viernes, 30 de agosto de 2013

El “trabajo” de Papa es “insalubre”.


[Radio Vaticana - 28-08-2013]

Tras rezar el Ave María y darles la bendición a los jóvenes de la diócesis italiana de Piacenza-Bobbio, compuesta por unas 500 personas, sonriendo el Papa Francisco les dijo:


“Y les pido que recen por mí, porque este trabajo es un trabajo insalubre, ¡eh!, no hace bien...
¡Recen por mí”!

jueves, 29 de agosto de 2013

“Decálogo” de la profesión de abogacía.


San Alfonso María de Ligorio, por especial disposición de la Iglesia, es “patrono de los abogados”.
Sus grandes cualidades y capacidades le habían permitido comenzar sus estudios universitarios a la edad de doce años, y a los dieciséis había concluido todos los exámenes.
Un decreto real prohibía conceder el título a menores de 20 años, pero fue dispensado por gracia real, y admitido ante el Consejo Universitario para presentar su Memoria.
Se le otorgó el título de Doctor en Derecho y Abogado del foro de Nápoles, comenzando una carrera brillantísima en la que jamás perdió un juicio, defendiendo causas de gran relieve.
Comprendía sin embargo que lo principal era salvar el alma, y que su profesión era un gran obstáculo: “Esta carrera no me conviene, y tarde o temprano la abandonaré” decía.
Redacta entonces lo que se ha dado en llamar su “decálogo” o “dodecálogo”, que demuestra lo delicado de su conciencia y el concepto que tiene de los tribunales donde se aplica la justicia.
Máximas sobrias, tajantes, que conforman concretamente la deontología del abogado[1]:

1. “No aceptar nunca causas injustas, dado que son peligrosas para la conciencia y la dignidad propias”.
2. “No defender causa alguna con medios ilícitos”.
3. “No cargar sobre el cliente expensas inútiles; de lo contrario, deberás reembolsarle”.
4. Defiende la causa de tu cliente con el mismo calor que si lo fuera tuya propia”.
5. “Estudia concienzudamente las piezas de los autos con el fin de sacarles los argumentos útiles a la defensa de la causa”.
6. “El retraso o la negligencia pueden comprometer los intereses del cliente; de ahí, que debe éste ser indemnizado de los perjuicios resultantes, si no se quiere contravenir la justicia”.
7. “Ha de implorar el abogado la ayuda divina para defender las causas porque Dios es el primer amparo de la Justicia”.
8. “No es digno de elogio el abogado que se empeña en la defensa de causas superiores a su talento, a sus fuerzas y al tiempo de que dispone, a fin de aparejarse para defenderlas concienzudamente”.
9. “Ha de tener siempre muy presentes el abogado la justicia y la honradez y guardarlas como la pupila de los ojos”.
10. “El abogado que por su propio descuido pierde la causa, queda en deuda con su cliente y debe resarcirle todos los daños que le ha ocasionado”.
11. “En su informe debe el abogado ser veraz, sincero, respetuoso y razonador”.
12. “Por último, las partes de un abogado han de ser la competencia, el estudio, la verdad, la fidelidad y la justicia”.


[1] Citadas por el P. Raimundo Telleria (CSSR), en su libro “San Alfonso María de Ligorio – Fundador, Obispo y Doctor”, ed. El Perpetuo Socorro, Madrid, año 1950, t. I, p. 57, quien afirma que están tomadas por el P. Rispoli, del mismo proceso de canonización del Santo. También la obra del P. José Montes (CSSR) “San Alfonso María de Ligorio” (ed. Difusión, Bs. Aires, año 1950, p. 15), trae estos mandamientos pero de una manera más simple: 1) “No aceptar jamás una mala causa, porque son la ruina de la conciencia y del honor”, 2) “No emplear jamás medios ilícitos en la defensa de un pleito”, 3) “No obligar al cliente a gastos inútiles. De otro modo hay que restituir”, 4) “Poner en la defensa de una causa tanto empeño e interés como si fuera propia”, 5) “Estudiar a fondo todos los detalles del proceso”, 6) “No dañar al cliente con retrasos o negligencias”, 7) “Implorar el socorro de Dios, sumo protector de la Justicia”, 8) “No encargarme de pleitos que juzgue superiores a mí fuerza y talentos o que exijan más tiempo del que puedo concederles”., 9) “Respetar la justicia y la equidad como a la niña de mis ojos”.


Visto en el Blog El Cruzamante.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Lectura y comentarios del “Breve examen crítico del Novus Ordo Missæ” de los cardenales Ottaviani y Bacci.


Cardenal Ottaviani, prefecto del Santo Oficio
(Congregación para la Doctirna de la Fe)

Ponemos a disposición de nuestros lectores las dos partes restantes de las lecturas y comentarios del “Breve examen crítico del Novus Ordo Missæ” de los cardenales Ottaviani y Bacci presentado al Papa Pablo VI con ocasión de las reformas que se estabas llevando a cabo en el ritual de la Misa. Charlas realizadas por el R.P. Ezequiel María Rubio en el marco del ciclo de conferencias 2013 organizado por la Legio Macabea Christi.

Archivos en MP3 para escuchar y descargar:

La Masonería argentina invita.

[Minuto Uno - Catapulta - 26-08-2013]



Así como en el pasado con Bergoglio, la Masonería Argentina se engalana para recibir y darle la palabra a Terragno

Capital Federal - El Supremo Consejo Grado XXXIII para la Republica Argentina invita a la ciudadanía en general a la tenid Blanca (abierta a todo publico) que se realizará en el Gran Templo de la Sede Central, donde disertará el Dr. Rodolfo Terragno. Este evento se realiza en el marco del Convento Escocista.

“Invitamos a usted a la Conferencia que se llevará a cabo el día Jueves 5 de Septiembre de 2013 a las 19 horas en el Gran Templo de nuestra Institución, sito en Tte. Gral. Perón 1242 -CABA, en la que en el marco del XI Congreso Escocista Argentino “Sociedad, Educación, Política” disertará el Dr. Rodolfo Terragno” consigna la misiva a la que tuvo acceso exclusivo Impulso Baires y está suscripta por César Díaz Colodrero, 33° en su rol de Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo Grado 33°, bajo el auspicio del XI Congreso del Escocismo Argentino 2013.

Cabe destacar que en el transcurso del presente año ya han disertado  en Conferencias Públicas, el Dr. Santiago Kovadloff, el Lic. Daniel Santoro, lo hará el Dr. Rodolfo Terragno y el próximo jueves 26 de Septiembre lo hará Margarita Stolbizer.

