las cosas; contundente frase que resume casi toda la problemática. No podemos menos que maravillarnos ante esta imagen –el matrimonio fecundo– para hablar de la relación cognoscitiva. Sobre todo hoy, frente a los múltiples ataques que esta institución está obligada a soportar.
El libro nos habla de la realidad, una realidad que se expresa mediante el lenguaje. Estas páginas constituyen un clamor permanente, una alerta continua y una invitación a poner manos a la obra frente a la distorsión que este lenguaje se ve obligado a padecer. El autor, lejos del mundanal ruido, nos obliga a detenernos. Y pensar. Nos fuerza a considerar si cabe repetir lo feo que escuchamos. Nos fortalece para no dejarnos abatir y nos da razones para que no utilicemos los vocablos del enemigo. El libro nutre nuestra mente para rechazar la falacia de exhibir lo bueno como malo, al tiempo que hace posible librar una justa batalla para que lo malo no sea considerado bueno. Para evitar que “gota a gota” nos vayan lavando la cabeza.
El libro exhibe profundos ejemplos, que clarifican los temas. Ojalá sepamos memorizarlos; analiza sofismas y los desenmascara. Distingue entre discriminación injusta, por un lado, y una sana discriminación. Es una cosa de locos lo que estamos viviendo. Todo está patas para arriba; reina el desorden. Se acusa a los hombres justos, que terminan teniendo su propia casa por una suerte de cárcel.
Tolerar al que yerra y combatir el error. El libro nos ayuda con algunas herramientas para realizar este tipo de actos. Valiente libro que también es capaz de una prudente y caritativa autocrítica dentro de las filas católicas. Sin importarle “el qué dirán” sino más bien la Verdad, a la que debemos respetar y amar. Asimismo, esta obra presenta una detenida radiografía de una de las más calculadas estrategias actuales: decir una verdad para defender una mentira. Uno de los ejemplos utilizados es la violencia de género, donde bajo el pretexto de defender a la mujer se termina favoreciendo entre otras prácticas el aborto. La locura llega a tal punto que aquel que defiende la vida es acusado de favorecer o por lo menos ser funcional al abuso sexual.
En fin. Es ingente empresa la de enseñar la verdad. Felicitamos públicamente al autor, rezamos por él y deseamos toda la difusión para este, su primer libro.


Lenguaje, ideología y poder” se puede adquirir en estas librerías:

Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
* Librería Huemul - Av. Santa Fe 2237.
* “Vórtice” -H. Yrigoyen 1970.
* “Imagen y Palabra” - Av. Córdoba 1521.
* “Córdoba” -Paraná 1013.
* “Club del Libro Cívico” -Marcelo T. de Alvear 1348, local 147.
* Librería Mendel - Paraguay 5163.

La Plata:
* Librería “Nacional” - Calle 42 Nº 390, entre 2 y 3. (Lunes a Viernes, de 9 a 19,30 hs.)

Bella Vista:
* Librería Santiago Apóstol - La Plata 1721.
* Librería Mar Adentro - Moine 1218.

Los pilares del Gobierno Mundial: armas, dinero y población.

Un interesante programa en TLV1 (Toda la Verdad Primero), 16-Dic-2015.

La Dra. Chinda Brandolino, es Médica clínica, legista y perito forense de la Prov. de Bs.As. y dirige la fundación Acción por la Vida.
En esta ocasión habla sobre la medicina actual fomentadora de la muerte, los planes de los grandes adoradores del dinero con el fin de reducir o eliminar a la población mundial. El poder mundial y su relación con la cultura de la muerte y las políticas demográficas que pretenden la eliminación o disminución de la población mundial, mediante lo que estos poderes llaman “planificación familiar” (eufemismo de contracepción y aborto), “educación sexual” (eufemismo de homosexualidad y todas las perversiones derivadas) y vacunas y los peligros reales a la salud que ellas acarrean.

lunes, 14 de diciembre de 2015

La chusma episcopal.


Así detalla este adefesio realizado para una Navidad progresista y ecuménica: “Un sher de Navidad, un villancico de Jánuka, un diálogo musical entre el Rabino Marcelo Polakoff y el Obispo Monseñor Pedro Torres, con producción musical de Fernando “Rahe” Israilevich. Un saludo de buenos augurios para todo el mundo.” Buenos augurios para todo el mundo y una implícita negación de lo que significa el Misterio de la Navidad de Cristo, Único nombre dado para la salvación de los hombres. A continuación, el comentario visto en Wanderer, 11-Dic-2015.


