sábado, 15 de octubre de 2016

Por razones de ecumenismo, la estatua del heresiarca Lutero dentro del Vaticano.


En lo que aparenta una reivindicación a Martín Lutero iniciada bajo el pontificado de Juan Pablo II, en marco del encuentro ecuménico entre luteranos y católicos, se ha puesto en la sala Pablo VI una estatua del heresiarca excomulgado presidiendo la audiencia papal. Algunas noticias relacionadas al tema con las ya acostumbradas afirmaciones de Francisco en contra del proselitismo, o lo que en católico llamamos “apostolado”.


Información en Infovaticana, 14-Oct-2016.

Francisco: ‘El proselitismo es el veneno más fuerte contra el camino ecuménico’

El pontífice ha dirigido estas palabras a un grupo de peregrinos luteranos de la región alemana de Anhalt que se han congregado en el aula Pablo VI.

El Papa Francisco ha recibido en el aula Pablo VI a un grupo de peregrinos luteranos de la región alemana de Anhalt. Durante la audiencia, ha estado expuesta en el aula Pablo VI una estatua de Martin Lutero, según informa el periodista italiano Antonio Socci. 

Este encuentro se ha producido unas semanas antes de emprender su viaje a Suecia con motivo de la conmemoración de la reforma de Martin Lutero, tal y como él mismo ha recordado:

“A finales de este mes, si Dios quiere, iré a Lund, Suecia, y junto con la Federación Luterana Mundial haremos memoria, después de cinco siglos, del inicio de la reforma de Lutero y agradeceremos al Señor por los cincuenta años de diálogo oficial entre luteranos y católicos”.

El pontífice invitó a los presentes en el aula Pablo VI a dar gracias a Dios “porque hoy, luteranos y católicos estamos caminando en la senda que va del conflicto a la comunión” y porque “ya recorrimos juntos un importante trecho de camino”:

“A lo largo de nuestro caminar tenemos sentimientos encontrados: dolor por la división que aún existe entre nosotros, pero también alegría por la fraternidad reencontrada. Vuestra presencia tan numerosa y entusiasmada es un signo evidente de esta fraternidad y nos llena de esperanza que pueda seguir creciendo en la comprensión recíproca”.

Asimismo, el Papa ha alentado el camino ecuménico de los jóvenes, afianzados en el Evangelio de Jesús, para anunciar la paz y la reconciliación:

“Queridos jóvenes, los aliento a ser testimonios de misericordia. Mientras los teólogos llevan adelante el diálogo en el campo doctrinal, ustedes sigan buscando con insistencia ocasiones para encontrarse, conocerse mejor, rezar juntos y ofrecer su ayuda los unos a los otros y a todos los que están en la necesidad. Así, libres de todo prejuicio y confiando sólo en el Evangelio de Jesucristo, que anuncia la paz y la reconciliación, serán verdaderos protagonistas de una nueva estación de este camino, que con la ayuda de Dios, conducirá a la comunión plena. Yo les aseguro mi oración y ustedes, por favor, recen por mí, que lo necesito tanto ¡Gracias!”.

En respuesta a una pregunta de un peregrino sobre qué hacer para convencer a los que no tienen fe, el Papa ha respondido en declaraciones recogidas por Zenit: “La última cosa que tienes que hacer es ‘decir’. Tú debes vivir como cristiano elegido, perdonado y en camino. No es lícito convencer de tu fe”. Al mismo tiempo ha aconsejado “preparar la tierra para el Espíritu Santo, el que trabaja en los corazones. Él debe decir, no tú”. El Papa añadió que “no hay que tratar de convencer a los no creyentes mediante la imposición. El proselitismo es el veneno más fuerte contra el camino ecuménico. Por el contrario, debes dar testimonio de tu vida cristiana”.




Radio Vaticano, 13-Oct-2016.

Católicos y luteranos aunados por la misericordia de Dios, que tanto anhela el mundo, alentó el Papa

El Papa Francisco recibió en el Aula Pablo VI a los participantes en una peregrinación ecuménica luterana provenientes de Alemania - RV 13/10/2016 12:16

Prosigamos confiados nuestro camino ecuménico: ¡lo que nos une es mucho más de lo que nos divide!

