Por indicación de “Paco Pepe” Fernández de la Cigoña leí una
interesantísima nota de Carlos Ruiz Miguel sobre la abdicación del Papa,
en la que se afirma:
“El pasaje más misterioso del
comunicado del Papa es éste: “in mundo nostri temporis rapidis mutationibus
subiecto et quaestionibus magni ponderis pro vita fidei perturbato” (en nuestro
mundo sometido a rápidas mutaciones de los tiempos y perturbado por
cuestiones de enorme gravedad para la vida de la fe).
Ya resulta algo extraño que la
palabra “temporis” sea omitida en las traducciones. Pero lo que es,
no extraño, sino misterioso, es la frase en la que dice que nuestro mundo está
“perturbado por cuestiones de enorme gravedad para la vida de la fe”…
Aquí está EL NÚCLEO DEL POR QUÉ
DE LA RENUNCIA DEL PAPA. La abdicación de Benedicto XVI no tiene su causa
profunda en su incapacidad para luchar contra supuestas o reales intrigas en
curia vaticana, salvo en la medida en que esas intrigas respondan a un intento
de perturbar la “vida de la fe”, es decir, la pastoral, la moral y el Derecho
Canónico.
El Papa se considera incapaz de
hacer frente a un mundo “perturbado por cuestiones de enorme gravedad para la
vida de la fe”.
La pregunta fundamental y misteriosa de la renuncia del Papa
y que, creo, nadie se ha planteado al analizarla es la siguiente: ¿CUÁLES
SON LAS “CUESTIONES DE ENORME GRAVEDAD PARA LA VIDA DE LA FE” QUE TIENEN
“PERTURBADO” A NUESTRO MUNDO Y QUE ÉL YA NO TIENE FUERZAS PARA HACER FRENTE?
(Las mayúsculas son del autor)
Hago mía la pregunta de Ruiz Miguel.
Visto en Catapulta.