“El padre Jony ha oficiado en Tortosa la
primera “misa rockera” celebrada en una catedral española. Luces, guitarras
eléctricas y rock duro con mensaje evangélico han animado el rito”, dice el
periodista Joel Albarrán Bugié.
Hablar a estas alturas de “abuso litúrgico” es un
eufemismo. Y es un eufemismo porque tratar a lo sagrado como profano, es por lo
menos sacrílego.