La chusma episcopal

La gran tragedia de Argentina fue Perón. Uno de los métodos que utilizó el gran pillo en sus presidencias, y que fue copiados por sus secuaces, consistió en poblar el Estado con el lumpenaje y con todo tipo de personajes vulgares y cortos de entendederas  pero serviles al líder. Los argentinos pasamos a estar gobernados por esta chusma. Vimos esta tragedia en los ’40 y ’50, hemos visto la comedia durante el largo periodo kirchnerista y estamos viendo el sainete durante el pontificado de Francisco, Su Santidad Peronista, como lo llaman algunos periodistas argentinos. 
La creación de La Cámpora, agrupación de jóvenes kirchneristas que colonizaron la administración pública del país vampirizando sus recursos, es equivalente a la colonización del episcopado que está llevando a cabo Bergoglio desde el día mismo en que asumió el ministerio pretrino. Desde ese triste momento hasta la actualidad, ha designado, por ejemplo, casi cuarenta obispos en Argentina -lo que constituye la tercera parte del total-, y son todos cortados por la misma tijera, y me refiero a las cizallas del peronismo más decadente y ordinario, representante del cual es el papa Francisco. (Algo indicativo de su grosería es que, hasta el momento no enviado ningún tipo de saludo o felicitación al nuevo presidente Mauricio Macri, aunque le sobra el tiempo para hablar por teléfono con Cacho Castaña o con alguna divorciada necesitada de consuelo).
Quizás estas consideraciones suenen demasiado duras. Pero bastará ver el video que antecede para darse cuenta que se quedan cortas y la objetividad de la grabación eximen de cualquier recurso a la subjetividad de este cronista.
El episcopado argentino siempre fue deplorable y la excepciones a la regla muy escasas. Si nos ajustamos a los último años, encontramos obispos marxistas como Hesayne y Angelelli; amancebados como Podestá, fornicarios como Bargalló, manfloros como Maccarone, frívolos y mundanos como Laguna, cobardes como Copello, trepadores y felones como Taussig y liberales como el resto del grupo. El que verán en este video es Mons. Pedro Torres, obispo auxiliar de Córdoba. Da tanta vergüenza ajena como la da su valedor, el obispo de Roma. Si un obispo hubiera hecho semejante esperpento durante los primeros siglos del cristianismo habría sido expulsado de la Iglesia; en la Edad Media, la Santa Inquisición lo habría entregado al brazo secular para ser quemado por hereje y judaizante; durante el reinado de San Pío X habría sido apartado de su ministerio y bajo el pontificado de Francisco probablemente sea premiado con un arzobispado.  

Si esta no es ya una manifestación chabacana, pero manifestación al fin, de la gran religión universal de la humanidad feliz, no sé qué otra cosa podemos esperar.

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Promotores de la políticamente correcta herejía judeocristiana y el Rabino Marcelo Polakoff:


Con el "tradicional" Benedicto XVI


Y con el Cardnal Jorge Bergoglio, luego Francisco


viernes, 4 de diciembre de 2015

Curiosa mutilación.


En el sitio Adelante La Fe (30-Nov-2015) versión en español de Rotare Coeli, se ha publicado la Carta a los Amigos y Bienhechores n° 85 del Superior General de la FSSPX, con esta introducción:

El Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX/SSPX), Mons. Bernard Fellay,  ha concedido este lunes una entrevista con importantes respuestas (y señales…). La entrevista es oficial ya que ha sido realizada por DICI, la propia agencia de noticias de la Fraternidad, y ha sido lanzada como parte de su última “Carta a los Amigos y Benefactores“.

Si bien Adelante La Fe en la citada introducción (y al final del artículo) enlaza a la fuente (DICI, 30-Nov-2015) de donde toma la carta, nos resulta curioso que no se aclare de algún modo su mutilación o fragmentación.


Hasta aquí está publicada la carta-entrevista.

Nos parece que es importante esa parte de la carta y por eso la volvemos a publicar, notando ese curioso hecho sin aclaración por parte de un sitio de bastante llegada al público católico ya que varios lectores desprevenidos no la han llegado a leer entera:

