A
continuación, publicamos la solicitada que emitió Frente Joven con respecto al
pronunciamiento de la suprema corte de justicia a favor del aborto no punible.
Con
sentido común y argumentos de orden natural, la agrupación juvenil, ha dado en
la tecla en cuanto a los argumentos sofísticos que han encabezado las
decisiones de la corte de injusticia,
como deberíamos llamarla. No se puede quitar un mal agregando otro.
Chesterton
decía que quitado lo sobrenatural queda lo antinatural, y eso es lo que
ocurre en una corte donde lo que impera es la voluntad de los hombres sin
miramientos a lo sobrenatural, destruyendo el sentido de justicia bajo el “positivismo
jurídico”, falsa filosofía que los alimenta en sus actos injustos.
Solicitada: El aborto es agresión, no una ayuda
a la mujer.
Ante el pronunciamento de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación acerca de un inminente fallo que
sentaría jurisprudencia y podría ampliar los casos de aborto “no punibles”, Frente
Joven se ve en la necesidad de alertar que se estaría avanzando en
decisiones a nivel jurídico y político que alejan aún más de la ayuda a las
víctimas de violación: la madre, que es sometida a otro trauma aún mayor, como
la muerte de un hijo, y el niño o la niña por nacer, que son desechados sin
miramientos.
No solo es preocupante el proceder
del máximo tribunal de justicia de la nación, sino sobre todo la errónea visión
que se está difundiendo sobre las consecuencias psicológicas que sufre una
mujer víctima de una violación. Claramente, el aborto es una agresión,
no una ayuda a la mujer violada.
Para quienes trabajan de cerca con instituciones
que brindan ayuda a las mujeres embarazadas víctimas de violación, como
el Frente Joven, es muy importante la comprensión de la situación
de las víctimas. Las mujeres violadas requieren ayuda, y la facilitación de la
práctica abortista atenta contra la asistencia necesaria. Parte de la
protección que es evitar el drama del aborto por medio de la contención
psicológica, material y sanitaria. No podemos agregar un mal a otro mal, por medio
de la eliminación de un ser humano.
La manipulación mediática de los casos de
violación, a través de una búsqueda de sensibilizar a la sociedad para
legitimar el aborto, ignora el aporte de la psicología, que advierte que no se
puede solucionar un trauma con uno aún mayor; asimismo, la experiencia misma de
las mujeres que encuentran en el hecho mismo de tener a su hijo, fruto de la
violación, un acto de amor que le permite sanar la herida, y escapar de la
espiral de violencia perpetrada por el violador. La mujer que da a luz, se
comprende no ya como una persona ultrajada, sino como una persona valiosa,
superior a su victimario, capaz de dar vida y dar amor.
La postura muy difundida de que el aborto es una
respuesta válida para la víctima de violación desconoce los casos concretos y
la opinión de los expertos que trabajan en el campo y día a día con la
problemática. Además de sostener el sistema de sometimiento de los violadores
(pues el niño y la niña por nacer ponen en evidencia el delito), abortar sin
más es también ocultar la tragedia de la violación, que suele muchas veces
acontecer en los círculos sociales cercanos. Esta interpretación de la
ley, en la práctica, lejos de quitar el drama de las mujeres violadas, favorece
al violador, dejando su delito en segundo plano, sin necesidad legal de punirlo.
La verdadera respuesta a la tragedia de la
violación está en la ayuda social, psicológica y médica a las víctimas.
Recordamos el caso publicado en La Nación con
fecha del 3 de marzo del corriente: la ayuda y el acompañamiento salvaron la de
la hija y la madre. A través de un caso ejemplar, se manifiesta una dura
realidad: muchas madres están solas porque en general fueron abandonadas
por su entorno íntimo. Y son muchas las instituciones que al desamparo del
estado y los medios, dan soluciones reales a esta tragedia. Con este fallo, el
desamparo por parte del Estado sería aún mayor.
Si esta visión inhumana que desestima la ciencia y
la experiencia concreta se proyecta ahora a la Corte, y si esta falla en ese sentido, estaría
creando un terrible precedente discriminatorio en el derecho argentino: la
creación de dos categorías de personas, las deseadas, a las cuales les
asisten todos sus derechos, y las no deseadas, que, al no tener siquiera
derecho a la vida, no pueden tener ningún otro derecho.
Desde el año 1994, en que se reformó la Constitución y se
incorporaron con rango constitucional los tratados de Derechos Humanos, el art.
86 en cuestión pasó a ser sencillamente anticonstitucional, ya que establece
excepciones a la vida que están expresamente prohibidas por normas de orden
superior (Constitución y Tratados Internacionales de DDHH).
Lo cierto es que el aborto
es una nueva forma de violencia contra la mujer y un signo de deshumanización
de la sociedad. La mayoría de las mujeres abortan por presión social,
violencia o maltrato psicológico. Promover el aborto no es ayudar a la mujer
sino perpetuar la violencia hacia ella.
Frente Joven, como tantas otras instituciones, procura
una verdadera respuesta al drama de violencia hacia la mujer. Una sociedad
democrática debe ofrecer soluciones amparadas en una visión humanitaria, sobre
todo ante la cada vez más inhumana situación social que estamos viviendo. En
este y en todo caso, el aborto destruye una madre y mata un hijo. Deja una
herida en la mujer para toda la vida. Hay una madre y un hijo que proteger. La
solución no tiene opción, es un deber de la sociedad: Para proteger a
la madre, hay
que salvar a las dos vidas.
Visto en FrenteJoven Blog.