Como estaba anunciado en algunas redes sociales, se llevó a cabo la defensa de la catedral Metropolitana de Buenos Aires y la Catedral de La Plata. Aquí una reseña de lo ocurrido.
De nuevo estamos, Jesús mío, en esto
[Página
Católica – 30-09-2013]
Defensa de las Catedrales de Bs.
As. y La Plata
La persecución de la tiranía
mundialista contra el Cristianismo arrecia; mientras en Francia se han detenido
a católicos por el solo “delito” de vestir ropas adornadas con símbolos
antiabortistas, nos cuentan que en España se pide a los conductores que quiten
sus Rosarios y otros símbolos católicos de sus vehículos, para poder transitar.
Mucho dinero se vierte en campañas internacionales a favor del aborto y la promoción del “estilo gay freenly”, y la Argentina, aunque es un país del fin del mundo, no está exenta.
Gracias a Dios, y por lo que se
ve, las huestes diabólicas ven su número mermado, sobre todo porque en nuestro
país, la crisis económica en ciernes no permite distraer dinero del erario
público en esos menesteres (que esas son las bondades de tener problemas).
Lo cual no les ha impedido
intentar, la semana pasada, dos ataques uno sobre la Catedral Primada de la
Santísima Trinidad, y otro contra la Catedral de la Inmaculada Concepción, esa
hermosísima construcción neogótica que es la más alta del mundo construida en
ladrillos, orgullo de los vecinos de La Plata.
Pero allí estaban los soldados de
Cristo Rey para presentarles batalla. Dejemos que uno de ellos nos lo cuente,
solicitándo antes, que en otro caso similar, tengan a bien dirigirse a nuestra
redacción para dar a conocer la inminencia de un ataque como los que acaban de
pasar, pues una gran cantidad de católicos no estaban al tanto.
Defensa de las
Catedrales bonaerenses 2013
(Primada de Bs.
As. y La Plata).
27 y 28 de septiembre
de 2013
“De nuevo estamos, Patria mía,
en esto.
Tú, separada, sola,
suplantada.
Yo, como siempre, tuyo y en mi
puesto.”
Jorge Vocos Lescano
Los días viernes 27 y sábado 28
de septiembre de este Año del Señor, un pequeño grupo de católicos hicieron
posible una DOBLE VICTORIA al defender con éxito las dos principales catedrales
de Buenos Aires: la Catedral Primada y la Catedral de La Plata, contra el
intento claro de profanación de los tenebrosos grupos sindicales, abortistas,
universitarios y políticos varios que, con la excusa de conmemorar un nuevo
aniversario del perturbador y criminal “Día por la Despenalización y
Legalización del Aborto”(28 de septiembre), programaron de forma explícita
y pública el brutal asalto a los dos templos.
Conocimiento que, digamos de
paso, hace más culpables a los que omitieron asistir en la defensa de los
templos mencionados: el que avisa no traiciona, dice el dicho, y en esta
ocasión, puestos en sobre aviso (nobleza obliga reconocer en este caso la
honestidad de la izquierda que hace pública su información), los católicos
prefirieron pasar un fin de semana sin sobresaltos.
Como la amargura por la deserción
de los buenos, que al parecer se olvidaron de los episodios de Posadas y la
Catedral Primada el año pasado, y no lograron realizar un proceso cognitivo
sencillo que los llevara a relacionar la acción criminal de los alumnos del
colegio Nacional de Buenos Aires esta semana en la Iglesia de San Ignacio de
calle Bolívar con otro posible asalto del mismo tenor dos días después;
decimos, para no quedarnos en esas consideraciones, simplemente pasamos a
resumir una sencilla estadística de los sucedido estos dos días, y que el que
quiera leer, que se quede.
El pequeño grupo de católicos (pusillus
grex).
Eran de La Plata, xxxxx, algunos
de la misma Capital Federal, quienes desafiando el frío y la lluvia, sin más
armas que el Santo Rosario, las banderas argentinas y algún que otro cartel que
defendía al Niño por Nacer, a la Santa Iglesia o a la Patria.
También tenían los puños para
repeler alguna insolencia pretendida o realizada contra alguna de las chicas
presentes en el lugar, lo mismo que para los pocos zurdos audaces que amagaron
con entrar a pintar. No mucho más. “¡Y los Ángeles Custodios!”,
como le gritó uno de los valientes muchachos en Capital Federal a un flaco
marxistoide barato que se le burlaba con el pretexto de que eran pocos
católicos. Un poco más numerosos en La Plata que en Capital Federal. Curas no
hubo. Seminaristas tampoco.
El Arzobispo Primado y el
Arzobispo de La Plata.
Se limitaron a solicitar el
operativo policial por vía telefónica. Bravos operadores del numeral y el
asterisco. ¿Quedarán en la historia por el uso varonil del aparato de
comunicaciones?
Fuera de lo cual, no creemos
tanto en la influencia de los prelados como en la necesidad de Macri o Scioli
de no quedar escrachados con la profanación de otro templo, luego del chiste de
los muchachos del colegio Nacional esta semana. No sea cosa de enemistarse con
el Papa para no bajar la “imagen positiva" en la "intención de voto”.
