Ya habíamos hablado y
demostrado, con sus propias palabras, el modernismo del cardenal Maradiaga, coordinador
del G8 de Francisco y defensor de la comunión a los divorciados vueltos a casar.
Ahora, Maradiaga, va a acusar de inflexible
y conservador al ahora cardenal Gehrard Müller, prefecto de la Congregación
para la Doctrina de la Fe.
Con el pretexto de que se necesita más “pastoral” y “menos doctrina”,
según Maradiaga, se han venido justificando cambios realmente graves en la
doctrina. Se dice que es solo “pastoral” pero, la “nueva pastoral” ha
demostrado que debajo de ella misma hay una nueva doctrina distinta a la
doctrina católica. En definitiva, con el pretexto de usar una nueva pastoral,
se termina reemplazando la doctrina católica por otra.
Artículo aparecido en Vatican
Insider, 21-Ene-2014.
Maradiaga a
Müller: «Deberías ser más flexible»
ANDREA TORNIELLI
CIUDAD DEL VATICANO
El Prefecto de la
Congregación para la Doctrina de la Fe Gehrard Müller «es un profesor de
teología alemán, en su mentalidad solo hay verdadero y falso... Pero, hermano
mío, el mundo no es así, tú deberías ser un poco flexible cuando escuchas otras
voces. Por ahora escucha sólo a su grupo de consejeros». Es un fragmento de la
larga entrevista que el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de
Tegucigalpa y coordinador del grupo de los ocho consejeros cardenales del Papa,
concedió al periódico alemán «Koelner Stadt-Anzeiger».
En la conversación,
Maradiaga habló sobre diferentes argumentos. «Estoy profundamente convencido
–dijo– de que estamos al principio de una nueva era en la Iglesia, como hace
cincuenta años cuando Juan XXIII abrió la ventana para que entrara aire nuevo».
Francisco, explicó, «está cerca de las personas, sin vivir en un trono sobre
ellas sino viviendo entre ellas». La Iglesia, añadió, «no está en manos del
hombre, sino que es obra de Dios. Estoy seguro de que en marzo de 2013 Dios
puso en juego su mano, puesto que, según los criterios humanos, otro se habría
convertido en el Papa».
Al hablar sobre el
enfoque de Francisco, de su invitación a salir para evangelizar, Maradiaga
dijo: «Esto significa más pastoral que doctrina». Y, al responder a una
pregunta sobre los sacramentos a los divorciados que han contraido segundas
nupcias, aclaró: «La Iglesia debe seguir los mandamientos de Dios» y lo que
Jesús «dice sobre el matrimonio: lo que Dios ha unido no puede ser separado por
el hombre. Pero hay diferentes enfoques para aclarar esto. Después del fracaso
de un matrimonio podríamos, por ejemplo, preguntarnos: ¿los esposos estaban
verdaderamente unidos en Dios? Allí hay mucho espacio todavía para un examen
profundo. Pero no se va hacia esa dirección en la que mañana es blanco lo que
hoy es negro».
Al hablar sobre el
próximo Sínodo, el cardenal afirmó: «Le pregunté al Papa por qué un nuevo
Sínodo sobre la familia», después del de 1980 y después de la exhortación de
Juan Pablo II “Familiaris consortio”. «El Papa respondió: eso sucedía hace
treinta años; hoy, para la mayor parte de las personas, la familia de entonces
casi no existe. Tenemos
separaciones, familias extendidas, muchas personas que crecen solas a sus
hijos, maternidad en alquiler, matrimonios sin hijos, sin olvidar las uniones
entre personas del mismo sexo. En 1980 estas cosas ni siquiera se veían en el
horizonte».
«Todo esto exige
respuestas para el mundo de hoy –continuó Maradiaga– y no es suficiente decir:
para esto tenemos la doctrina tradicional. Obviamente la doctrina tradicional
será mantenida», pero hay «desafíos pastorales» en cada época a los que no se
puede responder con «el autoritarismo y el moralismo», porque esta «no es nueva
evangelización».
Al hablar
específicamente sobre el prefecto Müller (todo surgió del artículo con el que
el neo-cardenal, en vista de la discusión sobre la familia, cerraba la vía a
cualquier apertura en relación con los sacramentos a los divorciados que se han
vuelto a casar), Maradiaga dijo: «Creo que lo entiendo. Es un alemán, hay que
decirlo, es sobre todo un profesor de teología alemán, en su mentalidad sólo
existe lo verdadero y lo falso. Pero yo digo: mi hermano, el mundo no es así,
tú deberías ser un poco más flexible, cuando escuchas otras voces. Y no solo
escuchar y decir no». El purpurado hondureño se dijo seguro de que Müller
«llegará a comprender también otras posiciones», aunque ahora solo escuche «al
grupo de sus consejeros».