“Así como...”, es título de “Impulso Baires”. Si bien no tenemos constancia pública de que el cardenal Bergoglio haya sido recibido en una tenida blanca, conocemos las palabras del Gran Maestre de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, Ángel Jorge Clavero, ante su elección como nuevo Papa, publicadas el 14-03-2013 en PalermoOnline:

“Nuestra institución, enraizada con la patria desde 1857,saluda la designación del compatriota Cardenal Jorge Bergoglio como Papa Francisco I. Hombre de vida austera y consagrada a sus devociones, la designación del nuevo pontífice de la Iglesia Católica supone un alto reconocimiento para la Nación Argentina.
En la Masonería Argentina, sustentada en los principios de Tolerancia, Respeto, Libertad, Igualdad y Fraternidad, militan hermanos que profesan su fe católica junto a otros que pertenecen a otros credos, o que son agnósticos o que carecen de fe. En nombre de todos, la Gran Logia saluda al cardenal compatriota que acaba de alcanzar tan alta distinción mundial”.


Si Francisco es recibido por el Gran Maestre con tanto entusiasmo, eso nos hace inferir que –al menos Bergoglio como cardenal Primado de Buenos Aires- no ha sido un enemigo de cuidado para las logias.

Hablan los santos para nuestros tiempos.


Sólo cree de verdad el que practica lo que cree”.

San Gregorio Magno


“¿Sabéis cuál es la primera tentación que el demonio presenta a una persona que ha comenzado a servir mejor a Dios? Es el respeto humano”.

Santo Cura de Ars


Es tan agradecido, que un alzar de ojos con acordarnos de El no deja sin premio”.

Santa Teresa


El alma que venza la potencia del demonio no lo podrá conseguir sin oración ni podrá entender sus engaños sin mortificación y sin humildad”.

San Juan de la Cruz


Si no quieres sufrir no ames, pero si no amas ¿para que quieres vivir?”.

 San Agustín


Es el amor lo que da precio a todas nuestras obras; no es por la grandeza y multiplicidad de nuestras obras por lo que agradamos a Dios, sino por el amor con que las hacemos”.

San Francisco de Sales


Tened por cierto el tiempo que empleéis con devoción delante de este divinísimo Sacramento, será el tiempo que más bien os reportará en esta vida y más os consolará en vuestra muerte y en la eternidad. Y sabed que acaso ganaréis más en un cuarto de hora de adoración en la presencia de Jesús Sacramentado que en todos los demás ejercicios espirituales del día.”

San Alfonso María de Ligorio


No hay sufrimiento donde reina el amor, pero si existe sufrimiento, el sufrimiento mismo se convierte en objeto de amor”.

San Agustín


La ley de Cristo, que se cumple en el amor, nos obliga a procurar la salvación de las almas más que la del cuerpo”.

San Francisco de Asís


Dios ama a cada uno de nosotros, como si sólo hubiera uno de nosotros”.

San Agustín


El grado más perfecto de humildad es complacerse en los menosprecios y humillaciones. Vale más delante de Dios un menosprecio sufrido pacientemente por su amor, que mil ayunos y mil disciplinas.”

San Francisco de Sales


El que, por obediencia, se somete al mal, está adherido a la rebelión contra Dios y no a la sumisión”.

San Bernardo


Todos los santos comenzaron su conversión por la oración y por ella perseveraron; y todos los condenados se perdieron por su negligencia en la oración. Digo, pues, que la oración nos es absolutamente necesaria para perseverar”.

Santo Cura de Ars


Si el mundo va contra la verdad, entonces Atanasio va en contra del mundo”.

San Atanasio


“¡Cuántos por el Rosario han salido del pecado! ¡Cuántos han llegado a la santidad! ¡Cuantos han conseguido con una muerte dichosa, la salvación eterna!”.

San Alfonso María Ligorio.


El amor no consiste en grandes cosas, sino en tener grande desnudez y padecer por el Amado”.

San Juan de la Cruz


La humildad, pues, nos perfecciona en lo que mira a Dios, y la mansedumbre en lo que toca al prójimo”.

San Francisco de Sales


Si hubiese en la Iglesia corazones de madre en los sacerdotes, que amargamente llorasen de ver muertos a sus espirituales hijos, el Señor, que es misericordioso, les diría lo que a la viuda de Naím: “No llores”. Y les daría resucitadas las almas de los pecadores”.

San Juan de Ávila


Están pues muy equivocados los que creen y esperan para la Iglesia un estado permanente de plena tranquilidad, de prosperidad universal, y un reconocimiento práctico y unánime de su poder, sin contradicción alguna; pero es peor y más grave el error de aquellos que se engañan pensando que lograrán esta paz efímera disimulando los derechos y los intereses de la Iglesia, sacrificándolos a los intereses privados, disminuyéndolos injustamente, complaciendo al mundo ‘en donde domina enteramente el demonio’, con el pretexto de simpatizar con los fautores de la novedad y atraerlos a la Iglesia, como si fuera posible la armonía entre la luz y las tinieblas, entre Cristo y el Demonio. Son éstos, sueños de enfermos, alucinaciones que siempre han ocurrido y ocurrirán mientras haya soldados cobardes, que arrojen las armas a la sola presencia del enemigo, o traidores, que pretendan a toda costa hacer las paces con los contrarios, a saber, con el enemigo irreconciliable de Dios y de los hombres”.

San Pío X

Colección de citas vistas en Syllabus, 28-08-2013.

martes, 27 de agosto de 2013

Mons. Raúl Vera: “las personas homosexuales se forman en el vientre materno”.

Ya habíamos nombrado al obispo mexicano de Saltillo Mons. Raúl Vera debido a ciertos escandalosos sacerdotes que actúan bajo su jurisdicción (ver aquí y aquí). Ahora, aprovechando el “efecto Francisco”, hizo unas declaraciones en la TV mexicana, el 21-08-2013, con respecto a los homosexuales. Estas son sus afirmaciones totalmente alejadas de la doctrina católica… y de la ciencia.


Otra prueba más del estado de necesidad en que se encuentra la Iglesia.

Rafael Velasco, rector de la Universidad Católica de Córdoba: “Estoy por la comunión para gays y el sacerdocio femenino”.

El periodista Mariano Saravia especialista en “Derechos Humanos”, entre otras cosas, le realizó un reportaje (publicado entre el 12 y 23-08-2013) al jesuita Rafael Velasco, rector de la Universidad Católica de Córdoba.
Las afirmaciones de Velasco en esta entrevista, son totalmente contrarias al más básico catecismo, por lo tanto, podemos afirmar que este hombre no es católico, y que desgraciadamente está al frente de una Universidad –supuestamente- católica. Una muestra más de los frutos amargos que prueban la gran crisis de fe que atraviesa la Iglesia y la apostasía de mucho de sus miembros.


