Otra aberración litúrgica, otro acto de profanación, de parte de una
jerarquía católica que ha perdido fe sobre el santo sacrificio de la misa.
Nuevamente, la
misa anual “de los niños” muestra las consecuencias del Novus Ordo
San Agustín dice
que cuando somos más, somos más Iglesia. La Iglesia necesita una vez en el año
visibilizarse. ¡¡Mirá que somos muchos!! Nos viene muy bien cantar y hacer lío
juntos en algún momento, como dice el Papa”. Mons. Poli, Arzobispo de Buenos Aires.
Para colmo de males, además de
las tonterías sentimentales que se les predica a los niños (ni un concepto de
doctrina, todo blá, blá, blá sobre el amor) parece que fueran tontos incapaces
de asistir y aprender la liturgia que prescribe la Iglesia. Los niños educados
en el rito tradicional aprenden desde antes del uso de razón el debido
comportamiento, no necesitan de payasadas y si se les dirige un sermón a ellos,
será para poner en términos sencillos los contenidos de la fe y los deberes de
conducta que Dios exige. Así como los instrumentos de la misericordia divina:
la confesión que lava las culpas y la comunión que nos permite recibir a
Nuestro Señor en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
Los niños lo van aprendiendo,
respetando y venerando. Así educó siempre la Iglesia y dio miles de santos y
millones de buenos católicos. Así pretende educar ahora el clero, y los
resultados están a la vista.