Francisco le dice a Sor Lucía
Caram que siga haciendo lío.
[Religión
Digital, 15-Oct-2015]
El Papa
bendice a la monja dominica tras la audiencia general de los miércoles
Francisco, a
Sor Lucía: “Vos, continúa haciendo lío, no te canses, los pobres son lo más
importante, eso es el Evangelio”
“Prefiero
los conventos que se abren para acoger a los pobres, que los que se convierten
en Hoteles”
Jesús
Bastante, 15 de octubre de 2015 a las 10:29
(Sor Lucía
Caram).- Roma se despertaba con miles de peregrinos que iban a la Plaza
de San Pedro a esperar durante horas para poder disfrutar de la
audiencia del Papa Francisco, como ocurre cada semana. La gente quiere
escucharle, tocarle, hablarle, pedirle una bendición.
Desde las 6:30
de la mañana con Sor Juana Mari, mi priora, esperábamos en la
Puerta de Santa Ana, donde están la Guardia Suiza, nuestra acreditación. Allí
los argentinos invitados a través de la Nunciatura, seríamos conducidos por el Padre
Guillermo Karcher hacia lo que llaman -irónicamente- “el corralito” de los
argentinos, a la derecha del Papa en la misma explanada desde donde da su
catequesis semanal. En ese recinto éramos unos 200 argentinos.
El Padre
Guillermo, persona cercana a Francisco, nos dijo: “Cuando el papa se acerque, podéis
darle regalos, hablarle, pedirle la bendición, lo que queráis. A él le
gusta estar con la gente y disfruta. Aprovechen, porque están en un lugar
inmejorable.”
Una hora antes
de lo previsto, ya que amenazaba lluvia, comenzamos a oír al Papa. Desde la Sala
Pablo VI, saludaba a algunas personas enfermas y sus familiares. Luego,
apareció en un Papa móvil que iba muy despacio, porque el Papa quiere estar
cerca de la gente. No faltaron los niños que se le acercaban, ni sus gestos más
que elocuentes de simpatía, complicidad, alegría. Todo un torrente de
vitalidad, que supera los límites de su edad y que deja a todos con mucha paz.
Comenzó la
audiencia con un profundo sentido de humildad, pidiendo perdón por los
escándalos del Vaticano en estos días. Sin duda se refería al padre
Charamsa, a quien dijo perdona de corazón, y también a la carta difundida
presuntamente por al menos seis cardenales que manifiestan su temor o
desconfianza ante lo que pueda deparar el Sínodo. Estoy segura que el Padre Charamsa,
si hubiera hablado con Francisco, hubiera conseguido mucho más que con
toda la puesta en escena de la salida del armario -que no juzgo, todo lo
contrario-, y estoy segura que hubiera sido mucho más positivo para el Sínodo,
porque su situación “YA” está sobre la mesa en el mismo. Tanto la
homosexualidad, como la situación de los divorciados, está en su realidad más
profunda, porque Francisco ha querido preguntar a todos, y todos hemos podido
hacer llegar nuestras preocupaciones y esperanzas. Y lo ha hecho, porque quiere
una Iglesia que afronte la realidad y acoja a todos y a todas las realidades
que viven las personas, las familias y los nuevos retos.
La audiencia
continuó, y llegó el momento de los saludos. Francisco iba muy poco a poco.
Escuchando a cada uno, haciendo bromas, bendiciendo, aconsejando. Cada uno, era
lo más importante para él, y eso se notaba.
Al llegar
donde estábamos nosotras, Francisco nos abrazó a ambas. Parece que el tiempo se
detuvo y que estaba para nosotras. Le explicamos lo que nos traía a Roma y
nuestro deseo de vivir siempre en comunión con la Iglesia viviendo el Evangelio
al lado de los más pobres, siendo una Comunidad Contemplativa al Servicio del
Reino. Él escuchaba y me dijo: “Ah, vos sos la monja que hace lío”.