Primera parte:

“Estoy por la comunión para gays y el sacerdocio femenino”

Rafael Velasco es varias cosas, pero principalmente es uno de esos pocos curas que se animan a sacarse el cassette y a decir algunas cosas. Sobre todo desde un puesto tan importante como el rectorado de la Universidad Católica de Córdoba (UCC).

En una entrevista exclusiva con Veintitrés se despachó con definiciones contundentes y jugadas: “Hay reformas importantísimas que hacer en la Iglesia, por ejemplo que los divorciados puedan ser admitidos en la comunión; por ejemplo que si un homosexual vive establemente con su pareja pueda comulgar... Decimos que no debe haber diferencias entre el hombre y la mujer, decimos que la mujer es importante, pero la excluimos del ministerio del sacerdocio. Eso tiene que cambiar”.

La entrevista fue acordada para hablar de dos cuestiones principales: su alejamiento del rectorado y el reciente viaje del Papa Francisco a Brasil.

-Sorprendió tu decisión de dejar el rectorado de la universidad.

-Sorprendió pero yo lo había hablado a fines del año pasado con nuestro provincial y acá en la universidad ya lo había dicho en marzo. Creo que lo que más sorprendió fue que dijera que me quiero ir a trabajar en una parroquia.

-¿Las parroquias no son diocesanas, o sea que dependen de los obispados?

-Si, pero nosotros los jesuitas en Argentina tenemos algunas parroquias, acá en Córdoba por ejemplo tenemos la Sagrada Familia, en Buchardo y Deheza, en barrio Pueyrredón. Yo he pedido ir a una parroquia de algún barrio pobre de otra provincia.

-¿Siempre tuviste esa vocación pastoral?

-Si, es lo que siempre me ha gustado más. Lo que pasa es que hasta ahora me han mandado a lugares de gestión en instituciones educativas, pero siempre he hecho al mismo tiempo estas tareas pastorales. Cuando vine a Córdoba los primeros años iba con los voluntarios de la universidad al norte de la provincia, la zona de Agua de las Piedras, Ongamira. Cuando no pude más por los tiempos y las tareas de la gestión; luego empecé a ir a Villa Anelelli, y voy hace mucho, todos los sábados desde la mañana hasta la tardecita. Vamos un grupo grande de la universidad, hacemos apoyo escolar, catequesis, los abogados dan asesoramiento gratis a la gente en los problemas que pueden tener, temas de tenencia de tierras, etc. Eso es lo que me gusta, me gusta ser cura, me gusta trabajar con los pobres. Me gusta ser jesuita, eso es ser jesuita, porque los jesuitas decimos que trabajamos por el servicio de la fe inseparablemente unida a la promoción de la justicia. Yo intento vivirlo desde la academia, pero también de la inserción en la realidad.

-El Papa Francisco es un pastor como vos a diferencia de Benedicto que es un intelectual, y se mete más en la cuestión terrenal. Ha marcado que la corrupción, los lobbys, la pedofilia, entre otros, son los grandes problemas de la Iglesia. ¿Creés que en la Iglesia de Argentina, en la Iglesia de Córdoba, existen estos mismos problemas?

-Si, yo creo que sí. Bueno, la corrupción está más clara en El Vaticano. La curia romana es una corte, la última corte medieval activa y viva en pleno siglo XXI. Eso tiene que desaparecer. Cuando Francisco no fue al concierto y dijo que no era un príncipe renacentista empezó a avisar que va contra eso, y contra la oscuridad que genera eso. Aquí en Argentina y en Córdoba también lo que tiene que pasar es que se transparente todo mucho más, porque hay un secretismo que no corresponde. Por ejemplo, cuando se va a nombrar un obispo, debería ser más público y participar más la comunidad. ¿Vos sabés cómo se nombra un obispo, tus lectores saben cómo se nombra un obispo? No, porque es secreto, porque viene el nuncio apostólico, pide informes secretos, todo muy oscuro y restringido.

-¿Pero vos estás pidiendo democratizar la Iglesia?

-No, no digo democratizar al punto de que la gente vote, pero por lo menos que opine, que tenga una mayor participación. Que se la escuche. A mí me tocó hace unos años responder un pedido de informes del nuncio preguntándome sobre una persona que iban a promover para obispo. Y me resaltaban que era muy secreto y que tenía que guardar y devolver la hoja que me mandaban. Yo le respondí al nuncio diciéndole que le preguntaran a la gente de la parroquia a ver qué opinan del postulante, ya que lo conocen mejor que nadie, a ver qué tal es como párroco. No me preguntaron nunca más (risas).

-Pero la Iglesia es una monarquía absoluta donde gobierna el Papa…

-Yo lo que pido es que se cumpla con una mayor colegialidad en la Iglesia, que era lo que planteaba el Concilio Vaticano II. Que no gobierne sólo el Papa. Que sea el Papa y los obispos. Que las conferencias episcopales no tengan que estar pidiendo permiso a Roma. Y el propio Francisco ha sufrido esto. Porque cuando se sacó el documento de Aparecida en 2007 con el pensamiento de los obispos sudamericanos, El Vaticano no permitió que se publicara. El documento fue a Roma y le sacaron partes, sobre todo partes referidas a las comunidades eclesiales de base. Los obispos habían reflexionado, habían orado, habían discutido, se habían puesto de acuerdo y luego ese documento fue a Roma y le cortaron partes. Eso es una falta de respeto. Es como si los obispos de Latinoamérica fueran unos discapacitados que les tienen que decir qué hacer.

-¿Y creés realmente que Francisco quiere y puede terminar con ese gobierno absolutista tan retrógrado?

-Viendo algunos de los signos, creo que Francisco va en esa dirección. Él siempre se ha nombrado como el obispo de Roma, no como hasta ahora que se ha considerado al Papa como un súper obispo que está por encima de los otros obispos. El Papa en realidad es el obispo de Roma, que es el primado y tiene poder de intervenir en las controversias y de guiar a la Iglesia universal. Pero es un obispo más. Por ejemplo el obispo de Córdoba o los obispos argentinos reunidos en la Conferencia Episcopal deberían tener una voz propia que reflejara la realidad de acá, y no seguir siendo sólo un altavoz de lo que dicen en Roma.

-Y para poder cambiar esto, ¿Francisco tiene o está armando una fuerza de choque como para enfrentar a la curia romana?

-La curia romana sabe bien cómo resistir a los cambios, han pasado papas y papas y no han logrado doblegar a la curia romana. Lo que sé es que está armando un grupo de ocho cardenales, que le van a ayudar a reformar la curia. Uno por Estados Unidos, uno por Latinoamérica, uno por Europa, uno por Asia, uno por África, uno por Australia, uno de la propia curia y el secretario que es el guatemalteco Rodríguez Maradiaga. Se están reuniendo y en octubre van a anunciar cómo se va a hacer la reestrucutración y el cambio del gobierno central de la Iglesia. Si esto se hace bien va a ser una buena cosa. Estos ocho estuvieron con él en la Jornada Mundial de la Juventud, fue otro gesto muy bueno.

-Hasta ahora son muchos gestos pero pocas concreciones. ¿No ves el peligro de que se pase de la esperanza a la desilusión?

-Sí, veo ese peligro. Coincido en que hay una necesidad de pasar de los gestos a los hechos. Creo que la Iglesia tiene una agenda muy importante que está pendiente, sobre todo consigo misma. Gustavo Gutiérrez (el fundador de la Teología de la Liberación) dice que la Iglesia tiene que ser signo del Reino de Dios en la historia. Y el signo tiene que ser comprensible, no tiene que ser tan opaco que la gente no lo entienda. Entonces si la Iglesia quiere ser signo de que Dios se acerca a todos, lo primero que tiene que hacer es no ser excluyente. Hay reformas importantísimas que hacer, por ejemplo que los divorciados puedan ser admitidos en la comunión; por ejemplo que si un homosexual vive establemente con su pareja pueda comulgar. Esos serían signos más comprensibles. Decimos que no debe haber diferencias entre el hombre y la mujer, decimos que la mujer es importante, pero la excluimos del ministerio del sacerdocio.

-Francisco dijo que eso de las mujeres sacerdotisas es imposible, que está absolutamente cerrado.

-Si, porque Juan Pablo II lo cerró de manera definitiva

-¿Pero podría venir un Papa y abrir este tema?

-Y, si, lo podría abrir. No hay nada que no pueda abrir un Papa. Un Papa o un Concilio.

-Bueno, si Francisco quiere verdaderamente lío en la Iglesia, ¿convocar a un concilio no sería la mejor forma de hacer un verdadero lío?

-Sí, claro, porque además de esa forma abrís la voz dentro de la Iglesia y generás una discusión grande en temas importantes. La magnitud de las transformaciones que estamos necesitando dentro de la Iglesia, sobre todo en temas culturales, algunos podría hacerlos el Papa y para otros muchos sería bárbaro un concilio.

-Mencionaste lo de los homosexuales. El otro día el Papa dijo que no es quién para juzgarlos. Ahora bien, si no los juzga, no los condena, y si no los condena, ¿no debería hacer algo para que dejen de sufrir discriminación? Dentro y fuera de la Iglesia.

-Sí, si uno sigue esa línea lógica, sí. Habría que seguir hasta el final. En cuanto a la cuestión del matrimonio igualitario él tuvo una actuación activa en contra durante el año 2010. Uno podría decir que bueno, es una posición política y siempre está la discusión de si la Iglesia se debe meter o no. Ahora bien, hacia adentro de la Iglesia, si el Papa es el líder espiritual, y me dice que no los juzgamos y por ende no los condenamos, bueno, habría que preguntarle qué rol van a tener de ahora en más los gays dentro de la comunidad eclesial. ¿Qué tenemos para decirles a los homosexuales, sólo que no los juzgamos y no los condenamos, pero que tienen que ser célibes y que no pueden vivir su amor y su sexualidad en toda la vida? Yo creo que no, no es lo mejor que tenemos para decirles. Yo creo que si sacamos conclusiones lógicas, a una persona que es homosexual y vive en las mismas normas de amor y fidelidad que les pedimos a los heterosexuales, deberíamos rehabilitarlo totalmente para los sacramentos, empezando por la comunión.

-El Papa dice que le duele que un cura tenga un auto cero kilómetro. Está bárbaro, pero nadie le da bolilla. ¿No se podría hacer algo para obligar a que le hagan un poco de caso?

-Y, dictar un decreto ley, que tenga peso. Hay que ver qué hace. Pero para que no haya curas que no respeten los votos de pobreza y castidad, también se tiene que encarar un proceso a largo plazo, porque deberemos cambiar enormemente la forma de selección de los obispos, para que los obispos también cambien la forma de selección de los curas. Esto es muy largo, lo tiene que iniciar un Papa pero lo tiene que continuar el siguiente. Por ejemplo, algo bueno de Francisco fue que juntó a los nuncios y les dijo que dejen de elegir candidatos a obispos a los que quieren ser obispos. Que elijan a pastores que no están detrás de la carrera eclesiástica y de los cargos. Pero hay que ver cómo se aplica esto. O sea, que lo haya dicho está bárbaro, hay que ser cómo esto se concreta después, que cuando le lleven una terna al Vaticano, rechacen realmente a los ambiciosos y si tienen que mandar otra terna que lo hagan.

-Lo que pasa es que para garantizar una política de cambio a largo plazo, tendrá que apurarse un poco, porque la elección del nuevo papa dependerá también de los cardenales que designe Francisco.

-Si, es cierto.

-Y no tiene mucho tiempo, porque Francisco es grande.

-Si, es un hombre grande, no va a tener un papado de 20 años. Pero bueno, hay que ver, yo quiero ver ahora en octubre a ver qué hace y si se anima a reformar la curia romana. Por ahora es bueno que haya generado un colchón de popularidad que le da también una autoridad moral muy grande en el mundo y en la Iglesia misma.

-Cuando él piden que recen por él porque tiene límites y es pecador, ¿abre una puerta a discutir la infalibilidad?

-Yo creo que ni los papas saben cómo sacarse de encima el dogma de la infalibilidad. Esto surge en un momento histórico muy particular en la segunda mitad del siglo XIX, cuando la Iglesia se siente amenazada por la ciencia y también por los Estados en la cuestión política. Entonces la Iglesia dice: “Bueno, pero nosotros tenemos la verdad espiritual” y desde ahí surge la posibilidad de que el Papa diga qué es verdadero y qué no lo es. De todos modos, esto es sólo para cuestiones de fe. Igualmente yo creo que debería ser la Iglesia y no el Papa quien tuviera esta potestad. Se debería democratizar la infalibilidad en temas de fe. Sería bueno discutirlo, pero no creo que Francisco lo vaya a discutir.

-Vos sos jesuita. ¿Cómo toman los jesuitas a este Papa? Digo por lo de la ruptura del cuarto voto.