Los operativos policiales.
En la Catedral Primada, la
Policía Federal se comportó de forma intachable. Fue conmovedor ver como muchos
efectivos rezaban el Rosario junto a los defensores. Luego, el Jefe del
Operativo dispuso custodia para un grupo de estos chicos mientras iban a buscar
el vehículo que los trasladaba, cosa de no caer en alguna emboscada del
malevaje marxista. Alto valor de los policías, y evidentemente, mucho más
arriesgados en esto que la clerecía cobarde, que permaneció oculta.
En la Ciudad de La Plata la
historia fue otra. Iniciados los preparativos para la defensa, se presenta como
Jefe del Operativo un matón encamperado con las insignias de la Policía
Bonaerense, que a los gritos pedía que se desalojara el atrio de la Catedral,
donde “no quería a nadie”, y mucho menos “esas banderas”,
refiriéndose a las banderas argentinas, dicho lo cuál comienza a patear con las
botas una bandera argentina de ceremonias, arrojándola con el impulso por los
escalones de la Catedral.
Envalentonado el palurdo, no
esperaba la reacción valiente de dos o tres muchachos que le pidieron
explicaciones del accionar por el cual se prohibía en Territorio Nacional el
uso de insignias patrias, cuando a metros de allí se alza sobre la calle una
gigantesca bandera argentina, al tiempo que los grupos abortistas marchan
exhibiendo siniestras figuras de los terroristas marxistas más conocidos y
trapos con oscuras inscripciones.
Un poco a los gritos, un poco
guapeando sin saber cual iba a ser la reacción de la bestia uniformada, se le
avisó de forma enérgica que nadie se movía de la Catedral, que era de los
católicos, dicho lo cual, se nos permitió quedarnos, pero con una curiosa
adición: La custodia policial, vista nuestra cadena humana, y pidiendo permiso,
se dirigió raudamente a posicionarse ¡detrás de nosotros!
Así quedamos, expuestos a la
buena de Dios por el gesto gentil del Jefe del Operativo, “custodiando” a
la bizarra Policía Bonaerense, para que nada les sucediese. Podrán ver las
fotos para mayor deleite.
Podemos agregar más, pero no hay
que gastar pólvora en chimangos. Se le requirió el nombre al bravo comandante
del operativo, pero lo mantendremos en silencio para alguna otra ocasión.
Como apostilla, la horda
burgués-comunista le robó, por medio de un arrebato, una cadena muy valiosa a
uno de los varones que custodiaban la Catedral, pero tampoco en eso la policía
quiso intervenir, quizá por el fastidio que suponía comenzar a trabajar cuando
estaban tan cerca de concluir la jornada: ¡El adicional ya estaba cumplido!
¡Clink caja!
Los abortistas.
Muchos menos que el año pasado.
Era un poco gracioso, pues ellos nos gritaban: ¡cada vez son menos! Siendo que
ellos también lo eran. Evidentemente este año les cortaron la financiación y se
fracturaron organizativamente por las elecciones de Octubre.
¿Violencia? Como siempre, muy
agresivos, tensando al limite la posibilidad de disturbios y violencia. De
hecho, ¿qué se puede esperar del marxismo, si no es caos y destrucción?
No dejaron barbaridad por
proferir, atropello por cometer, robo de rosarios, manotazos, escupidas (con la
lamentable experiencia de tener que ver a las mujerucas que los acompañan
escupir… y escupir mal, para peor).
Pero el atropello que querían
cometer no lo pudieron hacer, y eso les pesa. Por eso, antes de irse
vociferaron: “Si el aborto no nos dan / que quilombo que se va armar;
les cortamos las rutas / y les quemamos la catedral”.
Con la bencina que les quedó
guardada, porque esta vez no pudieron. Pero, ¿a Usted le queda alguna duda de
que lo van a intentar nuevamente?
El resultado.
Un éxito. Para mayor gloria de
Dios. ¡No pasaron! Finalizada la acción de La Plata, última de este binomio
combativo, se rezaron las oraciones para ganar las indulgencias del Santo
Rosario: Paternoster, Ave María, Gloria Patri, Credo, y se cantó la Salve
Regina y el Cristo Jesús, en Ti la Patria espera.
Luego ¡Viva Cristo Rey! y una
visita al Santísimo Sacramento en reparación por los ultrajes cometidos contra
Nuestro Señor y Nuestra Señora.
¿Y ahora?
Y ahora se viene San Juan, en Noviembre:
¿Será otra deserción de los católicos fieles? ¿Hasta cuándo el tradicionalismo
se va a seguir dividiendo entre la falsa tranquilidad burguesa, el cristianismo
amariconado y el arte de esquivarle al combate?
Milicia es la vida del hombre
sobre la tierra, dice Job, y sin embargo... muchos hacen oídos sordos y ojos
ciegos a esta realidad sobrenatural…
Mientras tanto, nosotros, pedimos
a Dios fuerzas para conservarnos en nuestro puesto sin desfallecer: