R.P. Alfredo Sáenz S.J. Audios en mp3.
R.P. Alfredo Sáenz S.J. Texto de la conferencia en PDF.
Los tiempos que le tocó vivir al
mártir cristero José Anacleto González Flores, se asemejan mucho a estos
tiempos modernos, donde reina el anticatolicismo y, cada día más, las leyes de
los gobiernos infectados por el laicismo buscan destruir los pequeños vestigios
de cristianismo que quedan.
Es un buen ejemplo, escuchar la
fisonomía y vida de Anacleto González Flores, ya que podría decirse que es una
fuente de inspiración para el católico de hoy.
A continuación, publicamos la
excelente exposición del R.P. Alfredo Sáenz sobre este arquetipo de católico
militante, junto con un texto que puede servir como apunte de la conferencia.
Algunas citas que develan su
pensamiento de militancia y combate por la Verdad:
“Hasta ahora nuestro catolicismo ha sido un catolicismo de verdaderos
paralíticos, y ya desde hace tiempo. Somos herederos de paralíticos, atados a
la inercia en todo. Los paralíticos del catolicismo son de dos clases: los que
sufren una parálisis total, limitándose a creer las verdades fundamentales sin
jamás pensar en llevarlas a la práctica, y los que se han quedado sumergidos en
sus devocionarios no haciendo nada para que Cristo vuelva a ser Señor de todo”.
“La revolución, que es una aliada fiel tanto del protestantismo como de
la Masonería, sigue en marcha tenaz hacia la demolición del Catolicismo y bate
el pensamiento de los católicos en la prensa, en la escuela, en la calle, en
las plazas, en los parlamentos, en las leyes: en todas partes. Nos hallamos en
presencia de una triple e inmensa conjuración contra los principios sagrados de
la Iglesia”.
“Hasta ahora nuestro catolicismo ha sido un catolicismo de verdaderos
paralíticos, y ya desde hace tiempo. Somos herederos de paralíticos, atados a
la inercia en todo. Los paralíticos del catolicismo son de dos clases: los que
sufren una parálisis total, limitándose a creer las verdades fundamentales sin
jamás pensar en llevarlas a la práctica, y los que se han quedado sumergidos en
sus devocionarios no haciendo nada para que Cristo vuelva a ser Señor de todo.
Y claro está que cuando una doctrina no tiene más que paralíticos se tiene que
estancar, se tiene que batir en retirada delante de las recias batallas de la
vida pública y social y a la vuelta de poco tiempo tendrá que quedar reducida a
la categoría de momia inerme, muda y derrotada. Nuestras convicciones están
encarceladas por la parálisis. Será necesario que vuelva a oírse el grito del
Evangelio, comienzo de todas las batallas y preanuncio de todas las victorias.
Falta pasión, encendimiento de una pasión inmensa que nos incite a reconquistar
las franjas de la vida que han quedado separadas de Cristo”.