Más que nunca, en este 21 de noviembre, que es un gran aniversario para nosotros, el de la declaración de Mons. Lefebvre en 1974 – verdadera Carta Magna de nuestro combate por la Iglesia de siempre –, conservemos en toda circunstancia, y cualesquiera sean las dificultades y las pruebas, una actitud católica. Tengamos los pensamientos de la Iglesia, seamos fieles a Nuestro Señor, permanezcamos aferrados a su Santo Sacrificio, a sus enseñanzas y a sus ejemplos. Leía ayer que el Cardenal Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, temía una “protestantización de la Iglesia”. Y tiene razón. Pero, ¿qué es la misa nueva, sino una protestantización de la misa de siempre? ¿Y qué pensar del Papa que, como sus predecesores, visita un templo luterano? ¿Cómo no quedarnos confundidos al ver cómo se está preparando el 5º centenario de la Reforma protestante, en el año 2017, y cómo se está alabando ahora la figura de Lutero, él que fue uno de los mayores heresiarcas y cismáticos de la historia, ferozmente opuesto a la Iglesia católica y romana? Realmente Mons. Lefebvre veía bien cuando afirmaba que “la única actitud de fidelidad a la Iglesia y a la doctrina católica, para nuestra salvación, es el rechazo categórico a aceptar la Reforma”, porque entre la reforma emprendida por el Concilio Vaticano II y la de Lutero hay más de un punto en común. Y siguiéndolo, repetimos que “sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento alguno, proseguimos nuestra obra de formación sacerdotal a la luz del magisterio de siempre, convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Santa Iglesia católica, al Sumo Pontífice y a las generaciones futuras”.
Es lo que ustedes, queridos amigos y bienhechores de la Fraternidad San Pío X, comprenden bien. Sus oraciones fervorosas, su generosidad admirable y su entrega constante son para nosotros un valioso apoyo. Gracias a ustedes la obra de Mons. Lefebvre se desarrolla en todas partes. Les agradezco de todo corazón.
Roguemos a Nuestra Señora que nos alcance todas las gracias que necesitamos. Pedimos a Dios que les conceda sus bendiciones, a ustedes y sus familias, para que se preparen a la gran fiesta de Navidad por medio de un santo Adviento, y que encomienden el año próximo, con sus alegrías y sus cruces, a nuestra Madre del Cielo.



En la fiesta de la Presentación de la Santísima Virgen, 21 de noviembre de 2015
+ Bernard Fellay

martes, 1 de diciembre de 2015

La unidad no está por encima de la verdad.


“El gran peligro que amenaza hoy a los católicos y a una amplia parte de la jerarquía, es el deseo de conciliar cosas que son inconciliables (…) 
Algunos, en efecto, no se dan cuenta de que declarando: “Debemos abandonar el ghetto católico y adoptar una actitud más positiva en relación al mundo”, abren la puerta al diablo, que les conduce a no ver ya el contraste, irreconciliable y sin fin, entre el espíritu del Cristo y el espíritu del mundo. (…) 
La unidad no está por encima de la verdad. 
Una tendencia muy extendida es la que pone la comunidad por encima de la verdad; eso lleva a considerar la unidad más importante que la verdad y a temer más el cisma que la invasión del error y de la herejía en la Iglesia. Considerando esencial la paz de los creyentes, si verdaderos discípulos de Cristo alzan la voz, para defender el depósito de la fe católica contra las falacias de nuevas interpretaciones que despojan de su contenido sobrenatural el mensaje del Verbo encarnado, son considerados por muchos prelados como perturbadores incómodos. 
Toda unidad entre creyentes, si se obtiene a expensas de la verdad, no es sólo una pseudo-unidad; en su esencia más profunda es una traición a Dios. Se coloca la fraternidad social, el vivir bien juntos y el no molestar a nadie por encima de la fidelidad a Dios. Esa es precisamente la actitud contraria a la de todos los grandes adversarios del arrianismo: de un San Atanasio, de un San Hilario de Poitiers.
Nadie, como Pascal, ha desenmascarado tan clara y profundamente el falso irenismo que pone la unidad por encima de la verdad. Escribe: “¿No se ve con claridad que, como es un crimen perturbar la paz cuando reina la verdad, también lo es permanecer en paz cuando se destruye la verdad? Hay, pues, un tiempo en el que la paz es justa y otro en el que es injusta. Está escrito que ‘Hay tiempo de paz y tiempo de guerra’: es el interés de la verdad el que los discierne. Pero no hay tiempo de verdad y tiempo de error; está escrito, al contrario, que ‘la verdad de Dios permanece eternamente’ Por eso Jesucristo, que dice que ha venido a traer la paz, dice también que ha venido a traer la guerra; pero no dice que ha venido a traer la verdad y la mentira. La verdad es, por tanto, la primera regla y el último fin de todas las cosas (Pensées, 949)”.

Dietrich von Hildebrand, publicado en France Catholique, 21-4-1972 y en “Iglesia-Mundo” 8-12-1973. Visto en Syllabus, 16-Nov-2015.

El macrismo designa a feminista miembro de la “Campaña por el derecho al aborto” al frente del CNM.

Mientras algunos católicos votaban el “cambio”… no ha cambiado nada, y al parecer, seguirá el mismo curso impuesto por los poderes internacionales que manejan los gobiernos democráticos.


[Notivida, 30-Nov-2015.]

MILITANTE FEMINISTA PRESIDIRÁ EL CNM

El feminismo celebra la designación de un miembro de la “Campaña por el derecho al aborto” al frente del Consejo Nacional de la Mujer.

Carolina Stanley, la ministra de Desarrollo Social elegida por Macri, le ofreció a Fabiana Tuñez la presidencia del Consejo Nacional de la Mujer. Túnez es cofundadora y directora de La Casa del Encuentro, una asociación civil fundada el 4 de octubre del año 2003 “con el fin de diseñar un proyecto feminista por los derechos humanos de todas las mujeres”.

