[InfoCaótica,
23-Ago-2015]
La figura de Félix-AntoineDupanloup (1802-1878)
es conocida para quienes de algún modo están familiarizados con la
Historia de la Iglesia del siglo XIX.
Dupanloup fue el autor de un
opúsculo que comenta al Syllabus: La Convention du
15 septembre et L’Encyclique du 8 Décembre, publicado en 1865. En su
tiempo, el folleto fue un verdadero éxito editorial, la primera edición se
agotó en dos horas y tres semanas más tarde circularon 100.000 ejemplares,
además de las múltiples traducciones. A diferencia del libro de Sardá
-que no tuvo el aval de ningún acto pontificio- el obispo de
Orleáns recibió un acto pontificio favorable a su folleto: el
Breve de Pío IX, Ita, Venerabilis Frater (8-II-1865), que
puede leerse en este enlace (en
latín y francés). El documento se incluyó en todas las reediciones
del folleto y -de modo semejante a lo sucedido con la obra de Sardá- los
partidarios del catolicismo liberal hicieron uso y abuso del Breve pontificio.
Además del éxito editorial, el
opúsculo de Dupanloup tuvo importante recepción en la Iglesia. El primer
biógrafo del obispo dio gran importancia al Breve de Pío IX y recordó con
actitud triunfalista las 630 cartas de felicitación que le enviaran obispos de
distintos países. Pero Yves Chiron señala que está pendiente de estudio el
contenido de esas cartas, muchas de las cuales podrían ser meras respuestas de
cortesía.
Algunos ven hoy el Breve del
Papa como una especie de “cheque en blanco” para el liberalismo que profesan.
Lo cual nos parece una mitificación.
Pero también en los ambientes
católicos tradicionales de nuestros días se dan reacciones extrañas ante un
acto del Papa que resulta "indigesto". Hay autores que
omiten mencionar la existencia del Breve cuando trazan el perfil biográfico de
Pío IX o critican el papel del obispo de Orleáns. Otros silencian los elogios
que contiene el documento y resaltan un párrafo en el cual el Papa habría
sugerido que si bien Dupanloup defiende al Syllabus de las
calumnias no expresa su verdadero sentido. Algún sacerdote –tal vez
prisionero de la camisa de fuerza ultramontana- se mete en un laberinto
psicologista, y termina por forzar los hechos, para dejar bien parado al
Pontífice. Quizás ignore otro Breve de Pío IX en apoyo de un libro de Mons. Fessler que
pone límites al infalibilismo exagerado.
Recomendamos al lector interesado
que se lea documento completo. Pero nos parece que hay algunas
conclusiones objetivas que se imponen:
1ª. El Breve es un acto
pontificio. El libro de Dupanloup tiene en su favor un Breve; el opúsculo de
Sardá y Salvany no lo tiene. Guste o no, es un hecho.
2ª. No conocemos a ningún
historiador que sostenga que Pío IX estuviera coaccionado de algún modo para
suscribir el Breve. El Papa pudo no decir nada, pero lo hizo estampando su
firma y sello. Nunca se retractó públicamente, ni mandó expurgar el libro, ni
ordenó que se lo incluyera en el Índice.
3ª. Hay que atenerse a las
palabras del documento completo, sin sesgos de selección.
¿Qué valor tiene el Breve
de Pío IX? El
documento laudatorio no implica que la interpretación de Dupanloup fuera:
oficial, única legítima, exhaustiva, la más fiel a la letra y el espíritu del Syllabus.
Del tenor de las expresiones empleadas tampoco se puede concluir que el Papa
diera a su acto un peso magisterial importante. Pero implica un juicio
general de ortodoxia equivalente a un nihil obstatpontificio.
¿Quisiéramos que no existiera este Breve? La primera ley de la
historia es no mentir; la segunda es no temer decir toda la verdad...