En la prestigiosa agencia de
noticias Vatican insider se reconocen las críticas realizadas por los católicos
tradicionalistas al reciente Papa Francisco, ex cardenal Bergoglio, por sus desprolijidades
litúrgicas y su persecución a la Misa tradicional.
[Vatican Insider – 28-03-2013]
Tradicionalistas
critican a Francisco por lavar los pies de dos chicas
Lombardi
explica la “oportunidad” del gesto en una comunidad pequeña como la de Casal
del Marmo
ALESSANDRO
SPECIALE
CIUDAD DEL
VATICANO
Algunas alarmas se encendieron
inmediatamente después de su elección, cuando el Papa Francisco se presentó al
mundo desde la Logia de las Bendiciones, con su cruz de fierro y vestido de
forma extremadamente sencilla. Los tradicionalistas católicos, los que están
relacionados con la misa preconciliar en latín, hicieron una mueca.
Por otra parte, el “currículum”
del Papa argentino provocó muchas críticas entre los “fans” de la misa
tridentina. “The Horror”, resumió un periodista sudamericano en un análisis publicado
en el sitio tradicionalista Rorate Coeli: «De entre todos los candidatos impensables, Jroge Mario Bergoglio
es, tal vez, el peor. No porque profese abiertamente doctrinas en contra de la
fe y la moral, sino porque, juzgando por su trabajo como arzobispo de Buenos
Aires, la fe y la moral parecen ser irrelevantes para él».
Sobre todo, el nuevo Papa fue
descrito como «un enemigo de la misa tradicional», la que se recita en latín, y
habría impedido en su arquidiócesis que se pusiera en práctica el Motu Proprio
“Summorum Pontificum”, con el que Benedicto XVI permitía la misa tridentina
como «forma extraordinaria» del Rito Romano.
Otro ejemplo. Un comentador
católico conservador, Michael Brendan Dougherty, definió la elección de
Bergoglio en el “National Post”, en caliente (apenas a tres días de la
“fumata bianca”), como una más de las «recientes novedades y mediocridades
católicas», porque sigue la línea que se ha seguido en medio siglo de Concilio
Vaticano II, marcado por «desconsideradas experimentaciones», como la
celebración de la misa en las lenguas locales, los gestos «dra’aticos» de Juan
Pablo II o la renuncia de Benedicto XVI.
Pero la hostilidad explotó solo
después de que ayer por la tarde el Papa Francisco se lavara y besara los pies
a dos chicas (y una musulmana) durante la liturgia del Jueves Santo, que
celebró en el instituto penal para menores de Casal del Marmo.
El Papa Francisco fue acusado de
dar un mal ejemplo y de violar la ley de la Iglesia; el sitio “Rorate Coeli”
declaró inmediatamente que la «reforma de la reforma», que muchos esperaban de
Benedicto XVI, se había acabado.
Ed Peters, un canonista y bloguero
muy conocido en los Estados Unidos, acusó al Pontífice, naturalmente, de
«violar cualquier indicación divina», pero, sobre todo, de «dar un ejemplo
discutible, ignorando la misma ley divina».
En 1988, la Congregación para el
Culto Divino y la Disciplina de lso Sacramentos publicó la carta circular “Paschales
Solemnitatis” sobre la celebración de los ritos pascuales. En ese texto, en
el número 51, se lee que el lavatorio de los pies debe involucrar solo a
hombres elegidos. El orignial latino, “viri selecti”, no deja dudas
al respecto.
En los Estados Unidos, la
Conferencia Episcopal decretó un año antes la práctica de incluir también a las
mujeres en la ceremonia, aunque no está previsto en los libros de la liturgia,
pues tenían la «intención de subrayar el servicio al lado de la caridad en el
rito», por lo que era una «forma comprensible de acentuar la orden evangélica
del Señor, que vino para servir y no para ser servido».
La cuestión volvió a surgir en
2005, cuando el arzobispo de Boston, el cardenal Séan O’Malley desencadenó las
polémicas por su voluntad de abrir el rito también a las mujeres. En esa
ocasión, la Congregación para el Culto Divino explicó que, si permanecía la
«obligación litúrgica» de lavar los pies solo a varones, el obispo local podía
tener la libertad de decidir si existía una necesidad pastoral en la diócesis.
Hasta esta “ruptura” humilde de
Francisco. El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, explicó a la Associated
Press que si en una «grandiosa celebración solemne» sería lógico lavar los pies
solo a hombres, porque se conmemora la Última Cena de Jesús con los apóstoles,
«en una comunidad pequeña y única, compuesta también por mujeres», como la de
Casal del Marmo, habría sido «inoportuno» excluir a las mujeres, «a la luz del
simple objetivo de comunicar un mensaje de amor a todos en un grupo que no
incluía a refinados expertos de normativas litúrgicas».