El Procurador Alejandro Ordóñez
es un hombre de profundas convicciones religiosas.
Foto: M.G. Pérez
Noticia aparecida en BBC
Mundo, Bogotá, 10-10-2013, sobre el Procurador general de Colombia, el
Dr. Alejandro Ordóñez.
El hombre
que derrotó al matrimonio gay en Colombia
Arturo
Wallace
BBC Mundo,
Bogotá (@bbc_wallace)
Jueves, 10 de
octubre de 2013
Cuando el 2
de octubre un juez anuló el primer matrimonio entre parejas del mismo sexo
celebrado en Colombia, fueron muchos los dedos que inmediatamente apuntaron a
Alejandro Ordóñez, el Procurador General de la Nación.
Y es que si
bien la decisión judicial formalmente se dio en respuesta a una acción de
tutela interpuesta por una ONG teóricamente independiente, Ordóñez es sin duda
la figura más poderosa de entre todas las que se oponen al denominado “matrimonio
igualitario” en Colombia.
Además, bajo
su mandato, la Procuraduría también ha introducido acciones similares en contra
de todos los matrimonios de personas del mismo sexo registrados en el país.
“Ordóñez puso
a funcionar toda la maquinaria que tiene bajo su control en la entidad para
evitar que los jueces puedan garantizar la igualdad de derechos civiles a las
parejas homosexuales”, es la conclusión de una reciente investigación del
portal periodístico La Silla Vacía.
“De esta
manera, convierte esa lucha en prioridad en una entidad muy poderosa y que
tiene otras funciones como vigilar disciplinariamente a todos los funcionarios
públicos o proteger los derechos humanos”, sostiene la publicación.
Y Ordóñez, un
ferviente católico, tampoco ha ocultado nunca su abierta oposición al
matrimonio entre personas del mismo sexo, ni si disposición a utilizar su cargo
para enfrentar una figura que va en contra de la definición de matrimonio que
figura en la actual Constitución.
Profundamente
religioso
La del
matrimonio igualitario, sin embargo, no es la única polémica que tiene como
protagonista al actual Procurador de la República de Colombia.
A Ordóñez
también se le acusa de haberse constituido en uno de los principales obstáculos
a los esfuerzos por garantizar la prestación de los servicios de interrupción
de embarazos incluso en los casos admitidos por la ley.
Matrimonio
igualitario, un enredo legal
Más de dos
años después de la histórica sentencia de la Corte Constitucional que fijó como
plazo el 20 de julio de este año para que el parlamento colombiano legislara
sobre el matrimonio de personas del mismo sexo, Colombia todavía no sabe si el
matrimonio gay es legal o no.
La confusión
se deriva de la admonición de la corte, que en su momento advirtió que si los
parlamentarios no se ponían de acuerdo para superar el estado de "omisión
legislativa" que afectaba a las parejas homosexuales estas podrían
formalizar su unión ante un juez o un notario.
Las uniones
solemnes autorizadas por la corte se han venido celebrando. Pero no hay acuerdo
en si pueden ser llamadas matrimonio o no.
Un sector
sostiene que, tal y como establece la Constitución colombiana en su artículo
42, el término solo es aplicable a las uniones entre un hombre y una mujer, lo
que significa que jueces y notarios están obligados a recurrir a la figura de
contratos especiales para unir a las parejas del mismo sexo.
Pero otros
argumentan que dado que el único contrato que garantiza los derechos
reconocidos por la Corte Constitucional contemplado por la actual ley
colombiana es el de matrimonio, y que jueces y notarios no pueden inventarse un
tipo de contrato especial.
En ese
contexto algunos jueces han decidido llamar a las uniones de parejas del mismo
sexo matrimonio y otros se ha encargado de invalidar la decisión.
Pero el juego
de apelaciones y recursos apenas empieza y la situación solo puede ser dirimida
por una nueva sentencia de la Corte Constitucional.
Y su sombra
también planea sobre debates como el de la legalización de la droga, e incluso
sobre el futuro del Proceso de Paz.
Pero, ¿quién
es el hombre que muchos consideran el funcionario público más poderoso de
Colombia? Y, ¿se puede afirmar realmente que libra todas sus batallas en nombre
de la religión?
Nacido en
Bucaramanga, departamento de Santander, en 1955, la primera vocación de
Alejandro Ordóñez fue el sacerdocio, pero según diferentes testimonios renunció
a la idea cuando conoció a la que hoy es su esposa.
Optó entonces
por el estudio del derecho, con una especialización en derecho administrativo,
y ha dicho que desde muy joven le interesó el puesto de Procurador, cargo para
el que eventualmente fue electo por primera vez en el año 2009 y ratificado por
cuatro años más en noviembre del año pasado.
Antes, sin
embargo, se desempeñó como jefe departamental de las Juventudes Conservadoras,
concejal del Partido Conservador en Bucaramanga, juez del tribunal
administrativo de Santander, docente e investigador de varias universidades, y
Presidente del Consejo de Estado, el máximo tribunal de lo
contencioso-administrativo de Colombia.
Y con su
decisión de cambiar el retrato del General Francisco de Paula Santander que
adornaba la sala plenaria de esta instancia del estado por un crucifijo, dejó
constancia de su disposición a ejercer sus cargos públicos con profundo apego a
su religiosidad, a pesar de que Colombia no tiene religión oficial.
