La parte del Tercer Secreto
revelado por el Vaticano en el año 2000 es una visión del Santo Padre que “atravesó
una gran ciudad en medio de ruinas ”, quien luego “fue muerto por
un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas y
del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y
religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y
posiciones”. Antes en la misma visión, sor Lucía dice también ver a alguien
que identificaba como “a un Obispo vestido de Blanco “. Es
interesante advertir que no se refiere al obispo de blanco como al Santo Padre,
sino que dice: “hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre”.
Contrariamente a lo informado por
el Vaticano en 2000, la visión del papa siendo asesinado muy obviamente no se
refería al intento de asesinato de Juan Pablo II, quien “no fue muerto
por un grupo de soldados disparándole armas de fuego y flechas”, sino que
por el contrario sobrevivió después de haber sido baleado por un pistolero
individual. Ni tampoco el fallido intento de asesinato de Juan Pablo II se
asoció con ningún ataque a Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas
y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones
que resultasen muerto por el mismo “grupo de soldados”. Claramente, la
visión se refiere a otro hecho.
Pero la cuestión que ha
confundido a muchos es por qué Sor Lucía uso la expresión “Obispo vestido de
blanco” en la primer parte de la visión, y no el nombre “Santo Padre”, que
luego ella identifica como el que resulta asesinado. ¿Se refiere esta visión a
dos hombres diferentes: uno que es el Papa y otro que está vestido como el
papa? Las profecías por lo general son poco claras hasta que se cumplen, pero
los acontecimientos recientes pueden llegar a iluminar en algo esta curiosa
frase de sor Lucía.
El 11 de febrero de 2013, el Papa
Benedicto XVI dejó al mundo azorado anunciando que abdicaría de su oficio de
Papa a partir del 28 de febrero de 2013. Debido al impacto de esta noticia, los
medios se han centrado no solo en la reacción de los católicos, sino en muchas
otras cuestiones que la renuncia puso en el tapete. Por ejemplo, un artículo de
Reuters, con fecha 13 de febrero, anunciaba que “la jerarquía de la Iglesia estaba
tan aturdida por la decisión, que los expertos del Vaticano no habían decidido
aún que título tendría y si continuaría vistiendo de blanco como el papa, de
rojo como un cardenal o de negro, como si fuese un sacerdote ordinario”.
El 20 de febrero una de estas
cuestiones fue respondida por el P. Georg Ratzinger, hermano del Papa Benedicto
XVI, quien informó que el Pontífice continuaría usando ropas blancas luego de
que su abdicación tuviese efecto. Dos días más tarde, el 22 de febrero, el
Vaticano respondió a la otra cuestión cuando informó que Benedicto XVI
retendría su nombre de pontífice así como el trato de “Su Santidad”: después de
la renuncia, el ex papa sería designado como Su Santidad Benedicto XVI,
obispo Emérito de Roma.
El 1° de marzo, Benedicto XVI no
solo es papa emérito que ha retenido su nombre papal, sino que también será “un
obispo vestido de blanco”. ¿Es “su Santidad Benedicto XVI, obispo emérito de
Roma”, el obispo vestido de blanco que sor Lucía refiere en su visión? Y si lo
es, ¿será quien resulte asesinado por un grupo de soldados, como lo muestra la
propia visión? ¿O tal vez la visión se refiera a un futuro papa –aquel que sor
Lucía llama “el Santo Padre”- y que reinará en vida de Benedicto XVI?
Es interesante tomar nota de que
el Papa San Pío X tuvo dos visiones similares a la visión de sor Lucía de
Fátima. En 1909, durante una audiencia con los miembros de la Orden
Franciscana, San Pío X tuvo una visión del futuro papa huyendo de Roma. Dijo:
“¡Lo que
he visto es terrorífico! ¿Seré yo o será un sucesor? Lo que es cierto es que el
Papa huirá de Roma y, al huir del Vaticano, tendrá que pasar sobre los
cadáveres de sus sacerdotes!”.
Poco antes de su muerte el Papa
San Pío X tuvo una visión similar, en la que vio a un papa futuro “de su mismo
nombre” huyendo sobre los cadáveres de sus hermanos, antes de ser asesinado él
mismo.
“He
visto a uno de mis sucesores, de mi mismo nombre, huyendo sobre los cadáveres
de sus hermanos. Él se refugiará en un lugar escondido, pero después de un
breve respiro morirá de muerte cruel”.
A la luz de esta visión, será
interesante comprobar si el próximo papa toma el nombre de Pío XIII –“el mismo
nombre” que adoptó Pío X. El tiempo dirá como se desarrollen los hechos, pero
lo que aparece como algo cierto es que estamos progresando rápidamente hacia
los eventos anticipados en Fátima. Renovemos el coraje y el celo por la Fe,
recordando siempre las palabras de Nuestra Señora de Fátima: Finalmente,
mi Corazón Inmaculado triunfará.
Fuente: The
Remnant