La crisis
profunda que hoy sacude violentamente a la barca de Pedro, se refleja en los
últimos acontecimientos.
Críticas,
como las incluidas en el mensaje cuyo contenido publicamos a continuación, con
nuestros lectores, se refieren al recientemente nombrado Prefecto de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, el Arzobispo de Regensburb (Ratisbona), Gerhard
Ludwig Müller (¿impuesto al Papa o
impuesto por el Papa?), quién es denunciado por su teología heterodoxa.
Se trata de un correo electrónico (en italiano, inglés y alemán) que desde hace
meses circula no sólo entre los periodistas acreditados en Roma sino también en
diversas oficinas de la Santa Sede.
Sobre su
postura anti FSSPX, recordamos su amenaza de excomulgar a quien ordenase a
los subdiáconos del seminario de Zaitkofen, en Alemania, poco después del
levantamiento de las excomuniones a los obispo de la FSSPX. Finalmente, Mons.
Fellay suspendió esas ordenaciones y las realizó en Ecône un par de meses
después.
Vínculado
en su pensamiento con los teólogos de la nueva corriente teológica modernista,
como Hans Urs Von Baltashar, Jean Daniélou y Henri de Lubac. Discípulo del
creador de la Teología de la Liberación, el peruano Gutiérrez. Este, teólogo que
es ahora “el custodio de la Fe de los católicos”, ha llegado a decir que el bautismo nos proporciona “una
unión fundamental con los evangélicos”, afirmación que a continuación veremos en el correo de advertencia que mencionamos más arriba.
Para los
modernistas, las afirmaciones del obispo reportadas abajo no constituyen
problema alguno, como es de esperar, pero son afirmaciones que rayan en la herejía. Basta
decir que Müller es, hoy por hoy, un teólogo de fama internacional, como
también lo son otros autores de dudosa ortodoxia.
Aquí el nombramiento oficial:
Actos
pontificios
Ciudad del Vaticano, 2 de julio (VIS).-
El Santo Padre:
-Ha nombrado al obispo Gerhard Ludwig
Müller, hasta ahora de Regensburg (Alemania), como Prefecto de la Congregación
para la Doctrina de la Fe y Presidente de la Pontificia Comisión “Ecclesia
Dei”; de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica
Internacional; elevándolo al mismo tiempo a la dignidad de arzobispo. Sucede en
todas esas funciones al cardenal William Joseph Levada, cuya renuncia fue
aceptada por límite de edad.
Vatican Information Service.
A continuación el correo
que advierte de los escritos y teología de Müller:
El obispo de Ratisbona, ¿nuevo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe?
Parece que el Santo Padre tiene intención de nombrar al obispo Gerhard
Ludwig Müller de Ratisbona como próximo prefecto de la Congregación para la
Doctrina de la Fe. Müller ya ha declarado públicamente que no rechazaría el
nombramiento. Es un ex profesor de teología dogmática en la facultad teológica
de Munich. Como maestro y como obispo ha demostrado ampliamente no tener una
segura doctrina.
1. Ninguna
virginidad de María.
En su libro
“Dogmática católica: estudio y práctica de la teología” (Friburgo, 2003, quinta
edición), Müller niega el dogma de la virginidad de María. Para él la
virginidad no tiene que ver con las “características fisiológicas en el proceso
natural del nacimiento de Jesús (como la no-apertura del útero, la
incolumidad del himen o la ausencia de las contracciones), sino con el influjo
salvífico y redentor de la gracia de Cristo para la naturaleza humana”.
2. Ninguna
transubstanciación.
En 2002 Müller publicó el libro “La Misa, fuente de la vida cristiana”
(St. Ulrich Verlag, Ausburg) en el cual habla del Santísimo Sacramento. Pero
desaconseja el uso de términos “cuerpo y sangre” para los dones eucarísticos.
Según Müller estos términos podrían producir “malentendidos”:
“Cuerpo y sangre de Cristo no significan las partes físicas del
hombre Jesús durante su vida o en su cuerpo glorificado”, el obispo
explica: “Cuerpo y sangre significan aquí específicamente una presencia de
Cristo en el signo mediato del pan y del vino”.
La Santa Comunión
expresa, según Müller, “la comunión con Jesucristo, mediante la consumación
de pan y vino”.
Él compara esto con una carta que puede significar una amistad entre
dos personas: “Ante el destinatario puede, por así decir, representar e indicar
el afecto del emisor”. Müller explica el pan y el vino eucarísticos como
simples “signos de la presencia salvífica de Jesús”.
Monseñor Müller
ilustra el concepto de “transubstanciación” así:
“La esencia del pan y del vino debe ser definida en un sentido
antropológico. El carácter natural de estos dones (pan y vino) como frutos de
la tierra y del trabajo humano, como productos naturales y culturales, consiste
en la designación del alimento de las personas y de la comunidad humana en el
signo de una comida común (…). El ser natural del pan y del vino es
transformado por Dios en el sentido que este ahora demuestra y realiza la
comunión salvífica”.
3. Los
protestantes “ya son parte de la Iglesia”.
Durante un discurso en honor del obispo luterano Johannes Friedrich, el
11 de octubre de 2011, monseñor Müller presentó un texto de su eclesiología.
(El original alemán se encuentra aquí).
Mons. Müller dijo en esa ocasión:
“El Bautismo es el carácter fundamental que nos une sacramentalmente en
Cristo, ante el mundo en una sola Iglesia visible. Nosotros como cristianos, católicos
y protestantes, estamos por lo tanto ya unidos en aquello que llamamos la
Iglesia visible. En un sentido estricto existen, por lo tanto, no muchas
Iglesias, es decir una junto a la otra, más bien existen divisiones y
desuniones al interior de un único pueblo y de una única casa de Dios”.
La comprensión común que la “Dominus Iesus” haya confirmado que los
protestantes no son propiamente una iglesia, es para monseñor Müller un
“malentendido”:
“Es teológicamente incorrecto traducir la afirmación que las
[communitates ecclesiales] que no han preservado un episcopado válido (…) no
son iglesias (¡plural!) en un sentido propio, con: ‘La iglesia evangélica no es
propiamente una iglesia’. Porque el plural significa las iglesias como iglesias
locales, constituidas en torno a un obispo”.
Müller continúa: “El punto no es el carácter eclesial de las iglesias
salidas de la Reforma sino la pregunta si el oficio sacramental episcopal es
constitutivo para la conformación de una iglesia local, es decir de una
diócesis, o no. Aquí, la diferencia entre una iglesia territorial protestante y
una diócesis católica está descrita, no evaluada. El magisterio católico está
lejos de negar a las ‘iglesias separadas y a las comunidades eclesiales de
occidente’ la eclesialidad o su ser iglesia”.
Según Müller, la esencia del ecumenismo consiste en lo siguiente: “Nosotros
definimos nuestra relación recíproca ya no sobre la base de las diferencias
efectivamente existentes en la doctrina, en la vida y en la constitución de la
Iglesia, sino sobre la base de cuánto tenemos en común. Este es el
fundamente sobre el cual nos movemos”.
Texto del correo originalmente publicado por Sacro&Profano.