Nos resulta una cita muy actual, esta del padre
Virginio Filippo, con respecto a cómo hoy funcionan los medios de comunicación,
especialmente, los periódicos y noticieros:
Hoy
se escribe contra todo, se discuten los dogmas más sagrados, los principios
más elementales, y se llega hasta querer impedir la defensa de la verdad. No
exagero. Nadie dirá que exploto el tema o que digo sencillamente una novedad,
cuando afirmo que se insultan por momentos las más caras esperanzas de los cristianos;
y cuando nos empeñamos en querer defendernos, se nos pretende imponer como a
San Pedro, silencio, para no herir los oídos de los mismos que, en nombre de la
libertad, se arrogaron el derecho de discutir nuestros dogmas y hasta
vilipendiarlos...
Se
agazapan tras las columnas del periódico, espías que exploran la opinión,
traidores que acechan el momento oportuno para entregar el orden social en
manos de todos los incontrolados, cobardes que huyen de la verdad sin tener no
siquiera la conciencia de la responsabilidad necesaria para confesar errores,
indolentes que prefieren traicionar un ideal antes que fatigar la cabeza, y
complotados que, cuando no pueden contemporizar con los canallas apelan al recurso
del silencio, de la reticencia infidente o la parodia impune...
El puñal
de la traición, de la perfidia, de la sevicia, del asalto, antes que el
armero, lo puso en el corazón el periodista, con sus ideas sin criterio moral
fijo, con sus insolencias contra toda autoridad, con sus paliativos ante las
infamias manifiestamente condenables, con sus atenuaciones ante el error
vencible, con sus descripciones espeluznantes de los crímenes más nauseabundos,
con sus apologías indirectas de la sagacidad usada en los atracos, con su
patológica descripción de las delicadezas femeninas ultrajadas, con su
conspiración contra la verdad...
El
periódico es el vehículo de las ideas. Si éstas son elevadas solidifican el
genio de las gentes, maduran el espíritu y acercan la pureza de las costumbres.
Pero si las ideas son subversivas, declaramos paladinamente que no hay
corruptor más criminal que el periodista. El pistolero mata el cuerpo, el
ladrón roba metales, pero el periodista corrompe costumbres. Es el peor enemigo
de la sociedad...
El
subversor de las gentes usa del pretexto de la ilustración para esconder en el
fondo de sus artículos periodísticos, el fin condenable de la perversión. No
hay que confundir curiosidad con insensatez, cultura con desvergüenza, información
con difamación, encuesta periodística con presión aviesamente interesada,
aclaración con negocio de bajo fondo.
Pbro.
Virgilio Filippo (1896-1969),
“El Reinado de Satanás”, Ed. Tor,
Buenos Aires, 1937, cit. en Cuadernos nº2 Cabildo, octubre de 1986.
Cita compilada por Flavio
Mateos en su obra “El libro negro del
periodismo”, Bella Vista Ediciones, 2012.