Le expliqué
los proyectos que tenemos entre manos desde la Comunidad, la Fundación,
el trabajo contra la pobreza infantil, las 1300 familias de la Plataforma de
alimentos, el Albergue, los pisos. Él escuchaba atentamente. Le hablé del
compromiso de los voluntarios. Y cuando le dije: “-Hemos acogido refugiados y
vamos a acoger más”. Él con un gesto de preocupación nos cogió del brazo y nos
dijo: “Este es el gran drama que tenemos hoy. Acójanlos, abran las
puertas, no dejen de acoger a los más pobres, prefiero los conventos que se
abren para acoger a los pobres, que los que se cierran en sí mismos o los que
se convierten en Hoteles.”
Le dije: “Sí,
Santidad, pero la Iglesia no nos lo pone fácil, hoy es muy difícil ser
cristiano en la Iglesia católica”. El no lo dudó, largó una carcajada cómplice
y me dijo: “-Te voy a responder como aquel que dijo: ‘¿Señora, a mí me lo dice?’.
Reímos los
tres y me dijo: “- Vos, continúa haciendo lío, no te canses, los pobres
son lo más importante, eso es el Evangelio. Hacé lío”.
Luego bendijo
a mi priora y en ella a las monjas de la comunidad. Sor Juana Mari,
flotaba. Finalmente me bendijo a mi y conmigo a la Fundación Rosa Oriol, a
todo el equipo que me ayuda y a los más pobres, tal como se lo había pedido.
Nos regaló una
sonrisa y un nuevo abrazo y continuó con una bendición.
Nos
quedamos con mucha paz. Pedro de alguna manera nos confirmaba en la fe, una
fe que nos pone al servicio de los más pobres y que nos hace dar lo
contemplado, animando el servicio a los preferidos del Reino.
Con su gesto y
su acogida, con su bendición animaba nuestra caridad que es la que nos hace
entender que le corazón de Dios tiene unas dimensiones infinitas en la que
entramos todos y que lo único importante es amar y servir, amar como somos
amados por el Dios de la vida, que lo único que desea es que todos sus hijos
vivan con dignidad.
Francisco,
con su bondad y con su gran humanidad, es un signo de la bondad y la ternura de
Dios, que en Jesús ha puesto su tienda entre nosotros y que camina con su
pueblo animando nuestro paso hacia la libertad plena para todos.
Gracias
Francisco, tu bondad nos anima, tu fe nos confirma, tu caridad nos ayuda a
avanzar en la línea del Evangelio, que es la del amor que se hace servicio.
¿Qué piensa esta monja sobre
temas como la homosexualidad y el aborto? Dejemos que ella misma los responda
en una etrenvista aparecida en La
Opinión de Málaga, 23-Ene-2014.
El nuevo
cardenal español, Fernando Sebastián, que reside en Málaga, ha creado una gran
polémica tras comparar la homosexualidad con una deficiencia tratable. ¿Qué
opina?
No lo
comparto. Yo creo que el Papa ha sido clarísimo y está siendo clarísimo con todas
sus actitudes. Afirma que no es nadie para juzgar y si no es nadie para juzgar,
no puede considerarse una enfermedad. Todos tenemos errores, pero la
orientación sexual no es un pecado ni una desorientación de la naturaleza.
Tenemos que acoger. Me sorprenden las palabras de Sebastián. Dentro de la
Conferencia Episcopal abrió camino en un momento muy complicado y tuvo un papel
determinante. Su labor fue muy buena. Eso no quiere decir que esté de acuerdo
al cien por cien con todo lo que diga. Creo que la emoción por el nombramiento
le ha podido hacer abrir demasiado la boca. Es una persona mayor, que recibirá
el capelo en reconociendo a su trayectoria, pero que no tendrá una voz decisiva
en la Iglesia. Seguramente no habrá recibido apoyos de la oficialidad de la
Iglesia.
¿Qué opina
entonces del matrimonio entre dos personas del mismo sexo?
Yo siempre me
pregunto qué haría Jesús, y Él siempre bendecía. Nunca maldecía. El matrimonio
y el amor siempre es bendecido. Que institucionalmente se nieguen a elevarlo a la
categoría de sacramento es otra cosa. Pasarán muchos años para eso. Yo no me
siento capaz para condenar a nadie. Estamos llamados a bendecir cualquier tipo
de amor. El que no bendice, maldice. Y eso es pecado.
Sus
opiniones contrastan con las oficiales de la Iglesia. ¿Cree oportuna una
reforma de la ley del aborto?
