Leemos esta noticia
publicada en la agencia informativa oficial del episcopado argentino AICA,
19-Sep-2016.
El Papa nombró al Pbro. Oscar
Miñarro, obispo auxiliar de Merlo-Moreno
Buenos
Aires (AICA): El Santo Padre Francisco nombró obispo titular de Anzio y
auxiliar de la diócesis de Merlo-Moreno al presbítero Oscar Eduardo Miñarro, de
56 años, actualmente vicario general del obispado y párroco de Nuestra Señora
de la Merced, de Merlo. La información fue efectuada en forma simultánea en
Roma y en Buenos Aires. Aquí, en ausencia del nuncio apostólico que se halla en
Roma, fue hecha pública por monseñor Vincenzo Turturro, encargado de negocios
interino de la Nunciatura, a través de la agencia AICA.
Y nosotros, luego de
leer la entrevista que a continuación publicamos, nos preguntamos en qué creé el
recientemente nombrado obispo Oscar Miñarro. Publicada originalmente en CrónicasFlotantes, 27-Sep-2016.
“La Iglesia Católica no es la única
homofóbica”
Por Matías Pérez Ibarguren
Oscar Miñarro representa una visión
autocrítica dentro de la Iglesia Católica. Sacerdote de una parroquia de Merlo,
descubrió su vocación en su vínculo con un grupo de obreros de la fábrica en la
que trabajaba cuando era joven. Según él, las religiones “hemos
adormecido a la gente y la hemos domesticado en su vínculo con Dios”. Habla del
rol actual de la religión, advierte el fenómeno de las iglesias evangelistas
diciendo que “no es una superación del catolicismo, es un adoctrinamiento peor
todavía con una fachada de aplausos y de participación” y se opone a la
posición del episcopado argentino con respecto a la reforma del código civil.
¿Qué potencialidad ves en la
religión, en la fe, en la creencia como para trabajar desde ahí?
Yo veo mucha. El problema grande es
que las religiones en general se fueron encerrando muy en si mismas y fueron
cuidando más la parte dogmática, el cuidado de las tradiciones, el cuidado de
lo celebrativo, las formas por sobre el verdadero sentido que tiene lo
religioso. Estos días estaba leyendo una cosa muy interesante acerca de la
historia de las religiones: antes que se generen las grandes ciudades los seres
humanos tenían necesidad de lo religioso pero no tenían necesidad de la
religión. Había un vínculo directo con Dios. Después, cuando fueron surgiendo,
las grandes religiones se encargaron de administrar esa relación, ese vínculo
de la gente con Dios. Entonces hemos como adormecido a la gente y la hemos
domesticado en su vínculo con Dios de esa manera. Yo estoy totalmente en
desacuerdo con ese estilo de religión. Yo trabajo mucho con una religión que
muestre más que nada un vínculo con Dios que ayude a pensar qué quiero para mi
vida, que no tengo que resignarme a los sufrimientos, a una vida chata, que
humanamente me merezco un montón de cosas. Me parece que lo religioso tiene que
acompañar muchas veces algunos procesos liberadores que tienen que ver con esto
que yo le llamo el sentido de la vida.
¿Qué lugar tiene en vos la duda?
Para mí no existen las certezas. Yo
voy haciendo camino. Y las certezas a veces son pequeñas. Yo personalmente no
tengo duda de la existencia de Dios, tengo dudas de cómo se manifiesta a veces,
es muy misterioso. A medida que pasan los años lo encuentro más misterioso, o
es la palabra que encuentro para expresar lo que es Dios. Me gustaría que fuese
mucho más claro a veces. No podés pensar en Dios sin el hombre como no podés
pensar el hombre sin la trascendencia, después vos le ponés el nombre que
quieras, yo le llamo Dios. Como los dos nos vamos haciendo, cuando yo digo en
qué Dios creo también me tengo que preguntar en qué hombre creo. Cuando vos a
mi me preguntás si yo dudo de Dios, también me tengo que preguntar ¿dudo del
hombre? Según el Dios en el que yo crea es el hombre en el que creo. Si creo en
un Dios que resuelve todo por mí, estoy creyendo en un hombre esclavizado y
sumiso que tiene que estar dependiendo.
¿Es pesimista tu mirada con respecto
al rol actual de las religiones?
