El lunes 21 de noviembre a las 19.00hs., se presentara el libro “La Inquisición, un Tribunal de Misericordia” del historiador e investigador Cristian Rodrigo Iturralde, en el Instituto de Filosofía Práctica en Viamonte 1596, 1er Piso, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La apertura de la presentación la realizara el Dr. Antonio Caponnetto, quien también realizo el prologo del libro y luego el autor, Lic. Cristian Rodrigo Iturralde, disertara acerca de su ardua investigación.
“La Inquisición, un tribunal de misericordia”,
488 págs., Buenos Aires, 2011, Editorial Vórtice.
En la presentación del libro, el mismo tendrá un costo de $80 pesos, solo por única vez.
Cristian Rodrigo Iturralde expondrá apoyado en inobjetables estudios científicos e insospechadas fuentes y testigos- los puntos más significativos de su tesis, que prueban claramente que el Tribunal de la Inquisición fue un tribunal de misericordia, contrariamente a las opiniones apriorísticas del mundo. Finalizada la exposición del autor, se hará lugar a las preguntas e inquietudes del auditorio.
A Cristian Rodrigo Iturralde, le llevo tres años de ardua investigación en bibliotecas públicas y privadas, de universidades, de personas particulares para luego volcar en este trabajo que consideramos un libro objetivo acerca de la historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, ya que siempre los enemigos de la Iglesia Católica han defenestrado con ridículas acusaciones. A través de este libro donde el autor cita bibliográficamente a más de ochenta personajes, historiadores, filósofos e investigadores de diferentes credos y posturas políticas, podemos decir que las falsas historias de la Inquisición, encuentran su final de una manera contundente y objetiva.
Cabe decir que aun el libro aun no se ha dado a conocer de manera pública que ya encontró el autor y su obra, numerosos enemigos que desean que la verdad no salga a la luz.
Fragmento de la Nota de Autor:
“La Inquisición es un tribunal conocido más por lo que de éste se ha dicho, que por lo que ha sido en realidad. Así, todos parecen “saber” que la Inquisición fue algo execrable, reprobable, negativo, pero si alguien les preguntara: ¿por qué?, ¿qué fue?, ¿cuándo fue?, se encontrarían probablemente en un grave aprieto. Otros, aquellos que creen poder responder a estos interrogantes, cuando lo hacen, lo hacen mal, no por una calculada malevolencia, sino por haber obtenido sus magros o profusos conocimientos en libros más populares que apropiados. Y se debe entender por “apropiado” aquello concebido bajo la clara luz del estricto rigor científico y el aire desapasionado. Finalmente, estos ensayos se han ocupado en ofrecer al lector una visión liviana, entretenida y placentera de los hechos, que en hacer propiamente verdadera historia”
Algunos pasajes del libro “La Inquisición, un Tribunal de Misericordia”
(Pag. 43) Veamos seguidamente algunos de los resultados más significativos del Congreso organizado en Roma en el año 1998.
La documentación aportada refleja que de un total de 100.000 procesos, más de la mitad de los acusados fueron absueltos y perdonados, quedando en libertad. Muchos de ellos, sin embargo, fueron posteriormente condenados por tribunales civiles. El resto de los procesados, en su mayoría, fue castigado con penas muy leves, y sólo raramente se entregaba a un hereje al estado para su ejecución.
Agostino Borromeo, en ocasión a la presentación de los resultados de las investigación del Simposio, comenta que de los acusados procesados entre los años 1540 y 1700 (donde se celebraron 44.674 juicios), sólo fueron condenados a muerte el 1.8%, de los cuales sólo el 0.1% fue ejecutado por el Estado (pues el 1.7% de los condenados logró escapar o simplemente se desconocía el paradero). Traducido en números concretos, resulta que de hecho murieron 25 personas en 160 años. Cuán diferentes estas cifras a las sugeridas por la Intelligentzia mundial…
En España, uno de los países donde más activamente trabajó la Inquisición, de las cerca de 125.000 personas acusadas de brujería, sólo 59 fueron ajusticiadas (compárese con los reinos protestantes donde los ejecutados sólo por delitos de brujería ascienden a 150.000). En Italia, país notablemente más poblado, el número baja hasta 36; mientras que en Portugal se reduce a cuatro.
“Si sumamos estos datos –dice Borromeo– no se llega ni siquiera a un centenar de casos, contra las 50.000 personas condenadas a la hoguera, en su mayoría por los tribunales civiles, en un total de unos cien mil procesos (civiles y eclesiásticos) celebrados en toda Europa durante la edad moderna”. Proporcionalmente, como bien denuncia el P. Jordi Rivero, las matanzas de brujas más numerosas tuvieron lugar en Suiza (se quemaron 4.000 en una población aproximada de un millón de habitantes); Polonia-Lituania (10.000 en una población de 3.400.000); Alemania (25.000 en una población de 16.000.000) y Dinamarca-Noruega (1.350 en una población de 970.000).
(Pag. 48) Se preguntaba, dolorido, el cardenal Giacomo Biffi: “¿A quién pedirá cuentas la humanidad por los innumerables guillotinados franceses de 1793, ajusticiados sin otra causa que la pertenencia a un grupo social? ¿A quién pedirá cuentas la humanidad por las decenas de millones de campesinos rusos asesinados por los bolcheviques?” En tanto, el historiador italiano Fran-co Cardini expresaba que “sería gratificante, por ejemplo, escuchar expresio-nes de pesar por parte de la Reina de Inglaterra ante el tratamiento que se les dio a los católicos en su país, sin mencionar las numerosas persecuciones contra los líderes católicos en Francia, España y México [...] Un examen de conciencia, o para usar un término menos católico, una reflexión histórica podría ser realizada por las iglesias protestantes que tuvieron sus propios problemas con los católicos o por los líderes ortodoxos rusos que en el pa-sado apoyaron las acciones represivas del gobierno zarista”. Agrega que “tal vez los musulmanes deberían hacer su propia reflexión sobre las numerosas guerras santas proclamadas en el pasado”, e indica que, actualmente, China podría comenzar a trabajar en su apología por el actual trato que da a la Iglesia Católica.
(Pag. 330) Según Juan Sánchez Galera, sólo en Inglaterra, en apenas 35 años, desde que Enrique VIII se revelara a la autoridad pontificia y obligara a sus súbditos a convertirse al protestantismo, se calcula que se asesinó a unos 200.000 “herejes” católicos. El tristemente célebre Cromwell reduciría a la población irlandesa a la esclavitud, exterminando a la mayor parte de su población y al 98% de los sacerdotes: ¡nada más que dos sobrevivieron! “Sólo en el año de 1649 –comenta el P. Ángel Peña en su reciente trabajo Luces y Sombras de la Iglesia–, los ingleses mataron en Irlanda, concretamente en Drogheda y Wexford, a miles de católicos; algunos dicen hasta 40.000. Y negaron los derechos civiles a los irlandeses hasta 1913. Les prohibían poseer tierras, ejercer profesiones liberales y el derecho al voto. No podían casarse con personas protestantes y tenían pena de muerte, si recibían a un sacerdote o religioso”.
(Pag. 331) Sir James Stephen 29 calcula que en 300 años hubo, en la Inglaterra pro-testante, 264.000 condenados a muerte por diversos delitos: unos 800 por año. Lutero, fundador del protestantismo, en 1525 escribe a los nobles: “Matad cuantos campesinos podáis: hiera, pegue, degüelle a quien pueda. Feliz si mueres en ello, mueres en obediencia a la Palabra divina”. Más de cien mil labriegos perecieron. Lutero también demandaba que los herejes debían ser condenados sin oírlos… una muestra de la terrible e intolerante inquisición protestante. En Alemania fueron quemadas más de 100.000 brujas, incluidos niños y ancianos moribundos. Un juez solo quemó en 16 años a 800 brujas (un promedio de 50 al año). Y en Inglaterra serían quemadas otras 30.000. Estos números son sostenidos por el mismo Charles Lea, discípulo de Llorente, y tal vez el más reconocido de los historiadores enemigos del tribunal. A partir de 1550 se registran en Inglaterra 400 ejecuciones anuales de bandidos de poca monta. Enrique VIII enviaría a la horca a 72.000 personas durante su reinado, mientras Eduardo VI e Isabel ejecutarían 70.000 personas sólo por “vagabundos y viciosos”. De esta opinión es Henry Kamen 30. Por su parte, el gran historiador contemporáneo Jean Dumont dice: “Si, por desgracia, España (y Portugal) se hubiera pasado a la Reforma, se hubiera vuelto puritana y hubiera aplicado los mismos principios que en América del Norte («lo dice la Biblia, el indio es un ser inferior, un hijo de Satanás»), un inmenso genocidio habría eliminado de América del Sur a todos los pueblos indígenas”
Entrevista en video a Cristian Rodrigo Iturralde, donde nos cuenta acerca de su obra: