Nuevamente otro confuso acto de
ecumenismo que, como ya hemos repetido varias veces, confunden a los católicos,
dejan al que yerra en su error y son capaces de producir el indiferentismo
religioso.
[Valores
Religiosos – 13-09-2013]
EN LA CRIPTA Y
LA BASÍLICA DE LUJÁN
Peregrinación ecuménica: Oración por los mártires
cristianos actuales
Participaron
católicos, ortodoxos griegos y sirianos, apostólicos armenios y luteranos. Ante
imágenes de la Virgen, rezaron el rosario con el Padrenuestro en diversos
idiomas.
Referentes y
miembros de iglesias cristinas participaron el sábado 7 de septiembre de la
XIII Peregrinación Ecuménica a la basílica de Nuestra Señora -Luján, donde
oraron por los mártires cristianos de hoy.
La iniciativa
llevó por lema “La fidelidad de María a Dios, modelo de testimonio cristiano”.
Los peregrinos
salieron en micros desde la parroquia Inmaculada Concepción (Vuelta de Obligado
2042), del barrio porteño de Belgrano, previo envío y bendición a cargo del
presbítero Juan Francisco de Estrada, párroco del templo; presbítero Fernando
Giannetti, responsable de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la
arquidiócesis de Buenos Aires; el padre Ioanis Argyris, de la Iglesia Ortodoxa
Griega del Patriarcado de Constantinopla; el pastor David Calvo de la Iglesia
Evangélica Luterana Unida y el diácono Rubén Azar de la Iglesia Siriana
Ortodoxa de Antioquía, en representación de su Arzobispo.
Animaron toda
la peregrinación con su voz y su música Juan y Noelia Name de Nuestra Señora de
Narek.
Al llegar a la
abadía benedictina de San Benito, en Jáuregui, se sumó a los ministros el
presbítero Rafael Morán Díaz, quien fue párroco de la Inmaculada Concepción de
Belgrano, y el abad Fernando Luis Rivas OSB hizo una oración y reflexión. Tras
compartir el almuerzo, llegaron al santuario nacional, en cuya cripta se rezó
un rosario ecuménico.
El presbítero
Giannetti informó que, como el propósito era orar por los mártires de la fe, se
iban a contemplar -como excepción- los siguientes misterios: “La Anunciación
del Ángel a María y el Nacimiento de Jesús”, “La predicación del Reino y la
vida pública de Jesús”, “La Agonía de Jesús, su flagelación y coronación de
espinas”, “La Crucifixión y muerte de Jesús” y “La Resurrección de Jesús, la
Ascensión y el Don del Espíritu Santo”.
El primer
misterio, frente a la advocación de la Virgen Nuestra Señora de Walsingham, fue
guiado por Oswaldo Balvín y el Padrenuestro, en inglés, por Stella Maris
Martínez de la Iglesia Anglicana.
El segundo,
frente a Nuestra Señora de Narek y de Nuestra Señora de Armenia, estuvo a cargo
de Hilda Hurmuz y Juan Name, ambos de la Iglesia Armenia Católica, y en nombre
de la Iglesia Apostólica Armenia San Gregorio el Iluminador y la catedral
armenia católica Nuestra Señora de Narek. Padrenuestro en idioma armenio.
El tercero,
frente a la Virgen de los Siete Dolores, estuvo a cargo del pastor Calvo, quien
rezó el Padrenuestro en eslovaco.
El rezo del
cuarto misterio, frente a la Advocación de la Theotokos, fue guiado por el
padre Ioanis Argyris de la Iglesia Ortodoxa Griega del Patriarcado de
Constantinopla, con el Padrenuestro en griego.
Finalmente, el
quinto misterio, frente a la capilla de la Encarnación del Verbo, estuvo a
cargo del diácono Ruben Azar de la Iglesia Ortodoxa Siriana de Antioquía, con
el Padrenuestro en arameo.
En la basílica
de Luján, en el altar mayor, el presbítero José Daniel Blanchoud, rector, dio
la bienvenida a los peregrinos en nombre del arzobispo de Mercedes-Luján,
monseñor Agustín Radrizzani.
La celebración, presidida
por la Iglesia Ortodoxa, se inició con la Oración de Confesión y luego la
liturgia de la Palabra. La homilía, breve, estuvo a cargo del pater Ioanis
Argyris de la Iglesia Ortodoxa Griega. A continuación todos rezaron la
profesión de fe, el Credo Nicenoconstantinopolitano, traducción aceptada por la
Consejo Ecuménico de Iglesias Cristianas Argentinas (CEICA) y siguió la oración
de los fieles con la oración comunitaria “Señor, nos has comprado con tu sangre”.
Luego se leyó un himno que tenía relación con el Libro del Apocalipsis, se hizo
el saludo de paz y el rezo de Padrenuestro. La bendición final estuvo a cargo
de los ministros presentes.