Video de la
entrevista del Papa Francisco en Globo News.
En el contexto de su viaje a Brasil con
ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud Río de Janeiro 2013, el periodista
Gerson Camarotti, de la cadena Globo News,
29-07-2013, entrevistó al Papa Francisco.
La entrevista comenzará con algunos chistes
del estilo “el papa es argentino y Dios es brasileño” y comentarios sobre el
clima. Luego, Francisco, se despachará con un discurso de corte completamente humanista,
inmanente y pluralista, donde dice cosas gravísimas y deja en claro que sigue
un programa de corte masónico aberrante que licúa (eso que les ha pedido a los
jóvenes que no hagan) la única Religión verdadera que es la católica. “La
utopía es respirar y mirar adelante” dirá en algún momento. Y cerca
del final, minuto: 27:45, saldrá de su boca una tremenda a firmación que,
conciente o no de la gravedad de sus palabras públicas, tendrán graves
repercusiones en el futuro:
“Si la educación de un chico se la dan los católicos, los
protestantes, los ortodoxos o los judíos, a mí no me interesa. A mí me interesa
que lo eduquen y que le quiten el hambre. En eso tenemos que ponernos de
acuerdo”.
Si la educación católica consiste en preparar
el camino a la salvación ¿cómo podrá salvarse alguien que esté educado en el
judaísmo, el islam o el protestantismo, siendo esta una educación deformada y
defectuosa basada en un falso camino, en una falsa religión?
Recordamos las palabras de Pío XI sobre la
educación:
“Es, por tanto, de la mayor importancia
no errar en materia de educación, de la misma manera que es de la mayor
trascendencia no errar en la dirección personal hacia el fin último, con el
cual está íntima y necesariamente ligada toda la obra de la educación. Porque,
como la educación consiste esencialmente en la formación del hombre tal cual
debe ser y debe portarse en esta vida terrena para conseguir el fin sublime
para el cual ha sido creado, es evidente que así como no puede existir
educación verdadera que no esté totalmente ordenada hacia este fin último, así
también en el orden presente de la Providencia, es decir, después que Dios se
nos ha revelado en su unigénito Hijo, único que es camino, verdad y
vida (Jn 14, 6), no puede existir otra
completa y perfecta educación que la educación cristiana. Lo cual demuestra
la importancia suprema de la educación cristiana, no solamente para los
individuos, sino también para las familias y para toda la sociedad humana ya
que la perfección de esta sociedad es resultado necesario de la perfección de
los miembros que la componen”. (Pío XI, “Divini
illus magistri”, n°5)