El Papa Francisco concede una
entrevista a la revista jesuita «La
Civiltà Cattolica». Aquí un resumen de la misma publicada por el periódico
español ABC
de Sevilla, 19-09-2013.
El Papa
Francisco: “Jamás he sido de derechas”
El Papa Francisco durante una
audiencia con el jesuita Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica, en
junio de este año
El Gobierno
de la Iglesia, el papel de las mujeres, las posibles reformas, la
homosexualidad son algunos de los temas que el Papa Francisco aborda
en en una entrevista concedida este verano a la revista jesuita «La
Civiltà Cattolica» y que ha sido publicada este martes simultáneamente en otros
16 semanarios de la Compañía de Jesús en todo el mundo.
El diálogo con el
director de esta revista, el padre Antonio Spadaro, se desarrolló durante tres
sesiones los días 19, 23 y 29 de agosto en la habitación que
el Santo Padre ocupa en la Casa Santa Marta. Durante los encuentros, el
Pontífice ofrece su visión sobre todo tipo de cuestiones, pese a reconocer su
renuencia a conceder entrevistas porque prefiere pensarse “las cosas más que
improvisar respuestas”.
Durante las seis
horas de entrevista, el Papa se define como una “persona despierta”, pero
también “bastante ingenua”, que
prefiere “el contacto personal”. “No estoy hecho a las masas”, asegura. Entre
sus defectos, reconoce ser “un indisciplinado”. Esa fue una de las razones por
la que entró en la Compañía de Jesús. “De la Compañía me impresionaron tres
cosas: su carácter misionero, la comunidad y la disciplina. Y esto es curioso
porque soy un indisciplinado nato, nato nato. Pero su disciplina, su modo de
ordenar el tiempo, me ha impresionado mucho”.
Francisco también
aclara que su decisión de vivir en Santa Marta no tiene nada que ver con el supuesto
lujo del Palacio Apostólico. “Es antiguo, grande y puesto con buen
gusto, no lujoso”, afirma el Pontífice, quien reconoce que prefiere su
habitación 201 de la residencia porque “no me veía como sacerdote solo, tengo
necesidad de comunidad”. El apartamento apostólico “es como un embudo
al revés. Grande espacioso, pero con una entrada de verdad muy
angosta. No es posible entrar sino con cuentagotas, y yo, sin gente no
puedo vivir. Necesito vivir mi vida junto a los demás”.
El Santo Padre,
quien fue designado provincial de los jesuitas con apenas 36 años, explica que
su experiencia en puestos de decisión han cambiado mucho su punto de vista
sobre cómo debe ser su estilo al frente del gobierno de la Iglesia
universal. Al respecto, admite que el camino para elegir lo mejor en
cada momento es el “discernimiento” y “hacer las consultas necesarias”.
“Mi forma
autoritaria y rápida de tomar decisiones me ha llevado a tener
poblemas serios y a ser acusado de ultraconservador. Tuve un momento de gran
crisis interior estando en Córdoba. No habré sido ciertamente como la beata
Imelda, pero jamás he sido de derechas. Fue mi forma
autoritaria de tomar decisiones la que me creó problemas”.
No condenar a los
homosexuales
Sobre las reformas
que necesita la Iglesia, el Papa prioriza "la de las actitudes" a las
"organizativas o estructurales". “Veo con claridad que lo que la
Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar
calor a los corazones de los fieles, cercanía y proximidad”. Para ello, urge a “acompañar a
las personas a partir de su condición”, y eso también incluye a los homosexuales.
“En Buenos Aires recibía
cartas de personas homosexuales que son verdaderos 'heridos sociales',
porque me dicen que sienten que la Iglesia le ha condenado. Pero la
Iglesia no quiere eso”, recuerda
Francisco, quien señala que el rol de la Iglesia no es transmitir un “conjunto
de doctrinas”.
“No podemos seguir
insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o
al uso de anticonceptivos. Es «No podemos seguir insistiendo solo en el
aborto o el uso de anticonceptivos» imposible (...) Tenemos, por tanto, que
encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra manera el edificio moral
de la Iglesia corre peligro de caer como un castillo de naipes, de perder la frescura y el
perfume del Evangelio. La propuesta evangélica debe ser más sencilla, más
profunda e irradiante. Solo de esta propuesta surgen luego las consecuencias
morales”.
El rol de las mujeres dentro de la Iglesia es
otro de los temas que vuelve a abordar el Santo Padre. Al respecto señala que “es
necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la
Iglesia”. Pero no solo es una cuestión de estar o no estar. Francisco señala
que “en los lugares donde se
toman las decisiones importantes es necesario el genio femenino”.