La Casa del Encuentro es la organización miembro de la “Campaña por el derecho al aborto” que trabaja específicamente sobre “violencia de género” y jugó un rol clave en la organización de la Marcha #NiUnaMenos. Se sostiene gracias al apoyo internacional del Fondo Global para Mujeres y donativos de distintos organismos públicos y privados. Entre ellos, el gobierno porteño, la embajada de los Estados Unidos y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNPFA).

Fabiana Túnez es una activista feminista del campo popular que tras ser designada le escribió a sus “compañerxs” y reivindicó la lucha de su asociación “contra el patriarcado”, les aseguró también que “no tendrá nunca otro color que el del movimiento de mujeres”. Remató con un “abrazo sororal” que manifiesta una alianza profunda.
A continuación el texto completo de la misiva de Túnez:

“Queridas Amigxs y Compañerxs”:

“Quiero comunicarles que he decidido comenzar un nuevo desafío en mi vida activista por los derechos de las mujeres. Durante muchos años trabajé desde la sociedad civil con una clara línea feminista, me forme y me preparé. No es fácil tomar esta decisión porque es salir del espacio conocido y amoroso para emprender un nuevo camino, pero sé de dónde vengo, quienes fueron mis maestras, con quienes camine las calles de la lucha, que son las mismas con las que continuaré haciéndolo”.

“Renuncio a mi amado y querido Lugar en el mundo La Casa del Encuentro, porque he decidido aceptar con mucha alegría la Presidencia del Consejo Nacional de las Mujeres que me ofreció generosamente la futura Ministra Carolina Stanley”.

“Hay mucho trabajo por delante. Estoy emocionada, motivada por el desafío pero no voy a negar que no fue fácil este paso. Trabajaremos articuladamente con la Ciudad, Pcia de Buenos y con todo el país”.

“Quiero decirles compañeras que serán muy importante para mi cada palabra, cada propuesta, cada crítica, que siempre contaran con mi compromiso. Que pretendo que sea un Consejo de Puertas Abiertas de todo el movimiento de mujeres”.

“Estos espacios duran un tiempo, no son eternos, el Consejo Nacional de las Mujeres nos necesita a todxs”.

“Me despido desde mi lugar de Directora de la Casa también de mis queridas compañeras de La Casa del Encuentro, mujeres feministas valiosas comprometidas y maravillosas profesionales, Ada Rico su Presidenta seguirá como siempre con su enorme compromiso junto a las compañeras seguirán con la labor iniciada allá por el año 2003. La Casa del Encuentro continuará con la misma línea que tuvo siempre en su lucha contra el patriarcado, y espero que cuando consideren sean las más críticas hacia mi gestión. La Casa del Encuentro no tiene, y no tendrá nunca otro color que el del movimiento de mujeres y nada tiene ni tendrá que ver con mi decisión personal”.

“Cuando ya esté instalada tendrán todos los datos de contacto aunque mi celular seguirá siendo el mismo”.

Nos seguimos encontrando

Un abrazo Sororal

Fabiana

La amenaza que gravita sobre la humanidad.


«El “enemigo” se encuentra por todas partes y en medio de todos. Sabe ser violento y taimado. En estos últimos siglos ha intentado llevar a cabo la disgregación intelectual, moral, social de la unidad del organismo misterioso de Cristo. Ha querido la naturaleza sin la gracia; la razón sin la fe; la libertad sin la autoridad; a veces, la autoridad sin la libertad. Es un “enemigo” que cada vez se ha hecho más concreto, con una despreocupación que deja atónitos todavía: Cristo, sí; Iglesia, no. Después: Dios, sí; Cristo, no. Finalmente el grito impío: Dios ha muerto; más aún, Dios no ha existido jamás. Y he aquí la tentativa de edificar la estructura del mundo sobre fundamentos que Nos no dudamos en señalar como los principales responsables de la amenaza que gravita sobre la humanidad: una economía sin Dios, un derecho sin Dios, una política sin Dios. El “enemigo” se ha preparado y se prepara para que Cristo sea un extraño en la universidad, en la escuela, en la familia, en la administración de la justicia, en la actividad legislativa, en la inteligencia entre los pueblos, allí donde se determina la paz o la guerra»

Pío XII, Discurso en el XXX Aniversario de la Acción Católica Italiana, 12-10-1952.

A propósito del “mal menor”, argumento tan utilizado por algunos frente a las elecciones.




