Carta de lectores enviada a La
Nación el 10-01-2016 (no fue publicada).
En respuesta al artículo “En
la trinchera de la ciencia, un cruzado contra la religión. Richard Dawkins” (ver aquí),
de Martín De Ambrosio, publicado el 10-Ene-2016, en el Suplemento Ideas del
diario La Nación.
Problemas
de la teoría de la evolución
Sr. Director:
A propósito del artículo “En la trinchera de la ciencia, un cruzado
contra la religión. Richard Dawkins”, publicado este domingo en su
Suplemento Ideas, quisiera hacer algunas puntualizaciones a fin de
contribuir al debate sobre la teoría de la evolución. El desarrollo gradual
–postulado por el neo-darwinismo, del cual Dawkins es apóstol principal– tiene
sus dificultades. Por ejemplo, tomemos la “excelente pregunta” del científico
evolucionista Stephen Jay Gould, mencionado en el artículo de marras: ¿De
qué sirve el 5% del ojo?
Pensemos la evolución del ojo humano: hasta formarse por completo, este
órgano pasaría por sucesivas etapas evolutivas. Antes del 100%, sería el 70, el
30, el 5 y en algún momento habría sido solamente el 1% de su estructura final.
Ahora bien, el ojo humano necesita para su pleno funcionamiento que todas las
partes del mismo estén perfectamente formadas. Esto significa que en la casi
totalidad del proceso evolutivo que, paulatina e infinitesimalmente, iría transformando
un ojo menos complejo en otro más complejo, este semi-ojo no funcionaría. Sería
inservible en más momentos (muchos más) que en lo que sería útil. El problema
es que la teoría sostiene que la evolución mira a la utilidad de los órganos.
La Paleontología tampoco respalda la teoría de la evolución, dado que
esta disciplina documenta de manera positiva: 1) La ausencia de formas
intermedias (los eslabones perdidos); y 2) El hallazgo de especies
fósiles muy complejas que aparecen repentinamente en el registro, especies
imposibles de conectar con formas anteriores mucho más simples. El problema
consiste en que, según la teoría, los eslabones perdidos deberían ser una
cantidad inconcebible, dado que la evolución ocurre muy lentamente. Pero los
eslabones, que debieran ser innumerables, no aparecen; la teoría de la
evolución predice además que las especies no pueden dejar de cambiar. Pero la
Paleontología registra en todas partes y en todo lugar formas fósiles que no
cambian a lo largo de cientos de miles y millones de años.
Juan Carlos
Monedero (h)
DNI 31.915.771