Cinco años
después, en 2005, Ordóñez también protagonizaría una sonada polémica al
demandar a la revista colombiana SoHo por la publicación de una parodia erótica
de “La última cena” de Leonardo Da Vinci.
Pero las
advertencias de algunos sectores preocupados por su celo religioso –la revista
Semana tituló su primer perfil de Ordóñez “El Cruzado” –y su vocación
conservadora –el Procurador favorece la misa en latín– no lograron evitar su
elección, por una abrumadora mayoría, al frente del mayor órgano disciplinario
del país.
Quemando
libros
Con medidas
como la inhabilitación por 18 años de la senadora Piedad Córdoba, por supuestos
vínculos con las FARC, y más adelante al secretario de la Presidencia de Álvaro
Uribe, Bernardo Moreno, por el escándalo de las escuchas ilegales del DAS,
Ordóñez rápidamente dio pruebas tanto de su independencia, como de su poder
como procurador.
Muchos
consideran a Ordóñez el funcionario más poderoso de Colombia.
Aunque más que
su independencia política, es el celo religioso de un hombre que llegó incluso
a participar en la quema de “revistas pornográficas y publicaciones corruptoras”
durante su juventud lo que preocupa a algunos sectores.
El Procurador,
sin embargo, asegura que su participación en la actividad ha sido “caricaturizada”,
al igual que otros detalles de su profunda religiosidad, como su hábito de
rezar el rosario todos los días o la presencia de una pila con agua bendita a
la entrada de su casa de habitación.
Y también
sostiene que, en cuanto servidor público, siempre ha actuado con estricto apego
a la ley.
“Yo soy
católico y católico practicante y eso no puede ser desafío para nadie, sino
todo lo contrario: garantía para el cumplimiento del deber”, dijo por ejemplo
Ordóñez en una entrevista concedida a la agencia colombiana de prensa,
Colprensa, en el año 2010.
“Yo soy
católico y católico practicante y eso no puede ser desafío para nadie, sino
todo lo contrario: garantía para el cumplimiento del deber”
Alejandro
Ordóñez
“Hay una
especie de cristianofobia en algunos sectores intelectuales y mediáticos que no
soportan que frente a esa especie de crisis de valores haya una persona que
sostenga los principios y valores que han construido nuestra nacionalidad”,
denunció en esa ocasión.
Y para Jesús
Herrera, director de la publicación VotoCatólico.org, Ordóñez es, efectivamente,
uno de los pocos políticos colombianos que defienden los más importantes
valores católicos y, con ello, los valores “de la mayoría de los colombianos”.
“El marco de
los valores católicos es bastante amplio. Se refiere a unos principios muy
elementales dentro de los que puede haber una gran diversidad de opiniones y
agendas políticas, pero establece algunos puntos no negociables”, le explicó
Herrera a BBC Mundo.
Y, entre esos “puntos
no negociables” destacan, precisamente, “la defensa de la vida y la dignidad
humana desde la concepción hasta la muerte natural” y “la defensa de la familia
como célula fundamental de la sociedad constituida por varón y mujer”.
“Abuso de
poder”
El problema,
sin embargo, es que la actual legislación colombiana ya no coincide plenamente
con esa forma de entender el mundo.
La batalla
legal por el matrimonio gay aún no termina.
Por ejemplo,
tanto la Corte Constitucional Colombiana como el Consejo de Estado ya
determinaron que las parejas del mismo sexo también pueden constituir una
familia.
Y desde mayo
de 2006 la ley colombiana también autoriza la interrupción del embarazo en tres
casos: cuando hay malformación del feto, en embarazos producto de una
violación, o cuando peligra la vida o la salud mental de la madre.
Por eso muchos
acusan a Ordóñez de estar empleando su cargo para intentar detener el reloj.
O, incluso,
para devolverlo al tiempo en que el Estado estaba supeditado a su religión, en
sintonía con los planteamientos de su tesis de grado –titulada “Presupuestos
fundamentales del Estado Católico”– en donde planteaba “la existencia de un
derecho político católico y la necesidad de volver a él”.
“Al final
aquellos que tienen que elegir al Procurador, o tienen que investigarlo, de
alguna manera también están sujetos a su poder”
Ariadna
tovar, Women's Link
“Aunque él
trata de justificar sus actuaciones en derecho, al final lo que está haciendo
es un abuso de poder, ese poder que le da ser procurador”, afirmó Ariadna
Tovar, de Women’s Link, una organización de defensa de los derechos sexuales y
reproductivos de las mujeres que en 2010 interpuso un queja disciplinaria en
contra de Ordóñez.
“Nosotras
consideramos que habido hostigamiento, persecución e intimidación para quienes
al final estamos defendiendo los derechos sexuales y reproductivos”, le dijo a
BBC Mundo.
“Pero hasta
ahora no ha sido sancionado, porque parte de lo que sucede es que al final
aquellos que tienen que elegir al Procurador, o tienen que investigarlo, de
alguna manera también están sujetos a su poder”, aseguró.
Ni las
organizaciones que defienden el derecho al aborto, ni las que promueven el
matrimonio igualitario están sin embargo dispuestas a quedarse de brazos
cruzados.
La batalla con
“el funcionario más poderoso de Colombia” está pues planteada. Y todo parece
indicar que no ha hecho más que empezar.