-Depende qué jesuita sea. Nosotros tenemos un cuarto voto especial, que es de obediencia al Papa acerca de las misiones. Como consecuencia directa de este cuarto voto, los jesuitas tenemos que rechazar los cargos eclesiásticos. Porque justamente lo que San Ignacio de Loyola, nuestro fundador, quería era evitar el carrerismo, que un cura esté trabajando con el objetivo de ocupar tal o cual cargo. Se opuso terminantemente a que cualquier jesuita fuera obispo, cardenal y menos que menos Papa. Es un mandato claro dentro de la Compañía de Jesús. Entonces, el que acepta es porque quiere.

-¿Entonces técnicamente el Papa Francisco no es más jesuita?

-Y, de hecho los que rompen con el cuarto voto siguen siendo porque no se los expulsa, pero ya no deben obediencia al Provincial ni al General, así que pasan a ser autónomos. Podrá tener una pertenencia afectiva, como dice Francisco que tiene, pero no está en obediencia a los superiores legítimos de la orden.



Segunda Parte:

“Adhiero a la Teología de la Liberación

La semana pasada presentamos la primera parte de una larga entrevista con Rafael Velasco, el cura jesuita que a fin de año deja el rectorado de la Universidad Católica de Córdoba. En aquella primera parte, decía cosas tan importantes como que la Iglesia tiene que reivindicar y rehabilitar totalmente a divorciados y homosexuales, o como que las mujeres deberían acceder igual que los hombres al ministerio del sacerdocio.

En esta segunda parte, abordamos cuestiones más políticas y Velasco no duda en admitir: “Adhiero a la Teología de la Liberación, a ese modo de pensar la fe, desde la realidad, leyendo la Palabra de Dios desde los pobres”.

También habló de la “teología peronista” del Papa Francisco. En cuanto al año electoral que vivimos, Velasco evitó hablar de partidos pero fue muy claro: “Veo grandes virtudes en este momento histórico porque creo que tiene que ver con el avance de las grandes mayorías”. Y por si hacía falta más claridad: “Estoy con el compromiso social, con la consecución de derechos para los más desfavorecidos, con la vigencia de los Derechos Humanos. No votaría a alguien que no vaya por ese lado”.

-Usted deja el rectorado de la Universidad Católica de Córdoba. Luego del cambio que produjo, ¿se mantendrá esa nueva impronta?

-Sí, porque lo que hemos logrado es que esos cambios se incorporen como un perfil institucionalizado, más allá del perfil mío. Por ejemplo, los proyectos de proyección social y los programas sociales, tienen una resolución rectoral, el Consejo Académico lo ha discutido y aprobado, hay una secretaría que se encarga de eso y hay un presupuesto para eso. Es decir que eso no está librado al humor de cada año, sino que eso ya está y seguirá.

-Es un cambio grande porque recuerdo que hace unos años la universidad le dio el Doctorado Honoris Causa a Estela de Carlotto y se armó un lío bárbaro. Ahora se lo dieron a Gustavo Gutiérrez (fundador de la Teología de la Liberación) y no pasó nada.

-(Risas). Es cierto, ahora estaban todos contentos. Bueno, sí, ha habido un proceso de cambio en la comunidad universitaria que me tocó liderarlo a mí pero hay un montón de gente que acompañó. Ahora ya todo eso trasciende a que esté o no esté yo.

-¿Ha tocado fondo la Iglesia y de ahora en adelante tendrá que resurgir?

-Creo que puede descender todavía más en fieles y en vocaciones. No es que la Iglesia se esté quedando sin fieles, sino que los fieles se van quedando sin Iglesia. Fieles hay, pero se van a otros lados. Por ejemplo nosotros los jesuitas estamos en un proceso de unificación. Brasil era cinco provincias, ahora va a ser una sola, España era cuatro provincias y ahora será una sola. Hay menos jesuitas porque hay menos vocaciones, hoy somos unos 16 mil en el mundo y calculamos que vamos a bajar hasta 14 mil y ahí se va a estabilizar. Pero llegamos a ser 36 mil jesuitas a mitad de la década de los ’60 con el Concilio Vaticano Segundo.

-¿Éste es un problema de los jesuitas o de toda la Iglesia?

-En general de toda la Iglesia. En los grupos de derecha las vocaciones crecen más, pero luego tienen muchas.

-¿Por ejemplo?

-El Verbo Encarnado, los lefebvristas.

-Benedicto XVI rehabilitó a los lefebvristas…

-Intentó traerlos de nuevo. Lo que hizo fue levantarles la excomunión a los cuatro obispos ordenados por monseñor Lefebvre. Luego hubo negociaciones para ver si formaban una prelatura. La Iglesia cedió mucho pero ellos no cedieron.

-Acá en Córdoba están los hermanos Espina…

-Esos se llaman sedevacantistas, declaran que la sede del Papa está vacante desde Pio XII está vacante. Que desde el Concilio Vaticano II todos los papas son unos impostores. Estos sedevacantistas creo que incluso están a la derecha de los lefebvristas.

-En la Iglesia, siempre hay algo más a la derecha…

-Si (risas). Siempre hay algo más, uno se puede sorprender muchísimo.

-Volviendo al Papa Francisco. En su reciente viaje a Brasil, les pidió a los jóvenes, a los viejos y a los pobres que no se dejen excluir. Me suena un poco injusto, casi como responsabilizándolos de la exclusión que sufren.

-Si, no lo había pensado así, pero es cierto. Quizá lo dice dentro de la Iglesia, pero también ahí sería bueno que se lo dijera a los obispos, que escuchen a los jóvenes, que abran más el juego. En la sociedad es lo mismo, el problema no es de los pobres, el problema es de los que los excluyen, los que los dejan sin posibilidades de vivienda, de acceso a la tierra, a la educación, a la justicia. A ellos hay que hablarles y decirles claramente que son injustos.

-La Iglesia debería hablar menos de los pobres y empezar a hablar de los ricos para explicar por qué hay pobres…

- Helder Cámara (obispo brasileño de la Teología de la Liberación) decía: “Si yo ayudo a los pobres la gente dice que soy un santo, pero si quiero explicar por qué hay pobres dicen que yo soy un comunista”. Si, totalmente, hay que hablar de las causas de la pobreza, la exclusión y la inequidad, con argumentos fundados y serios.

