viernes, 14 de marzo de 2014

El carnaval de Cristina en miércoles de ceniza.

Leemos un fragmento de una obra que dice:

“…Estamos en tiempos de persecución, pero por encima de toda consideración acomodaticia, la fidelidad a Jesucristo nos exige defender, promover, enseñar, transmitir las verdades inmutables -los principios no negociables- aunque todos sabemos que al no aceptar los esquemas mentales políticamente correctos, rechazamos ser incluidos en la categoría de nuevo ciudadano, según lo que el Nuevo Orden define como paradigma de la nueva ciudadanía (el perfecto ciudadano del Nuevo Orden es un individuo colonizado intelectual y espiritualmente, narcotizado, acrítico, sumiso).
Me viene a la cabeza la gran apostasía en el Apocalipsis, y recuerdo especialmente una novela del P. Leonardo Castellani, Su Majestad Dulcinea.
En esa novela apocalíptica, Castellani retrata a la iglesia infiel, la iglesia apóstata de los últimos tiempos, perseguidora de la Iglesia de Cristo, que se ve reducida a unos pocos fieles. Los jerarcas corruptos de esa caricatura de iglesia, serviles ante el poder político, mendicantes de protagonismo temporal, aduladores del Anticristo, habían reemplazado – dice Castellani – las tres virtudes teologales, Fe, Esperanza y Caridad, por prosperidad, democracia y dulzura, encandilando así a la mayoría de los bautizados, porque al demonio, no le interesa ya matar, sino corromper, envenenar y falsificar a través de esos falsos profetas…” (Mons. Juan Claudio Sanahuja, Poder Global y Religión Universal, Ed. Vortice 2010. Pags. 80-81.)

Y esa Iglesia que ha perdido la fe de la cual habla Castellani, el miércoles de ceniza pasado, ha hecho de la liturgia una cosa política, patética, carnavalesca y sin el menor sentido del tiempo penitencial que comienza con las cenizas, invitando a participar especialmente a un gobierno que promueve todas las aberraciones anticristianas y todo tipo de injusticias, demostrándole así apoyo y aprobación a todas sus fechorías. Vemos aquí un video y la noticia aparecida en La Nación, 06-Mar-2014.

Misa en la villa en homenaje a Chávez

Por Mariano Obarrio | LA NACION


Cristina, con una imagen de la Virgen María. Foto: Santiago Filipuzzi

En una celebración religiosa que combinó la liturgia de una misa de los curas villeros y de un acto político oficialista, con ruidosa presencia de agrupaciones juveniles kirchneristas, la presidenta Cristina Kirchner conmemoró ayer el primer aniversario de la muerte del ex presidente de Venezuela Hugo Chávez.

Eligió hacerlo con una misa en la puerta de la parroquia de la Virgen de los Milagros de Caacupé, sobre la calle Osvaldo Cruz, en el barrio de Barracas y en pleno corazón de la villa 21-24, una zona azotada por la pobreza y el narcotráfico.

Como invitado de honor, sentado a la derecha de Cristina, estuvo el embajador venezolano Carlos Eduardo Martínez Mendoza, de remera roja. Asistió acompañado por una delegación de diplomáticos y militares chavistas, con uniforme de gala.

La misa fue celebrada por el padre Lorenzo de Vedia, conocido como el "padre Toto", de fuerte trabajo en la villa. Es el sucesor al frente de esa parroquia del padre José María Di Paola, apodado "padre Pepe", quien emigró a Santiago del Estero en 2011 por amenazas de muerte del narcotráfico y luego regresó al conurbano bonaerense. "Esta visita reivindica el trabajo de nuestros curas villeros", dijo De Vedia, durante la homilía.

En tanto, el Gobierno envió a Venezuela al vicepresidente Amado Boudou, para participar de los actos encabezados por Nicolás Maduro, como otra muestra de apoyo a Caracas tras las recientes revueltas juveniles reprimidas por el chavismo con decenas de muertos.

El "padre Toto" había recibido el jueves pasado el llamado del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, que le transmitió el pedido de Cristina Kirchner de conmemorar a Chávez con una misa por "la vida, la paz y la democracia". El sacerdote repitió esa intención durante su homilía y elevó una oración especial por Hugo Chávez y por el fallecido ex presidente Néstor Kirchner.

En consonancia, la Presidenta, vestida de blanco y con una flor al tono en el pelo, habló sólo al final de la misa a un canal local. "Chávez está rodeado de los barrios populares, a Chávez, como a Néstor, los custodia el pueblo."

A metros del altar y las butacas improvisadas sobre la calle Osvaldo Cruz, los militantes de La Cámpora, Kolina, Patria Grande, Martín Fierro, Peronismo Militante y Juventud K, entre otros, no repararon en la solemnidad de la celebración y la emprendieron a cada rato con sus estribillos partidarios.

El "padre Toto" recordó que Francisco, cuando era cardenal, promovió la parroquia y el madrinazgo de la Virgen de Caacupé para todo el barrio. También subrayó el impulso del Santo Padre al Hogar de Cristo, un activo centro de capacitación laboral e inclusión social que coordinan los curas villeros.

En primera fila estaban con Cristina la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; el jefe de la Sedronar, el también cura Juan Carlos Molina; el camporista Andrés Larroque; el ex canciller Jorge Taiana, y el líder piquetero Luis D'Elía, entre otros. Todos ellos lucieron piadosamente una cruz de cenizas marcada en la frente como parte de la ceremonia por el Miércoles de Ceniza, el inicio del tiempo de la Pascua cristiana.