El principio moral de que es lícito elegir un mal menor vale en determinados casos, por ejemplo el de la “legítima defensa”, “servato moderamine inculpatae tutelae”, como dicen. No vale en todos. En el caso de conciencia propuesto por el film El mar no perdona, por ejemplo, el capitán del bote salvavidas que da muerte directamente a algunos de los náufragos para salvar al resto, procede inmoralmente.
En el caso de error, no se puede elegir el “menor error”. ¿Cuál es el menor error? ¿Por ventura el error mezclado con verdades? Esos suelen ser los más perniciosos…El liberalismo es un error. ¿Puedo elegir el liberalismo para alejar al comunismo? No. Debo rechazarlos ambos. El error es el mal más grande del hombre. El liberalismo es pecado, escribió Sardá y Salvany, un librito muy útil para la Argentina que habría que proponerle a Emecé.
Si hay una discusión entre siete hombres, uno de los cuales dice que dos más dos son cuatro, otros tres dicen que dos más dos son cinco, y los tres restantes que dos y dos son cuatrocientos, ¿deberá el primero ponerse de parte de los del cinco porque es un error menor? Aquí en la Argentina muchísimos se pondrían de inmediato, sobre todo si les dan a ellos 5 por cada 2 y 2”.


R.P. Leonardo Castellani, “El mal menor”, febrero de 1958.

Mons. Bernard Fellay: “El acto del Papa hace que durante el Año Santo tengamos una jurisdicción ordinaria”.


A modo de entrevista, DICI, 30-Nov-2015, se hace pública una carta del Superior General de la FSSPX a los amigos y benefactores en la que se abordan varios temas, correspondiente a la carta n° 85.

Carta a los Amigos y Bienhechores n° 85

Queridos Amigos y Bienhechores,

Estas últimas semanas nos muestran – con la multiplicación de atentados asesinos en Europa y en África, con la persecución sangrienta de numerosos cristianos en Oriente Medio –, cuán profundamente convulsionada está la situación del mundo. En la Iglesia, el reciente Sínodo sobre la familia y la próxima apertura del Año Santo no dejan de provocar legítimas inquietudes. Frente a una confusión tal, nos ha parecido útil compartir nuestras reflexiones respondiendo a vuestras preguntas. Creemos que esta presentación permitirá resaltar mejor cómo nosotros, que estamos apegados a la Tradición, debemos reaccionar frente a los problemas que se plantean hoy.

El 1° de septiembre el Papa Francisco dio a todos los fieles, por propia iniciativa, la posibilidad de confesarse con los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X durante el Año Santo. ¿Cómo interpreta Ud. este gesto? ¿Aporta algo nuevo a la Fraternidad?

En efecto, fuimos sorprendidos por este acto del Santo Padre con ocasión del Año Santo, pues nos enteramos, como todo el mundo, por la prensa. ¿Cómo recibimos este acto? Permítanme recurrir a una imagen. Cuando un incendio arrecia, todo el mundo entiende que quienes tienen los medios deben esforzarse en apagarlo, sobre todo si faltan bomberos. Así han actuado los sacerdotes de la Fraternidad, durante todos los años de esta terrible crisis que sacude la Iglesia sin interrupción desde hace 50 años. En particular, frente a la trágica falta de confesores, nuestros sacerdotes se han entregado al servicio de las almas de los penitentes, utilizando el caso de urgencia previsto por el Código de Derecho Canónico.
El acto del Papa hace que durante el Año Santo tengamos una jurisdicción ordinaria. Siguiendo con la metáfora, ello consiste en darnos la insignia oficial de bomberos, a pesar de que nos la habían negado desde hace décadas. En sí, para la Fraternidad, sus miembros y sus fieles, esto no agrega nada nuevo; no obstante esta jurisdicción ordinaria tranquilizará a los que están con inquietudes y a todas las personas que hasta ahora no se atrevían a acercarse a nosotros. Pues, como dijimos en el comunicado en el que agradecimos al Papa, los sacerdotes de la Fraternidad sólo desean una cosa: “ejercer con renovada generosidad su ministerio en el confesionario, siguiendo el ejemplo de dedicación infatigable que el santo Cura de Ars dio a todos los sacerdotes”.

Con ocasión del Sínodo sobre la familia, Ud. dirigió una súplica al Santo Padre, y luego una declaración. ¿Por qué?

El objeto de nuestra súplica era exponer al Sumo Pontífice lo mejor posible la gravedad de la hora presente y el alcance decisivo de su intervención en materias morales tan importantes. El Papa Francisco tuvo conocimiento de nuestra súplica el 18 de septiembre, antes de su partida para Cuba y los Estados Unidos de Norteamérica, y nos hizo saber que no cambiaría nada a la doctrina católica del matrimonio, en particular en lo que a la indisolubilidad se refiere. Pero lo que temíamos, es que, en lo concreto, se instaurara una práctica que hiciera caso omiso de la indisolubilidad del vínculo matrimonial. Y es lo que sucedió, por una parte con el Motu proprio de reforma del procedimiento de declaración de nulidad matrimonial, y por otra con el documento final de este sínodo. Por eso hice la declaración, que procura recordar la enseñanza constante de la Iglesia sobre una multitud de puntos que se discutieron y a veces se pusieron en duda durante este mes de octubre. No les oculto que el triste espectáculo que dio el Sínodo me parece particularmente vergonzoso y escandaloso por varios motivos.