-Ahí uno se mete inevitablemente en la política. Pero en la Iglesia todo el tiempo se hace política, y los únicos castigados son los Ernesto Cardenal o los Fernando Lugo…

-Si, cuando te dicen que estás politizado es porque sos de izquierda, porque la derecha nunca está politizada. Ellos te acusan de que estás ideologizado, como si no hubiera ideología del otro lado. La Teología de la Liberación plantea que la teología se basa en valores concretos y nunca abstractos y que la salvación, en un contexto de opresión en Latinoamérica, deberá inevitablemente entenderse desde la liberación, una liberación política, social y económica de los pueblos en Latinoamérica. Y a partir de esa liberación vendrá la liberación religiosa. Entonces no hay neutralidad, no hay ninguna posibilidad de neutralidad. Cuando yo digo esto, me dicen que estoy ideologizado. Ahora bien, en una situación de enfrentamiento entre un poderoso y un débil, si no tomo partido, ya estoy tomando partido, siempre a favor del poderoso. Entonces no hay ninguna posibilidad de neutralidad. El engaño teológico en gran parte de la Iglesia es creer que es posible la apoliticidad. Por ejemplo, yo puedo ser crítico de ciertas realizaciones políticas, pero tengo una orientación política. Eso de que la Iglesia debe ser apolítica es una gran mentira.

-¿Y cuál es su orientación política en este año electoral?

-Bueno, no quiero hablar de partidos, pero sí te puedo decir que estoy con el compromiso social, con la consecución de derechos para los más desfavorecidos, con la vigencia de los Derechos Humanos. No votaría a alguien que no vaya por ese lado. Veo grandes virtudes en este momento histórico porque creo que tiene que ver con el avance de las grandes mayorías. Lo que critico es que falta una agenda importante, pero eso es responsabilidad tanto del gobierno como de la oposición. Concretamente habría que discutir qué vamos a hacer con la educación y con la cultura del trabajo en los próximos 10 años. Son dos temas fundamentales y no están en la agenda de nadie, eclipsados por las discusiones coyunturales. Yo miro con mucha esperanza estos procesos de cambio en algunos países de Latinoamérica, pero también con mucha crítica por esto de no ir más allá de la coyuntura.

-¿Le parece que no hay una oposición seria en Argentina?

-Extraño partidos políticos con mayor firmeza, tenemos un sistema político muy endeble. Tenemos un oficialismo muy bien estructurado y después, una fragmentación de fuerzas que lamentablemente se van detrás de nombres y no de ideas, sin ninguna solidez. Esto no le hace bien a la política y hoy no veo posibilidad real de alternancia en el poder.

-¿Y en la Iglesia argentina, hay posibilidad de cambio real?

-Ojalá. Primero habrá que ver si hay cambios reales en la Iglesia mundial. Y luego que esa renovación llegue también a la Iglesia argentina.

-Que pase este crudo invierno, como dice Leonardo Boff. ¿No?

-Si, ojalá.

-En algún momento tuvimos obispos como De Nevares, Novak…

-Sí, y también Hesayne, Sueldo, Devoto, Ponce de León, Angelelli, etc. Lo que pasa es que son muchos años entre Juan Pablo II y Benedicto XVI. Muchos años en que en el nombramiento de obispos se privilegió a personas que interpretaban lo que decía Roma sin salirse del libreto. Si se empieza a nombrar otro tipo de obispos habrá también un cambio en la Iglesia argentina, con obispos que tengan un peso particular, una voz propia, una autoridad distinta. Pero eso implicará un cambio a largo plazo. Por ahora vemos gestos positivos de Francisco. Hay chicos que me dicen: “Si este Papa sigue así, voy a volver a la Iglesia”.

-Ya pasaron cuatro meses desde que asumió Francisco. Los gestos están muy bien. Pero la esperanza sin concreciones se puede llegar a convertir en desilusión.

-Ojalá, ojalá siga con estos signos y transforme los signos en concreciones.

-Por ejemplo, como decíamos antes, cuando Benedicto quiso rehabilitar a los lefebvristas, directamente lo hizo. Ahora por ejemplo, Leonardo Boff se pasó tirándole centros a Francisco

-Y no cabeceó ninguno.

-Boff viene diciendo que Francisco es la esperanza, es la primavera después del invierno, etcétera, etcétera, ¿no hubiera sido una buena ocasión su estadía en Brasil para recibirlo?

-Sí, eso hubiera sido un hecho concreto, es verdad.

-Por ejemplo, en la misma semana, usted le dio el doctorado Honoris Causa a Gustavo Gutiérrez.

-Si, es cierto. Yo creo que como se ha dado esta explosión de la imagen de Francisco, mucha gente proyecta lo que desea en él, y hay que ver quién es realmente Francisco. Hay que ser cauto. Cuando yo veo toda esta efervescencia tomo un poco de distancia y prefiero ser cauto. A pesar de que veo con esperanza las cosas que está haciendo y espero cambios concretos, no hay que perder de vista que Bergoglio nunca vio con simpatía la Teología de la Liberación. Esa es la verdad. Cuando lo eligieron en marzo lo primero que todos pensamos fue que era latinoamericano, y argentino. Pero no eligieron a Gustavo Gutiérrez para Papa. Ahora como Papa puede llegar a tener una mirada un poquito más amplia, tiene la posibilidad de rehabilitar a algunos teóricos, pero tampoco proyectemos en él lo que queremos nosotros.

-Así como la Teología de la Liberación tiene un componente marxista, ¿se podría decir que el Papa Francisco tiene una teología peronista?

-(Risas). Si, puede ser. Dentro de la Teología de la Liberación hay un grupo que es la Teología de la Cultura (Juan Carlos Scannone, Lucio Gera, entre otros), que toma cosas del peronismo. Tal vez Bergoglio pueda haber sido más afín a ese grupo, pero lo que es claro es que la teología de Bergoglio no es la teología latinoamericana como la conocemos nosotros, ni tampoco la teología europea. Él va a las villas, tiene un contacto directo con el pueblo lo cual es muy saludable, pero no es revolucionario, de ningún modo.

-No es revolucionario ni afuera ni adentro de la Iglesia

-No lo es. Por ejemplo, la Teología de la Liberación tiene dos niveles de crítica. Por un lado critica el estado de opresión de la sociedad, pero también critica la participación de la propia Iglesia en ese proceso de opresión de la sociedad. En Francisco puede llegar a haber cierta crítica con los autores de la opresión de las grandes mayorías pero tal vez carece de la necesaria autocrítica de la participación de la Iglesia en este proceso de opresión. La Iglesia ha estado siempre comprometida con este sistema y muchas veces ha bendecido a los que excluían. Entonces tenemos que hacer una autocrítica de cuál fue y cuál debe ser nuestro lugar en todo esto. La Teología de la Liberación tira piedras y por eso no es simpática. Pero no tira piedras para hacer naufragar a la Iglesia, sino para reformarla. Tenemos que revisar nuestra historia para cambiar.

