Un corresponsal nuestro nos comparte este material:
(Corresponsal). No
sólo en la Argentina se abren las parroquias a los sodomitas. En la vieja
España, en la diócesis de Málaga (cuyo actual titular, Jesús Esteban Catalá
Ibáñez, pasa por conservador entre los del Novus Ordo) se encuentran
perlas como las de la ilustración que acompaña a esta entrada: en el diario Sur,
una esquela donde al funeral corpore insepulto de un peluquero, varón de
nombre Francisco Javier, fallecido «a los 49 años de edad, habiendo recibido
los santos sacramentos y la bendición apostólica de Su Santidad» invita «su
esposo», varón de nombre Juan.
No es nuevo, claro. El «efecto Francisco» y el reciente «Sínodo
de la Familia» sólo hacen más descarado el desafío. Las provocaciones
aberrosexualistas a cargo de clérigos y dentro de los templos empezaron
bajo Pablo VI, aumentaron bajo Juan Pablo II y se dispararon bajo Ratzinger
(durante estos dos últimos pontificados, la publicidad, la pastoral y hasta la
liturgia aberrosexualistas se hicieron habituales en los Estados Unidos y en
Canadá; y qué decir de Bélgica o de las diócesis de lengua alemana, empezando
por esa de Viena a cuyo titular el portal Kreuz.net llamaba «Cardenal
Homoporno»). Bergoglio,
por su parte, viene de la congregación religiosa con más presencia y militancia
aberrosexualista: la
antigua Compañía de Jesús.
En la misma España peninsular, diócesis tan representativas como las de Canarias, Sevilla u Oviedo, y por supuesto la de Madrid, tienen ya un triste historial en funerales aberrosexualistas y abortistas, por poner dos ejemplos, bajo supuestos obispos conservadores. En la urbe más populosa de la de Oviedo, Gijón, llevan ya años con funerales también por sodomitas públicos, con el celebrante (o «presidente») consolando de palabra al «viudo» y celebrando su «amor», hasta por abortistas que mueren por complicaciones cuando intentaban asesinar a su hijo, puestas como ejemplo de bondad por el claretiano «presidente» del funeral. Todo con publicidad abundante.
Qué decir de diócesis de dependencia española, como la de Tánger en el actual
Marruecos, donde sus titulares, franciscanos, se ocupan tanto de impulsar el
mahometismo como de proteger a la congregación de los «Franciscanos de la Cruz
Blanca», tan abiertamente sodomíticos que son celebrados en la prensa
aberrosexualista, y tan escandalosos que hasta la orden franciscana quiso
suprimirlos, sin éxito.
Volviendo al caso con el
que abríamos: ¿qué se apuestan a que la «misericordina» bergogliana no sólo no
castiga esta burla sacrílega, sino que contribuye a su repetición?