Muchos, sino todos, estimados
lectores, os habreis enterado ya de las buenas noticias de Alemania de la
semana pasada: el Miércoles de Ceniza la Corte de Apelaciones de Baja Baviera
en Nuremberg anuló mi condenación por la Corte Regional de Ratisbona del 11 de
Julio del año pasado por “incitación al odio racial”, cuando me condenaron por
haber, en Noviembre del 2008, en suelo alemán, en una entrevista a la
televisión sueca, expresado un pensamiento sobre ciertos eventos históricos
diferente del pensamiento comúnmente tenido. Además, la Corte de Apelaciones
decretó que el Estado Bávaro debe pagar mis gastos incurridos hasta el presente
por mi juicio. Todo honor a mi abogado, Prof. Dr. Edgar Weiler, cuyos
argumentos ellos adoptaron, al Padre Schmidberger que lo ha propuesto como
abogado, y a Mons. Fellay que lo ha aceptado.
Sin embargo, no estoy todavía
libre y blanqueado ya que los jueces de Apelaciones basaron su decisión en
cuestiones de procedimiento. He aquí su conclusión: “Si una acusación legal
describe actos del acusado que no son (hasta el momento) punibles, y no precisa
las circunstancias concretas que supuestamente los harían punibles, entonces,
por no señalar los hechos internos y externos del caso, la acusación falla en
su función esencial, explicada arriba, de definir la acción por la cual el
acusado está siendo enjuiciado. Caso cerrado”.
Así las cosas, en teoría, la oficina del Fiscal de Ratisbona
podría corregir su procedimiento y empezar la acusación desde el vamos. Sin
embargo, en la práctica, bien podría dudar hacerlo, porque los jueces de
Apelaciones exigieron especificar quienes exactamente llegaron a enterarse de
las palabras incriminatorias, porque medios los mismos vinieron a enterarse,
cómo, exactamente, estas palabras eran propensas a turbar la paz en Alemania y,
finalmente, en qué medida yo habría aprobado que estas palabras fueran
publicadas en ese país.
Ahora bien, la fiscalía podría
fácilmente mostrar que el mundo entero, sin mencionar a Alemania, fue
bombardeado con mis palabras durante un mes por todos los medios de
comunicación del mundo (con el objetivo principal de obligar a Benedicto XVI a
distanciarse de la Tradición Católica), pero no sería tan fácil probar el
disturbio de la paz en Alemania. Además los fiscales tendrían una dificultad
real para probar que yo quería que mis palabras fueran hechas públicas en
Alemania dado que en el último minuto de la entrevista (accesible en YouTube)
yo he expresamente deseado lo contrario. De manera que está en las manos de
Dios si la fiscalía le dará o no seguimiento.
Mientras tanto, estimados
lectores, no vayan a creer que alguna vez he sufrido demasiado por estos
juicios en Alemania, ni tampoco que he tenido que tomar demasiado trágicamente
mi exilio correspondiente de tres años dentro de la Fraternidad San Pío X. Este
exilio ha sido hasta demasiado confortable, y estos juicios han tomado fin, al
menos por el momento, con su suspensión total. Quisiera yo entonces
agradecerles a todos vosotros que en el transcurso de estos tres años habéis
rezado por mi. Yo sé que sois muchos y estoy agradecido a cada uno de vosotros.
En retribución he celebrado en Enero una novena de Misas por vuestras
intenciones porque, seguramente, pruebas mucho mayores nos esperan a todos
nosotros.
Kyrie eleison.
Mons. Richard
Williamson, “Comentarios Eleison”
Nº 242, 3 de Marzo de 2012.