martes, 6 de octubre de 2015

Francisco concede una audiencia a un transexual y su pareja.


Diego Neria y su pareja, Macarena, recibidos por el Papa Francisco en el Vaticano.
©EL MUNDO

Nos preguntamos si el vocero oficial de la Santa Sede hará las aclaraciones pertinentes con el mismo tenor que con Kim Davis.

[Información aparecida en El Mundo, 06-Oct-2015.]

La imagen del encuentro del primer transexual recibido por un Papa

ANA MARÍA ORTIZ
Madrid
@Anamaortiz

ACTUALIZADO 06/10/2015 19:25

Esta es la imagen inédita del encuentro del extremeño Diego Neria, el primer transexual recibido por un Pontífice, con el Papa Francisco en el Vaticano. La fotografía estará incluida en el libro de memorias que Diego Neira prepara -El despiste de Dios, de Tropo Editores-, y del que mañana presenta su primer capítulo en Madrid, a modo de aperitivo. Aunque antes lo adelanta a EL MUNDO. La obra completa, que aún está escribiendo, se espera que esté en las librerías la próxima primavera.

La biografía de Neria arranca en enero pasado, en el aeropuerto de Sevilla, a punto de emprender el vuelo que lo condujo a Roma tras la sorprendente llamada del Papa, al que confundió con un operador de Movistar: "Al subir al avión, hago inventario de mi vida. Me llamo Diego Neria Lejárraga y dicen que nací mujer, que luché durante años por conseguir el respeto de los demás y que un buen día decidí enviar una carta al Papa Francisco y éste me invitó a conocerlo: sin lunáticos la luna sólo sería un satélite más. Miro por la ventanilla del vuelo 6745 que me llevará de Sevilla a Roma. Estoy nervioso. Por mucho que les atormente, tenemos derecho a ser otro. Y me refiero a todos y todas los que me apuñalaron con frases como «mataste a tu madre a disgustos», «te morirás siendo una tía», «ese DNI lo has falsificado, a mí no me engañas» o «tú eres la hija del diablo»", escribe en el arranque.

En la visita al Papa Francisco, con lo que intuía que iba a hacer historia, lo acompañó su pareja, Macarena: "Yo, que no he sido nunca el primero en nada, seré el primer transexual de la Historia al que recibe un Papa. La noticia se ha filtrado a los medios de comunicación y no han dejado de intentar entrevistarme desde todo el planeta, saltándose mi derecho a salvaguardar lo que soy y lo que he sido. He llegado hasta aquí abollado y orgulloso, pero ahora tengo miedo; Macarena parece detectarlo y me acaricia con dulzura, invitándome a saborear el momento. Le doy un beso en los labios. Ojalá pudiera prolongar este viaje durante años. Quizá la felicidad sea esto: un eterno vuelo a Roma con Macarena a mi lado", se lee en el final de este primer capítulo.

Recordamos una de las ya acostumbradas llamadas telefónicas que producen la ya acostumbrada incertidumbre y confusión. Noticia aparecida en El Mundo, 28-Ene-2015.

El Papa, a un transexual español: '¡Claro que eres hijo de la Iglesia!'

DAVID VIGARIO
Corresponsal Mérida
Actualizado: 28/01/2015 19:37 horas

"Dios quiere a todos sus hijos, estén como estén, y tú eres hijo de Dios y por eso la Iglesia te quiere y te acepta como eres". Son palabras del Papa Francisco, cuando telefoneó en persona a Diego Neria Lejárraga, un transexual español de 48 años, católico y practicante, para citarle a él y a su novia Macarena a un encuentro privado en El Vaticano el pasado sábado. "¡Claro que eres hijo de la Iglesia!".
Durante años, Diego (antes Cuca) había sufrido en lo más hondo de su corazón la desazón de no ser aceptado por parte de la Iglesia, al menos, "por la parte más conservadora", en su ciudad natal,Plasencia (Cáceres).
Había tomado la firme decisión de operarse y cambiarse de sexo muchos años atrás ("siempre me sentí hombre, desde bien pequeño"), pero entró en quirófano un año después de morir su madre para evitar el sufrimiento familiar en una ciudad pequeña (unos 40.000 habitantes).
Fue hace ocho años. Entonces sufrió la transformación total física y comenzó también a tener algunas novias en el pueblo. Auxiliar administrativo, a Diego siempre le ha gustado el mundo de la música y el teatro. Y hace unos meses, viendo al nuevo Papa, decidió escribirle una conmovedora carta donde relataba su caso, con ejemplos cotidianos de cómo se sentía muchas veces rechazado, de las falsas miradas, de las críticas...
Un impulso le llevó a descolgar el teléfono móvil cuando apareció una llamada oculta el 20 de diciembre. Él estaba en Sevilla (donde vive su prometida) y entró en un comercio para evitar el ruido y escuchar mejor la llamada. "Soy el Santo Padre", escuchó al otro lado del aparato. Era la segunda vez que el Papa se ponía en contacto con él.
Semanas antes, le había llamado en persona para interesarse por su caso. Era el 8 de diciembre, Festividad de la Inmaculada. Fue una charla breve, donde le aseguró que le volvería a llamar para cerrar definitivamente la fecha del viaje. "¿Os vendrá mejor en fin de semana, verdad?", le preguntó el Papa a Diego. "Cuando usted quiera", respondió.
El Papa insistió en que el encuentro privado se desarrollara un sábado "porque durante la semana estaréis trabajando; espera un momento que vea mi agenda y ya lo cerramos". "Tengo un hueco el día 24 de enero a las cinco de la tarde. ¿Podéis venir?".
"Pero ¿a dónde vamos?, ¿por quién preguntamos?, ¿cómo lo hacemos?", le preguntó, aún atónito, Diego. Al otro lado del teléfono, se escucha: "Por el dinero, no os preocupéis. Si no tenéis, cuando vengáis acá, yo os tengo preparado un sobre para los gastos, así que eso no es problema. Ya sabéis que yo ya vivo junto a otros sacerdotes en la residencia de Santa Marta. Vosotros llegad allí y decidle a los guardias suizos que venís a ver al Papa, y ya está".
No sería luego tan fácil. Hubo llamadas cruzadas del Nuncio al Obispado de Plasencia durante las siguientes semanas para preparar el viaje, incluidos los gastosdel mismo, que han corrido a cargo del obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez Magro, que ha apoyado la causa de Diego y su pareja, enfermera.
"De la reunión no voy a contar nada, es un secreto entre nosotros que jamás voy a desvelar", aseguró ayer Diego a EL MUNDO. Eso sí, estaba muy satisfecho del encuentro: "Es una experiencia única".
Sobre su condición de creyente, católico y practicante, aclara: "No es que estuviera enfadado con la Iglesia antes, pero hubo actitudes durante mucho tiempo que no me gustaron. Pero no de todos, porque el obispo se ha portado siempre muy bien conmigo, me he apoyado mucho en él, pero lo he pasado muy mal en ocasiones. Esto es un pueblo pequeño y, además, yo me movía en círculos muy conservadores, que de frente no me decían nada, pero por la espalda me criticaban. No aceptaban mi situación en una historia que lleva siempre a los prejuicios y al morbo, y a mí eso me ha hecho mucho daño".
"No es cierto que la transexualidad sea una cosa normal en España, que estemos como en Europa. Eso no es así, es un tema que no está aún aceptado, aunque ojalá que mi caso, que ahora ha visto la luz, sirva para que lo que yo he pasado no lo pasen otras personas que están en mi situación", añade.