¿Cuáles son esos puntos vergonzosos y escandalosos?

Pues bien, por ejemplo esta dicotomía entre la doctrina y la moral, entre la enseñanza de la verdad y la tolerancia del pecado y las peores situaciones inmorales. Que se sea paciente y misericordioso con los pecadores, por supuesto, pero ¿cómo se convertirán si no se denuncia su situación de pecado, si ya no oyen hablar del estado de gracia y de su contrario: el estado de pecado mortal, que sumerge el alma en una muerte espiritual y la entrega a los tormentos del infierno? Si se midiera la ofensa infinita que causa el menor pecado grave al honor de Dios y a su santidad, nos moriríamos de asombro. La Iglesia debe condenar el pecado con decisión, todos los pecados, los vicios y los errores que corrompen la verdad del Evangelio. No debe pactar o mostrar una culpable comprensión por comportamientos escandalosos, ni por los pecadores públicos que atentan contra la santidad del matrimonio. ¿Por qué la Iglesia no tiene ya el valor de hablar así?

Sin embargo hubo iniciativas positivas con motivo de este Sínodo. Por ejemplo el libro de los once cardenales – luego del de cinco cardenales el año pasado –, e igualmente la obra de los prelados africanos, la de los juristas católicos, el vademécum de los tres obispos…

Las iniciativas afortunadas que aparecieron recientemente defendiendo el matrimonio y la familia cristiana dan una luz de esperanza. Hay una reacción saludable, incluso si todo no tiene el mismo valor. Esperemos que esto sea el comienzo de un despertar en toda la Iglesia que conduzca a una recuperación y a una conversión de fondo.
Antes del verano en un sermón en Saint Nicolas du Chardonnet, en Paris, Mons. de Galarreta decía que parecía que la Iglesia comenzaba a fabricar “anticuerpos” contra las proposiciones aberrantes sobre el matrimonio realizadas por los progresistas, que se acomodan a las costumbres actuales en vez de tratar de corregirlas según la enseñanza evangélica. Esta reacción en el plano moral es beneficiosa. Y como la moral está íntimamente unida con la doctrina, esto podría ser el comienzo de un retorno de la Iglesia a su Tradición. ¡Rezamos diariamente por eso!

En nombre de la misericordia hay quienes, como el Cardenal Kasper, quieren, si no cambiar la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio, al menos suavizar la disciplina de la Iglesia sobre la comunión de los “divorciados vueltos a casar”, o modificar su juicio sobre las uniones contra natura. ¿Qué se debe pensar de todas estas excepciones llamadas “pastorales”?

La Iglesia puede legislar, es decir establecer leyes propias, que son precisiones de la ley divina. Pero en el ámbito del matrimonio sobre el cual se debate hoy Nuestro Señor ya zanjó la cuestión de manera clara y evidente: “Lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre” (Mat. 19, 6), e inmediatamente después: “El que se casa con la repudiada, comete adulterio” (Mat. 19, 9). Por tanto, la Iglesia sólo tiene que hacer una cosa, recordar la ley divina y consagrarla en sus leyes eclesiásticas. En ningún caso puede ella permitirse ninguna discrepancia; eso sería faltar a su misión que consiste en transmitir el depósito revelado. Para hablar claro, en la cuestión que nos ocupa la Iglesia sólo puede comprobar que no hubo matrimonio en el comienzo, pero no podría hacer nulo o disolver un matrimonio válido en sí mismo.
Desde luego, las leyes eclesiásticas pueden agregar condiciones necesarias para la validez de un matrimonio, pero siempre en conformidad con la ley divina. De este modo la Iglesia puede declarar inválido un matrimonio por falta de forma canónica, pero nunca será la dueña de la ley divina a la que se halla sujeta. Y aún más, se debe afirmar que a diferencia de la ley humana y eclesiástica, la ley divina no admite excepciones, pues no ha sido hecha por hombres, los cuales no pueden prever todos los casos y están obligados a dejar un margen para las excepciones. Dios infinitamente sabio ha previsto todas las situaciones, como escribí en la súplica al Papa: “La ley de Dios, expresión de su eterna caridad para con los hombres, constituye en sí misma la suprema misericordia para todos los tiempos, todas las personas y todas las situaciones”.

El Motu proprio del 8 de septiembre que simplifica el procedimiento de las declaraciones de nulidad matrimonial, ¿no es una forma de ofrecer facilidades canónicas para escapar al principio de indisolubilidad del matrimonio, a pesar de que al mismo tiempo lo recuerde?

