El saludo de PP Franciscus a los
participantes en la peregrinación-encuentro de Summorum Pontificum fue,
apenas, un folio de despacho, de los que se expiden en Secretaría para
cualquier cosa, pura cortesía de buró de curia. Un frio, seco y escueto saludo.
Todavía no aparece publicado en ningún sitio. Sólo he encontrado una foto del saludo, en formato pequeño, casi ilegible.
Quitando las fórmulas consabidas, las expresiones de forma/formato del sucinto documento, se saluda, se bendice y poco más. Sólo una alusión al fervor de los participantes:
“...que la celebración del Santo Sacrificio junto a la tumba de los Apóstoles suscite una fervorosa adhesión a Cristo celebrado en la Eucaristía y en el culto público de la Iglesia y conceda un renovado entusiasmo en el testimonio evangélico (...)”
Sólo eso. Nada más.
El saludo lo firma Parolín, que como sigue sin aparecer, convaleciente, no lo ha firmado Parolín. No sé quién lo habrá firmado. Cualquiera de Secretaria de Estado. Una rúbrica, un sello, y ya está. Un saludo cordial como el que se le mandaría a los asistentes de cualquier cosa.
El folio con el saludo lo leyó Monseñor Pozzo, el de Ecclesia Dei.
Así se hizo presente PP Franciscus entre el Populus Summorum Pontificum. Dicen que hubo más de mil presentes, entre clérigos y laicos. Pobres clérigos y pobres laicos, gente corriente, fieles humildes y devotos sencillos.
¿No son 'periferia'? Parece que no, que no se les considera pertenecientes a este apartado/fichero predilecto del francisquismo vigente. No. No merecen la atención papal. Ni la simpatía papal. Ni el aliento papal. Sólo el saludo cordial, formal, en un folio de la Secretaría de Estado firmado virtualmente por el ausente Parolín.
En los twitter, PP Franciscus pone más afecto que en este gélido saludo.
Si hubieran sido nuestros ‘hermanos mayores’ de Sión, habrían sido mejor saludados, más extensamente, con más afecto francisquista, con más ardor. Si hubieran sido hermanos luteranos, habrían sido recibidos en audiencia privada, con fotos y yutube. Pero como son católicos-católicos, fieles a la tradición, devotos de la liturgia más santa; como son quienes son, con un saludo mecanografiado basta. Es suficiente. Ni merecen más, ni se les concede. Lo justo y necesario...con cuentagotas, con parsimonia estricta. No vayan a desbordarse y/o excederse.
De la peregrinación no tengo más datos. Sólo lo poco que he visto. Tengo la impresión de que hubo menos asistentes que el año pasado, con ciertas diferencias muy apreciables. Por ejemplo, el celebrante en San Pedro, en el Altar de la Cátedra, ha sido el Cardenal Darío Castrillón, emérito; el año pasado fue el Cardenal Antonio Cañizares, prefecto de Congregación de Culto y Sacramentos. Un bajón notable. A parte de Mons. Guido Pozzo, el único prelado destacado ha sido Mons. Fernando Rifán, que celebró la Misa de Cristo Rey en Stª María sopra Minerva. También he leído que Mons. Fisichella (supongo que de oficio) les acompañó durante el Via-Crucis por el Palatino y en la adoración al Santísimo celebrada en laChiesa Nuova.
No está el ambiente para dejarse ver en compañía de devotos tradis. No sea que manchen y dejen huella delatable que sea hándicap para el curriculum. Vadete retro!
Mientras, en la misma Roma, en las mismas horas, estos mismos días, PP Franciscus se encontraba con las familias, también en el consabido y repetido 'marco del Año de la Fe'. De la crisis de fe, debería apostillarse.
En Piazza San Pietro, los Cardenales jugaban con globos de gas que se soltaban
luego y subían, subían, subían, ligeros, volanderos, hasta que se perdían en el
azul del cielo romano.
Algunos se empeñan en repetir que todo está bien. Que todo marcha.
En el marco del Año de la Fe, of course.
Aquel año que empezó Benedictus y ahora continua Franciscus.
P. Terzio, Ex Orbe, 28 de Octubre del 2013.