lunes, 6 de enero de 2014

Bermúdez Rosell habla de “gusanos lefebvristas”.


En otras entradas habíamos mostrado cómo el portal ACI Prensa mutilaba y desinformaba tendenciosamente algunas noticias con respecto a los católicos tradicionales.

Ahora, el católico liberal Alejandro Bermúdez Rosell, editor responsable del portal informativo bastante amarillista, ataca con crudeza e insultos una página católica tradicionalista de que se encuentra en Facebook Conoce tu fe católica, con material apologético y de doctrina, dirigida por el padre Antonio Girard.
Bermúdez, con los católicos tradicionalistas y “gusanos lefebvristas” (según sus propias palabras), parece olvidarse por completo de lo que los mismos progresistas y modernistas como él enseñan: la tolerancia y respeto a las “otras religiones”, o lo que se suele llamar: ecumenismo. Sí, mucho ecumenismo con los “hermanos mayores” (los judíos obsecados), con los “hermanos separados” (los protestantes) y con las “Iglesias hermanas” (los ortodoxos cismáticos). Con esas “denominaciones” y “otras religiones”, sí, todo el ecumenismo y todo el tacto en la forma de dirigirse y la “caridad” fraterna sí. Pero a la hora de practicar, con los llamados “lefebvristas”, ni una sola palabra caritativa, ni una sola palabra de “apostolado”. Los heterodoxos y los verdaderamente herejes, son buenos y merecen la simpatía. En cambio, los católicos tradicionalistas, merecen la persecución y la “excomunión” sin piedad. Así funciona la cabeza de los liberales.

Nos gustaría saber en qué se funda, el Sr. Bermúdez, para acusar al padre Antonio de homosexual o de estafador. ¿Acaso él quién para juzgar tan dura y tajantemente?
Como vemos aquí, los insultos y agravios son el único argumento que un liberal puede esgrimir frente a la solidez de la doctrina católica.

Aquí, una muestra de quién es responsable de ACI Prensa, como para tener en cuenta la deplorable calidad de pensamiento, de doctrina y de… digamos… comportamiento, del Sr. Bermúdez con quiénes, para él, andarían errados. Una muestra del “ecumenismo” selectivo de los liberales. Una gran farsa: