martes, 16 de septiembre de 2014

“Bendición” de un sacerdote a un transexual y su pareja que contrajeron “matrimonio” igualitario.

El “efecto Francisco” del “¿quién soy yo para juzgar a un gay?” continúa su lógica implacable. Ahora reciben la “bendición”, por parte de un sacerdote católico en Santiago del Estero, un transexual y su pareja. Artículo aparecido en Página Católica, 15-sep-2014.


¿Francisco se pone al margen de la Iglesia?

Abominación desoladora en Santiago del Estero


¡Aunque el mono se vista de seda, la nuez de Adán le queda!

Como saben nuestros lectores, hace cerca de tres meses que este blog permanece en silencio por falta de recursos. Durante ese período, gravísimos acontecimientos han ocurrido en la Iglesia y en el mundo, causando escándalo y tristeza en muchos fieles.

Hoy volvemos momentáneamente a la palestra, porque acaba de acontecer en nuestro argentino suelo, y en una de sus provincias más tradicionalistas, un hecho cuyas funestísimas consecuencias difícilmente se puedan mensurar sin una profunda reflexión que no puede darse en una bitácora de estas características.

Sin embargo, por ser abominablemente contrario a la doctrina y moral católicas, por contar con el aval del obispo local y, hasta el momento, con el silencio de Roma, nos inclina a pensar, en primer lugar, que los desvaríos pontificios han tenido su coronación en él y, finalmente, que vale de confirmación a lo que veníamos entreviendo: la secta de los putos, combatida con alguna eficiencia por Benedicto XVI, está de vuelta. Ahora bien, empecemos por los hechos:

Desde hace unos días, se anunciaba por los medios que una pareja de homosexuales haría uso de la llamada Ley de Matrimonio Igualitario, para formalizar legalmente la situación que, según ellos, viven desde hace 29 años; lo cual no sería novedad a estas alturas en la Argentina, aunque pueda serlo en Santiago del Estero.

Pero lo que preocupaba seriamente a muchos católicos, e incluso a ciertos protestantes, es que el anuncio traía a su vez una nueva verdaderamente explosiva: luego del civil, la Iglesia Católica, por mano de uno de sus ministros, administraría el sacramento del matrimonio a la coyunda sodomítica. Lo remarcó el mismo protagonista al salir del Registro Civil"mañana vamos a celebrar nuestra unión a través de la religión en la parroquia Espíritu Santo":

Y el mañana finalmente llegó: un señor vestido de novia, con blanco traje nupcial y acompañado por otro hombre, se presentó a las 21 hs. del pasado sábado en la parroquia mencionada, donde el padre Sergio Lamberti efectuó la ceremonia prometida.














¿Lloras querido lector? Nosotros también. Pero consuélate, no hay mal que por bien no venga; de otro modo no lo permitiría el Señor. Esta abominación que vez ya estaba dentro de la Iglesia desde hace muchos años; y es mejor que sea mostrada impúdicamente para que caigan las caretas y sepamos a qué atenernos.

En efecto, el obispo de Santiago del Estero sabía con anticipación lo que iba a suceder y, sin embargo, dejó hacer; es decir aprobó que un sacerdote católico bendijera el pecado de sodomía, execrando el templo y ultrajando a la Iglesia con un acto sacrílego.
Sólo atinó a publicar un comunicado en el cual, como un consumado farsante, quiere evitar el escándalo de los fieles con una definición del catecismo, cuando permite un gesto que vale más que mil sentencias. Hubiera valido mejor su silencio, porque al hablar públicamente sin castigar ni corregir, ¡consintió lo actuado por el cura!

Por otro lado, si Mons. Vicente Bokalic, hijo de Bergoglio que fue uno de sus obispos auxiliares y lo conoce bien, permitió el sacrilegio, ¡es porque sabe que el Turista de la Eterna lo aprueba! No existe, a nuestro modo de ver, la menor posibilidad de que un obispo como ese actúe de tal modo sin contar con la aquiescencia papal.

Así pues, el inicial "¡quien soy yo para juzgar!", ha ido in crescendo pasando por el bautismo de los hijos de los homosexuales utilizado como herramienta de difusión de la contranatura, hasta alcanzar el culmen de la apostasía que acabamos de contemplar.
Sí, lo que ven nuestros ojos es una campaña dirigida por el Nuevo Orden Mundial, a la que se han plegado los jerarcas de la Iglesia auspiciados desde la Silla de San Pedro, hoy rodeada de homosexuales.

Basta, para confirmarlo, recordar las palabras que dijeron las "mamás" de la criatura bautizada en Córdoba sobre lo que para la lucha lésbica que ellas prosiguen significaba la bendición de la Iglesia. O volver a ver el video que inmediatamente publicó en Fútbol para Todos la Presidencia de la Nación al respecto (ver Aquí). O ver ahora, en el video de arriba, la promoción de su estilo de vida que espera conseguir la "neocasada" de Santiago del Estero.
¿Acaso no sabían ni Mons. Bokalic ni el mismo Francisco, que fue Cristina Kirchner la que personalmente entregó a Luisa Lucía Paz, la recién casada, el nuevo documento donde se hizo constar su cambio de sexo?
¿Será sólo por un casual que la privilegiada por la Presidente, sea ahora distinguida por nuestros pastores con la primicia de los casamientos gaylésbicos en la Iglesia?


El sacerdote de satanás que profanó el templo del Espíritu Santo en Santiago del Estero, no tuvo mejor idea que leer, durante la ceremonia apostática, ¡el Evangelio de las Bodas de Caná que la Iglesia reserva para la celebración de las nupcias católicas!; como si quisiera enseñarnos que se trataba de lo mismo.


¡Apóstol del Demonio,
Dios te dé pronto lo que mereces!

[En el perfil del Facebook del p. Sergio Lamberti, encontramos entre sus preferencias, a Leonardo Boff Felipe Pigna. Nota de Stat Veritas]

Luego de lo cual, según informan diarios locales, agregó:

“Estamos reunidos celebrando el amor de Dios en nuestras vidas, un amor que estaba desde el origen de nuestra existencia”, y dirigiéndose a Luisa y José los instó a que ese amor de Dios “que los ha sostenido en momentos de dificultades, de alegría, de esfuerzo cotidiano por hacer que la opción de vida que han tomado sea respetada por todos, sea el que los acompañe por el resto de sus vidas”. Además sostuvo que “Jesús siempre está presente en el camino que nos toca recorrer y por eso le pedimos que renueven el compromiso de estar juntos, como lo vienen haciendo hace ya 29 años”

Palabras que sólo pueden salir o de una mente enloquecida, o de un verdadero apóstata al servicio de Satanás.

Finalmente, da pena ver a los comentaristas católicos de buena fe que, en los distintos foros de Internet que anuncian el sacrilegio santiagueño, intentan defender la institución matrimonial ¡que sus propios pastores acaban de denigrar! Están totalmente desarmados por estos hijos de Judas.
Incluso hay protestantes que "protestan" por la traición al Evangelio que ha permitido el obispo de Santiago del Estero.

Mons. Bokalic, si Ud. no restaura la justicia castigando durísimamente al culpable del sacrilegio que acaba de cometerse, con anuncio previo y premeditadamente, bajo sus propias barbas, se pone al margen de la Iglesia Católica. Pues la Iglesia de Jesucristo no canta loas ni bendice el pecado contranatura que clama al cielo.
Y si fuera el mismo Francisco el que así se lo haya exigido, que Dios no lo permita, sepa que no puede ser Papa el que lleva a las almas a su perdición, y que Ud. no debe seguir a nadie que se dirija al Infierno.

p/d: ¡Qué mala suerte ha tenido la católica ciudad de Santiago del Estero, madre de ciudades! ¿Se acuerdan nuestros lectores del obispo que en 2005 fue filmado por su propio amante? ¿Se acuerdan que su conducta indefendible fue sostenida públicamente por... por... ¡por Bergoglio!?



El comunicado oficial:


El lamentable comunicado oficial que no repudia el acto sacrílego del sacerdote y llama –equívocamente– “matrimonio” a la unión entre dos personas del mismo sexo, a pesar de que luego lo niegue.

AICA, 15-Sep-2014.


Aclaración del obispado de Santiago del Estero ante la bendición de un matrimonio

Santiago del Estero (AICA): Ante la bendición religiosa del matrimonio de una pareja “transexual”, el obispado de Santiago del Estero recordó en un comunicado que “la doctrina de la Iglesia Católica con respecto a la celebración del matrimonio queda expresada en el Código de Derecho Canónico y el Catecismo de la Iglesia Católica, no rigiendo en la Iglesia otra ley más que ésta” y aseveró que “es decir únicamente se entiende por matrimonio el acto de la voluntad, por el cual el varón y la mujer, naturalmente concebidos como tales desde el seno materno, se entregan y aceptan mutuamente en alianza irrevocable por la que constituyen entre sí un consorcio para toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de los hijos”.