Al hablar sobre las
reformas, Maradiaga citó la del Sínodo de los obispos, la de la Secretaría de
Estado y habló sobre la necesidad de crear una Congregación para los Laicos,
que son «mayoría en el pueblo de Dios». En cuanto a las resistencias internas
contra la reforma, el cardenal explicó: «La Curia no es un bloque monolítico».
El entrevistador entonces preguntó si un Papa de 77 años tiene tiempo
suficiente para sacar adelante la reforma de la Iglesia. «Creo, sobre todo
–respondió el cardenal– que estamos en un punto del que no podemos volver. Por
otra parte el Papa tiene una energía que me sorprende siempre. Antes del
Cónclave hablábamos entre nosotros y me dijo: “ya presenté mi renuncia”». como
obispo de Buenos Aires. «Después fue elegido Papa y desde entonces está como
transformado...».
A partir de una
pregunta sobre el estado de salud de Bergoglio y los problemas que tiene en los
pulmones Maradiaga contó una anécdota del Cóncalve: «Esta era la propaganda
negativa con la que algunos del “inner circle” antes del Cónclave trataban de
dañarlo». Por ello el cardenal contó que había hablado sobre la cuestión con
Bergoglio durante una comida: «Le pregunté si era cierto que solo tenía un
pulmón y que estuviera delicado de salud. Él se empezó a reír y dijo: “tuve un
quiste en la parte alta del pulmón izquierdo, me lo quitaron y salió bien”» (el
Papa se refería a la operación a la que se sometió en los años cincuenta). «Entonces
–continuó Maradiaga– me levanté y fui de mesa en mesa diciendo: los que dicen
que Bergoglio tiene solo un pulmón van por camino equivocado...».
Después el cardenal
habló sobre la «masiva» oposición en su contra y en contra del Papa. «Tal vez
masiva –comentó–, pero no numerosa. La mayor parte de los católicos siguen al
Papa, sus adversarios son quersonas que no conocen la realidad. Por ejemplo,
hay círculos ecoómicos estadounidenses que demuestran malhumor por las críticas
al capitalismo» que aparecen en la “Evangelii gaudium”. «Pero, ¿quién dijo que
el capitalismo es perfecto? ¿Quién provocó las recientes crisis del mercado
financiero? De seguro no fueron los pobres, sino la rica América rica y la rica
Europa. Esta crisis no es un invento de la Teología de la liberación ni una
consecuencia de la opción por los pobres. Los que no critican el capitalismo se
equivocan. No es el Papa quien se equivoca. Por favor, dejen que lo critiquen y
que se irriten... yo trato de seguir mi consciencia».
Maradiaga, al
responder sobre la riqueza de la Iglesia alemana, dijo que «ayudar a los pobres
no significa ser pobre». El purpurado hondureño elogió a la Iglesia alemana por
esto: «No hay una Iglesia local en todo el mundo que ofrezca tanta ayuda,
¡ninguna!». Al final, el cardenal habló sobre el obispo de
Limburgo, Franz-Peter Tebartz-van Elst, acusado de gastos faraónicos
(alrededor de 30 millones de euros) para la remodelación del obispado y de su
residencia. «Sufro por los católicos alemanes por el problema que hay ahí...
Pero de este caso puede surgir incluso algo positivo». Y dijo esperar que en la
«gestión eclesiástica se afirme esta consciencia: deberíamos cambiar un par de
cosas entre nosotros, no solo en Limburgo».
Maradiaga dijo que
cree que el obispo Tebartz-van Elst no debería volver a la diócesis: «Quien ha
cometido un error debería reconocerlo para pedir perdón y buscarse otro lugar.
Muchos fieles están heridos...». Y, con respecto al estilo de vida de Papa
Francisco, añadió: «Es evidente que su llamado para una Iglesia pobre y su
estilo de vida han sido siempre coherentes, tanto cuando era un jesuita, como
cuando era arzobispo y ahora que es Papa». Para concluir, siempre en relación
con el obispo de Limburgo, Maradiaga subrayó: «A las personas como el Papa o
como yo que venimos de América Latina, les resulta difícil comprender.
Obviamente sus estándares de vida son diferentes con respecto a los nuestros.
Pero, a pesar de ello, mucho de lo que he escuchado no era necesario: una ducha
y un inodoro. Con esto basta. De cualquier manera, es suficiente para la mayor
parte de las personas. Y es suficiente para el Papa».
Hay que recordar que
hace apenas dos días, en una entrevista con la edición digital de la
«Mittelbayerischen Zeitung», el prefecto de la Casa Pontificia (además de
secretario particular de Benedicto XVI), mons. Georg Gänswein, se dijo
convencido de que el obispo de Limburgo será perdonado: «Creo que la
investigación para esclarecer las acusaciones de despilfarro de dinero,
no-comunicación y ausencia de órganos de control, concluirá a favor del
obispo».