-Pero el propio Francisco tiene contradicciones

-Si, es cierto. Creo que con el tiempo, cuando se disipe un poco la espuma, veremos quién es Francisco. Por ejemplo qué quiere decir con lo de una Iglesia pobre para los pobres, porque esa frase puede querer decir muchas cosas distintas. Se puede hablar de empoderar a los pobres para encarar movimientos de liberación y que la Iglesia acompañe, pero se puede hablar también desde un lugar más pastoral entre comillas, con una mirada más religiosa asistencial y no tanto de transformación de la sociedad.

-Esa no es la Doctrina Social de la Iglesia

-No tanto. Si uno mira bien la Doctrina Social de la Iglesia, habla de fortalecer las instituciones intermedias como sindicatos y ONGs, que tienen que ser los actores de la transformación de la sociedad y la Iglesia no debe hacer lo que pueden hacer esas instituciones, sino acompañarlas en la transformación. Creo que hay una mala lectura de la Doctrina Social de la Iglesia como que es meramente asistencialista. Lo que se dice es que la Iglesia tiene que fomentar que los cristianos se metan en esas instituciones para intentar transformar la sociedad.

-No sé si va a coincidir, pero creo que Sudamérica está inmersa en procesos de transformación de la sociedad como ningún lugar del mundo, sobre todo Argentina, Venezuela, Bolivia y Ecuador

-Si.

-Y sin embargo ese documento de Aparecida de 2007, del cual Bergoglio fue su principal impulsor, le pega duramente a estos gobiernos progresistas.

-Si, llamándolos neopopulistas

-Si, autoritarios, etc.

-Si, es cierto. Hay reparos en los obispos frente a gobiernos que se presentan como movimientos populares y que los obispos los perciben como con cierto autoritarismo. Esa es la mirada de muchos obispos latinoamericanos. Por eso digo que hay que dejar que se disipe la espuma para que uno no proyecte indebidamente sus deseos en la figura de Francisco. Tenemos que ser cautos y realistas y contener el optimismo.

-Lo último. Durante toda la entrevista estuvo presente el tema de la Teología de la Liberación. ¿Usted se podría inscribir dentro de esa corriente teológica?

-La verdad es que no me atrevo a considerarme un teólogo. Y menos de la Liberación. Me parecería muy pretensioso ser presentado así como un teólogo de la liberación. Lo que sí puedo afirmar es que adhiero a ese modo de pensar la fe, desde la realidad, leyendo la Palabra de Dios desde los pobres.

[Entrevista de Mariano Saravia, publicada en su página de Facebook]

lunes, 26 de agosto de 2013

Réplica a Mariana Carbajal.


Manifestantes en Palais de Glace, dejaron las fotografías que faltaban.


RÉPLICA A MARIANA CARBAJAL

A propósito de su artículo “Imágenes de un derecho”,
donde justifica el aborto en el marco de una muestra en el Palais de Glace

“Poder abortar en mi casa, con pastillas,
me hizo sentir totalmente dueña de mí misma.
Una sensación de libertad muy similar
a la que viví cuando decidí ser madre”.

Por Juan Carlos Monedero

Da la casualidad de que las ideas no se sostienen por sí mismas en el aire, ni por sí mismas se difunden: son como flechas y balas que a nadie lastimarían si no hubiese quien las disparase. Es por eso que tanto esta justificación ideológica del aborto[1] –en manos de Mariana Carbajal, periodista de Página 12– como su correspondiente réplica, cobran un carácter personal. Necesariamente personal: se está metiendo con el más indefenso.
Se está metiendo con el niño por nacer. Esa criatura frágil –pequeña pero maravillosa– que pretenden borrar. Símbolo de toda pureza, página en blanco de la existencia, pura posibilidad, sólo promesa: hoy estás en peligro de extinción.
Este peligro no tiene relación con enfermedad alguna. No se trata de una peste o un virus. Es algo mucho peor: el egoísmo de tu propia madre. Un egoísmo que luego se disfraza de razones; que se cubre de eufemismos, que se presenta como arte cuando no es sino una triste parodia del mismo, tal como está ocurriendo en estos momentos en la muestra del Palais de Glace. Un egoísmo que encuentra en el ropaje ideológico feminista su justificación teórica.
Contra eso, ¿qué antídoto podríamos ofrecer sino el antídoto del amor? Una madre que ama no mata a su hijo. Una madre que ama no se elige a sí misma primero. Una madre que ama no racionaliza la vida que lleva en su vientre. Ama y punto. Y ese amor la lleva, si se deja llevar por la mano del Buen Dios, a consecuencias hermosas y difíciles. ¿Y qué es lo heroico, si no es la unión de lo hermoso y lo difícil?
Ser madre puede convertirse, hoy en día, en un acto de heroísmo.

Para afirmar este heroísmo –tanto para ellas como para nosotros mismos– escribimos estas líneas. Queremos apoyar pública, clara y firmemente a todas las mujeres que en cualquier circunstancia llevan adelante, con valentía y audacia, su embarazo. Un apoyo que no debe agotarse en lo retórico sino traducirse en actos concretos.
Contrario a lo que suele pensarse, los grandes amores exigen grandes repudios. Todo el que ama, repele lo que contraría su amor. Por eso, a la par de manifestar nuestra admiración, apoyo y respeto por las madres que llevan adelante su embarazo, repudiamos enérgicamente todo egoísmo que –bajo cualquier pretexto– pretenda la aniquilación del niño por nacer. Con el mismo énfasis con que afirmamos y queremos lo heroico para las mujeres, deploramos a quienes ofrecen la cobarde salida del aborto.
La Madre Teresa ha dicho: Si el aborto no está mal, nada está mal. ¡Tenía razón esta santa mujer! ¿Qué código puede quedar en pie si levantamos nuestro puño contra el niño por nacer? ¿Qué ley merece ser respetada si violamos de manera infame ese «santuario» de la vida: el vientre materno?

El artículo de Mariana Carbajal

            Como hemos dicho, hace unas dos semanas el suelto de Mariana Carbajal difundió la noticia de esta muestra en el Palais de Glace, eufemísticamente vinculada al arte. Digamos por lo pronto que se trata de un falso arte: aquí no hay técnica, no hay belleza, no hay nada que maraville la inteligencia ni nada que deleite la sensibilidad en la belleza. Estamos, lisa y llanamente, ante la promoción de un homicidio; la puesta en escena de una impostura. Han orquestado un sistema, una maquinaria de reblandecimiento mental. Lo prueba las transcripciones de Carbajal, muestrario de conciencias anestesiadas:

Nunca sentí que mataba a un bebé, más bien, fue un gesto de independencia”.

