miércoles, 21 de noviembre de 2012

Los medios al servicio del mal.




Nos resulta una cita muy actual, esta del padre Virginio Filippo, con respecto a cómo hoy funcionan los medios de comunicación, especialmente, los periódicos y noticieros:

Hoy se escribe contra todo, se discuten los dogmas más sagra­dos, los principios más elementales, y se llega hasta querer impe­dir la defensa de la verdad. No exagero. Nadie dirá que exploto el tema o que digo sencillamente una novedad, cuando afirmo que se insultan por momentos las más caras esperanzas de los cris­tianos; y cuando nos empeñamos en querer defendernos, se nos pretende imponer como a San Pedro, silencio, para no herir los oídos de los mismos que, en nombre de la libertad, se arrogaron el derecho de discutir nuestros dogmas y hasta vilipendiarlos...
Se agazapan tras las columnas del periódico, espías que explo­ran la opinión, traidores que acechan el momento oportuno para entregar el orden social en manos de todos los incontrolados, co­bardes que huyen de la verdad sin tener no siquiera la conciencia de la responsabilidad necesaria para confesar errores, indolentes que prefieren traicionar un ideal antes que fatigar la cabeza, y complotados que, cuando no pueden contemporizar con los ca­nallas apelan al recurso del silencio, de la reticencia infidente o la parodia impune...
El puñal de la traición, de la perfidia, de la sevicia, del asal­to, antes que el armero, lo puso en el corazón el periodista, con sus ideas sin criterio moral fijo, con sus insolencias contra toda autoridad, con sus paliativos ante las infamias manifiestamente condenables, con sus atenuaciones ante el error vencible, con sus descripciones espeluznantes de los crímenes más nauseabundos, con sus apologías indirectas de la sagacidad usada en los atracos, con su patológica descripción de las delicadezas femeninas ultra­jadas, con su conspiración contra la verdad...
El periódico es el vehículo de las ideas. Si éstas son elevadas solidifican el genio de las gentes, maduran el espíritu y acercan la pureza de las costumbres. Pero si las ideas son subversivas, de­claramos paladinamente que no hay corruptor más criminal que el periodista. El pistolero mata el cuerpo, el ladrón roba metales, pero el periodista corrompe costumbres. Es el peor enemigo de la sociedad...
El subversor de las gentes usa del pretexto de la ilustración para esconder en el fondo de sus artículos periodísticos, el fin con­denable de la perversión. No hay que confundir curiosidad con in­sensatez, cultura con desvergüenza, información con difamación, encuesta periodística con presión aviesamente interesada, aclara­ción con negocio de bajo fondo.

Pbro. Virgilio Filippo (1896-1969), “El Reinado de Satanás”, Ed. Tor, Buenos Aires, 1937, cit. en Cuadernos nº2 Cabildo, octubre de 1986.

Cita compilada por Flavio Mateos en su obra “El libro negro del periodismo”, Bella Vista Ediciones, 2012.