viernes, 22 de noviembre de 2013

Otras voces. Noticias Argentinas.


Otras voces que se han sumado a lo acontecido el martes 12 de Noviembre del 2013 en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires. Artículo aparecido en Editorial Vortice, 16-Nov-2013.

Noticias Argentinas:

1) No hay acepciones. Si los protestantes hubiesen querido recordar la Noche de San Bartolomé, nuestra actitud habría sido la misma: un templo católico es un espacio sagrado y reservado para el culto católico y la oración de los fieles. Lo dice la fe de siempre y así llegó hasta el último catecismo: en una iglesia católica habita Cristo en Cuerpo y Alma y todo lo que allí se haga debe centrarse en Él y subordinarse a la adoración eucarística de la Iglesia Católica.

2) Adherimos indudablemente al rezo del Rosario, no siendo necesario aprobar todos los modos y expresiones empleados por aquellos a quienes La Nación Diario llamó "interruptores", pero entendemos y compartimos la indignación que condujo a esos excesos; la cual, además, fue retribuida con excesos mucho mayores y descalificadores. Que sean lefebvristas o no, poco importa: no puedo ser desagradecido con el médico que trató de ponerme un hueso en su lugar, aunque lo haya hecho con brutalidad.

3) No coincidir con una decisión particular o una actitud específica de un obispo o un papa no es motivo de escándalo. No coincidir con los que coinciden en todo, o con los que nunca coinciden en nada, tampoco. De haber sido siempre así, la Iglesia sería hoy una factoría de zombies o una jurisdicción italiana. El diálogo ad extra debe ser acompañado con el diálogo ad intra, mientras haya voluntad de ambas partes, tal como lo intentó el papa Benedicto XVI. Que el diálogo se convierta en discusión es algo que forma parte de nuestra naturaleza. El amor a la verdad siempre encenderá las pasiones, y es lo que menos nos debería escandalizar. El límite: la soberbia de quien se cree santo, sabio o a salvo. El remedio: no dejar de considerarnos un conjunto de sinvergüenzas.

4) Trabajar por la paz es una de las más nobles empresas. De nuestro lado, no podemos menos que aspirar a la paz en Cristo, la única paz posible, eficaz y verdadera; es una tarea en la que hay que empeñarse, lleve el tiempo que lleve, mientras exista el tiempo. Pero no hay que tener temor ni sentir apuro, por mucha presión que nos apliquen a fin de que consideremos otras fórmulas de paz. No es por una supuesta obstinación cristiana que se producen los conflictos en las sociedades, sino al contrario: las catástrofes y desgracias de los pueblos proceden de ignorar, olvidar o confrontar ese imperativo de paz y de justicia que edifica el Señor de la Historia y que jamás será obtenido por la sola acción humana.


5) La fe de los cristianos, si no se yergue, si no se pone sobre las mesas y en lo alto de los terrados, va a ir dejando el paso libre a recetas oscuras y esperanzas contrarias. La fe, que no es amor al amor, sino virtud infusa y sostenida en la entera, compleja y fortísima trama de la Escritura y la Tradición y en la Presencia Real de Cristo Sacramentado, y que exige una clara y visible forma de vida y de conducta, no va a confrontar simplemente contra formulaciones políticas o antojos de clanes, por poderosos que sean, sino contra la receta final del hombre absolutamente ensimismado, dueño de sí y creatura de nadie, y contra toda la potencia y rabia de un credo antagónico. No por nada ocurrió lo de Bahía Blanca: quienes fueron a profanar el templo para robar la Sagrada Eucaristía sabían muy bien lo que hacían. Eso también es un acto de fe.