Magi viderunt stellam,
qui dixerunt ad invicem:
Hoc signum magni Regis est,
eamus et inquiramus eum,
et offeramus ei munera,
aurum, thus et myrrham,
Alleluia.
Oh Dios, que, por medio de una estrella, revelaste en este día tu
Unigénito Hijo a los gentiles; concédenos propicio, a los que ya te hemos
conocido por la fe, la gracia de ser elevados hasta la contemplación de la
hermosura de tu grandeza.