Testimoniemos juntos la misericordia de Dios en el mundo de hoy, que tanto la necesita


(RV).- Fue la exhortación del Papa Francisco, al recibir a un numeroso grupo de peregrinos luteranos de la región alemana de Anhalt. Pocos días antes de su viaje - el 31 de octubre y el 1º de noviembre - a Suecia, en el marco de la conmemoración del comienzo de la reforma de Lutero, en Lund y en Malmö, el Obispo de Roma, con su cordial bienvenida, invitó a la acción de gracias a Dios por el camino ecuménico que hemos recorrido juntos:

«Demos gracias a Dios porque hoy, luteranos y católicos estamos caminando en la senda que va del conflicto a la comunión. Ya recorrimos juntos un importante trecho de camino. A lo largo de nuestro caminar tenemos sentimientos contrastantes: dolor por la división que aún existe entre nosotros, pero también alegría por la fraternidad reencontrada. Vuestra presencia tan numerosa y entusiasmada es un signo evidente de esta fraternidad y nos llena de esperanza que pueda seguir creciendo en la comprensión recíproca».

Luego, el Papa subrayó la celebración ecuménica en tierra sueca, reiterando la importancia de recordar el pasado, mirando al futuro aunados en el servicio a los más necesitados, para hacer visible la misericordia de Dios con el testimonio cristiano:

«A finales de este mes, si Dios quiere, iré a Lund, Suecia, y junto con la Federación Luterana Mundial haremos memoria, después de cinco siglos, del inicio de la reforma de Lutero y agradeceremos al Señor por los cincuenta años de diálogo oficial entre luteranos y católicos. Parte esencial de esta conmemoración será dirigir nuestra mirada hacia el futuro, en vista de un testimonio cristiano común en el mundo de hoy, que tiene tanta sed de Dios y de su misericordia. El testimonio que el mundo espera de nosotros es sobre todo el de hacer visible la misericordia que Dios tiene para con nosotros, a través del servicio a los más pobres, a los enfermos, a los que han abandonado su tierra para buscar un futuro mejor para sí mismos y para sus seres queridos. Poniéndonos al servicio de los más necesitados experimentamos que ya estamos unidos: es la misericordia la que nos une».

El Papa alentó asimismo el camino ecuménico de los jóvenes, afianzados en el Evangelio de Jesús, para anunciar la paz y la reconciliación:

«Queridos jóvenes, los aliento a ser testimonios de misericordia. Mientras los teólogos llevan adelante el diálogo en el campo doctrinal, ustedes sigan buscando con insistencia ocasiones para encontrarse, conocerse mejor, rezar juntos y ofrecer su ayuda los unos a los otros y a todos los que están en la necesidad. Así, libres de todo prejuicio y confiando sólo en el Evangelio de Jesucristo, que anuncia la paz y la reconciliación, serán verdaderos protagonistas de una nueva estación de este camino, que con la ayuda de Dios, conducirá a la comunión plena. Yo les aseguro mi oración y ustedes, por favor, recen por mí, que lo necesito tanto ¡Gracias!»




Video del sitio oficial de la televisión vaticana en lengua italiana donde vemos todo lo sucedido:


Comentario de Stat Veritas:

Recordemos la claridad de las definiciones del Magisterio católico con relación al llamado “ecumenismo” entre católicos y “cristianos” protestantes:

“Podrá parecer que dichos “pancristianos”, tan atentos a unir las iglesias, persiguen el fin nobilísimo de fomentar la caridad entre todos los cristianos. Pero, ¿cómo es posible que la caridad redunde en daño de la fe? Nadie, ciertamente, ignora que San Juan, el Apóstol mismo de la caridad, el cual en su Evangelio parece descubrirnos los secretos del Corazón Santísimo de Jesús, y que solía inculcar continuamente a sus discípulos el nuevo precepto Amaos unos a los otros, prohibió absolutamente todo trato y comunicación con aquellos que no profesasen, íntegra y pura, la doctrina de Jesucristo: Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa, y ni siquiera le saludéis (Juan; 2, 10.). Siendo, pues, la fe íntegra y sincera, corno fundamento y raíz de la caridad, necesario es que los discípulos de Cristo estén unidos principalmente con el vínculo de la unidad de fe”.

“Bien claro se muestra, pues, Venerables Hermanos, por qué esta Sede Apostólica no ha permitido nunca a los suyos que asistan a los citados congresos de acatólicos; porque la unión de los cristianos no se puede fomentar de otro modo que procurando el retorno de los disidentes a la única y verdadera Iglesia de Cristo”.


S.S. Pío XI, Carta Encíclica “Mortalium animos”, del 6 de enero de 1928.