Es verdad que el nuevo Motu proprio que regula las disposiciones canónicas relativas a los procesos de nulidad pretende responder a un grave problema actual: el de muchas familias rotas por una separación. Examinar esos casos para proponer una solución más rápida, en la medida en que corresponde a la ley divina del matrimonio, ¡muy bien! Pero en el contexto actual, de la sociedad moderna, secularizada y hedonista, y de los tribunales eclesiásticos en los que ya se practica lo que está prohibido, este Motu proprio podría fácilmente convertirse en una ratificación legal del desorden. El resultado podría ser aún peor que el remedio propuesto. Me temo que uno de los puntos claves del Sínodo haya sido resuelto indirecta y ocultamente, abriendo el camino a un supuesto “divorcio católico”, pues, en los hechos, existe la posibilidad de muchos abusos, especialmente en los países donde los episcopados son poco exigentes y están imbuidos de progresismo y subjetivismo…

El Año Santo que debe abrirse el próximo 8 de diciembre, ¿acaso no ha sido puesto bajo el signo de una misericordia donde el arrepentimiento y la conversión estarían ausentes?

Es verdad que en el clima actual, el llamado a la misericordia predomina demasiado fácilmente sobre la indispensable conversión, que exige la contrición de las propias faltas y el horror del pecado, ofensa hecha a Dios. Como yo lo deploraba en la última Carta a los amigos y bienhechores (n° 84), de este modo el Cardenal hondureño Maradiaga complacientemente se hace eco de una nueva espiritualidad en la que la misericordia se ve truncada y amputada de la necesaria penitencia, que no se recuerda casi nunca.
Sin embargo, leyendo detenidamente los diferentes textos publicados con respecto al Año Santo, y sobre todo la bula de indicción del Jubileo, se ve que está presente la idea fundamental de la conversión y de la contrición de los pecados para obtener el perdón. A pesar de la referencia a una misericordia equívoca que consistiría en devolver al hombre más su “dignidad incomparable” que el estado de gracia, el Papa quiere favorecer el retorno de los que abandonaron la Iglesia y multiplica las iniciativas concretas para facilitar el recurso al sacramento de la penitencia. Desgraciadamente no se pregunta por qué tantas personas han abandonado la Iglesia o han dejado de practicar, y si no hay una relación con cierto Concilio, su “culto del hombre” y sus reformas catastróficas: ecumenismo desbocado, liturgia desacralizada y protestantizada, relajamiento de la moral, etc.

¿Los fieles apegados a la Tradición pueden, en consecuencia y sin riesgo de confusión, participar en el Jubileo extraordinario decidido por el Papa? Sobre todo porque este Año de la Misericordia pretende celebrar el 50º aniversario del Concilio Vaticano II, que habría derribado las “murallas” en las cuales estaba encerrada la Iglesia…

Evidentemente se plantea el tema de nuestra participación en este Año Santo. Para dar una respuesta, se requiere una distinción: las circunstancias en las que se convoca un Año Santo jubilar y la esencia de un Año Santo.
Las circunstancias son históricas y están vinculadas con los grandes aniversarios de la vida de Jesús, en particular su muerte redentora. Cada 50 años, o incluso 25, la Iglesia instituye un Año Santo. Esta vez, el acontecimiento de referencia para la apertura del Jubileo no es solamente la Redención – el 8 de diciembre está necesariamente vinculado con la obra redentora iniciada con la Inmaculada, Madre de Dios –, sino también con el Concilio Vaticano II. Resulta chocante y es algo que rechazamos formalmente, pues no podemos alegrarnos, antes bien debemos llorar sobre las ruinas ocasionadas por este Concilio, con la caída vertiginosa de las vocaciones, la disminución dramática de la práctica religiosa y sobre todo la pérdida de la fe, que el propio Juan Pablo II calificó de “apostasía silenciosa”.
De todos modos sigue estando lo que es esencial en un Año Santo: se trata de un año particular en el que la Iglesia, según la decisión del Sumo Pontífice que detenta el poder de las llaves, abre de par en par sus tesoros de gracias para acercar a los fieles a Dios, especialmente mediante el perdón de las faltas y la remisión de las penas debidas por el pecado. La Iglesia realiza esto por medio del sacramento de la penitencia y de las indulgencias. Esas gracias no cambian. Siguen siendo siempre las mismas, y sólo la Iglesia, Cuerpo místico de Cristo, dispone de ellas. Se puede igualmente indicar que las condiciones para obtener las indulgencias del Año Santo siguen siendo las mismas: confesión, comunión y oración por las intenciones del Papa – las intenciones tradicionales y no las intenciones personales. Al recordar estas condiciones habituales, no se hace referencia en ninguna parte a la adhesión a las novedades conciliares.
Cuando Mons. Lefebvre fue con todo el seminario de Ecône a Roma, con motivo del Año Santo de 1975, no fue para celebrar los 10 años del Concilio, aunque Pablo VI había recordado este aniversario en la bula de indicción. Fue, en cambio, la ocasión de manifestar nuestra romanidad, nuestro apego a la Santa Sede, al Papa que – como sucesor de Pedro – posee el poder de las llaves. Imitando a nuestro venerado fundador, durante este Año Santo, nos concentraremos en lo que es esencial: la penitencia para alcanzar la misericordia divina por el intermedio de su única Iglesia, a pesar de las circunstancias que se creyó necesario invocar para celebrar este año, como ya fue el caso en 1975, e incluso en 2000.
Se podrían comparar estos dos elementos, lo esencial y las circunstancias, con el contenido y el envoltorio en el que viene. Sería erróneo rechazar las gracias propuestas en un Año Santo porque es presentado en un envoltorio defectuoso, salvo que se considere que este envoltorio altera el contenido, que las circunstancias absorben lo esencial, y que en el caso presente, la Iglesia ya no dispone de las gracias propias del Año Santo debido a los daños ocasionados por el Concilio Vaticano II. ¡Pero la Iglesia no nació hace 50 años! Y por la gracia de Cristo, que es “el mismo ayer, hoy y siempre” (Heb. 13, 8), la Iglesia sigue y seguirá siendo la misma, a pesar de este Concilio de apertura a un mundo en perpetuo cambio…