Yo estoy a
favor de la vida siempre. El aborto siempre es un fracaso y la mujer que llega
a esta situación siempre lo experimenta así. Pero yo nunca condenaré a una
mujer o a una pareja que lo decida.
Introduce
un matiz importante: Habla de la pareja, no sólo de la mujer.
Estar
embarazada es una cuestión de dos. Habrá casos que lo decida la mujer sola y
otros muchos en que sea la pareja. Tenemos que ser respetuosos y que la mujer
no sea la única que cargue con toda la responsabilidad. Habrá que buscar
facilidades para las personas que quieran tener un hijo. Pero quienes tomen
libremente la decisión tienen que ser las personas. La Iglesia no puede meterse
ahí. Ni siquiera Dios, que por algo nos hizo libres.
Pero la
libertad exige también unos límites. ¿Cree necesaria una regulación?
Yo creo que la
Iglesia no tiene nunca que imponer su ética de máximos a la sociedad. Tiene que
haber una ética de mínimos común a todos los ciudadanos. En este sentido, la
Iglesia podrá marcar pautas a quienes libremente han asumido abrazar la fe
dentro de esta comunidad, pero no tiene derecho a presionar ni a obligar a
nadie a que se tome medidas en función de unos valores religiosos. Hay que
separar la religión de la política, acompañar a la gente, formar las
conciencias y volver al Evangelio, donde hay muy pocas cosas mandadas y
prohibidas.
Se nota que
habla de Francisco con admiración. ¿No tendrá nada que ver con que es argentino
como usted?
El Papa es un
fenómeno que ha traído normalidad a la Iglesia. Es lo que hace muchísimo
tiempo, la inmensa mayoría de los cristianos de base estábamos diciendo, pero
por el autismo perverso de la institución no se nos escuchaba. El Papa pone
sobre la mesa una realidad que ha terminado estigmatizando a la Iglesia. Vuelve
al Evangelio, abre puertas y ventanas para que entre aire fresco y para que
salga toda la podredumbre y que hizo de la Iglesia la institución menos creíble
en los últimos años, a pesar del papel determinante que realizan Cáritas, los
misioneros, quienes trabajan con los pobres... Son gente de Iglesia, lo que
pasa es que no mandan.
Cristo
sería tuitero, ¿pero volvería a expulsar a los mercaderes del templo?
Yo creo que es
lo que está haciendo el Papa. Ha sacado el látigo. Ha sido claro al decir fuera
los pastores que no huelen a oveja, que viven en palacios. Fuera aquellos que
se hacen llamar monseñores... Lo han sacado contra los laicos y sacerdotes que
usan sus cargos para oprimir a los otros. Usa el mismo mensaje de Jesús. Y lo
ha hecho, por ejemplo, en el Banco Vaticano.
¿Tiene
miedo de que pueda pasarle algo al Papa antes de que acabe su obra?
Antecedentes existen...
El que lo ha
dado todo no tiene todo que perder. Nuestra vida está entregada. Puede haber
riesgos. Ya existe un liderazgo reconocido, tanto que hasta Obama le ha pedido
audiencia. Dentro de la curia puede haber gente que se sienta incómoda. Al
Gobierno de Italia tampoco le interesa que el Papa vaya a Lampedusa y denuncie
la situación que viven miles de inmigrantes... Hipócritamente en España se han
asumido las palabras de Francisco, cuando se mantienen las concertinas en la
valla de Melilla. El Papa les está metiendo el dedo en el ojo. Es incómodo para
la curia y los poderes establecidos, pero también se está ganando el respeto de
todos. Como estamos en un sistema teóricamente democrático y Francisco tiene
buena prensa, por su vida y testimonio, los gobernantes ya se cuidarán mucho de
contradecirle.
¿Es sólo un
Papa de gestos, como dicen, o efectivamente va a propiciar una revolución?
Está logrando
una Iglesia más creíble y servidora. Está removiendo los cimientos para volver
a la sencillez de los Evangelios. Créame que es más fácil abrazar a un leproso
que sacar el látigo para ahuyentar a los estafadores y a los lobos con piel de
cordero que poblaban la administración vaticana.