Mmm… qué difícil… sí, soy pesimista
(ríe). Soy pesimista en dos sentidos: los templos cada vez van a estar más
vacíos en la medida que muestren a un Dios lejano. Y los templos cada vez van a
estar más llenos en la medida en que presenten un Dios que manipula a la gente
como si fuesen títeres.
¿Va a estar más lleno?
Sí, porque así como hay mucha gente
que está buscando abrir su mente, abrir nuevos caminos, buscando ser forjadores
de su historia y de la historia, hay mucha gente que le mete miedo esto y lo
que tiene el tema de las religiones es que son muy manipuladoras de la
conciencia. Entonces es más fácil que te digan qué hacer a que alguien te
pregunte “¿vos qué creés que tenés que hacer?”. Las iglesias evangélicas, por
ejemplo, que están muy llenas. Hay mucha gente que cree que es un fracaso del
catolicismo, pero tampoco es una superación del catolicismo, es un
adoctrinamiento peor todavía con una fachada de aplausos y de participación. Me
preocupa porque también hay una mirada muy economicista de la cuestión: cuanto
más aportás, Dios más te va a dar.
Yendo a una cuestión un poco más
coyuntural, ¿Vos estás en contra de la posición del presidente del episcopado
argentino de oponerse a las modificaciones del código civil?
En el modo en que lo hace sí.
Después hay cosas que me generan duda. La otra vez escuché alguien que hacía un
silogismo un poco tramposo. Decía: lo civil es distinto a lo religioso. Y
después decía que lo civil tiene que ver con lo técnico-científico. Pero
por ejemplo con el tema de los embriones, estás en un teme filosófico, no
meramente científico. Yo creo que si nos planteamos la pregunta de cuándo un
embrión tiene vida, estás en un tema filosófico. Lo que podemos plantear es que
en filosofía no existe una verdad absoluta. Que lo que existe son preguntas que
generan distintas respuestas y que todas pueden ser aceptables en la medida que
la justifiques. Pero ¿quién puede decir si el embrión tiene vida o no? Yo creo
que ni el religioso ni el científico, queda en una cosa muy compleja.
Por ejemplo con el tema del
matrimonio igualitario con el cual la jerarquía de la Iglesia se opone, desde
este lugar en que decís que las leyes no tienen que ser prohibitivas, ¿vos
estás a favor de que se avance en legalizar esto?
Sí, estoy a favor. Además, si yo
digo que no se promulgue el matrimonio igualitario, ¿va a dejar de existir por
eso? No, va a existir igual. Entonces, si existe la situación, ¿no tengo que
favorecer que esa situación sea de dignidad para las personas que la están
viviendo? ¿Que favorezcan una inserción mayor en toda la sociedad? Y yo, como
Iglesia, ¿no puedo hacer sentir también que Dios acompaña esa situación?
Arancedo se opone diciendo que el
matrimonio debe ser entre dos sexos diferentes por la complementariedad natural
del hombre y la mujer…
Si él hace un planteo filosófico es
comprensible desde lo filosófico. Puedo estar o no estar de acuerdo, pero si yo
me pongo en la misma posición rígida estoy siendo igual que él. El riesgo de
estas discusiones es la intolerancia en general. Yo culpo a Arancedo de
intolerante y lo lleno de epítetos descalificativos que muestran mi
intolerancia. En esas cosas no negocio: si soy tolerante soy tolerante, y si
no, no. Es otro pensamiento distinto, justificado. Lo que no acepto es que ese
pensamiento se imponga para todos.
En ese sentido podríamos decir que
se está avanzando en grados de tolerancia porque, por ejemplo, se reconoce el
derecho a casarse a personas del mismo sexo…
Si, claro… Yo he charlado con muchas
personas que me han venido a manifestar su homosexualidad y algunos con dolor,
con preocupación, con incomprensión socio-religiosa. Porque a la hora de ser
realistas, ¿la Iglesia sola es la única homofóbica? ¿O
si vos viajás en el Sarmiento y decís que sos homosexual te van a aplaudir y te
van a felicitar? ¿La tele es abierta o todavía se siguen riendo de los que son
afeminados? Y cuando vas de viaje de egresados, ¿no hay uno que siempre se
termina vistiendo de mujer como cosa graciosa? Entonces me parece que por un
lado es lo que se va avanzando en materia de leyes y otra cosa que es muy
importante es la concientización en general de la sociedad que falta bastante…
como incorporación cultural me parece que vamos en camino, pero es un proceso
que va a llevar mucho tiempo.