En varias declaraciones recientes parece que Ud. quiere anticipar el centenario de Fátima, invitando a la gente a prepararse desde ahora. ¿Por qué?

Dadas las perspectivas que aquí hemos evocado y para insistir sobre la urgencia de la conversión, hemos pensado unir estas buenas obras de misericordia corporal y espiritual, a las que se nos invita en este año, con el centenario de las apariciones de Fátima, donde Nuestra Señora insistió tanto en la necesidad de la conversión, de sí mismo y del mundo, y en la necesidad de las obras de penitencia y de la oración, especialmente del rosario. La imploración de la misericordia divina está estrechamente ligada a las apariciones de Fátima: la Santísima Virgen nos ha invitado a rezar y a hacer penitencia: así alcanzaremos misericordia, y no de otro modo. Me parece muy conveniente unir así los dos próximos años, dedicando dos años a esforzarnos en acercarnos tanto a la Santísima Virgen como a Nuestro Señor, tanto al Corazón Inmaculado de María como al Sagrado Corazón misericordioso.
La Fraternidad San Pío X organizará una peregrinación internacional a Fátima los días 21 a 23 de agosto del año 2017. Pero desde ahora podemos, e incluso debemos, prepararnos, sobre todo cuando se está menoscabando gravemente la moral católica.
Más que nunca, en este 21 de noviembre, que es un gran aniversario para nosotros, el de la declaración de Mons. Lefebvre en 1974 – verdadera Carta Magna de nuestro combate por la Iglesia de siempre –, conservemos en toda circunstancia, y cualesquiera sean las dificultades y las pruebas, una actitud católica. Tengamos los pensamientos de la Iglesia, seamos fieles a Nuestro Señor, permanezcamos aferrados a su Santo Sacrificio, a sus enseñanzas y a sus ejemplos. Leía ayer que el Cardenal Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, temía una “protestantización de la Iglesia”. Y tiene razón. Pero, ¿qué es la misa nueva, sino una protestantización de la misa de siempre? ¿Y qué pensar del Papa que, como sus predecesores, visita un templo luterano? ¿Cómo no quedarnos confundidos al ver cómo se está preparando el 5º centenario de la Reforma protestante, en el año 2017, y cómo se está alabando ahora la figura de Lutero, él que fue uno de los mayores heresiarcas y cismáticos de la historia, ferozmente opuesto a la Iglesia católica y romana? Realmente Mons. Lefebvre veía bien cuando afirmaba que “la única actitud de fidelidad a la Iglesia y a la doctrina católica, para nuestra salvación, es el rechazo categórico a aceptar la Reforma”, porque entre la reforma emprendida por el Concilio Vaticano II y la de Lutero hay más de un punto en común. Y siguiéndolo, repetimos que “sin ninguna rebelión ni amargura ni resentimiento alguno, proseguimos nuestra obra de formación sacerdotal a la luz del magisterio de siempre, convencidos de que no podemos rendir mayor servicio a la Santa Iglesia católica, al Sumo Pontífice y a las generaciones futuras”.
Es lo que ustedes, queridos amigos y bienhechores de la Fraternidad San Pío X, comprenden bien. Sus oraciones fervorosas, su generosidad admirable y su entrega constante son para nosotros un valioso apoyo. Gracias a ustedes la obra de Mons. Lefebvre se desarrolla en todas partes. Les agradezco de todo corazón.
Roguemos a Nuestra Señora que nos alcance todas las gracias que necesitamos. Pedimos a Dios que les conceda sus bendiciones, a ustedes y sus familias, para que se preparen a la gran fiesta de Navidad por medio de un santo Adviento, y que encomienden el año próximo, con sus alegrías y sus cruces, a nuestra Madre del Cielo.


En la fiesta de la Presentación de la Santísima Virgen, 21 de noviembre de 2015
+ Bernard Fellay