El futuro incierto de los hombres que por complacer al mundo y a sus
máximas “políticamente correctas”, se asemeja a este tren del cual habla Mons.
Tihamér Tóth:
(...) Y no sin angustia miramos hacia
el futuro. ¿Hacia dónde vamos? Un conocido novelista francés, no cristiano,
pinta del siguiente modo a la humanidad contemporánea: ‘El expreso corre a
velocidad fantástica…Todos los que van en él están borrachos. El maquinista y
el foguista también están borrachos. De pronto se ponen a reñir entre sí. Cae
uno bajo los golpes del otro. Nadie controla ya la marcha fantástica de la
locomotora. Los pasajeros, empero, no se han percatado de nada y siguen riendo,
cantando, mientras otros, en el coche restaurant beben alegremente…Y el tren
sigue corriendo, corriendo. Cruza puentes, túneles, pasoniveles... Pasa como un
rayo por las estaciones… y se interna en las apretadas tinieblas de la noche’…
¿Cuándo se detendrá? ¿Cuál será el término
de ese loco correr?
No pienses, lector amigo, que esa pintura de
nuestra época es exagerada porque no lo es.
Mons.
Tihamér Tóth, “La Eucaristía”, 1945.