“Yo cuando me hacía el aborto era porque yo me quería sacar eso…”.

“Nunca me arrepentí”.

Se está justificando un homicidio agravado por el vínculo. Ese vínculo es la maternidad y ese homicidio es el aborto. Justificación disfrazada con palabras elegantes, vistosos argumentos pero que –por la  Gracia de Dios– no ha llegado a confundirnos.
            Mariana Carbajal habla de interrupción del embarazo. “El aborto interrumpe”, dice. ¡Falso! El aborto no interrumpe, el aborto destruye. Lo que se interrumpe puede volver a recomenzar. Cuando se interrumpe algo, queda suspendido pero con la posibilidad de continuar más adelante. Nada de esto pasa en el aborto: la vida que destruimos no es recuperable. No hay vuelta de hoja. Sin embargo, verán cómo se repite esta palabrita en su artículo.
            Mariana Carbajal habla de derechos: “el derecho al aborto”. ¿Cómo puede ser un derecho acabar con la vida de tu propio hijo, única e irrepetible? Por eso es que no se trata de limitarlo o extenderlo: se trata de que el aborto no es un derecho. En ningún sentido.
Mariana Carbajal habla de libertad: La primera foto que llama la atención es la de una espalda desnuda con la palabra ‘libertad’”, nos dice. La desdichada Camila Sánchez, coordinadora de este “taller”, cree poder engañarnos –y engañarse– diciendo: “Elegí esa palabra porque quería reafirmar que una tiene que ser libre para poder ser dueña de decidir sobre su cuerpo”.
Enmudezcamos a esta mujer: ¿Tu cuerpo? ¿No te das cuenta que no es tuyo? ¿Y no te das cuenta, Camila, de que –aunque fuese tuyo, que no lo es– tampoco tendrías derecho a hacer lo que quieras? Si fuese así, tendrías derecho a suicidarte. Pero si no tenés derecho a eliminar tu propia vida, ¿cómo vas a tener derecho a eliminar la de tu hijo? ¿No te das cuenta, Camila, que tenés una concepción capitalista del cuerpo? ¿Cómo no advertís que tu planteo no es otra cosa que la cobertura del egoísmo? ¿Y cómo puede hacernos libres el egoísmo, que nos vuelve ciegos para con los demás? ¿Cómo seremos libres si no amamos ni siquiera a ese pequeño ser –hueso de mis huesos, carne de mi carne–, independientemente de cómo haya venido a la existencia? ¿Se puede ser libre, estando ciego por el odio?
            Mariana Carbajal habla de 12 semanas. “Hasta las doce semanas, el aborto es una alternativa”, nos quieren hacer creer. ¿Cómo una cosa puede ser una alternativa y, al minuto siguiente, un asesinato? 12 semanas son 3 meses. 3 meses son 90 días. ¿Lleva durante 90 días la mujer algo distinto, acaso, a lo que lleva 60 segundos después?
Mariana Carbajal habla de aborto quirúrgico, de medicamentos, de médicos, de pastillas, de servicios de salud, de clínicas, de hospitales, de guardias de hospital, etc. Todas palabras vinculadas a la ciencia médica. Pero cuidado: su utilización pretende hacernos creer que cuando hablamos de aborto, hablamos de una práctica relacionada con la salud o con la enfermedad. Totalmente falso: ni el embarazo ni el niño por nacer son una enfermedad. ¿Cómo pueden correr las palabras terapia cirugía, cuando hay una persona en juego? Estamos hablando de vida, ¡no de un virus!
Digámoslo con todas las letras: el aborto NO ES una práctica médica. El aborto es una práctica que realizan algunos médicos. Y no todos. Lo cual es muy distinto. ¿Y qué médicos la realizan? Aquellos que violan su juramento. Como los desdichados Germán Cardoso y Gabriela Lucchetti –cirujano y médica respectivamente–, quienes se prestaron para el circo del aborto en el artículo de Página 12. El médico está para proteger la vida, no para destruirla.
            El colmo del engaño de Mariana Carbajal está hacia el final de su artículo. Es ahí donde presenta su afirmación más tramposa y, por lo mismo, más repugnante. Una de estas desdichadas mujeres presta su voz para que Babel hable en ella. Y entonces Babel vomita lo que sigue:

“Supe que nuevamente estaba embarazada, el día siguiente a que mi hija cumpliera 10 años. Yo tenía en aquel momento 33 años y dos hijos. Poder abortar en mi casa, con pastillas, me hizo sentir totalmente dueña de mí misma. Una sensación de libertad muy similar a la que viví cuando decidí ser madre”.

            Este es, exactamente, el núcleo del error. Pretenden hacernos creer que abortar es una decisión equivalente a continuar el embarazo. Pretenden hacernos creer que ser madre de un hijo vivo es lo mismo que ser madre de un hijo muerto. ¡Pretenden igualar lo desigual, el amor con el odio, el sacrificio con el egoísmo! Apenas puede concebirse semejante violencia mental sin que nuestras entrañas mismas se vean conmovidas.
            A todas estas mentiras y falsos argumentos –y a las que pudiesen venir– opongámosle la palabra. La palabra veraz, una palabra que –si la embebemos en el cántaro de la Verdad– se convertirá en luz. Tal palabra, capaz de irradiar, es vida: vida de la inteligencia y vida del espíritu. La palabra del engaño –por el contrario– sólo nos lleva a la putrefacción y a la muerte.
Si callamos, pecaremos por cobardía: el silencio es contra el Verbo, decía el Padre Julio Meinvielle. No subestimemos el poder de la palabra ni la capacidad de afirmar: aunque sea una afirmación en soledad, un grito sin eco, cada verdad que afirmemos hace retroceder al reino de la mentira. La palabra veraz es como un hechizo. Es un conjuro. Y cuando el hombre la afirma, los demonios huyen. Es la hora de la palabra y es la hora de la Verdad.
No es hombre quien no ama la verdad. Y amar la verdad es amarla sobre todas las cosas, porque sabemos que la verdad es Dios mismo.
Volvamos entonces a nuestras ocupaciones con esa divisa: afirmar la Verdad. La verdad sobre la vida, el amor, el niño por nacer, el aborto. Afirmar estas verdades para que las mentiras retrocedan. Y así, respirar el aire puro y limpio que nos da esa libertad en la verdad, propia de los hijos de Dios. Que Nuestra Santa Madre, que cobijó en su seno al Niño Dios, nos acompañe en esta empresa.

Lunes 26 de agosto de 2013